Pistas por el Hong Kong art¨ªstico: del colosal M+ a rascacielos de galer¨ªas
De tradici¨®n cosmopolita y abierta, con la apertura de nuevos espacios dedicados al arte la ciudad busca hacerse un hueco en el mapa mental de cualquier viajero que planee un circuito cultural por el vibrante sudeste asi¨¢tico

Los a?os de pandemia se han ensa?ado especialmente con Hong Kong, una ciudad de tradici¨®n cosmopolita y abierta, encrucijada de Asia y tradicional puerto de entrada de Occidente a China y a todo el continente asi¨¢tico. Pero la celebraci¨®n esta primavera, con fuerza renovada y r¨¦cords de asistencia y ventas, de la feria Art Basel Hong Kong (un coloso del mercado del arte contempor¨¢neo que sigue apostando por la ciudad como una de sus tres sedes mundiales en el inmenso Convention and Exhibition Centre) y la apertura al p¨²blico del M+, el colosal centro de arte dise?ado por el estudio de Herzog & De Meuron, son se?ales muy claras de que la antigua colonia inglesa y motor de la econom¨ªa china vuelve con fuerza al tablero de juego y al mapa mental de cualquier viajero que planee un circuito cultural por el vibrante sudeste asi¨¢tico.
Y es que en China la palabra ¡°colosal¡± no se usa en balde: el M+ tiene a la mitad de la poblaci¨®n mundial a menos de cinco horas de avi¨®n, y su escala y programa hacen juego con esas cifras. Se dedica a la cultura visual contempor¨¢nea y es el buque insignia de un proyecto a largo plazo que quiere convertir a Hong Kong en un polo cultural de primer orden en todo Asia. Se sit¨²a al borde del mar en Kowloon, la parte situada en tierra firme, y la mejor manera de llegar hasta ¨¦l desde la isla es coger el legendario Star Ferry, que lleva m¨¢s de cien a?os cruzando la bah¨ªa: basta comprar una (barat¨ªsima) ficha en sus taquillas y seguir a las ordenadas multitudes que ocupan disciplinadamente sus asientos despu¨¦s de orientar en el sentido de la marcha con un sonoro y un¨ªsono ?Clac! los respaldos reversibles de sus grandes bancos corridos.
A las espaldas queda el skyline impresionante de los rascacielos de Central, el distrito financiero de la isla. Enfrente, la gran mole rectangular del M+, pensada para funcionar como pantalla LED gigante en la que al anochecer se proyectan obras audiovisuales de artistas internacionales especialmente encargadas (en mi visita, unas hipn¨®ticas y gigantescas manos coloridas de la suiza Pipilotti Rist). Un gran parque rodea el edificio, con gradas que permiten contemplar las vistas del otro lado de la bah¨ªa, y en su interior, siempre a escala gigante, hay salas de exposiciones, auditorios, biblioteca y un restaurante con vistas impresionantes, el ADD+.

En el mismo distrito de West Kowloon, nuevo foco cultural de la ciudad, est¨¢ tambi¨¦n el futurista XiQu Center, dedicado a la renovaci¨®n y conservaci¨®n del fascinante repertorio de la ¨®pera cantonesa tradicional (merece much¨ªsimo la pena reservar entradas para alguna de las funciones en la sala principal o la de c¨¢mara); el K11, un gran espacio similar a las kunsthalles europeas y con foco particular en el arte local m¨¢s reciente; y el Hong Kong Palace Museum, hermanado con el de Pek¨ªn y en el que rotan exposiciones de arte cl¨¢sico llegadas de los fabulosos fondos de la capital china. Para acabar el d¨ªa, y sin cruzar a¨²n de vuelta a la isla, no hay que perderse el paseo al anochecer por el paseo mar¨ªtimo de Tsim Sha Tsui y coger sitio en sus gradas, entre locales y turistas de toda China, para el espect¨¢culo gratuito de luz y sonido: a las ocho de la noche orquesta una (de nuevo) colosal coreograf¨ªa de im¨¢genes y m¨²sica usando las fachadas de los rascacielos de la orilla opuesta como pantallas. No hace falta ser un fan de este tipo de espect¨¢culos para quedarse apabullado por el poder¨ªo descomunal del megashow.

De vuelta a la isla, y en una ciudad que cambia vertiginosamente, se suceden nuevas aperturas de espacios culturales y galer¨ªas privadas. En la zona de Central, la nueva joya de la corona es el complejo Tai Kwun, en torno a la que fue comisar¨ªa central de polic¨ªa en tiempos de la colonia. A su alrededor ha sido de nuevo el estudio de arquitectura Herzog & De Meuron el encargado de organizar un nuevo complejo de salas de exposiciones, teatros y auditorios, donde tambi¨¦n tiene cabida galer¨ªas privadas como la pionera Ora Ora, un buen lugar para ver arte contempor¨¢neo asi¨¢tico de calidad. Es un buen arranque para recorrer otras galer¨ªas de renombre mundial con sede en la ciudad, como Gagosian, Hauser & Wirth o White Cube. En una ciudad donde cada metro cuadrado vale oro, muchas se agrupan en minirrascacielos especializados en el ramo, como el Pedder Building o el flamante H Queens: no es mala idea subir en ascensor hasta su azotea y bajar luego a pie para ir curioseando las exposiciones de las diferentes galer¨ªas ubicadas en sus plantas privadas: una versi¨®n diferente y en vertical del gallery hopping o paseo de galer¨ªa en galer¨ªa de otras ciudades occidentales como Nueva York, Londres o Berl¨ªn.
Quedar¨ªan tambi¨¦n por visitar espacios independientes como Videotage, dedicado, sobre todo, al videoarte, o Para Site, con excelentes exposiciones temporales en el distrito de Quarry Bay.

Pero en una ciudad tan densamente poblada como Hong Kong a veces se agradece algo de aire fresco y vegetaci¨®n, y podemos encontrarlos en los jardines y serenos espacios contempor¨¢neos de la Asia Society, construida en terrazas aprovechando los antiguos polvorines y almacenes de municiones del Ej¨¦rcito brit¨¢nico en tiempos de la colonia. La mezcla de antiguos edificios coloniales y arquitectura contempor¨¢nea, sus salas de exposiciones y jardines en diferentes niveles y las vistas al bosque de rascacielos desde los ventanales de su elegante restaurante Ammo son un buen emblema de la capacidad para reinventarse y conjugar lo tradicional y lo futurista de Hong Kong. Una ciudad-mundo que no se contenta con ser motor financiero y econ¨®mico de China y se hace r¨¢pidamente un hueco en el circuito art¨ªstico global.
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