Un paseo entre olivos milenarios por Canet lo Roig
Este peque?o municipio valenciano atesora 1.100 ejemplares, que lo convierten en un lugar ideal para adentrarse en el fascinante mundo de los olivos seculares y del aceite
El origen del aceite de oliva hay que buscarlo en el antiguo Egipto, y luego en Grecia. Fue Roma, sin embargo, la que potenci¨® su expansi¨®n por todo el Mediterr¨¢neo, aprovechando la magnificente log¨ªstica imperial. Parece que ya Ner¨®n gustaba de usar agua, aceite de oliva y p¨¦talos de rosas para sus necesidades de perfumer¨ªa. En las termas romanas era costumbre embadurnarse con este ¨®leo, aromatizado previamente con hierbas silvestres. Luego estaba, por supuesto, la cuesti¨®n de su consumo culinario. El aceite m¨¢s apreciado, en este sentido, era el procedente de Hispania, tanto en forma de oleum ex albis ulivis (de aceitunas verdes) como de oleum maturum (de aceitunas maduras), entre otros.
Siendo tan alta la veneraci¨®n imperial por este aceite casi sagrado, no es extra?o que los olivos abundaran en las proximidades de la Via Augusta, por ejemplo. Esta aut¨¦ntica autopista romana entraba en lo que ahora es territorio valenciano por la localidad de Sant Joan del Pas, en el t¨¦rmino municipal de Ulldecona (Tarragona). Luego se dirig¨ªa hacia el sur, ya en la hoy provincia de Castell¨®n, por Traiguera y La Jana hacia Sant Mateu. El municipio de La Jana es fronterizo con el de Canet lo Roig. Ambas poblaciones comparten un amplio valle entre monta?as, donde los romanos introdujeron pr¨¢cticas agr¨ªcolas y se dedicaron a plantar peque?os olivos. Han pasado los siglos y aquellos d¨¦biles esquejes se han convertido hoy en los fabulosos y herc¨²leos ¨¢rboles milenarios que protegen el paisaje en la frontera entre Catalu?a y la Comunidad Valenciana.
En total hay m¨¢s de 4.000 ejemplares catalogados (solo en Canet lo Roig se encuentran m¨¢s de 1.100 olivos milenarios) en las comarcas del Montsi¨¤ (Tarragona) y el Baix Maestrat (Castell¨®). La mayor¨ªa pertenecen a la variedad de aceitunas Farga. La Farga es una variedad de olivo especialmente robusto; su tronco genera una madera singularmente gruesa y, para poder equilibrar el peso, el ¨¢rbol se proyecta en la tierra con unas ra¨ªces muy hondas. Esto permite aguantar los impulsos salvajes y poco amistosos del viento mistral, que sopla con fuerza en la regi¨®n.
El motivo por el cual los labradores de esta zona han mantenido sus olivos milenarios quiz¨¢s es poco po¨¦tico: el secano no admite otros ¨¢rboles con necesidades perentorias de agua. El minifundismo, por otro lado, ha obrado tambi¨¦n sus ben¨¦ficos efectos proteccionistas.
Canet lo Roig, por su concentraci¨®n de ejemplares, es un lugar ideal para adentrarse en el fascinante mundo de los olivos seculares. Se trata de una poblaci¨®n de poco m¨¢s de 700 habitantes, prosternada sobre un mont¨ªculo (parece que Can o Kan, en la cultura ib¨¦rica, hac¨ªa referencia a un lugar elevado). No parece que los lugare?os hicieran demasiado caso a estos monstruos de madera y sue?o que puntuaban, como formidables acentos, su paisaje ancestral. Esto cambi¨® a inicios de este siglo. A partir de la promulgaci¨®n, por parte de las Cortes Valencianas, de la Ley de Patrimonio Arb¨®reo Monumental (2006), los olivos milenarios comenzaron a ser protegidos y catalogados. De esta ¨²ltima labor se encarga la Mancomunidad Taula del S¨¦nia. Quiz¨¢s alg¨²n lector ha visto la pel¨ªcula El olivo, de Ic¨ªar Bolla¨ªn (2016). Est¨¢ rodada en Canet lo Roig y otros lugares del Maestrat, con vecindario local, y explica la penosa realidad de los olivos vendidos a particulares o grandes empresas y arrancados inmisericordemente de su territorio nutricio. Esta pr¨¢ctica, por lo menos, ha sido frenada.
En la actualidad, el Ayuntamiento de Canet lo Roig propicia unas rutas muy interesantes por su t¨¦rmino para visitar los viejos olivos. Algunos tienen una fama especial. El de la pel¨ªcula de Bolla¨ªn, por ejemplo, o tambi¨¦n el conocido como ¡°olivo de las cuatro patas¡±. Este monstruo delicado obtuvo en 2016 el premio AEMO al mejor olivo monumental de Espa?a. Para ser catalogado como olivo milenario, uno de estos ¨¢rboles tiene que tener por lo menos 1,30 metros de altura y 3,5 de per¨ªmetro de tronco. La olivera de les Quatre Potes tiene un tronco de 5,71 metros y un per¨ªmetro en suelo de 10,2. Cada una de estas estructuras arb¨®reas tiene su propia singularidad. El llamado c¨¢ncer del olivo, que los va corroyendo por dentro, se resuelve en caprichos churriguerescos y en imposibles contorsiones vegetales. Por eso muchos est¨¢n huecos por dentro o dibujan, con los siglos, puntos de fuga tornadizos, muecas veleidosas y ademanes volubles. El resultado es una pura pirueta fantasmag¨®rica.
El visitante que realice una de estas rutas necesitar¨¢, sin duda, alg¨²n lugar donde alimentarse despu¨¦s. Ese lugar es el restaurante Lo Sarao, a la entrada del pueblo de Canet lo Roig. Se trata de un modesto establecimiento que se eleva ante la ermita del Calvario y requiere, para su visita, una fe an¨¢loga. Entre sus paredes se oculta Carlos Miralles Vericat, un chef formado en los restaurantes Disfrutar, El Celler de Can Roca y El Rac¨® de Can Fabes que puede cumplir las apetencias del m¨¢s exigente de los comensales. Su arroz de canana, cal?ots a la brasa y romescu es de una seriedad mayest¨¢tica, pero no hay que olvidarse de probar delicias estrictas del terreno como el pat¨¦ de perdiz, los langostinos de Vinar¨°s con alcachofas de Benicarl¨® o el combinado de zorzal, caracol blanco y trigueros acabados de recoger. Y, de postre, cuajada de leche de cabra.
Y, por supuesto, antes de partir se puede adquirir aceite de olivos milenarios en algunas empresas del municipio, como Lo Canet¨¤. La curiosidad, sin embargo, me lleva hasta una de las bodegas en activo m¨¢s antiguas del territorio valenciano: Celler L¡¯estanquer, fundada en 1825. Aqu¨ª, bajo el lema ¡°El vino es la ¨²nica obra de arte que se puede beber¡±, se elaboran mostos como Paraula (blanco), Lo roig (tinto) o Xamba (rosado). Con buen aceite y buen vino, pues, mi prop¨®sito en la vida (disfrutar de placeres ef¨ªmeros) se ve completamente saciado.
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