¡®Spaghetti nero¡¯ con guiso de sepia y tomatitos
Hay un salto en la evoluci¨®n como cocinero cuando descubres que detr¨¢s de cada ingrediente, adem¨¢s de poder elaborar una rica receta, se esconde una poderosa herramienta para lograr objetivos m¨¢s trascendentes, como ganar el coraz¨®n de la gente.
En esta hermosa batalla, resulta clave conectar con aquello que haces. Al cocinar, uno debe convertirse un poco en eso que est¨¢ cocinando. Uno debe sentir que es esa sepia que limpia de sus impurezas y tent¨¢culos. Vivir el estofado de esos dados de sepia en el aceto bals¨¢mico con la misma intensidad con la que vive su propia vida.
Dentro de la profesi¨®n de hostelero, empleamos una expresi¨®n que define de manera brillante ese sentimiento de conexi¨®n y entrega hacia el oficio: la vocaci¨®n de servicio. Esta aptitud desvela que, por ejemplo en esta receta que nos ocupa, los dones necesarios con los que confeccionamos una pasta negra casera, -la paciencia, la delicadeza, el tes¨®n¡- son, en realidad, vibraciones y s¨ªntomas de otros impulsos mayores cuya aspiraci¨®n es complacer al pr¨®jimo, y hurgar en su felicidad.
Esta vocaci¨®n adem¨¢s debe mostrarse, y vivirse, de forma generosa, de lo contrario se diluye. Sin generosidad, la pasi¨®n se acaba evaporando. Solo el cuidado (generoso) logra rehogar bien nuestra sepia y concentrar los aromas procedentes del jugo de gamba, de los tomatitos, el cebollino picado y la nuez de mantequilla. Solo la atenci¨®n (generosa) en la sart¨¦n consigue dar el fuego exacto para ligar la salsa. Solo as¨ª, al sumar la pasta reci¨¦n cocida al salteado final se integran la amplia variedad de sabores aportados por cada ingrediente.
La cocina solo alcanza a ser buena si piensa en el pr¨®jimo. Y ante la deriva que toma la sociedad en estos tiempos, no tomar partido significa no ser parte de la soluci¨®n, y por lo tanto contribuir a agrandar el problema actual de desconexi¨®n mutua que sufrimos. Cocinar con conciencia y con coraz¨®n es el camino.
Y decimos camino porque la cocina nunca ser¨¢ un fin en s¨ª misma. Lo verdaderamente excitante de emplatar los spaghetti reci¨¦n salteados en el guiso de sepia y los tomatitos, lo que realmente nos tensiona de manera positiva como persona es llegar a ese terreno m¨¢gico que es la mesa y, all¨ª, encontrarse con el otro.
Receta de spaghetti nero con guiso de sepia y tomatitos
Ingredientes
Para 4 personas
- 400 gramos de sepia limpia en dados
- 2 dientes de ajo
- Aceite de oliva
- 40 gramos de aceto bals¨¢mico blanco
- 1 copa de vino blanco
- 24 unidades de tomatitos cherries
- 1 unidad de cebolla
- 1 unidad de puerro
- 2 unidades de zanahoria
- 50 gramos de salsa de tomate
- Agua
- 12 gambas arroceras
- Brandy
- 480 gramos de spaghetti nero
- 40 gramos de mantequilla
- Cebollino
- Sal y pimienta
- Az¨²car
Instrucciones
Limpiar la sepia, retirando la piel, la cabeza, los interiores y los tentáculos; guardar y reservar la bolsa interior de la tinta; picar la carne de la sepia limpia en dados y reservar.
Para estofar la sepia, majar los dientes de ajos y rehogarlos a fuego lento en aceite, junto con los dados de sepia y salsa de tomate; cubrimos el conjunto con el vino blanco y un toque de aceto balsámico blanco y lo llevamos a hervir. Tapamos la sartén para que el vapor que se forme en el interior guise bien la sepia y la deje tierna, en unos 20 minutos aproximadamente.
Pelar los tomatitos cherries; sazonarlos con azúcar y sal; introducirlos en el horno a unos 130 º para desecarlos ligeramente y así concentrar su sabor.
Elaborar un caldo de pescado con las gambas. Para ello, rehogar en una olla el puerro, la cebolla y la zanahoria; añadir las gambas tostadas; flambear con brandy; añadir salsa de tomate y agua; llevar el conjunto a cocer. Una vez haya reducido el caldo, triturarlo y colarlo por un colador fino para lograr un jugo concentrado.
En el momento del servicio, poner en una sartén la sepia estofada, el jugo de gamba, los tomatitos, el cebollino picado y la nuez de mantequilla; hervir la mezcla para que se concentre ligeramente y adquiera textura. Añadir la pasta recién cocida y saltear el conjunto para integrar los sabores; pasar la elaboración al plato de manera inmediata.
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