Una obligaci¨®n internacional
Ahora nuestra obligaci¨®n consiste en terminar de hacer justicia (aunque ya sea tarde para hacerla del todo)
Unas semanas atr¨¢s publiqu¨¦ en esta misma columna un texto titulado No es memoria: es justicia, donde sosten¨ªa que la llamada Ley de Memoria Democr¨¢tica responde a una ¡°obligaci¨®n internacional¡±, en particular por lo que ata?e al deber del Estado de localizar y exhumar a las v¨ªctimas del franquismo. Poco despu¨¦s recib¨ª un correo electr¨®nico de un amigo ¡ªun experto en derecho internacional humanitario (DIH) que trabaja como consejero jur¨ªdico para una organizaci¨®n internacional con sede en Ginebra¡ª, en el que reforzaba y ampliaba esa afirmaci¨®n elemental, pero a menudo olvidada. Sus observaciones son tan pertinentes que me siento obligado a glosarlas: primero, porque este tipo de argumentos apenas circula en el emponzo?ado debate espa?ol sobre la cuesti¨®n; y, segundo, porque ellos muestran que no estamos ante una cuesti¨®n partidaria, de izquierda contra derecha (o al rev¨¦s), sino que, antes que cualquier otra cosa, se trata de un asunto de respeto a la legislaci¨®n internacional.
En su correo, mi amigo me explica que el DIH ¡ªconocido como derecho de la guerra o derecho internacional de los conflictos armados¡ª establece numerosas obligaciones jur¨ªdicas que deben respetarse por las partes en liza, tambi¨¦n al final del conflicto; una de ellas es la b¨²squeda de personas desa?parecidas: el DIH impone a los bandos de cualquier guerra, en efecto, deberes como la localizaci¨®n de tumbas o la necesidad de obtener informaci¨®n sobre el paradero de las personas extraviadas y de compartir dicha informaci¨®n con sus familiares, seg¨²n acaba de hacer, por cierto, el Estado colombiano, que ha creado una Unidad de B¨²squeda de Personas Desaparecidas. Por ello, razona mi amigo: ¡°No haber localizado las tumbas de quienes murieron durante la Guerra Civil, para exhumar sus cad¨¢veres y entreg¨¢rselos a las familias, es no s¨®lo una injusticia, como bien se?alas en tu art¨ªculo, sino tambi¨¦n una flagrante violaci¨®n de las obligaciones jur¨ªdicas de Espa?a de conformidad con el derecho internacional¡±. Pregunta leg¨ªtima: ?hac¨ªa falta una ley para cumplir con esas obligaciones? En un art¨ªculo publicado en El Mundo, el expresidente Aznar afirmaba que no. Pregunta obligada: entonces, ?por qu¨¦ todav¨ªa no ha cumplido con su deber el Estado? ?Por qu¨¦ no lo hizo el Gobierno de Aznar? Que no exista una respuesta satisfactoria a esos interrogantes constituye una prueba inequ¨ªvoca de la necesidad de la Ley de Memoria. Por lo dem¨¢s, mi amigo recuerda una evidencia hist¨®rica, y es que el paso de la dictadura a la democracia en Espa?a supuso hacer la vista gorda con muchas violaciones del derecho internacional, y no s¨®lo respecto a nuestro asunto. ¡°Sucede lo mismo con la ausencia de procesos judiciales para investigar cr¨ªmenes de guerra¡±, escribe. As¨ª que, con la ley internacional en la mano, la justicia espa?ola deber¨ªa haber juzgado a los presuntos responsables de los cr¨ªmenes de guerra cometidos por los franquistas, algunos todav¨ªa vivos tras la muerte de Franco; pero, como en la guerra los republicanos tambi¨¦n cometieron cr¨ªmenes ¡ªesto no es equidistancia: es un hecho¡ª, en rigor deber¨ªa haberse asimismo juzgado a sus tambi¨¦n presuntos responsables. Es lo que tiene la ley: que es igual para todos. Durante la tormentosa Transici¨®n, despu¨¦s de 3 a?os de guerra y 40 de dictadura (o de 43 a?os de guerra), la clase pol¨ªtica al completo y la inmensa mayor¨ªa de la poblaci¨®n sinti¨® que era imposible hacer del todo justicia y, al mismo tiempo, construir una democracia; y prioriz¨® construir una democracia. Despu¨¦s de la tormenta todo el mundo es piloto, pero me pregunto qu¨¦ hubi¨¦ramos hecho nosotros.
As¨ª que ahora, con la democracia asentada en Espa?a, nuestra obligaci¨®n consiste en terminar de hacer justicia (aunque ya sea tarde para hacerla del todo): ese es, o deber¨ªa ser, el sentido profundo de la Ley de Memoria. Y por eso espero que, pese a haberse negado el PP de Feij¨®o a apoyar la ley, si llega al poder no la derogue, como ya ha anunciado que har¨¢ y como hizo en la pr¨¢ctica el PP de Rajoy. Adem¨¢s de un tremendo error moral y pol¨ªtico, supondr¨ªa un incumplimiento palmario de sus obligaciones internacionales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.