Un circo romano, restos de un patio isl¨¢mico... En las entra?as del Palacio Valeriola, la nueva joya de la ¡®reina¡¯ de Mercadona
El Centro de Arte Hortensia Herrero, fundado por la vicepresidenta de la popular cadena de supermercados, se ubica en un antiguo palacio rehabilitado en el centro de Valencia. En ¨¦l se puede contemplar tanto su rico legado arquitect¨®nico como obras de David Hockney o Eduardo Chillida
El terreno en el que se encuentra el antiguo palacio Valeriola de Valencia acumula tantas capas de historia que no se sabe qu¨¦ tiene m¨¢s valor cultural, si la colecci¨®n de Hortensia Herrero que acoge y cuenta con obras de artistas de la talla de David Hockney, Mat Collishaw y Eduardo Chillida, o todo lo dem¨¢s: los vestigios del circo romano, los restos de un patio isl¨¢mico, una calle oculta tras una falsa puerta de la antigua juder¨ªa, un horno de la Baja Edad Media o 22 enterramientos pertenecientes al cementerio de la iglesia de San Juan del Hospital, su insigne vecino de finca. Todo esto se suma al valor del propio palacio Valeriola, cuya arquitectura del siglo XVII se ha recuperado como patrimonio para la ciudad.
Hortensia Herrero compr¨® este antiguo palacio a la arist¨®crata Francisca D¨ªez de Rivera (viuda de Alfonso Armada, militar condenado por el golpe de Estado de 1981). Hab¨ªa pertenecido a su familia durante 400 a?os, pero estaba muy deteriorado a pesar de que se trata de un edificio protegido. Herrero, vicepresidenta de Mercadona, se dedica, a trav¨¦s de la fundaci¨®n que lleva su nombre, a la recuperaci¨®n del patrimonio art¨ªstico de Valencia, as¨ª como a proyectos culturales relacionados con la danza, el ballet y el arte. En el ¨¢mbito de la restauraci¨®n, ha recuperado edificios como la iglesia de San Nicol¨¢s o el Colegio del Arte Mayor de la Seda.
Como coleccionista, hab¨ªa ido adquiriendo una serie de obras por su cuenta hasta que conoci¨® al comisario y cr¨ªtico de arte Javier Molins. Ambos valencianos, sus caminos se fueron a cruzar, sin embargo, en Estados Unidos. ¡°Coincidimos en un viaje organizado a Dallas por una exposici¨®n antol¨®gica sobre [Joaqu¨ªn] Sorolla que hac¨ªa el Museo Meadows. Yo iba como cr¨ªtico y ella como coleccionista de Sorolla. Nos llevaron a ver el distrito de las artes de la ciudad, que es espectacular porque cuenta con edificios de Rem Koolhaas, Renzo Piano, Norman Foster¡ Y nos explicaron que aquello lo financiaban, a t¨ªtulo privado, 30 ciudadanos de Dallas. Fue entonces cuando ella me coment¨® que ten¨ªa la intenci¨®n de hacer en Valencia algo en esa l¨ªnea con artistas locales. Yo, con toda mi libertad, porque en aquel momento no sab¨ªa que acabar¨ªa formando parte del proyecto, le dije que no me parec¨ªa una buena idea porque los artistas valencianos ya estaban muy bien representados en otros centros de la ciudad. Quiz¨¢ conven¨ªa m¨¢s pensar en el ciudadano, trayendo buenos artistas internacionales para la gente que no puede viajar. Y as¨ª fue como surgi¨® la relaci¨®n entre nosotros y la idea para este proyecto¡±, recuerda Molins.
Con su asesoramiento, Herrero comenz¨® a dar forma a una colecci¨®n que desde el pasado 11 de noviembre se puede visitar en el renovado palacio Valeriola e incluye obras de destacados artistas contempor¨¢neos como Anselm Kiefer, Anish Kapoor, David Hockney, Andreas Gursky, Olafur Eliasson, Alexander Calder, Mat Collishaw, Tom¨¢s Saraceno, Eduardo Chillida, Antoni T¨¤pies, Miquel Barcel¨® y Jaume Plensa, entre muchos otros.
Es una pr¨¢ctica actual ¡ªo casi m¨¢s bien parece una competici¨®n¡ª que los grandes coleccionistas cuenten con afamados arquitectos para el dise?o de los edificios o espacios en los que exhibir al p¨²blico general su repertorio de obras. Por ejemplo, Bernard Arnault cont¨® con el arquitecto Frank Gehry para la Fundaci¨®n Louis Vuitton y Tadao Ando se encarg¨® de la intervenci¨®n en la Bolsa de Comercio de Par¨ªs para la colecci¨®n Pinault. Salvando las distancias entre la magnitud de las colecciones, Herrero tambi¨¦n ha hecho converger arte y arquitectura en su proyecto, de la mano de Erre Arquitectura, optando por un espacio con un valor arquitect¨®nico en el que continente y contenido ¡ªy su propio di¨¢logo¡ª resultaran significativos a partes iguales.
¡°La elecci¨®n del palacio Valeriola refleja la propia personalidad y trayectoria de Hortensia Herrero como mecenas del patrimonio art¨ªstico valenciano. Ahora se lleva mucho lo de las grandes naves industriales a las afueras de la ciudad, pero entre todos pensamos que lo mejor era estar en el centro. Yo siempre digo que es mejor llevar el arte a donde est¨¢ la gente que llevar a la gente donde est¨¢ el arte¡±, apunta Molins. ¡°As¨ª fue como encontramos esta joya, que enseguida les encant¨® a los arquitectos. Era un edificio muy emblem¨¢tico que, a lo largo de la historia, hab¨ªa sido muchas cosas, desde un palacio noble a imprenta del diario Las Provincias o un bar de copas¡±.
Los propietarios de Mercadona, el matrimonio formado por Hortensia Herrero y Juan Roig, tienen cuatro hijas. Una de ellas, Amparo, es socia del estudio Erre Arquitectura, junto con Jos¨¦ Mart¨ª y Mar¨ªa ?ngeles Ros. Entre todos han acompa?ado a Hortensia en su proyecto de abrir su colecci¨®n al p¨²blico. ¡°Cuando lo vimos, nos pareci¨® perfecto. Aunque de entrada no iba a permitir exponer obras muy grandes, nos pareci¨® como una bombonera: una caja llena de rincones superespeciales y espacios ¨²nicos¡±, se?ala Amparo Roig.
Teniendo en cuenta su estado de ruina, hab¨ªa que tener ojo de arquitecto para intuirlo. ¡°Nuestro trabajo iba a consistir en hacer una intervenci¨®n que requer¨ªa de una seriedad, rotundidad y conocimiento sin entrar en competencia con el arte. Un equilibrio dif¨ªcil, con un lenguaje y una sensibilidad hacia la preexistencia, pero tambi¨¦n con la propia identidad de su nueva funci¨®n como centro de arte¡±, apunta Jos¨¦ Mart¨ª.
M¨¢s all¨¢ de la consolidaci¨®n y recuperaci¨®n de todo el edificio, entre los puntos fuertes de la intervenci¨®n de Erre Arquitectura se encuentran la incorporaci¨®n al conjunto arquitect¨®nico y expositivo de los restos arqueol¨®gicos, la suma de un edificio contiguo inteligentemente conectado con el palacio por su parte superior para dar coherencia al recorrido, as¨ª como la reconstrucci¨®n de la antigua capilla y de su c¨²pula, que hab¨ªan desaparecido. ¡°El di¨¢logo con Patrimonio de la Generalitat [Valenciana] ha sido constante durante todo el proceso, no se ha tratado de unas consultas¡±, asegura Mar¨ªa ?ngeles Ros. El resultado es un conjunto que respeta y pone en valor todo su pasado, plenamente integrado en una arquitectura dise?ada bajo una perspectiva contempor¨¢nea.
Resulta especialmente rese?able la reconversi¨®n de la antigua sala noble y la andana en espacios expositivos. Son precisamente las ventanas en arco de este antiguo secadero del palacio, situado en la ¨²ltima planta, el elemento que se ha escogido como se?a de identidad del centro. Tambi¨¦n, metaespacialmente, Erre Arquitectura ha proyectado meticulosas visuales que conectan unos espacios con otros y con el entorno, vinculando las ¨¢reas expositivas con los vestigios arqueol¨®gicos, con la ciudad o con las vistas privilegiadas al patio interior de uno de los edificios m¨¢s antiguos de la ciudad: la colindante iglesia de San Juan del Hospital.
¡°El di¨¢logo entre la parte art¨ªstica y la parte arquitect¨®nica ha sido muy interesante. Lo m¨¢s bonito es que la colecci¨®n ha ido creciendo al mismo tiempo que crec¨ªa el edificio. No hemos trabajado con unas fechas y con unos plazos, sino que hemos ido sumando obras conforme los espacios se iban restaurando. Por tanto, parte de ellas proced¨ªan de la colecci¨®n que ya ten¨ªa Hortensia. Y desde ah¨ª se han ido adquiriendo o encargando m¨¢s, teniendo en cuenta las salas o los espacios con los que ¨ªbamos contando¡±, explica Molins. El proceso ha durado cinco a?os.
Aparte de las obras adquiridas, el centro cuenta con piezas que seis artistas han realizado expresamente para espacios de tr¨¢nsito o rincones con potencial de la bombonera. Mientras Mat Collishaw, Olafur Eliasson y Cristina Iglesias aportaron creaciones para zonas de paso, Jaume Plensa ha intervenido el ¨¢bside, Tom¨¢s Saraceno el vest¨ªbulo y Sean Scully las vidrieras de la capilla. Mat Collishaw es el ¨²nico que ha concebido tres obras, una de ellas inspirada en las fallas a petici¨®n de Herrero.
El compendio de soportes, medios y estilos es muy variado, abarcando pintura, escultura, instalaciones, arte en movimiento y obras multimedia. De Sorolla a Kiefer, de Chillida a Calder, de Kapoor a Saraceno, de Plensa a Eliasson, de Hockney a Collishaw¡ Se trata de d¨²os que dan una idea de la diversidad de obras que alberga el Centro de Arte Hortensia Herrero. Una singularidad construida, nunca mejor dicho, para posicionarse como un centro relevante en el ¨¢mbito del arte contempor¨¢neo, a trav¨¦s tanto de su colecci¨®n como del patrimonio cultural recuperado en el que se despliega.
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