Rafa Nadal: ¡°Cuando llegue a Par¨ªs sabr¨¦ si es mi ¨²ltimo?a?o. Estoy preparado¡±
Ha estado un a?o fuera de las pistas. Ahora vuelve con ganas de darlo todo y de ganar. Conversamos con el mejor deportista espa?ol de la historia en Kuwait, lugar de entrenamiento antes de viajar a Australia, donde arranca hoy el torneo de Brisbane
¡°Mira ¡ªRafa Nadal se echa sobre la mesa y coge una botella de agua¡ª. Si t¨² tienes buena mano y te dicen que empujes esta botella hasta dejarla en el ¨¢ngulo, lo haces ¡ªle da un manotazo a la botella con su zurda, y la coloca all¨ª¡ª. Una y cien veces. A veces encaja en el ¨¢ngulo, perfecta; otras, muy cerca. Lo tienes automatizado. Pero si te dicen que si no la colocas en el ¨¢ngulo, te pegan un tiro, ?ostras! Eso ya cuesta un poco m¨¢s, ?no? Pero tambi¨¦n lo har¨¢s, porque tienes el dominio sobre tu mano, es un movimiento f¨¢cil, lo has hecho un mill¨®n de veces¡±.
?Qu¨¦ quiere decir?
Que en el tenis la mente importa much¨ªsimo, pero la gente que tiene m¨¢s dominado el juego, la que tiene m¨¢s sensibilidad en la mano, es la gente a la que la cabeza le falla menos. Est¨¢s mejor de mente cuando tienes un control superior en la mano. Si tienes el control de lo que est¨¢s haciendo, es m¨¢s f¨¢cil tener menos nervios, es m¨¢s f¨¢cil que la pelota no te queme en los momentos importantes. No te van a pegar un tiro, pero puedes perder Wimbledon. Y la cabeza te responde mejor en momentos de presi¨®n porque esa cabeza sabe que tienes dominado el juego: que t¨² eres muy bueno haciendo lo que haces.
Ahora se pega m¨¢s.
Por muy fuerte que se golpee la bola, los mejores jugadores siempre son jugadores de control. T¨² no ves jugadores muy top que no sientan extraordinariamente la bola. Porque al final los partidos se deciden en pocas bolas y los jugadores con m¨¢s sensibilidad en la mano son los que tienen m¨¢s regularidad, los que est¨¢n arriba, los que aparecen en las rondas finales. Los jugadores explosivos son muy peligrosos, s¨ª. Pero son una ruleta rusa: tienen el d¨ªa, o no. Y en mi carrera he aprendido algo: jugar mal y ganar marca la diferencia. Y eso solo lo haces controlando los partidos est¨¦s como est¨¦s jugando. El que consigue ganar m¨¢s partidos a fin de a?o jugando mal va a estar arriba. ?Por qu¨¦? Porque t¨² no vas a jugar mal todos los d¨ªas. Pero cuando juegas mal y ganas, tienes la oportunidad de jugar mejor al d¨ªa siguiente. El abec¨¦ en nuestro deporte es saber ganar jugando mal. Y eso lo haces si mentalmente est¨¢s preparado y tienes la humildad para asumir que a veces juegas mal, y sobreponerte.
?Corre ahora m¨¢s la bola?
Han hecho bolas m¨¢s blandas de lo habitual. Y la gente le pega m¨¢s fuerte, es l¨®gico. Es pura evoluci¨®n de la humanidad. Ha habido una evoluci¨®n a un tenis de golpear m¨¢s fuerte, de golpear pr¨¢cticamente sin pensar. Es un tenis que no requiere de preparaci¨®n alguna del punto para buscar el golpe ganador. La mayor¨ªa de jugadores juega muy parecido. Todo el mundo le pega muy fuerte a la pelota. Desde la primera bola. En pista dura se hace muy dif¨ªcil ver partidos t¨¢cticos, porque el juego no lo permite. La bola va tan r¨¢pida que solo est¨¢s pendiente de mantener el nivel de bola. De devolverla, vamos.
?Y qu¨¦ le parece?
A m¨ª no me gusta. Concibo el deporte como una manera m¨¢s de pensar, de analizar, de buscar soluciones. En ese tenis la soluci¨®n siempre es jugar muy bien, tener un nivel muy preciso de tiro, y estar acertado. Hay poca t¨¢ctica.
Siempre se dijo que su ¨¦xito es jugar punto a punto sin que le importe el marcador. Cada punto, un minipartido.
Es imposible que la cabeza funcione al 100% en el punto a punto. S¨ª he conseguido acercarme mucho a eso. Pero abstraerse del todo¡ Si est¨¢s 5-0 y 40-0 abajo, no vas a jugar ese punto aisl¨¢ndote del resultado, es imposible. Has perdido el set.
Le da importancia a la emoci¨®n.
Los puntos extraordinarios siempre van acompa?ados de peloteo. Es muy dif¨ªcil, por experiencia propia, emocionar al espectador con puntos de dos o tres golpes. Por muy espectacular que sea. El espectador se mete dentro del partido, se emociona e interviene, y eso lo percibimos en la pista cuando el partido es largo y hay puntos largos. Cuando hay drama. Y eso solo lo da el peloteo.
Nadal deja entrever una sonrisa despu¨¦s de la ¨²ltima frase. Es mi¨¦rcoles, 13 de diciembre, y son las 16.30 en Kuwait. Rafael Nadal Parera (Manacor, 37 a?os) est¨¢ con su familia (Xisca Perell¨®, su mujer, y Rafael Nadal, su hijo, con el que el tenista aparece en brazos en la recepci¨®n del hotel Grand Hyatt), rodeado de su guardia pretoriana para preparar el que ser¨¢, casi con toda seguridad, su ¨²ltimo a?o en el circuito profesional. El mejor tenista de todos los tiempos en tierra batida y uno de los mejores de la historia, el segundo hombre con m¨¢s Grand Slam (22) detr¨¢s de Novak Djokovic (que tiene 24, los mismos que Margarett Court), regresa a las pistas despu¨¦s de un a?o de par¨®n en el que no pudo ni entrenar. Y un a?o, para un jugador de su edad, puede ser la eternidad. Quiz¨¢ lo sea; quiz¨¢ Rafa Nadal ya haya ganado su ¨²ltimo Grand Slam en junio de 2022 en Par¨ªs. ¡°No te voy a enga?ar, y para m¨ª no es f¨¢cil decir esto porque uno est¨¢ programado para pensar siempre en lo m¨¢ximo (es una cosa de h¨¢bitos: lo has hecho durante toda tu vida), pero llega un momento en que sabes que esto no es real. Y necesito hacer un trabajo mental diario de decir: ¡®Vale, mi objetivo es estar lo mejor posible, pero no permitas que si las cosas no vayan bien te frustre, porque soy muy consciente de que las cosas no van a ir bien, o es casi imposible que vayan bien¡¯. He tenido poqu¨ªsimo tiempo de preparaci¨®n, no soy cabeza de serie de nada [ahora mismo es el n¨²mero 664 del ranking ATP], tengo la edad que tengo¡¡±, dice.
Horas antes, a las once de la ma?ana, Nadal se cit¨® en una de las pistas de la Rafa Nadal Academy de Kuwait con Arthur Fils (Metz, Francia, 19 a?os) para jugar ¡°los primeros sets en serio¡±, seg¨²n dice, desde que se rompiese en enero en Australia. Fils, que lleg¨® en 2023 a ser 36? del mundo, es un pegador extraordinario con el que Nadal se bate en una pista abarrotada de kuwait¨ªes, turistas y chavales de la Academia con sus familias. Cada paso del ¨ªdolo es grabado al instante por decenas de tel¨¦fonos m¨®viles. Los dos se l¨ªan a palos a 27 grados; Nadal, con gorra para atr¨¢s y bajo la sombra silenciosa de Carlos Moy¨¢ y la mirada escrutadora de su fisioterapeuta, Rafael Maym¨®, sentado en un lateral de la pista.
Al acabar, Fils envi¨® un mensaje a Ivan Ljubi?i?, el extenista croata y exentrenador de Roger Federer: ¡°Rafa est¨¢ jugando a un nivel muy alto¡±, seg¨²n filtr¨® el propio Ljubi?i?, que a?adi¨®: ¡°Siempre espero grandes cosas de ¨¦l¡±. Lo cierto es que las expectativas, que incomodan un poco a Nadal (?hasta cu¨¢ndo se va a esperar de ¨¦l que gane?, ?qu¨¦ tiene que pasar para sacarse un poco de presi¨®n?, parece preguntarse), est¨¢n justificadas. Ha vuelto de lesiones que hubieran retirado a muchos. Es el ¨²nico tenista del mundo que ha sido n¨²mero uno en tres d¨¦cadas diferentes. En 2011, hace 12 a?os, su bi¨®grafo John Carlin dijo de ¨¦l que ya hab¨ªa tocado techo: ¡°A sus 25 a?os, Nadal ha vivido m¨¢s que muchas personas de 100. Hay otro hecho irrebatible, todo deportista tiene fecha de caducidad. Me temo que la segunda ¨¦poca de su vida no ser¨¢ tan importante como la primera. Este chico ya ha llegado a la cima, con 25 a?os es un caso digno de estudio¡±. Pero es que ya entonces, como reconoci¨® Carlin, sus problemas f¨ªsicos amenazaban con estropear su carrera. Y a esos 25 Nadal era una celebridad mundial tal que incluso pod¨ªa moverse por el mundo sin papeles, como cuenta Carlin en la biograf¨ªa [Rafa, mi historia], al olvidarse el chico de rellenar el formulario, requisito no negociable para entrar como extranjero en Australia. ¡°Oh, no problem. Absolutely no problem, Mr. Nadal!¡±, exclamaron los funcionarios. Dice el tenista que cuando se retire se dedicar¨¢ a viajar. Parece una broma, pero no lo es. Ha estado en Roma 18 veces [ha ganado el Abierto 10 veces] y no conoce el Vaticano. Dos veces frustr¨® la visita la gente que lo reconoci¨® y no le dejaba avanzar; otras dos fue invitado por dos papas distintos¡ en d¨ªas de partido: Dios no entiende de los cuadros de los torneos.
Es mala idea preguntarle a Nadal por sus lesiones. Las enumera detalladamente, incluso algunas que no lleg¨® a contar en su momento para ahorrarse la sospecha de que busca una excusa despu¨¦s de una derrota: ¡°Entiendo que hasta la gente se canse¡±. Pero ¨¦l las sufre. Y las resume violentamente en esta frase: ¡°Yo tuve una lesi¨®n muy importante en 2005 [ten¨ªa 22 a?os]. A partir de ah¨ª, tengo un pie que es lo peor de mi cuerpo¡±. Se trata de su pie izquierdo y del s¨ªndrome de M¨¹ller-Weiss, una enfermedad degenerativa que debilita el hueso escafoides tarsiano, deforma la extremidad y provoca dolor hasta para caminar; se trata de un hueso esencial para mover el pie.
¡°Eso es lo que me destruye, realmente¡±, sigue. ¡°Me destruye el cuerpo: se ha desestructurado todo lo dem¨¢s para intentar salvar el pie. Pude salvarlo, pero me ha descompensado el resto. Y lo que me termina destrozando es tener m¨¢s dolor de la cuenta diariamente. Hay dolores limitantes, s¨ª, y otros fuera de la pista: esos acaban contigo. Porque yo tengo que ser feliz fuera de la pista. Dentro, las cosas pueden salir mejor o peor, es deporte. Pero cuando tienes dolor siempre, tambi¨¦n fuera de los torneos, no eres feliz en tu vida personal. Despertarte y sentirlo, saber que est¨¢ ah¨ª de nuevo. Vivir con dolor es frustrante. Y afecta a tu car¨¢cter. Yo soy una persona positiva, tranquila, alegre, y el dolor me tira abajo¡±, dice.
La lesi¨®n de 2005 casi lo retira. Lo cont¨® en EL PA?S su t¨ªo, Toni Nadal, su entrenador durante 27 a?os. ¡°En 2005 se le detect¨® una lesi¨®n cong¨¦nita bastante problem¨¢tica en su pie. Fue el peor momento de su carrera¡±. El especialista que lo trat¨® dijo que la carrera de Rafa Nadal estaba terminada para el m¨¢ximo nivel.
Nadal bebe un sorbo de su coca-cola light. Viste de oscuro y est¨¢ echado en uno de los sof¨¢s de la suite que comparte con su familia en la ¨²ltima planta del hotel.
El dolor, y sobreponerse a ¨¦l, ?le ayud¨® mentalmente a doblegar a sus adversarios? Es decir: ?se puede sacar algo bueno de ese sufrimiento?
No, no, no. Yo tuve una gran preparaci¨®n mental de joven. Entren¨¦ de ni?o muchas horas, bajo mucha presi¨®n y con una gran intensidad. Mi t¨ªo [Toni Nadal] me exig¨ªa mucho. Estaba acostumbrado a vivir situaciones de tensi¨®n diarias. Me ayud¨® a forjar un car¨¢cter que me ha servido para lo que vino despu¨¦s. A m¨ª el dolor no me ha ayudado a ganar a mis adversarios. El dolor lo ¨²nico que me ha ayudado es a valorar las cosas buenas que me han pasado.
En la pel¨ªcula Borg McEnroe, Borg se muestra deses?perado porque le dice a su mujer que, si no gana el quinto Wimbledon, pasar¨¢ a la historia por ser el tenista que no gan¨® el quinto, en lugar de ser el que gan¨® cuatro. Y ella responde: ¡°?En qu¨¦ momento dejamos de ser felices?¡±.
Yo he sido muy feliz fuera de la pista toda mi vida. Y siempre me lo he pasado bien. Pasarlo bien no solo es re¨ªrse y estar de buen humor. Pasarlo bien es valorar lo que est¨¢s haciendo, valorar la suerte de estar donde est¨¢s. Nunca he perdido de vista que me dedico profesionalmente a un juego, porque eso es. No trabajamos en el tenis: jugamos al tenis. Y adem¨¢s soy muy feliz compitiendo. Lo he hecho toda mi vida. Me encanta la competici¨®n. Me gusta el esfuerzo, buscar soluciones dentro de la pista, estar alerta para intentar ganar. Eso me llena.
El esfuerzo y el sacrificio es grande.
Ser¨¦ realista y honesto: yo he sido una persona muy esforzada dentro de la pista, alguien que ha entrenado con la m¨¢xima intensidad. Pero no he sido una persona obsesiva. He sabido vivir fuera de la pista al margen de mi vida profesional. He sabido desconectar y no perderme etapas de mi vida. He salido de fiesta con mis amigos muchas veces. He ido a la playa a jugar al f¨²tbol muchas veces. Lo que no pod¨ªa era hacerlo cada semana. Ni salir viernes y s¨¢bado como hac¨ªan mis amigos. Pero no me he perdido ninguna etapa, y eso ha ayudado a que mi carrera sea larga. No hubiera aguantado tanto de no ser as¨ª.
?La derrota no le estropea una cena, un viaje, un momento de ocio? Usted es un ganador.
Yo soy m¨¢s competidor que ganador, la verdad. A m¨ª la derrota no me destroza. Hay partidos que te duele perder, solo faltar¨ªa. Pero soy m¨¢s competidor. Si yo compito, me siento bien.
?Por ejemplo?
Yo pierdo con Djokovic la final de Australia 2012, seis horas de partido. Lo tuve perdido en el cuarto set. Lo tuve ganado en el quinto. Y lo termino perdiendo. Acabo por los suelos: una final de Grand Slam, un partido medio ganado¡ Pero no estoy frustrado: compet¨ª al m¨¢ximo. Y estoy satisfecho. He dado lo m¨¢ximo que ten¨ªa. He jugado bien. He luchado hasta el final. He perdido. Me ha ganado el otro. Esto es deporte: si te dedicas a esto, o ganas, o pierdes.
?Y una derrota que le doli¨®?
Me frustr¨® much¨ªsimo perder la final de Australia 2014 contra Wawrinka. Me romp¨ª: me lesion¨¦ la espalda en el primer set. Eso s¨ª que me hundi¨®. Me dej¨® tocado durante bastante tiempo. ?Por qu¨¦? Porque no pude ni competir.
Unamos eso a victorias que se daban por hecho. En su profesi¨®n, y en la ¨¦lite, a eso ha llegado usted. Supongo que no es agradable.
Ha habido alg¨²n momento de mi carrera en que ganar ha sido empatar, y esa sensaci¨®n es fea: se da por hecho que tienes que ganar; de pronto, ganar Montecarlo [tiene 11 t¨ªtulos] es lo que tienes que hacer. No es bueno. Eso te convierte en un trabajador que tiene que cumplir. Y de repente parece que ganar Roland Garros es cumplir tu jornada laboral. Yo no he dejado que eso sucediera habitualmente, me ha sucedido poco y, cuando ha sido as¨ª, me he reunido con mi gente y les he dicho: ¡°Vamos a analizar esto, a alejar este pensamiento¡±. Porque el deporte no puede ser un trabajo al que vayas a cumplir el expediente. Tiene que haber ilusi¨®n, locura, llama.
Tras la marcha en 2017 de Toni Nadal, su entrenador de siempre, tres personas se dedicaron a entrenar al genio de Manacor: Carlos Moy¨¢ (segundo tenista espa?ol en alcanzar el n¨²mero uno del tenis mundial en 1999, cuatro a?os despu¨¦s de que lo lograra Arantxa S¨¢nchez Vicario), Marc L¨®pez (extenista con el que gan¨® Nadal el oro ol¨ªmpico en dobles en Pek¨ªn 2008) y Francis Roig, que se fue hace un a?o dejando su puesto a Gustavo Marcaccio. Moy¨¢, encantador en las distancias cortas, prefiere no hablar. ¡°Es un genio que no se da importancia. Habla el mismo idioma de tenis que Nadal, y tiene una capacidad brutal para sacar lo mejor de ¨¦l: lo exprime al m¨¢ximo. Pero el protagonismo lo deja para Rafa, ¨¦l se saca de en medio¡±, justifican en el entorno del tenista.
Su agente es el extenista Carlos Costa. El jefe de comunicaci¨®n es Benito P¨¦rez-Barbadillo, antiguo jefe de prensa de la ATP y reclutado por Nadal en 2006. Y el hombre que no se separa de ¨¦l nunca, el jefe de la sala de m¨¢quinas que es el cuerpo de Nadal, es Rafael Maym¨®. Cada d¨ªa del a?o, cada hora de cada d¨ªa, Maym¨®, si no est¨¢ con ¨¦l, est¨¢ a un telefonazo del tenista. Su relaci¨®n ¡ªla relaci¨®n de todo el clan entre s¨ª, pero especialmente entre Nadal y Maym¨®¡ª es estrecha y no solo se circunscribe al tenis: hablan de todo. Nadal, de hecho, coge aire y desconecta leyendo peri¨®dicos, editoriales y estando al tanto de lo que ocurre diariamente en Espa?a. Habla con desenvoltura de pol¨ªtica y de la situaci¨®n actual en nuestro pa¨ªs, pregunta mucho, se interesa mucho por lo que pasa. Ve series y documentales, lee pocos libros, y es fan de Julio Iglesias, con el que conversa a menudo por tel¨¦fono. Tambi¨¦n es fan¨¢tico del Real Madrid. Despu¨¦s del gol de Rodrygo ante el Manchester City en 2022, durante las semifinales de Champions, no pudo contenerse en el palco del Bernab¨¦u: sali¨® corriendo por delante de Mansour bin Zayed, propietario del club ingl¨¦s, y Florentino P¨¦rez, presidente del Madrid, para subir las escaleras y abrazarse con su padre, Sebasti¨¢n Nadal, con el que siempre, desde ni?o, ve los partidos de su equipo. Y se llega as¨ª a una figura clave de su vida y su carrera: Sebasti¨¢n Nadal.
¡°Es el gran cerebro que est¨¢ detr¨¢s de todo. Se habla mucho de Toni y con raz¨®n, claro, y mucho menos de su padre. Pero la influencia que tiene en ¨¦l es impresionante. Organiza, decide, mueve. Y Nadal le escucha como a ninguno¡±, explica P¨¦rez-Barbadillo. Rafa Nadal es una gigantesca multinacional que no da un paso sin estudiarlo al mil¨ªmetro. Un total de 92 t¨ªtulos despu¨¦s en una carrera profesional de 20 a?os, el tenista solo en premios ha ganado 123,8 millones de euros. A eso hay que sumar, sobre todo, los acuerdos publicitarios con marcas como Kia, Movistar, Heliocare, Santander, Map?fre, Nike o Richard Mille. Un dinero gestionado con ¨¦xito en un gigantesco holding que invierte en empresas inmobiliarias, hoteleras, de energ¨ªas renovables y de intermediaci¨®n, seg¨²n informa Cinco D¨ªas. Incluso, a trav¨¦s de su sociedad Mabel Capital, es productor en series de Netflix como Soy Georgina y La Marquesa.
?Siente que ha ganado partidos por ser quien es? Es decir, ?se les encoge el brazo a los j¨®venes cuando tienen que enfrentarse a alguien a quien admiran tanto? Tiene 37 a?os. Hace 18 gan¨® su primer Roland Garros. Hay chavales en el top ten que han crecido vi¨¦ndole ganar Grand Slam, y usted se ha presentado en la pista y les ha ganado.
Ahora mismo, en el estado en el que estoy, no. Pero cuando vienes de ganar mucho, claro que afecta. En 2022 gan¨¦ Australia, ven¨ªa de 2021 sin jugar, y luego sales a Acapulco o a Indian Wells ese a?o y entras en la pista con la convicci¨®n de que va a ir bien. A veces no va bien, pero como vienes de ganar y eres alguien reconocido (es decir, con una gran trayectoria), mentalmente a los otros se les hace muy cuesta arriba. Ahora mismo, yo no creo que la gente salga a la pista pensando: ¡°Voy a ganar a Djokovic¡±. Lo van a intentar, pero cuando las cosas se tuercen es m¨¢s f¨¢cil perder que con cualquier otro.
Ha dicho Djokovic que usted le intimidaba en los vestuarios corriendo, saltando y bufando al lado de ¨¦l.
Nunca, nunca, nunca fue mi intenci¨®n. Yo caliento as¨ª, intento estar preparado y listo para salir, y me ejercito, nada m¨¢s. No he escuchado eso que ha dicho, la verdad.
?Por qu¨¦ se habla tanto de los Federer-Nadal y tan poco de los Djokovic-Nadal o Djokovic-Federer siendo partidazos tambi¨¦n, y siendo Djokovic el jugador con m¨¢s Grand Slam de la historia?
Se juntan varios factores. Algunos no te los voy a decir porque se me hace dif¨ªcil, no me toca a m¨ª comentarlos. Pero ten¨ªsticamente est¨¢ claro. Es una combinaci¨®n de estilos muy radical. Federer era la perfecci¨®n a nivel est¨¦tico, a nivel de elegancia, a nivel t¨¦cnico. (Ojo: yo tengo muy buena t¨¦cnica, mucha, pero la t¨¦cnica no es lo mismo que la est¨¦tica. Son dos cosas diferentes. ?l ten¨ªa una t¨¦cnica incre¨ªble haciendo las cosas muy bonitas con una elegancia impresionante). Cuando llego yo, ¨¦l era el n¨²mero uno del mundo, y le sale un rival con el pelo largo y con un f¨ªsico exuberante. La elegancia contra un guerrero. Hab¨ªa un pack de combinaci¨®n de personalidades y de estilos; y eso, unido a que hemos jugado much¨ªsimos partidos en los escenarios m¨¢s importantes, convirti¨® nuestra rivalidad en algo que trascendi¨® m¨¢s que cualquier otro duelo.
Se paraba el mundo.
Lo que se ha transmitido en esos partidos no se ha conseguido en los partidos entre Djokovic y Federer, o Djokovic contra m¨ª. Aun siendo partidos de un nivel alt¨ªsimo, o incluso de un nivel superior, vete a saber. Pero hab¨ªa un contraste tan brutal. En esos partidos se sent¨ªa un ambiente diferente. Sal¨ªas a la pista y lo que se respiraba en la pista, buf¡ Sobre todo con los a?os, porque todas estas cosas no se forjan de un d¨ªa para otro. Al final, la rivalidad es la que es porque se ha alargado durante much¨ªsimos a?os.
Le castigaba el rev¨¦s, le liftaba la pelota hasta que Federer llegaba a la pared para responderle.
Nos hemos ido reinventando todos, por eso ha habido esta rivalidad tan intensa: siempre nos sorprend¨ªamos. Djovokic tambi¨¦n, pero ¨¦l con una diferencia comparado con nosotros dos (y tiene un m¨¦rito propio brutal): ha evolucionado su juego ¡ªtodos los campeones lo hacen¡ª, pero no ha tenido la necesidad de evolucionarlo tanto como nosotros. No ha sufrido tantas lesiones. Lo ¨²nico que le ha exigido mejorar su juego han sido sus rivales, no sus problemas f¨ªsicos. Es una diferencia. Federer tampoco se lesiona mucho pero le sali¨® un rival, que era yo, que le castigaba su ¨²nico punto d¨¦bil. Y eso yo pod¨ªa hacerlo porque era zurdo. Si hubiera sido diestro no se lo hubiese podido castigar.
Djokovic.
Ha potenciado much¨ªsimo sus virtudes, pero no ha adaptado su juego de manera radical. Yo para jugar contra Federer ten¨ªa una t¨¢ctica muy marcada; ¨¦l sab¨ªa lo que yo iba a buscar, yo sab¨ªa que intentar¨ªa defenderse. Era una partida de ajedrez. Y cuando te equivocabas, lo sab¨ªas. Con Djokovic no hay ese nivel de estrategia en los partidos. Hay que jugar a un nivel muy alto y durante mucho tiempo para ganarle, es diferente.
Federer.
Cuando vuelve en 2017, despu¨¦s de su lesi¨®n, hace un cambio muy importante. Cambia la raqueta por una m¨¢s grande, que golpea m¨¢s fuerte, y hace un cambio mental. Como sabe que no puede correr como antes, se convierte en un jugador mucho m¨¢s agresivo, y a m¨ª me hace mucho da?o. ?l era un jugador mejor que yo en pista dura, pero hasta ese momento creo que yo le hab¨ªa ganado m¨¢s veces all¨ª. Pero se reinventa, y le da una vuelta m¨¢s a su juego: hiperagresivo. Mi t¨¢ctica de castigarle su rev¨¦s sigue funcionando, pero no tiene tanto efecto porque no me deja: se dedica a jugar muy r¨¢pido. No me permit¨ªa hacer mi repetici¨®n contra su punto d¨¦bil. Es algo con lo que se hab¨ªa equivocado en su carrera: me dejaba repetir los golpes hacia su rev¨¦s. Su salida era un rev¨¦s cortado, y yo tengo muy buena bola cuando me la cortan, no me molesta, me gusta devolverla y la devuelvo fuerte, no estoy inc¨®modo.
?Hubiera querido ser Federer de no haber sido Rafa Nadal?
Desde que tengo uso de raz¨®n es el jugador que m¨¢s me ha impresionado, el que m¨¢s me ha divertido, el que m¨¢s me ha emocionado. Me ha emocionado m¨¢s ver jugar a Federer que a Djokovic, y al final el tenis es emoci¨®n, la emoci¨®n es la que te arrastra a ¨¦l.
Alcaraz.
He jugado muy poco contra ¨¦l. Desde que ha llegado al circuito, he estado m¨¢s tiempo lesionado que en pista. Pero tiene un juego muy completo. Re¨²ne unas condiciones muy brillantes en casi todos los registros.
Tras entrenar con Fils en Kuwait, Nadal viaj¨® a Manacor, donde entren¨® con Gasquet (¡°ser¨¢ competitivo y ganar¨¢ partidos, no hay ninguna duda. Hace largas sesiones de tres horas. Eso es lo que hay que hacer, jugar tanto como sea posible¡±, dijo el franc¨¦s), Jan-Lennard Struff y Emil Ruusuvuori. El 25, d¨ªa de Navidad, estaba previsto el viaje a Brisbane, en Australia, donde disputar¨¢ esta primera semana de enero su primer torneo en un a?o antes de irse a las pistas de Melbourne a jugar el Open de Australia, a partir del 14 de enero. El mito est¨¢ de despedida, pero es la despedida que se ha ganado el derecho a decidir: en la ¨¦lite, en las mejores pistas, con todos los ojos del planeta sobre ¨¦l. ¡°No te voy a decir si aspiro a ganar¡±, sonr¨ªe. ¡°Pero a ver si lo explico de una manera que no parezca que me quiera quitar presi¨®n. En mi cabeza, porque es la forma de pensar que yo tengo, quiero tener la opci¨®n. No s¨¦ si voy a poder: no s¨¦ si el f¨ªsico me lo va a permitir, no s¨¦ a qu¨¦ nivel voy a poder volver a jugar al tenis. Pueden pasar much¨ªsimas cosas¡±. ?Y Roland Garros? ¡°En mi cabeza est¨¢ llegar a los ¨²ltimos torneos de temporada de tierra, que pueden ser Roma y Roland Garros. Por eso estoy jugando. Es remota, pero tengo una m¨ªnima opci¨®n. Claro que est¨¢ en mi cabeza, no les voy a enga?ar, no me voy a quitar esa ilusi¨®n; si no tuviera esa ilusi¨®n, esa motivaci¨®n, se me har¨ªa dif¨ªcil volver¡±.
?No le impacta pensar que quiz¨¢ se despida de Australia o, peor a¨²n, de Par¨ªs, sin saber que seguramente no vaya a volver? Es decir, sin despedirse.
Cuando llegue a Par¨ªs sabr¨¦ si es mi ¨²ltimo a?o. Y habr¨¢ un anuncio previo. Habr¨¢n sido cinco meses de margen en el circuito y sabr¨¦ mi realidad: uno esas cosas las puede intuir, pero hasta que no las palpa no puede hacer nada. Yo estoy preparado. Soy consciente de que es muy probable que vaya a ser mi ¨²ltimo a?o. Me encantar¨ªa poder decir ¡°me voy¡± antes de Australia, que va a ser mi ¨²ltimo a?o y que se sepa, jugar con esa emoci¨®n de la despedida y que el p¨²blico viva los partidos de una manera diferente. Pero he visto a compa?eros que han anunciado esas cosas y, cuatro a?os despu¨¦s, siguen jugando. Pues bueno: no me gusta. ¡°Este nos dijo que se retiraba, le ovacionamos en todas las pistas y aqu¨ª anda otra vez, menudo a?o de homenaje se peg¨®¡±. Soy consciente de que hay muchas opciones de que se acabe, pero no lo s¨¦ al 100%. ?Si de repente a finales de a?o f¨ªsicamente me encuentro bien, a mi familia le va bien con lo que hago, me divierto y me siento competitivo? Pero como s¨¦ que esto es muy dif¨ªcil, me preparo para el adi¨®s.
Piensa mucho las cosas en su vida.
Porque en el tenis tienes que jugar pensando antes o despu¨¦s de los puntos. Durante el punto t¨² no puedes pensar, solo est¨¢s para saber d¨®nde tirar la pelota, y eso sale de manera autom¨¢tica. ?Por qu¨¦? Porque t¨², cuando piensas, pierdes tiempo. Cuando tienes que pensar, pierdes medio segundo y ya est¨¢s fuera [trisca los dedos]. Analizas las cosas que est¨¢n sucediendo entre puntos, no durante los puntos, te das cuenta, t¨² tienes una idea del juego y se ejecuta de una manera aleatoria. La bola va muy r¨¢pida: tienes que moverte y golpear, colocarte bien y buscar el sitio adecuado para tirar la pelota.
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