Una historia de frontera: c¨®mo factor¨ªas chinas de pescado prosperan gracias al trabajo forzado norcoreano
La ONG The Outlaw Ocean Project ha documentado el extendido uso de esta mano de obra a pesar de las sanciones de la ONU. Los empleados desplazados est¨¢n sometidos a condiciones laborales que incluyen encierros, extorsiones y violencia sexual
En febrero de 2023, Donggang Jinhui Food, una empresa procesadora de marisco de Dandong (China), celebraba una fiesta. Hab¨ªa sido un a?o de ¨¦xitos: la sociedad hab¨ªa inaugurado una nueva factor¨ªa de gran tama?o en sus instalaciones de la ciudad y hab¨ªa duplicado la cantidad de calamares que exportaba a Estados Unidos. Los v¨ªdeos del acontecimiento, publicados en Douyin, la versi¨®n china de Tiktok, muestran cantantes, instrumentistas, bailarines, fuegos artificiales y luces estrobosc¨®picas. Un aspecto crucial del ¨¦xito de la empresa hab¨ªa sido su utilizaci¨®n de trabajadores norcoreanos, enviados por el Estado a trabajar en f¨¢bricas chinas, en condiciones de cautiverio, para ganar dinero para su Gobierno. Los v¨ªdeos publicados por la compa?¨ªa muestran m¨¢quinas rotuladas en coreano y a los trabajadores explicando tambi¨¦n en coreano c¨®mo limpiar y pesar los calamares. En la fiesta, la empresa reprodujo canciones de pop muy conocidas en Pyongyang, como La gente trae gloria a nuestro partido, escrita por el poeta laureado de Corea del Norte Yun Du-gun, e Iremos al monte Paektu, una referencia al lugar de nacimiento de Kim Jong-Il, el mitificado l¨ªder del pa¨ªs fallecido en 2011. Entre el p¨²blico, decenas de trabajadores se balanceaban al ritmo de la m¨²sica, ondeando diminutas banderas norcoreanas.
Uno de los v¨ªdeos proyectados durante el acto inclu¨ªa im¨¢genes de dron de su recinto amurallado de 8,5 hect¨¢reas, que cuenta con instalaciones de procesamiento y almacenamiento en fr¨ªo y una residencia de siete pisos para los trabajadores. En ¨¦l se destacaba el aumento de la clientela de la empresa en Occidente y se mostraba una amplia gama de certificaciones occidentales, de empresas como el Marine Stewardship Council y Sedex, que supuestamente revisan los centros de trabajo para detectar abusos. Un comerciante de marisco que trabaja con la empresa calcula que actualmente emplea entre 50 y 70 trabajadores norcoreanos; los artistas de la fiesta llevaban los colores de Corea del Norte y la bandera del pa¨ªs ondeaba detr¨¢s de ellos. Cuando las im¨¢genes se publicaron en Internet, el autor de un comentario ¨Caparentemente perplejo, porque es ilegal que las empresas chinas empleen mano de obra norcoreana¨C preguntaba: ¡°?No ten¨¦is prohibido grabar esto?¡±.
Las instalaciones de Jinhui, como muchas otras, dependen enormemente de un amplio programa de trabajo forzado norcoreano. Este est¨¢ dirigido por un organismo secreto del Gobierno llamado Sala 39, que financia todo tipo de act¨ªvidades il¨ªcitas en el extranjero, desde el blanqueo de dinero a ciberataques, seg¨²n el Departamento de Estados de EE UU. Corea del Norte comenz¨® a enviar trabajadores a China en cantidades significativas en 2012; ese a?o, m¨¢s de 40.000 coreanos recibieron visados especiales. Una parte de sus salarios se la queda el Gobierno, que de esta manera financia las actividades de la Sala 39 y proporciona una fuente vital de divisas para el r¨¦gimen. Naciones Unidas calculaba en 2017 que el pa¨ªs ingresaba entre 1.200 y 2.300 millones de d¨®lares anuales a trav¨¦s del programa (entre 1.009 y 2.125 millones de euros, aproximadamente).
Aquel a?o, despu¨¦s de que Corea del Norte llevara a cabo pruebas con armas nucleares, Naciones Unidas impuso varias sanciones, y declar¨® ilegal que las empresas extranjeras utilizaran trabajadores norcoreanos, asumiendo que su trabajo es forzado y sus salarios financian al r¨¦gimen. Ese mismo a?o, Estados Unidos aprob¨® la estricta Ley para Contrarrestar a Adversarios de Estados Unidos Mediante Sanciones (CAATSA, por sus siglas en ingl¨¦s), que impone fuertes multas a las empresas que importan productos vinculados a la mano de obra norcoreana. La ley establece una ¡°presunci¨®n refutable¡± que califica el trabajo realizado por norcoreanos como trabajo forzado, a menos que se demuestre lo contrario. No obstante, China ha seguido importando en masa trabajadores norcoreanos, que proporcionan mano de obra barata; seg¨²n c¨¢lculos del Departamento de Estado estadounidense, actualmente hay m¨¢s de 100.000 trabajando en el pa¨ªs. Suelen estar empleados en empresas de construcci¨®n, f¨¢bricas textiles y compa?¨ªas de software. Y muchos tambi¨¦n procesan pescado y marisco. En 2022, seg¨²n un recuento del Gobierno chino publicado accidentalmente en internet, hab¨ªa hasta 80.000 trabajadores norcoreanos solo en la ciudad de Dandong, centro neur¨¢lgico del sector pesquero.
Este a?o, me puse en marcha con un equipo de investigadores para documentar el empleo de norcoreanos en este sector. Revisamos documentos gubernamentales filtrados, material promocional de empresas, im¨¢genes por sat¨¦lite, foros en l¨ªnea y noticias locales. Visionamos centenares de v¨ªdeos de tel¨¦fonos m¨®viles publicados en Douyin, Bilibili (un sitio chino para compartir v¨ªdeos) y WeChat (una popular plataforma china de mensajer¨ªa). En algunos, se hablaba expl¨ªcitamente de la presencia de norcoreanos; en otros casos, pedimos a expertos que revisaran las im¨¢genes en busca de acentos norcoreanos, uso del idioma y otros marcadores culturales. Informar en China resulta muy dif¨ªcil para los reporteros occidentales, pero enviamos investigadores chinos a visitar f¨¢bricas, hablar con los directivos y filmar las l¨ªneas de producci¨®n. Tambi¨¦n envi¨¦ en secreto, a trav¨¦s de intermediarios, preguntas a 20 trabajadores y cuatro directivos norcoreanos sobre su estancia en las f¨¢bricas chinas.
Los trabajadores, en su mayor¨ªa mujeres, relataban un amplio patr¨®n de cautiverio y violencia en las f¨¢bricas. Cuentan que viv¨ªan retenidos en recintos rodeados de alambradas de espino, bajo la vigilancia de agentes de seguridad. Varios describ¨ªan adem¨¢s las bofetadas y pu?etazos que les propinaban los encargados por no trabajar lo suficiente o no seguir las ¨®rdenes, y que eran sometidos a severos castigos si intentaban escapar. ¡°A menudo advert¨ªan de que, si pillaban a alguno huyendo, le matar¨ªan sin dejar rastro¡±, escrib¨ªa un trabajador. Otra de sus compa?eras narraba: ¡°El momento peor y m¨¢s triste fue cuando me obligaron a mantener relaciones sexuales cuando nos llevaron a beber¡±. Casi todas ellas declaraban haber sufrido agresiones sexuales a manos de sus jefes.
En total, identifiqu¨¦ al menos 15 centros de procesamiento de pescado y marisco que, en conjunto, han utilizado a m¨¢s de mil trabajadores norcoreanos desde 2017. Gran parte del pescado y marisco procesado en estas factor¨ªas acaba despu¨¦s en Estados Unidos. China niega oficialmente que estos trabajadores est¨¦n en el pa¨ªs. Pero su presencia es un secreto a voces. ¡°Son f¨¢ciles de distinguir¡±, escrib¨ªa un residente de Dandong en un comentario en Bilibili. ¡°Todos llevan uniformes, tienen un l¨ªder y obedecen ¨®rdenes¡±.
A finales de 2023, un investigador de mi equipo encontr¨® en una instalaci¨®n china llamada Donggang Haimeng Foodstuff a un gerente norcoreano sentado ante un escritorio de madera con dos banderitas, una de China y otra de Corea del Norte. Las paredes, tras el escritorio, estaban vac¨ªas, excepto por dos retratos de los anteriores l¨ªderes norcoreanos, Kim Il Sung y Kim Jong Il. El gerente llev¨® al investigador a la cafeter¨ªa de empleados para que comiera un plato norcoreano de fideos fr¨ªos llamado Naengmyeon, y luego le ense?¨® la planta de procesamiento. All¨ª, varios centenares de mujeres norcoreanas vestidas de pies a cabeza con uniformes rojos, delantales rosas y botas de lluvia blancas estaban en pie, hombro con hombro, alrededor de unas largas mesas met¨¢licas bajo unas luces fuertes, encorvadas sobre cestas de pl¨¢stico de marisco donde cortaban y clasificaban a mano los productos. La f¨¢brica ha exportado miles de toneladas de abadejo a importadores que abastecen a grandes minoristas estadounidenses, como Walmart y ShopRite. (Ni Walmart ni ShopRite respondieron a las solicitudes de comentarios al respecto).
China se esfuerza por ocultar a toda costa el empleo de trabajadores norcoreanos. A finales de noviembre, despu¨¦s de que los investigadores de mi equipo visitaran varios centros de procesamiento pescado de Dandong, las autoridades locales distribuyeron panfletos con severas advertencias. Uno de ellos se?alaba: ¡°Las personas que intenten ponerse en contacto con trabajadores norcoreanos, o acercarse a los lugares de trabajo de estos, ser¨¢n tratadas como si participaran en actividades de espionaje que ponen en peligro la seguridad nacional y ser¨¢n castigadas severamente¡±. Aquellos que colaboraran con medios de comunicaci¨®n extranjeros, tambi¨¦n avisaban, se enfrentar¨ªan a cargos en virtud de la Ley contra el Espionaje.
Las dos orillas del Yalu
Dandong, una ciudad de dos millones de habitantes, est¨¢ situada a orillas del r¨ªo Yalu, que bordea la frontera entre China y Corea del Norte. El puente de la Amistad Sinocoreana une Dandong con la ciudad norcoreana de Sinuiju. Un segundo puente, bombardeado durante la guerra de Corea, solo cruza parcialmente el r¨ªo y sirve de mirador para que los residentes chinos puedan observar a los norcoreanos que viven a menos de 600 metros. El puente de la Amistad es una de las pocas puertas de entrada del Reino Ermita?o al resto del mundo; cerca del 70% de todas las mercanc¨ªas intercambiadas entre los dos pa¨ªses viajan a trav¨¦s de ¨¦l. Los grandes almacenes de Dandong guardan listas de los productos preferidos por los clientes norcoreanos. Las tiendas de recuerdos venden ginseng norcoreano, cerveza y cigarrillos de la marca 7.27 (que hace referencia a la fecha en que se firm¨® el armisticio en la Guerra de Corea). La ciudad alberga un museo sobre la guerra, llamado oficialmente Sala Conmemorativa de la Guerra para Resistir la Agresi¨®n de Estados Unidos y Ayudar a Corea. En las excursiones en barco, los turistas chinos compran bolsas de galletas para lanz¨¢rselas a los ni?os del lado norcoreano del r¨ªo.
El Gobierno de Kim Jong-un selecciona cuidadosamente a los trabajadores para enviarlos a las f¨¢bricas de Dandong y otros lugares de China. El proceso suele estar supervisado por funcionarios de la Sala 39, que valoran la lealtad pol¨ªtica de los solicitantes para reducir el riesgo de deserciones. A los candidatos se les examina incluso por su estatura: el pa¨ªs padece desnutrici¨®n cr¨®nica y el Estado prefiere candidatos que midan m¨¢s de 1,65 metros, para evitar la verg¨¹enza oficial de ser representado en el extranjero por personas de baja estatura. (El Gobierno norcoreano no respondi¨® a las solicitudes de comentarios para este art¨ªculo). Una vez seleccionados, los solicitantes reciben formaci¨®n previa, que puede durar un a?o y a menudo incluye clases impartidas por el Gobierno que abarcan desde las costumbres y la etiqueta chinas hasta las ¡°operaciones enemigas¡± y las actividades de los servicios de espionaje de otros pa¨ªses.
El Departamento de Pesca de Corea del Norte se coordina con el Ministerio de Recursos Humanos y Seguridad Social de China para enviar trabajadores a las empresas marisqueras chinas. (Estos organismos tampoco respondieron a las solicitudes de comentarios). La log¨ªstica suele correr a cargo de empresas privadas chinas de ¡°env¨ªo¡±, y las colocaciones a veces se negocian por internet. En un v¨ªdeo publicado en Douyin el pasado mes de septiembre, por ejemplo, un usuario anunciaba la disponibilidad de 2.500 norcoreanos que ¡°quer¨ªan encontrar alg¨²n trabajo manual¡±. El autor de un comentario preguntaba si podr¨ªan enviarlos a f¨¢bricas pesqueras al otro lado de la frontera, en Dandong, y el autor acept¨®. Otra publicaci¨®n anunciaba no hace mucho la disponibilidad de 5.000 trabajadores norcoreanos y recibi¨® 21 respuestas. ¡°?Hay alg¨²n jefe que sepa hablar mandar¨ªn?¡±, preguntaba un interesado, a lo que el autor del post respond¨ªa: ¡°Hay un jefe de equipo, gestores y un traductor¡±.
Los puestos de trabajo en China son muy codiciados en Corea del Norte, porque suelen ir acompa?ados de contratos que prometen un salario mensual de 270 d¨®lares, frente a los tres d¨®lares al mes que se pagan por un trabajo similar en Corea del Norte. Los trabajadores seleccionados firman contratos de dos o tres a?os. Pero cuando llegan a China, los gerentes suelen confiscarles los pasaportes. Si los trabajadores intentan escapar o quejarse a personas ajenas a las f¨¢bricas, sus familias pueden sufrir represalias. En las f¨¢bricas, los trabajadores norcoreanos llevan uniformes de un color diferente al de los trabajadores chinos. ¡°Sin esto¡±, me escrib¨ªa un director de planta que trabaj¨® en Donggang Jinhui Food durante varios a?os, ¡°no podemos saber si uno desaparece¡±.
El trabajo en s¨ª es incesante. Los turnos en las factor¨ªas de marisco son de entre 14 y 16 horas. Los empleados tienen hasta un d¨ªa libre al mes y pocas vacaciones o d¨ªas por enfermedad, si es que tienen alguno. Las mujeres duermen en literas en dormitorios cerrados, a veces 30 por habitaci¨®n. Tienen prohibido sintonizar la televisi¨®n o la radio locales y salir del recinto de la f¨¢brica sin compa?¨ªa. El correo es examinado por agentes de seguridad norcoreanos que tambi¨¦n ¡°vigilan la vida cotidiana y presentan informes oficiales¡±, me escrib¨ªa un director de planta que pas¨® varios a?os en las instalaciones de Dalian Haiqing.
En realidad, los trabajadores suelen percibir menos del 10% del salario que se les promete en sus contratos. Uno de ellos, al que tuvimos acceso, estipulaba que se descontar¨ªan 40 d¨®lares cada mes para pagar la comida; adem¨¢s de dinero para pagar la electricidad, el uso de los dormitorios, la calefacci¨®n, el agua, el seguro y los pagos por ¡°lealtad¡± al Gobierno. Lo que queda suele ser menos de 30 d¨®lares al mes.
El Ministerio de Asuntos Exteriores chino no ha respondido a nuestras preguntas para este art¨ªculo. Sin embargo, en el pasado, el Gobierno ha rebatido las cr¨ªticas por su relaci¨®n con Corea del Norte. El embajador chino escribi¨® el a?o pasado en una carta a Naciones Unidas que China ha acatado las sanciones, pese a haber sufrido ¡°grandes p¨¦rdidas¡± por ello. Tambi¨¦n insist¨ªa en que se han llevado a cabo ¡°investigaciones exhaustivas¡± sobre las acusaciones de incumplimiento. Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores declar¨® adem¨¢s que China y Corea del Norte siempre han sido ¡°amigos cercanos¡±, y a?adi¨®: ¡°Estados Unidos debe reflexionar sobre sus errores, asumir sus responsabilidades, dejar de imponer sanciones y [aplicar] disuasi¨®n militar, y tomar medidas pr¨¢cticas para reanudar un verdadero di¨¢logo.¡±
Nuestra investigaci¨®n descubri¨® que uno de los mayores procesadores de pescado blanco del mundo, Dalian Haiqing Food, utiliza mano de obra norcoreana. Encontramos entre 50 y 70 trabajadores norcoreanos en sus instalaciones. Unos de ellos, que lleva varios a?os trabajando en Haiqing, relataba: ¡°Lo peor fue cuando obligaron a las trabajadoras v¨ªrgenes a prostituirse, alegando que ten¨ªan que cumplir las cuotas establecidas por el Estado para ganar divisas¡±.
La planta es un importante proveedor de empresas alimentarias europeas, entre ellas Congalsa, una sociedad espa?ola de productos del mar que ha importado 15 cargamentos de filetes de abadejo de Alaska de Dalian Haiqing en 2021 y 2022, seg¨²n datos comerciales. Dalian Haiqing tambi¨¦n es proveedor de los principales supermercados espa?oles, entre ellos, Mercadona. Un portavoz de Mercadona explic¨® que la cantidad de pescado que le provey¨® Congalsa en esas fechas era muy peque?a, y que ni su empresa ni el proveedor eran conscientes de la informaci¨®n que esta investigaci¨®n de The Outlaw Ocean Project ha sacado a la luz; en todo caso, aseguran que han realizado gestiones con Congalsa ¡°para obtener m¨¢s informaci¨®n sobre la preocupante situaci¨®n¡±. Por su parte, una portavoz de Congalsa explica que en ninguna de las visitas que hab¨ªan hecho ellos mismos ni las auditor¨ªas encargadas hab¨ªan detectado ninguna irregularidad en Dalian Haiqing, con quien en todo caso han interrumpido cautelarmente su relaci¨®n comercial; han iniciado ¡°una investigaci¨®n interna¡± y solicitado ¡°informaci¨®n al proveedor, quien niega las acusaciones¡±.
Los productos de Dalian Haiqing tambi¨¦n llegan a los principales supermercados y distribuidoras de Europa. Hasta los servicios de catering del Parlamento Europeo pueden relacionarse con Dalian Haiqing: el Grupo Compass, que proporciona esos servicios, recibe pescado blanco de Pittman Seafoods, una empresa belga que ha recibido al menos dos docenas de env¨ªos de mariscos, o m¨¢s de 600 toneladas, de Dalian Haiqing desde 2017. Compass Group no respondi¨® a nuestra solicitud de comentarios. (En este link pueden consultar, en ingl¨¦s, la correspondencia que The Outlaw Ocean Project ha intercambiado con todas las compa?¨ªas nombradas en sus investigaciones sobre la industria pesquera china).
Corea del Norte no solo exporta a sus trabajadores. Tambi¨¦n exporta pescado capturado en sus aguas, otro medio por el que el Gobierno se asegura divisas. Las empresas chinas suelen comprar este pescado, porque tiende a ser m¨¢s barato que el capturado en aguas chinas.
A veces, los barcos chinos pagan licencias ilegales para pescar en aguas norcoreanas. Otras veces, compran pescado en el mar, a barcos norcoreanos. Una carta de un comerciante norcoreano a una empresa pesquera china, filtrada en 2022, propon¨ªa vender 10.000 toneladas de calamar por 18 millones de d¨®lares y 500 toneladas de gas¨®leo para barcos. Y, en algunas ocasiones, el marisco se transporta en camiones a China. Todo este comercio es un secreto a voces. El pasado octubre, un chino que dec¨ªa llamarse Anji colg¨® un v¨ªdeo en Douyin anunciando cangrejos. Cuando un usuario escribi¨®: ¡°La mercanc¨ªa no se puede enviar¡±, Anji respondi¨® con emojis de risa. Anji explic¨® que dirig¨ªa una planta de procesamiento en Corea del Norte, mostrando su pasaporte chino y una tarjeta de residencia norcoreana, y dando informaci¨®n actualizada sobre los env¨ªos que ten¨ªa previsto transportar en cami¨®n a trav¨¦s de la frontera. Contactado por nuestro equipo, Anji asegura que dej¨® de importar marisco norcoreano en 2016 ¨Caunque estos v¨ªdeos se publicaron en 2023¨C y a?ade: ¡°No es asunto suyo, y no me importa qui¨¦n sea¡±. El a?o pasado, un trabajador de un barco en un puerto de Dandong declar¨® a una cadena de noticias surcoreana: ¡°El 80% de los productos marinos del muelle proceden de Corea del Norte.¡±
Las empresas suelen afirmar que cumplen las normas laborales porque han superado ¡°auditor¨ªas sociales¡±, realizadas por empresas que inspeccionan los centros de trabajo con el fin de detectar abusos. Pero estas auditor¨ªas son de dudoso valor. La mitad de las f¨¢bricas que utilizaban trabajadores norcoreanos estaban certificadas por el grupo de sostenibilidad Marine Stewardship Council, que solo concede la certificaci¨®n si las empresas superan auditor¨ªas sociales u otras evaluaciones realizadas por terceros. Jackie Marks, responsable de relaciones p¨²blicas del MSC, asegura que esas auditor¨ªas sociales las realiza un tercero, no la propia organizaci¨®n.
El escepticismo ante este tipo de auditor¨ªas es cada vez mayor. En 2021, el Departamento de Estado de EEUU afirm¨® que las auditor¨ªas, especialmente en China, no son eficaces para detectar el trabajo forzado porque los auditores dependen de traductores del Gobierno y rara vez hablan directamente con los empleados. Los auditores tambi¨¦n son reacios a enfadar a las empresas que los han contratado y los trabajadores se enfrentan a represalias si denuncian abusos. Chris Smith, congresista estadounidense y especialista en China, se?ala: ¡°Las auditor¨ªas sociales en las plantas de China crean un pueblo Potemkin [falsa fachada que intenta hacer que la realidad es mejor de lo que es], y las empresas marisqueras estadounidenses que se prestan a ellas deber¨ªan saberlo. La consecuencia es que millones de d¨®lares, incluso federales, van a parar a factor¨ªas chinas que utilizan trabajadores norcoreanos, y ese dinero va a parar directamente a manos del r¨¦gimen de Kim Jong-un, que lo utiliza para armar a nuestros adversarios y reprimir a su propio pueblo.¡±
Las entrevistas a las v¨ªctimas
A finales del a?o pasado, hice un esfuerzo por comunicarme m¨¢s directamente con algunos de los trabajadores norcoreanos que se han visto atrapados en el programa. Los periodistas occidentales tienen prohibida la entrada en Corea del Norte, y los ciudadanos del pa¨ªs tienen estrictamente prohibido hablar con los reporteros. Por eso contrat¨¦ a un equipo de investigadores en Corea del Sur y China que ayudan a los medios de comunicaci¨®n locales y occidentales a informar sobre las condiciones en Corea del Norte. Tienen contactos en Corea del Norte a los que recurren para sacar informaci¨®n del pa¨ªs, como han hecho en el pasado, cuando revelaron la escasez de alimentos, los cortes de electricidad en el pa¨ªs y las pintadas contra el Gobierno. A trav¨¦s de ellos, recopilamos una lista de dos docenas de norcoreanos que hab¨ªan sido enviados a China, la mayor¨ªa de los cuales han regresado a su pa¨ªs; los trabajadores y directivos eran de distintas edades, proced¨ªan de diversas regiones del pa¨ªs y hab¨ªan trabajado en al menos media docena de f¨¢bricas chinas. Redact¨¦ una lista de preguntas y se las envi¨¦, a trav¨¦s de los investigadores, a sus contactos en Corea del Norte. Estos lograron entrevistarlos en secreto, individualmente para que ninguno conocieran la identidad de los dem¨¢s ni lo que dec¨ªan. Las reuniones sol¨ªan tener lugar en campos abiertos, parques o en la calle, donde es m¨¢s dif¨ªcil que los agentes de seguridad utilicen micr¨®fonos de vigilancia.
A todos los trabajadores se les dijo que sus respuestas ser¨ªan compartidas p¨²blicamente por un medio period¨ªstico estadounidense. Se enfrentaban a un riesgo considerable, ya que, seg¨²n los expertos, si les descubr¨ªa probablemente ser¨ªan ejecutados y sus familias enviadas a campos de prisioneros. Pero accedieron a hablar porque creen que es importante que el resto del mundo conozca lo que est¨¢ ocurriendo. Nuestros contactos norcoreanos transcribieron a mano sus respuestas, hicieron fotos y las enviaron, mediante herramientas encriptadas en l¨ªnea y tel¨¦fonos por sat¨¦lite, a los investigadores, que a su vez me las enviaron a m¨ª. (Los trabajadores y directivos de China fueron entrevistados de forma similar.) Debido a estas capas de protecci¨®n, es, por supuesto, imposible verificar completamente el contenido de las entrevistas. Pero hice que unos expertos revisaran las respuestas para asegurarme de que concuerdan con lo que se sabe sobre el programa de transferencia de mano de obra y con las entrevistas a desertores norcoreanos. (M¨¢s de dos meses despu¨¦s de concluir este proceso, nuestro equipo comprob¨® c¨®mo estaban los entrevistadores y los entrevistados, y todos segu¨ªan a salvo).
En sus respuestas, los empleados describen un trabajo agotador, en f¨¢bricas malolientes y un ambiente de violencia habitual. ¡°Nos daban patadas y nos trataban como a seres infrahumanos¡±, escrib¨ªa una trabajadora que pas¨® cuatro a?os en una f¨¢brica de marisco de Dandong. Pregunt¨¦ a todas las mujeres si pod¨ªan recordar alg¨²n momento feliz. La mayor¨ªa dijo que no hab¨ªa habido ninguno, pero casi todas ten¨ªan momentos tristes que contar. Una confesaba que su experiencia en una f¨¢brica china hizo que ¡°deseara morir¡±.
El patr¨®n m¨¢s llamativo era la descripci¨®n que hac¨ªan las mujeres de los abusos sexuales en las plantas.
De 20 trabajadoras entrevistadas, 17 se?alaron que hab¨ªan sido agredidas sexualmente por los jefes de planta. ¡°Cuando no se sal¨ªa con la suya [sexualmente], se enfadaba y me daba patadas¡±, dec¨ªa una de su superior. Otras tres aseguraban que sus jefes las hab¨ªan obligado a prostituirse. ¡°Siempre que pueden, flirtean con nosotras hasta la n¨¢usea y nos obligan a mantener relaciones sexuales por dinero, y es a¨²n peor si eres guapa¡±, contaba una mujer que trabaj¨® en Dalian Haiqing Food durante varios a?os. Una antigua empleada de la planta de Jinhui afirma: ¡°Incluso cuando no hab¨ªa trabajo durante la pandemia, el Estado exig¨ªa fondos por lealtad en divisas, as¨ª que los directivos obligaban a las trabajadoras a vender sus cuerpos¡±.
La pandemia hizo la vida m¨¢s dif¨ªcil a muchas de las mujeres. Cuando China cerr¨® sus fronteras, algunas se encontraron atrapadas lejos de casa. A menudo sus lugares de trabajo cerraron y ellas perdieron sus ingresos. Los norcoreanos a menudo tienen que pagar sobornos a funcionarios del Gobierno y a intermediarios laborales que controlan la contrataci¨®n para asegurarse un puesto de trabajo en China. Muchos tienen que contratar a usureros para que les presten los fondos necesarios para los sobornos. Estos pr¨¦stamos, que suelen rondar los 1.500 d¨®lares, pueden tener intereses de hasta el 10%. Pero cuando el trabajo qued¨® interrumpido en China, los trabajadores norcoreanos no pudieron devolver sus pr¨¦stamos. En consecuencia, los usureros enviaron grupos de matones a las casas de sus familiares en Corea del Norte para intimidarlos. Algunas de las familias tuvieron que vender sus casas para saldar cuentas. En 2023, dos mujeres norcoreanas que trabajaban en f¨¢bricas textiles se suicidaron.
Al fin, el a?o pasado se suavizaron las restricciones en China y se reabri¨® la frontera entre China y Corea del Norte. Esto permiti¨® a muchos norcoreanos regresar. En agosto de 2023, unos 300 subieron a 10 autobuses en Dandong para volver a casa. Agentes de polic¨ªa enviados por la Oficina de Seguridad P¨²blica de Dandong se alinearon alrededor de los autobuses para evitar deserciones y mantener alejados a los curiosos chinos. En las fotos y en un v¨ªdeo al que hemos tenido acceso, se ve a algunas de las mujeres cargando apresuradamente grandes maletas en un autob¨²s verde fosforito y alej¨¢ndose por el puente de la Amistad. Del mismo modo, en septiembre, unos 300 norcoreanos m¨¢s subieron a un tren de pasajeros para viajar desde Dandong a Pyongyang. Ese mismo mes, cerca de 200 trabajadores fueron repatriados en un vuelo operado por Air Koryo, la principal aerol¨ªnea norcoreana.
A finales de 2023, los Gobiernos chino y norcoreano empezaron a negociar el env¨ªo de la siguiente oleada de trabajadores a las f¨¢bricas chinas. Seg¨²n Hyemin Son, un desertor norcoreano que trabaja para Radio Free Asia, los intermediarios laborales norcoreanos ped¨ªan a las empresas chinas un anticipo de unos 130 d¨®lares por trabajador. El precio hab¨ªa subido, le dijo un intermediario laboral, porque ¡°las empresas chinas no pueden operar sin mano de obra norcoreana¡±.
Especial | Los esclavos del calamar
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Sobre el autor
Ian Urbina es el director de The Outlaw Ocean Project, una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro de periodismo con sede en Washington D.C. que se dedica a investigar los cr¨ªmenes contra los derechos humanos, el medio ambiente y violaciones contra los derechos laborales en el mar. Antes de fundar The Outlaw Ocean Project, Urbina trabaj¨® durante casi 17 a?os como reportero de The New York Times. Ha recibido varios premios de periodismo, entre ellos un premio Pulitzer, dos premios George Polk y un Emmy.
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