La hermandad del agua: el secreto mejor guardado de la selecci¨®n masculina de waterpolo
Tras el oro en?el Campeonato de Europa de Croacia y el bronce en el Mundial de Doha, los nadadores ya piensan en los Juegos Ol¨ªmpicos de Par¨ªs. Nos encontramos con ellos en la Barceloneta, lugar clave en Espa?a para este apasionante deporte
¡°Soy ingeniero qu¨ªmico¡±, dice Marc Larumbe. ¡°Trabajo en Fluidra desde hace cuatro a?os. Me va bien porque siento que mientras trabajo estoy en el mundo real. Si no, no podr¨ªa salir de la burbuja del waterpolo. S¨¦ lo que me digo: yo soy un loco del waterpolo¡±.
Sentados a una mesa en la Barceloneta, en torno a una cazuela de arroz marinero, Marc Larumbe, Edu Lorrio, ?lvaro Granados y Felipe Perrone comparten la ¨²ltima comida antes de dispersarse. Dentro de cuatro meses les esperan los Juegos Ol¨ªmpicos en Par¨ªs. A su espalda dejan un invierno fren¨¦tico de concentraciones y torneos. Se han colgado el oro en el Campeonato de Europa de Croacia y el bronce en el Mundial de Doha. Son el equipo que batir. Est¨¢n felices, pero apenas han tocado la esqueixada y el pan tumaca resiste en la fuente. Dialogan con m¨¢s energ¨ªa de la que comen. Preguntan por Pedro S¨¢nchez, por Isabel D¨ªaz Ayuso, por la pol¨ªtica nacional. Hablan fugazmente de un libro, Crimen y castigo, y alguien relaciona al homicida con cierto entrenador. Les intrigan cuestiones como la justicia, el orgullo y la ¡°agon¨ªa¡±, la sensaci¨®n de ahogamiento, de par¨¢lisis, de agotamiento absoluto que perciben como una amenaza con la que deben convivir en cada partido eliminatorio. Piensan en voz alta en t¨¦cnicos que los pusieron a prueba. Reflexionan sobre el bien y el mal. ?Existen en la m¨¢xima competici¨®n? Comparan l¨ªderes utilitaristas con otros que se implican emocionalmente con sus nadadores sin que les importe m¨¢s el ¨¦xito o el fracaso que la lealtad. Los deportes de equipo estimulan el debate, pero este juego que se practica en aguas profundas, con una pelota, siete hombres desnudos contra siete hombres desnudos y dos porter¨ªas en partidos de una hora dividida en cuatro cuartos, produce gente con los sentimientos a flor de piel, tipos que anhelan encontrar un punto de coincidencia. Estos chicos sentados a la mesa en la Barceloneta han descubierto algo de lo que no cualquier equipo puede presumir: cuando est¨¢n juntos son felices.
Los cuatro han compartido el vestuario del Club Nataci¨® Atl¨¨tic-Barceloneta. Ganador de las ¨²ltimas 18 ligas de Espa?a y referente de la Champions, el Barceloneta es la base de la selecci¨®n espa?ola que ha construido David Mart¨ªn con el mortero de la complicidad que une a los grandes equipos de club. Unai Aguirre, Alberto Mun¨¢rriz, Bernat Sanahuja, Miguel de Toro, Martin Fam¨§ra, Roger Tahull y Alex Bustos tambi¨¦n salieron del hervidero del Barceloneta. Todos desembocaron en el equipo de Espa?a. Desde que ganaron la plata con la selecci¨®n en el Europeo de 2018 su rastro no deja de crecer: plata en el Mundial de 2019, plata en el Europeo de 2020, cuarto puesto en los Juegos de 2021, oro en el Mundial de 2022, bronce en el Europeo de 2022, bronce en el Mundial de 2023, oro en el Europeo de 2024 y bronce en el Mundial de 2024.
Larumbe es dos hombres en uno: en el agua, un salvaje; fuera del agua, un profesor. ¡°Hay tres tipos de grandes jugadores de waterpolo¡±, dice el l¨ªder de la defensa de Espa?a. ¡°Los goleadores, jugadores con un registro muy claro que al final de temporada te aportar¨¢n una cifra de goles, y eso puede hacerte ganar partidos. Luego est¨¢n los arquitectos, que son los que construyen equipos porque tienen una noci¨®n muy elevada del juego t¨¢ctica y t¨¦cnicamente. A lo mejor en la estad¨ªstica no aportan tanto, pero hacen mejores a sus compa?eros: multiplican. El tercer tipo es el goleador-arquitecto. Son los m¨¢s raros. Son capaces de hacer todo y se adaptan a la situaci¨®n de cada partido para hacer m¨¢s una cosa o la otra. En los ¨²ltimos a?os han surgido solo dos: Andrija Prlainovi? y Felipe Perrone¡±.
Perrone naci¨® en R¨ªo de Janeiro en 1986. Se desarroll¨® como nadador y como pescador submarino en la bah¨ªa de Guanabara, fue el terror de la colonia de pulpos que habita bajo las rompientes del Pan de Az¨²car, se instal¨® en la Barceloneta en 2003, y desde entonces hizo del Mediterr¨¢neo su ecosistema particular. Bajo la superficie de su voz dulce y tropical se esconde la persuasi¨®n del patriarca que conoci¨® todos los puertos. ¡°Hay un punto en el deporte en el que te expones totalmente¡±, observa. ¡°Nosotros, por llevar tantos a?os juntos, nos hemos expuesto mucho. En la derrota, en la victoria, en la frustraci¨®n, en el miedo¡±.
¡°En el d¨ªa a d¨ªa es muy dif¨ªcil compartir experiencias con tanta intensidad como en el deporte de alta competici¨®n¡±, explica Perrone. ¡°Con este grupo de personas vivimos emociones brutales y eso es adictivo. Por eso amamos el waterpolo: porque es un juego que te lleva a conocer a los dem¨¢s de una manera intensa. Es abrir el coraz¨®n. Es la mejor parte de los deportes de equipo y en el waterpolo descubres la esencia. Aqu¨ª no te esfuerzas por dinero. Aqu¨ª si no hay pasi¨®n te quedas por el camino¡±.
La sinton¨ªa personal ha consolidado amistades. En la selecci¨®n espa?ola, el afecto y la lealtad son un combustible explosivo. El compa?erismo constituye el arma competitiva secreta de un equipo que en el ¨²ltimo lustro ha sometido a Hungr¨ªa, Serbia, Italia y Croacia, las mejores selecciones del mundo. ¡°Es cierto que la empat¨ªa sucede en todos los grupos¡±, reflexiona Perrone. ¡°La cuesti¨®n es, ?esto se fabrica artificialmente por los entrenadores o surge con naturalidad?¡±.
¡°Los c¨®digos son fundamentales¡±, advierte. ¡°Qu¨¦ cosas aceptas y qu¨¦ cosas no aceptas. Esto al final es la clave porque de eso depende el desarrollo del grupo: ?aceptas el individualismo? ?Hasta d¨®nde? ?Aceptas que unos no se esfuercen por otros? David Mart¨ªn, para aumentar la competitividad, cre¨® juegos: el que perd¨ªa ten¨ªa que nadar. Dijo: ¡®Al acabar el entreno, los que han perdido van a nadar¡ 400 metros al 100%¡¯. El primer d¨ªa lo aceptamos. Pero nos gener¨® tanto disgusto tener que competir entre nosotros que decidimos que daba igual el resultado, todos nadar¨ªamos. Todos aceptar¨ªamos el castigo, tambi¨¦n los ganadores. ¡®David, lo siento pero no puedo competir contra ¨¦l; ya s¨¦ que quieres hacer esto para que nos pongamos las pilas, pero nosotros como grupo no vamos a aceptarlo. Si quieres, hazlo, pero nadamos todos juntos¡¯. A David lo sorprendi¨®. Nos alineamos todos y dijimos: ¡®?No! ?Vamos a nadar todos!¡±.
¡°Nunca compart¨ª un vestuario en el Barceloneta¡±, dice Sergi Cabanas, jugador de la selecci¨®n que fue capit¨¢n del Sabadell antes de emigrar al Jug de Dubrovnik. ¡°Pero me contagian su manera de entenderse. Para ellos esto es una familia. Muchos han ido a la boda de otros compa?eros, han presenciado el nacimiento de sus hijos, y eso crea un v¨ªnculo m¨¢s all¨¢ del deporte. Cuando Mun¨¢rriz hace las videollamadas con su familia y la selecci¨®n va en el autob¨²s, su tel¨¦fono pasa de jugador en jugador y todos saludan a sus hijas. Esto llena. Te alegra el d¨ªa. Te hace part¨ªcipe de lo que para ¨¦l es importante en su vida personal. Perrone se llev¨® al Mundial de Doha a su hijo Nicola y a su esposa. Conectas con ellos. Te vinculas. Estoy seguro de que cuando estos jugadores acaben su carrera seguir¨¢n ligados de un modo u otro a esa familia que han creado entre ellos¡±.
¡°Esto es espont¨¢neo¡±, afirma. ¡°Aqu¨ª no hay coaching. Para crear estos v¨ªnculos necesitas haber sufrido y haber llorado juntos. Necesitas los golpes para comprobar que esas personas han estado a tu lado. En la semifinal de Fukuoka del Mundial de 2023 nos marcaron a los tres segundos y hab¨ªa gente llorando. T¨² te acercas a esta persona, la abrazas, y compartes su tristeza. O te abrazan a ti. Luego vas a tomarte una cerveza y ya pueden pasar meses sin verla que cuando la vuelves a ver sientes una gran alegr¨ªa. ?Ostras, t¨², qu¨¦ feliz me ha hecho el que podamos estar ahora juntos!¡±.
¡°Se hace poco hincapi¨¦ en la dificultad del medio¡±, advierte el gigante del Jug. ¡°Cuando te tiras al agua, ?primero sobrevives! Una vez que has conseguido sobrevivir te adaptas a lo que te viene. Las personas se unen m¨¢s en el agua¡±.
Tales de Mileto, all¨¢ por el siglo VII antes de Cristo, dijo que todas las cosas surgieron del agua. El agua de las ninfas, el agua purificadora, el agua que se traga los sue?os, en la playa de Barcino, frente al mar, sede de la mole de hormig¨®n del Club Nataci¨® Atl¨¨tic-Barceloneta. All¨ª est¨¢n, al calor del sol de febrero, jugando al f¨²tbol en la arena, Sergi Cabanas, Felipe Perrone, Marc Larumbe, ?lvaro Granados, Unai Aguirre, Edu Lorrio y Bernat Sanhauja. Los encuadra el fot¨®grafo para que luzcan sus cuerpos vestidos a la moda y la situaci¨®n les provoca hilaridad. Los waterpolistas, con sus cabezas cubiertas y sus cuerpos hundidos, no experimentan el exhibicionismo como otros deportistas. Despu¨¦s de media vida con un taparrabos por toda vestimenta, ponerse unos pantalones, unas camisas, les provoca un estupor carnavalesco. Se sienten extravagantes. Les asombra verse y les asombra llamar la atenci¨®n. Pocos viandantes, vecinos del barrio, los reconocen. La mayor¨ªa, turistas que vienen del Puerto Viejo, los observan distra¨ªdos. Los socios del club los interpelan con chascarrillos.
Juli¨¢n Garc¨ªa, el presidente del Atl¨¨tic-Barceloneta, se ha olvidado de bajar a la playa a saludar a los jugadores, despistado como est¨¢ por la actividad de un club que presta servicios a 12.500 socios. Por la ventana observa la d¨¢rsena del Puerto Viejo, antiguo canal de trasiego de buques mercantes, ahora convertida en amarradero de superyates. ¡°Ah¨ª se jug¨® el primer partido de waterpolo en Espa?a, en 1908¡å, se?ala.
A sus 73 a?os, luce todas las credenciales. Almeriense establecido en el barrio desde los tres a?os, socio del club desde los diez, nadador con buenas marcas en 100 metros libres, hijo de estibador, estibador ¨¦l mismo, presidente de la asociaci¨®n europea de estibadores, y cabeza visible de la instituci¨®n m¨¢s popular del barrio de los pescadores de Barcelona, resume la filosof¨ªa del club en tres frases: ¡°Este es un proyecto de vida. Nosotros no fichamos a deportistas que admire la gente tanto como deportistas que se sientan integrados. ?Tenemos 108 a?os de historia!¡±.
Perrone oficia de fact¨®tum. Es el anfitri¨®n. El que abre las puertas del vestuario a los visitantes. Su primera advertencia va acompa?ada de una sonrisa y un gesto reverencial hacia unas infraestructuras magn¨ªficas, facilitadas por el Ayuntamiento y financiadas por los socios que van y vienen por los pasillos entre piscinas y gimnasios: ¡°?Esto es p¨²blico! ?La cuota mensual son solo 51 euros! Es una discusi¨®n que tengo con los chicos: la gente se queja de Espa?a. Y es verdad. A lo mejor hay dos o tres pa¨ªses donde se est¨¢ mejor. ?Pero hay otros 200 que no!¡±.
La risa del capit¨¢n es un gru?ido pegadizo. Perrone se r¨ªe hasta de sus desdichas. Se r¨ªe de s¨ª mismo. ¡°La Barceloneta es la primera parte de mi vida como inmigrante¡±, dice. ¡°Cuando los domingos estaba solo en casa me ven¨ªa al club porque aqu¨ª la soledad no existe. Este es el punto de encuentro de mis primeros a?os en Barcelona. Ahora es el punto de encuentro con mi familia. Ahora mi hija nada en el club y mi hijo los fines de semana me pide ir a este espacio donde encuentras personas y amigos. Aqu¨ª se crea una comunidad. Una comunidad de h¨¢bitos sanos, un espacio de convivencia donde se establecen relaciones. A pesar de estar en una ciudad grande, a pesar de la modernidad de todas las redes sociales, aqu¨ª en la Barceloneta hay una comunidad real. El club lo representa. Y cuando como deportista consigues transmitir y representar a esta gente, sientes una satisfacci¨®n tremenda¡±.
La Barceloneta estar¨¢ representada a lo grande en los pr¨®ximos Juegos Ol¨ªmpicos. La distancia que separa al viejo barrio de la cumbre del m¨¢s alto de los podios es relativa. ¡°Los Juegos de Par¨ªs son un sue?o¡±, dice Cabanas. ¡°Al final, ?qu¨¦ es lo m¨¢s grande para un deportista? Un oro. Algo que la selecci¨®n de waterpolo de Espa?a consigui¨® en el 96 y de lo que todav¨ªa se sigue hablando. Algo que te har¨¢ pasar a la historia. Hagas o no una buena clasificaci¨®n, tu nombre en los Juegos est¨¢ puesto¡±.
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