Los ¨²ltimos d¨ªas de Borrell al frente de la seguridad europea
Hace cinco a?os, cuando Josep Borrell fue designado alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y de Seguridad, afirm¨®: ¡°Europa debe aprender el lenguaje del poder¡±. Lo ha intentado en Ucrania y Oriente Pr¨®ximo. Hoy se despide del cargo. Su sucesora, Kaja Kallas, buscar¨¢ construir una defensa europea.
Letonia. Julio de 2024. El gran coche negro envuelto en una mara?a de veh¨ªculos de escolta avanza a toda velocidad por la estrecha carretera que une la base militar de Adazi con el aeropuerto de Riga. Llevamos 48 horas pisando los talones del alto representante de la Uni¨®n para Asuntos Exteriores y Pol¨ªtica de Seguridad (PESC), Josep Borrell, el encargado en 2019 por los jefes de Estado y de Gobierno comunitarios de ser la voz y el pu?o de la diplomacia y la seguridad de Europa en el mundo, durante un viaje rel¨¢mpago a las rep¨²blicas del B¨¢ltico. En esta minigira se va a encontrar tambi¨¦n en Tall¨ªn con Kaja Kallas, primera ministra de Estonia (cargo que dejar¨ªa el 23 de julio de 2024) y la persona designada por los 27 para relevarle a partir de hoy. Los Estados b¨¢lticos cuentan con una frontera de m¨¢s de 700 kil¨®metros con Rusia que est¨¢n reforzando a marchas forzadas con centenares de b¨²nkeres denominados oficialmente ¡°instalaciones defensivas antimovilidad¡±. Es el l¨ªmite geogr¨¢fico de la Uni¨®n Europea con el imperio de Vlad¨ªmir Putin.
En el B¨¢ltico se vive desde hace m¨¢s de 1.000 d¨ªas, desde la agresi¨®n de Rusia a Ucrania el 24 de febrero de 2022, en un estado de ¡°ansiedad existencial¡±. Temen convertirse en la siguiente ficha en caer en el tablero revisionista de Vlad¨ªmir Putin, ser invadidos, colonizados, que les instauren gobiernos t¨ªteres y perder la democracia que recobraron a comienzos de los noventa, al desgajarse de la Uni¨®n Sovi¨¦tica tras 50 a?os de ocupaci¨®n y dictadura. En 2004 ingresaron en la OTAN y la UE. Era su seguro de vida. Su gasto en defensa, en porcentaje de su PIB, es uno de los m¨¢s altos de Europa. La inquietud se detecta en cada conversaci¨®n en Tall¨ªn o Riga. Sienten la amenaza.
Tradicionalmente atlantistas, conf¨ªan hoy en la UE m¨¢s que nunca. Saben que el triunfo del aislacionista Donald Trump y la posible retirada de ayudas militares de Estados Unidos para la defensa de Ucrania (que durante la Administraci¨®n de Biden han supuesto 100.000 millones de euros) puede dejar a estos territorios de Europa a su suerte. Lo mismo que una hipot¨¦tica retirada de la OTAN de la regi¨®n (Estados Unidos corre con m¨¢s del 70% de los gastos de la Alianza). Y son conscientes tambi¨¦n de que el nuevo presidente de Estados Unidos puede decretar una paz humillante para Ucrania a cambio de territorios (el 20% de Ucrania) para Rusia: ¡°Lo que envalentonar¨ªa a Putin para futuras aventuras expansionistas, para empezar, en Moldavia, que no es miembro de la OTAN ni de la UE¡±, explica un veterano diplom¨¢tico comunitario, que contin¨²a: ¡°Para Putin, la apuesta es derrotar a Ucrania (algo que est¨¢ logrando lentamente) y crear una divisi¨®n entre los miembros de la Uni¨®n Europea (la actitud del primer ministro h¨²ngaro, Viktor Orb¨¢n, ha sido evidente en ese sentido) como paso previo a reconstruir el liderazgo de Rusia como centro de una supuesta civilizaci¨®n euroasi¨¢tica. Putin ha perdido medio mill¨®n de soldados pero sigue adelante¡±. Ante el riesgo de una escalada en el B¨¢ltico, un pol¨ªtico estonio se agarra en Tall¨ªn al art¨ªculo 42.7 del Tratado de la Uni¨®n Europea que recita de corrido: ¡°Los Estados miembros establecen el compromiso de prestar ayuda y asistencia, con todos los medios a su alcance, a cualquier otro Estado miembro objeto de una agresi¨®n armada en su territorio¡±.
A esta afirmaci¨®n contesta en Madrid el general Miguel ?ngel Ballesteros, exdirector del Departamento de Seguridad Nacional: ¡°S¨ª, el art¨ªculo 42.7 est¨¢ muy bien, pero tiene que aprobarlo cada pa¨ªs miembro de la UE, donde no hay gran celeridad en la toma de decisiones. Y luego, ?con qu¨¦ atacamos? Si nos marchamos de Kabul en agosto de 2021, cuando Estados Unidos decidi¨® aceleradamente abandonar Afganist¨¢n, sin poder montar una operaci¨®n para proteger y evacuar a gente que hab¨ªa trabajado con nosotros y se hab¨ªa quedado atrapada con los talibanes. Tenemos graves carencias. La UE va en buena direcci¨®n en materia de seguridad, pero no podr¨ªamos defendernos sin el paraguas de los americanos y la OTAN (que los l¨ªderes europeos siguen considerando la cabeza de nuestra defensa colectiva). Yo nunca ver¨¦ un ej¨¦rcito europeo¡±. A lo que a?ade F¨¦lix Arteaga, analista del Real Instituto Elcano: ¡°Lo importante no es un ej¨¦rcito europeo, sino una idea clara de hacia d¨®nde vamos¡±.
Seg¨²n distintas fuentes, las 27 fuerzas armadas europeas (que un general espa?ol define como ¡°ej¨¦rcitos bons¨¢i¡±) adolecen de sistemas complejos de mando y control de las operaciones; de inteligencia, especialmente tras la salida del Reino Unido de la UE; de radares y defensa antia¨¦rea (una de las claves en estos momentos, como se ha visto en Israel ante los ataques iran¨ªes); drones, reabastecimiento en vuelo, municiones y, de forma preocupante, de ciberdefensa. Sus dep¨®sitos de armas estaban exhaustos desde la crisis econ¨®mica de 2008 y el vertiginoso descenso posterior de inversi¨®n en defensa por parte de los Estados miembros. En tiempo r¨¦cord han tenido que reponer esos stocks y, al tiempo, enviar centenares de miles de proyectiles a Zelenski para que resista. Su compromiso era dotar a Ucrania de un mill¨®n de obuses y cohetes en un a?o. Se han quedado a medio camino. La industria no ha dado para m¨¢s.
Tras la invasi¨®n de Ucrania, los 27 se han tenido que poner las pilas en su inversi¨®n en defensa. Seg¨²n el Instituto Internacional de Estudios Estrat¨¦gicos (IISS), entre 2023 y 2024 ha aumentado de 200.000 a 300.000 millones de euros. Y el gasto este a?o ha sido un 50% superior al de 2014, cuando Rusia anexion¨® Crimea y se vieron las orejas al lobo. El canciller alem¨¢n, Olaf Scholz, anunci¨® tres d¨ªas despu¨¦s de la invasi¨®n de Ucrania que iba a crear un fondo especial de 100.000 millones (dentro de su concepto estrat¨¦gico momento decisivo) para la defensa de Alemania, un pa¨ªs ausente de los asuntos militares globales desde la II Guerra Mundial. Veinte pa¨ªses europeos superan ya la cifra m¨¢gica (marcada por la Administraci¨®n de Obama en 2014) del 2% de su PIB de gasto en capacidades militares: Polonia est¨¢ por encima del 4%, y los b¨¢lticos, del 3%. No as¨ª Espa?a, que anda por el 1,3%, aunque, ¡°desde la invasi¨®n de Ucrania en 2022, el Gobierno de S¨¢nchez ha aumentado la inversi¨®n un 67%¡±, seg¨²n explica Ricardo Mart¨ª Flux¨¢, presidente de Tedae, el lobby del sector de empresas de armamento, seguridad y espacio en Espa?a, cuya facturaci¨®n en 2023 fue de 13.900 millones de euros.
La industria europea de la defensa (un gigante con unas ventas, seg¨²n el Parlamento Europeo, de 120.000 millones, 465.000 empleados, un n¨²mero limitado de grandes compa?¨ªas multinacionales y m¨¢s de 2.000 pymes), que deber¨ªa ser un pilar de la autonom¨ªa estrat¨¦gica europea, muestra, por el contrario, una absoluta fragmentaci¨®n, minifundismo y falta de coordinaci¨®n para atender la creciente demanda de los socios europeos. Un programa de armas puede tardar 20 a?os en materializarse. Se pretende que el 60% de las compras sean de industria europea en 2035, y el 40% en colaboraci¨®n. Hay que ponerse en marcha. Explica Borrell: ¡°En Estados Unidos hay un solo ej¨¦rcito. Tienen un solo modelo de tanque, y en Europa, 12. Y de cazas y fragatas, cada pa¨ªs europeo tiene los suyos y no son interoperables. Y as¨ª sucesivamente¡±. Hoy, la consigna en la UE, bajo el dictado de Ursula von der Leyen, es comprar m¨¢s, mejor, juntos y europeo.
La realidad es distinta. En torno al 80% de las armas que adquiere la Uni¨®n Europea se fabrican fuera de sus fronteras; m¨¢s del 70% son americanas. Solo el 18% de los programas de capacidades militares de la UE se hacen en conjunto. Los expertos afirman que se est¨¢ perdiendo la carrera tecnol¨®gica frente a China y EE UU. ¡°Y esas dependencias nos hacen vulnerables¡±, explica Manuel de la Rocha, director de Asuntos Econ¨®micos de la Presidencia del Gobierno y sherpa del presidente S¨¢nchez en las cumbres internacionales. Y contin¨²a: ¡°Con la pandemia nos dimos cuenta de que no podemos depender de socios no fiables en aspectos cr¨ªticos de nuestra cadena de suministro, como la energ¨ªa, los chips, el litio, el cobre o, incluso, el paracetamol, porque te hace m¨¢s vulnerable. Tu cadena de suministro no debe ser la m¨¢s barata sino la m¨¢s segura. Con ese paradigma, Europa debe hacerse cargo de su defensa. No depender de la OTAN. Y eso supone desarrollar una tecnolog¨ªa industrial de doble uso (militar y civil) y que proporcione empleos de calidad. Pero a¨²n nos falta tama?o¡±.
Para conseguir esa envergadura industrial, el Gobierno ha confiado en la centenaria compa?¨ªa de tecnolog¨ªa y defensa Indra como ¡°empresa tractora¡± y ¡°autoridad de dise?o¡±, para crear en torno suyo un n¨²cleo duro de firmas de defensa que aporten subsistemas a los sistemas y ¡°hacer productos propios, desde el dise?o y la ingenier¨ªa hasta su fabricaci¨®n, certificaci¨®n y sostenimiento. Competir y que esa tecnolog¨ªa se quede en Espa?a. Ser due?os de ese sistema, exportarlo y mejorarlo. Y que su uso sea dual, militar y civil¡±, explica C¨¦sar Ramos, director general de Tedae, la patronal del armamento. Contemplando en las factor¨ªas de Indra a las afueras de Madrid algunos de sus sistemas, como el radar Lanza, de una altura de tres pisos, que puede detectar y rastrear misiles y drones a 500 kil¨®metros, o el simulador de vuelo del caza Eurofighter (capaz de realizar maniobras virtuales con los pa¨ªses socios en una nube de combate), se comienza a entender el uso dual de esta tecnolog¨ªa nacida para la guerra pero que sirve para la paz, como ocurri¨® con internet o el GPS.
¡°Pero lo que realmente falta es voluntad pol¨ªtica¡±, exclama Josep Borrell. ¡°La fuerza sin voluntad no sirve. Veintisiete ej¨¦rcitos no son un ej¨¦rcito. Y, adem¨¢s, ?qui¨¦n lo mandar¨ªa, a qu¨¦ autoridad pol¨ªtica responder¨ªa? Porque la UE no tiene presidente. La pol¨ªtica de defensa es competencia de los Estados; no es comunitaria, sino intergubernamental. Y los pa¨ªses se deben pronunciar por unanimidad. La Comisi¨®n no pinta nada. Cada Estado manda en sus Fuerzas Armadas y, celosamente, en su industria. Y los miembros no est¨¢n dispuestos a desprenderse de esa soberan¨ªa [como s¨ª han hecho con el euro, el comercio, la transici¨®n ecol¨®gica o las fronteras] porque los ej¨¦rcitos son su ¨²ltima escenificaci¨®n como Estados naci¨®n. Ning¨²n pa¨ªs cede. Y se necesita una mayor integraci¨®n de la defensa. Operacional e industrial. Mi trabajo ha sido coordinar y buscar esa posici¨®n compartida entre los 27, y avanzar en la construcci¨®n de una pol¨ªtica com¨²n. Y esta se ha materializado en ayudar y defender a Ucrania desde el primer d¨ªa. Y, por el contrario, los jefes de Gobierno no se han puesto de acuerdo para exigir un alto el fuego en Oriente Pr¨®ximo ni para sancionar a Israel por su actuaci¨®n en Gaza. Ni tampoco ha habido unidad en el Sahel, de donde nos hemos marchado porque cada pa¨ªs ha ido a lo suyo. Han sido fracasos. Se ciernen amenazas sobre Europa. La guerra convencional de alta intensidad ha llegado para quedarse. La UE tiene que ocuparse de su defensa. Dos a?os antes de la invasi¨®n de Ucrania ya dije que Europa deb¨ªa aprender el lenguaje del poder¡±.
Borrell, de 77 a?os, ingeniero aeron¨¢utico, economista y profesor, es un europe¨ªsta puro y rom¨¢ntico y un pol¨ªtico de raza. No es un tipo f¨¢cil. Es ejecutivo, r¨¢pido, pincha, cuestiona los datos, tiene criterio, jam¨¢s se calla y tiene, seg¨²n el embajador espa?ol Francisco Jos¨¦ Font¨¢n (que ha sido su sombra y director de gabinete), ¡°una br¨²jula moral como una casa¡±. ¡°Es una voz audible, valiente y cr¨ªtica, a veces entre silencios pavorosos, como el conflicto humanitario de Palestina. Ha agitado conciencias y no se ha escondido¡±, a?ade. ¡°Ha sido un pol¨ªtico entre bur¨®cratas¡±, describe la diplom¨¢tica italiana Raffaella Iodice, responsable del Centro de Respuesta a las Crisis de la UE. ¡°Decidi¨® que volvi¨¦ramos a Afganist¨¢n el mismo 2021; yo he sido su representante en ese pa¨ªs hasta el verano de 2024. Borrell fue muy valiente, crey¨® que la UE ten¨ªa que estar all¨ª para proteger y presionar al r¨¦gimen de los talibanes por los derechos de las mujeres. No abandonarlas¡±.
El alto representante se re¨²ne en este ¨²ltimo viaje a los b¨¢lticos como Mister Pesc con jefes de Gobierno, ministros de Defensa y Exteriores y mandos militares; visita los campamentos de la OTAN en Estonia y Letonia, con cerca de 3.000 soldados (entre ellos medio millar de espa?oles), despliega discursos contundentes y contesta entrevistas. Su ritmo es trepidante. Propio de un monta?ero de La Pobla de Segur (Lleida). Hacemos juntos en su coche el ¨²ltimo trayecto de su agenda hasta el aeropuerto de Riga, gracias a los oficios de su asesora especial, Montserrat Garc¨ªa Mart¨ªnez. En la burbuja blindada de la limusina, Borrell se concede unos instantes de sosiego y susurra en tono doctoral: ¡°La UE no es una uni¨®n militar como la OTAN. Naci¨® para evitar las guerras en Europa. Su arma era el comercio. En la Uni¨®n Europea, la defensa, como bien p¨²blico, es competencia de los Estados, y no la han transferido. Sin embargo, en los mismos Tratados, esos miembros han expresado su voluntad de construir una seguridad com¨²n que (con el verbo en condicional) podr¨ªa llegar a ser una uni¨®n defensiva. Pero lo tendr¨ªa que aprobar por unanimidad el Consejo Europeo. La UE llegar¨¢ en defensa hasta donde los Estados quieran que llegue. Mientras, se van dando pasos, que han sido m¨¢s r¨¢pidos por los conflictos de Ucrania y Oriente Pr¨®ximo. En eso me he empe?ado en estos cinco a?os¡±.
¡ª?Por ejemplo?
¡ªCuando llegu¨¦, en 2019, la pol¨ªtica de defensa era embrionaria, de segundo orden. Nadie se le¨ªa nuestros informes y lo militar estaba mal integrado. Y hoy funciona. Tenemos un servicio diplom¨¢tico potente, una gu¨ªa de riesgos y amenazas [la Br¨²jula Estrat¨¦gica] y una estructura para los pa¨ªses que quieren ir m¨¢s r¨¢pido y lejos en sus operaciones conjuntas y su integraci¨®n militar e industrial [la Pesco]. Tenemos un organismo [CARD] que revisa la situaci¨®n de defensa de cada pa¨ªs: lo que nos sobra y nos falta. Y un Fondo Europeo de Defensa para el desarrollo de tecnolog¨ªas, adquisiciones en com¨²n y producci¨®n de municiones. Y hemos trabajado en una Capacidad de Despliegue R¨¢pido que estar¨¢ compuesta por 5.000 efectivos y nos permitir¨¢ reaccionar de forma eficaz ante las crisis y proteger a los ciudadanos y los intereses de la Uni¨®n Europea en el mundo: hubiera sido ideal en 2021 para evacuar Afganist¨¢n. Y lo que es m¨¢s importante, hemos creado una bolsa de 18.000 millones, de los que 11.000 son para ayudar a la defensa de Ucrania, a los que se suman las ayudas bilaterales de los Estados miembros, que ascienden a otros 38.000 millones. Sin contar con el entrenamiento y equipamiento que hemos llevado a cabo con 64.000 soldados ucranios. Esto era impensable hace tres a?os. No queremos la guerra, queremos la paz. Pero queremos una paz justa. En la que Rusia pague por la destrucci¨®n y reconozca su culpabilidad moral. Queremos una paz que proteja la integridad territorial y la soberan¨ªa de Ucrania, no la paz de los cementerios¡±.
¡ª?Cu¨¢l ha sido su logro como alto representante?
¡ªHaber logrado que los 27 den armas a Ucrania de forma coordinada. Y eso ha sido unirse. Y llevar la delantera. Putin ha conseguido lo contrario a lo que quer¨ªa, que era dividirnos. Y lograrlo no ha sido f¨¢cil: nunca la Uni¨®n hab¨ªa comprado armas [los Tratados dicen que su presupuesto no se puede utilizar para financiar gastos derivados de operaciones que tengan implicaciones militares], pero llevamos haci¨¦ndolo tres a?os de forma coordinada con las aportaciones de cada socio, aunque Orb¨¢n no nos ha dejado gastar 6.500 millones del Fondo y est¨¢ debilitando la posici¨®n com¨²n de la UE. Cuando no vamos juntos, los europeos somos m¨¢s d¨¦biles.
Esta ¨²ltima idea la remacha la nueva alta representante, Kaja Kallas: ¡°Podemos derrotar todas las amenazas que se nos presenten si los europeos nos mantenemos unidos: desde los ciberataques hasta la manipulaci¨®n de la informaci¨®n y la hostilidad externa contra nuestros procesos democr¨¢ticos. Hemos logrado alejarnos juntos de los combustibles f¨®siles rusos para construir nuestra propia seguridad energ¨¦tica. Ese es el camino¡±.
Tall¨ªn. Kallas recibe a Josep Borrell en el sobrio palacio de Stenbock, sede del Gobierno estonio. Se re¨²nen un par de horas a solas. A la salida, el gesto de ambos es serio. Kallas no mueve un m¨²sculo. Abogada y pol¨ªtica, de 47 a?os, de ideolog¨ªa liberal y experiencia en el Parlamento Europeo, es una halc¨®n en su condena sin paliativos y su exigencia de responsabilidades penales, econ¨®micas y pol¨ªticas a Rusia por la invasi¨®n de Ucrania. Putin orden¨® su detenci¨®n en 2022 por ¡°acciones hostiles contra Rusia y la profanaci¨®n de la memoria hist¨®rica¡±. Ella contesta: ¡°El sue?o imperialista ruso nunca ha muerto¡±. Y detalla: ¡°La victoria de Ucrania es una prioridad para todos nosotros. La situaci¨®n en el campo de batalla es muy dif¨ªcil y por eso debemos seguir trabajando todos los d¨ªas ¡ªhoy, ma?ana y mientras sea necesario¡ª y con tanta ayuda militar, financiera y humanitaria como sea necesaria. Y esto debe estar respaldado por un camino claro para que Ucrania se una a la Uni¨®n Europea¡±.
Primera ministra de Estonia desde 2021, Kallas era la candidata cantada para relevar a Borrell como alta representante. Eso se rumoreaba la pasada primavera en Bruselas, una ciudad con sobrecarga de asesores, lobbistas y esp¨ªas. Para un alto diplom¨¢tico europeo: ¡°Era la ¨²nica aspirante, sin rival. Tiene imagen, carisma, comunica bien y ha sido primera ministra, por lo que conoce de igual a igual a los 27, y ha tenido acceso a toda la informaci¨®n del Consejo Europeo. Y se lleva bien con Von der Leyen [que tiene una ideolog¨ªa intercambiable con la suya], con la que tendr¨¢ que bregar, porque Ursula se est¨¢ metiendo mucho en defensa a trav¨¦s de sus competencias en industria. Kallas es anti-Putin y es valiente. Y tiene al enemigo a las puertas. Su elecci¨®n es un mensaje directo de la UE a Rusia¡±. ¡°Pero, aunque se centre en Ucrania, no puede olvidar lo que est¨¢ pasando en Oriente Pr¨®ximo, ?frica, Ir¨¢n, Afganist¨¢n, Venezuela o Taiw¨¢n. Son tambi¨¦n nuestros intereses¡±, a?ade la embajadora Iodice. ¡°Cuando fue designada alta representante, le envi¨¦ un globo terr¨¢queo puesto del rev¨¦s, para que contemplara el mundo con mirada amplia¡±. La hoja de ruta de Kallas es mano dura con Rusia, una et¨¦rea soluci¨®n de dos Estados en Oriente Pr¨®ximo y no perder de vista a Ir¨¢n, Corea del Norte ¡°y parcialmente a China¡±. Y desarrollar la industria europea. ¡°No podemos aceptar que Rusia, Ir¨¢n y Corea del Norte produzcan m¨¢s equipos y municiones que toda la comunidad euroatl¨¢ntica. Necesitamos invertir m¨¢s en defensa y asumir m¨¢s responsabilidades. Tenemos los medios para superarlos¡±, recalca. Y concluye: ¡°Sin el apoyo de China a Rusia, esta no podr¨ªa continuar su guerra con la misma fuerza. China tambi¨¦n tiene que pagar un costo m¨¢s alto por ese apoyo¡±.
La base de Tapa, la mayor instalaci¨®n militar de Estonia, est¨¢ a dos horas de Tall¨ªn. Aqu¨ª est¨¢ acantonado uno de los battlegroups multinacionales que la OTAN tiene destacados en el este de Europa, al igual que en Bulgaria, Hungr¨ªa, Letonia, Lituania, Polonia, Rumania y Eslovaquia (este bajo mando espa?ol). No son grandes unidades, cuentan entre 1.000 y 2.000 soldados de la Alianza Atl¨¢ntica, pero, seg¨²n explica un diplom¨¢tico experto en seguridad: ¡°Son el cebo. Su misi¨®n es aguantar la primera oleada. Si un d¨ªa a Putin se le ocurre atacar y toca un pelo a uno solo de estos militares, le daremos con todo¡±.
En la base de Tapa se trabaja a destajo. Como en la de Adazi, en Letonia. Crecen por d¨ªas. Hay espacio e instalaciones para 5.000 personas. En sus 10 kil¨®metros cuadrados se suceden los dep¨®sitos de armas, helipuertos, lanzacohetes, carros, veh¨ªculos de zapadores, y una completa log¨ªstica con miles de neum¨¢ticos y piezas de repuesto. En una sala aislada se desarrolla una reuni¨®n de la inteligencia de Estonia. El joven coronel jefe de operaciones del ej¨¦rcito de Estonia desarrolla ante Borrell, delante de un gran mapa, el concepto de fait accompli (hecho consumado) que ha seguido Rusia durante las dos ¨²ltimas d¨¦cadas en sus operaciones militares en Chechenia, Georgia, Crimea, Siria y Ucrania. ¡°Siempre pens¨¢bamos que no iba a atacar¡ y atacaba. Hemos padecido en Europa esa tendencia humana a negar la evidencia de los hechos que no nos gustan. Pero Putin atac¨®. Y volver¨¢ a hacerlo. No podemos quedarnos parados. Rusia se basa en la sorpresa y el despliegue r¨¢pido. Lleva la iniciativa. Si nos golpea, lo har¨¢ con el doble de fuerzas que con Ucrania. Los b¨¢lticos son su mejor escenario para que colapse todo el sistema occidental; Rusia tiene m¨¢s experiencia y los occidentales pueden ser sorprendidos de nuevo. Nuestra soluci¨®n es ganar la primera batalla en la frontera. Mantenerlos a raya. Ser defensivos y tambi¨¦n ofensivos. A partir de ahora, todos los momentos son cruciales¡±. Un pol¨ªtico me cuchichea: ¡°No es miedo psicol¨®gico, es la realidad¡±. Borrell reflexiona al final de la reuni¨®n: ¡°Nos toca ser el efecto disuasorio a una invasi¨®n de Putin en el este de Europa. Si los ataca, que sepa que no est¨¢n solos¡±.
Bruselas. Octubre de 2024. Borrell recoge su despacho de alto representante en la sexta planta del edificio del Servicio Europeo de Acci¨®n Exterior, en la rotonda Schuman 9A. Van saliendo cajas. Es un enorme espacio acristalado, casi como un loft neoyorquino, desde el que se divisa el edificio de la Comisi¨®n Europea y, a su izquierda, el del Consejo. Las dos instituciones de la UE, una comunitaria, la otra intergubernamental, entre las que ha tenido que mediar en diplomacia y seguridad durante estos cinco a?os. De un lado, la poderosa Von der Leyen; del otro, los 27. Entre los dos, un campo de minas. Es el paisaje que se va a encontrar Kaja Kallas.
Borrell retrocede a los primeros d¨ªas de 2022. ¡°El 4 de enero, un mes largo antes de la invasi¨®n, me desplac¨¦ dos d¨ªas a Ucrania. Quer¨ªa ver qu¨¦ estaba pasando. Ya se encontraban las tropas rusas estacionadas en la frontera y se suced¨ªan las operaciones de insurgencia para debilitar a Ucrania. Visitamos el frente del Donb¨¢s, muy castigado por la guerra. A la vuelta a Kiev, el primer ministro, Shmyhal, me dijo mir¨¢ndome a los ojos: ¡®Putin nos va a atacar. Aunque vosotros pens¨¦is que no, sabemos que va a atacar. ?Nos vais a ayudar? ?Nos vais a proporcionar las armas que necesitamos para defendernos? Aunque no veng¨¢is a luchar, ?dadnos las armas!¡¯. Nunca lo olvidar¨¦. Hablaba de su supervivencia. Mir¨¢ndole tambi¨¦n a los ojos le contest¨¦ que s¨ª¡, pero tampoco pude darle una respuesta rotunda. No sab¨ªa si la UE lo iba a hacer. Nunca antes hab¨ªa proporcionado ayuda militar a un pa¨ªs en guerra¡±.
De vuelta a Bruselas, el 6 de enero, Borrell llam¨® al director pol¨ªtico de su servicio exterior, el veterano diplom¨¢tico espa?ol Enrique Mora, especialista en Ir¨¢n y en negociaci¨®n nuclear, con una compleja agenda de contactos en medio mundo, que recuerda: ¡°El alto representante me dijo en pocas palabras, ¡®algo tienen en la cabeza los rusos. Vete a Mosc¨² e inf¨®rmame¡¯. Vol¨¦ al d¨ªa siguiente y habl¨¦ con tres buenas fuentes, gente importante en la Administraci¨®n. Y me confiaron que Putin no ten¨ªa un plan b y que iba a invadir. Volv¨ª y le mostr¨¦ el escenario a Borrell. El d¨ªa 24 de febrero Putin entr¨® en Ucrania¡±.
¡°Los primeros d¨ªas de la guerra, Ucrania pudo resistir gracias a los viejos dep¨®sitos de armas de la era sovi¨¦tica que a¨²n conservaban los socios europeos del Este, que les eran conocidos a los ucranios y eran interoperables con sus sistemas, y transfirieron en muy poco tiempo¡±, relata Josep Borrell. ¡°Fueron vitales para aguantar cuando los tanques rusos llegaron a las puertas de Kiev. Yo llevaba tiempo d¨¢ndole vueltas a c¨®mo suministrar armamento a Ucrania. Y se me ocurri¨® que ten¨ªamos el Fondo Europeo de Apoyo a la Paz, que serv¨ªa para financiar nuestras misiones en el exterior y contaba con la posibilidad de reforzar a los ej¨¦rcitos de fuera de la UE a los que asist¨ªamos. Se hab¨ªa utilizado para equipar a Fuerzas Armadas africanas con uniformes, cascos, botas. En este momento era el instrumento perfecto para ayudarlos. Forj¨¦ el acuerdo. El 28 de febrero la UE autorizaba un primer desembolso de 500 millones para apoyar a Ucrania (cuando algunos optimistas consideraban un ¨¦xito que logr¨¢ramos 50 millones). Hoy son m¨¢s de 11.000 millones. Pero si paramos esos env¨ªos y Estados Unidos se retira, los ucranios no tienen munici¨®n para resistir dos semanas¡±. El ¨²ltimo apoyo como ¡°pato cojo¡± del presidente Joe Biden a Ucrania ha sido levantar la prohibici¨®n del uso de los misiles americanos de largo alcance contra Rusia. Una decisi¨®n en tiempo de descuento que a su vez podr¨ªa anular Donald Trump cuando sea comandante en jefe, a partir del 20 de enero.
La UE no es una potencia militar, pero es una potencia econ¨®mica y de cooperaci¨®n que basa su acci¨®n, seg¨²n los Tratados, en la ¡°adhesi¨®n a los principios de libertad, democracia y respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales y del Estado de derecho¡±. Pocos actores estrat¨¦gicos atesoran tan altos ideales. Europa no tiene un ej¨¦rcito federal, pero es experta en la gesti¨®n de crisis, la respuesta a emergencias, la interposici¨®n, la cooperaci¨®n, la ayuda humanitaria y la reconstrucci¨®n. El Team Europe de la UE es el primer donante mundial en ayuda al desarrollo. Desde octubre de 2023, ese instrumento ha enviado 1.000 millones de euros a Palestina. Y la Uni¨®n Europea ha mantenido en pie financieramente a Ucrania con l¨ªneas de cr¨¦dito y subvenciones por valor de 57.800 millones. Lo explica el soci¨®logo y pol¨ªtico socialista Pau Mar¨ª, que presidi¨® la Comisi¨®n de Asuntos Exteriores del Congreso entre 2020 y 2023: ¡°No les hemos enviado armas de precisi¨®n como los americanos, pero hemos gastado mucho en mantener Ucrania a flote. Hemos pagado los sueldos de su Administraci¨®n y sus soldados; hemos financiado el funcionamiento ordinario del Estado; hemos enviado generadores para que el pa¨ªs no se paralizara tras los bombardeos de Putin a sus centrales el¨¦ctricas. En Kiev, todo funciona, est¨¢ presente la guerra, pero no es un Estado fallido. No se ha derrumbado. Y la UE tiene mucho que ver¡±.
¡°Hace solo cinco a?os, en 2019, lo de la defensa europea era puro pensamiento ilusorio y ahora, terminando 2024, ya no es una cuesti¨®n de humo y debates sin sentido¡±, explica la diplom¨¢tica Mar¨ªa Lled¨®, ex secretaria general para la UE en el ministerio espa?ol de Asuntos Exteriores. ¡°Se ha avanzado. Hay unas amenazas claras. Se acab¨® el buenismo. Incluso los pa¨ªses frugales apuestan por dar dinero a la industria militar. Pero se va a quedar ah¨ª, en lo industrial, no contemplo una cesi¨®n real de soberan¨ªa de los 27 en materia de defensa¡±. Poco a poco, sin embargo, la Uni¨®n Europea ha ido desarrollando en 25 a?os una compleja caja de herramientas en pol¨ªtica exterior y seguridad que inici¨® el primer alto representante, Javier Solana, en 1999. Una tortilla que ha cuajado durante el turbulento quinquenio de Borrell. En un lustro ha dotado de m¨²sculo a los instrumentos de seguridad y defensa europeos. Junto a su despacho hay una discreta puerta blindada y con c¨®digo, por la que se accede a las tripas del Servicio Europeo de Acci¨®n Exterior. Ah¨ª est¨¢ el Centro de Respuesta a las Crisis, cubierto de pantallas con informativos rusos y ¨¢rabes, y mapas que evolucionan en tiempo real y se?alan y clasifican las amenazas. Es el instrumento de comunicaciones seguras que conecta a Bruselas con las 144 embajadas de la UE, y da seguridad a sus funcionarios y a los ciudadanos europeos en territorios en conflicto, desde Sud¨¢n y Yemen hasta L¨ªbano, Ucrania o N¨ªger. Recibe tambi¨¦n a diario las im¨¢genes captadas desde el espacio y su consiguiente an¨¢lisis del Centro de Sat¨¦lites de la UE, en la madrile?a base de Torrej¨®n, dirigido por el contraalmirante franc¨¦s Louis Tillier. El Centro de Respuesta cuenta con 77 analistas, diplom¨¢ticos, militares y polic¨ªas. Un coronel espa?ol destinado en ¨¦l explica: ¡°Aqu¨ª se trabaja 24 horas. Nos llega informaci¨®n por todos los medios posibles de cada pa¨ªs: nuestro equipo la procesa, comprueba si es desinformaci¨®n o fake news y hace informes clasificados. Y tambi¨¦n proporciona una alerta temprana global, integral y oportuna, poniendo sobre aviso a todos los actores implicados¡±.
En Bruselas, en el 88 de la discreta calle Arlon, en un edificio gris y anodino, se encuentran otros dos instrumentos de pol¨ªtica exterior y de seguridad de la UE: el Centro de Inteligencia y el Estado Mayor Militar. El primero lo dirige el comandante croata Daniel Markic, que estuvo al frente de los servicios secretos de su pa¨ªs. El Intcen concentra a un centenar de analistas, procedentes de la inteligencia de los 27, entre ellos algunos miembros del espa?ol CNI. Sus agentes no adquieren informaci¨®n mediante acciones clandestinas, pero se nutren de la informaci¨®n que los socios les facilitan (cuando se la facilitan). El segundo lo manda el teniente general holand¨¦s Michiel van der Laan, que dispone de 200 oficiales en su staff y 115 para el planeamiento militar. Su Estado Mayor podr¨ªa ser el embri¨®n del futuro cuartel general del ej¨¦rcito europeo. Como explica Javier Solana, de 82 a?os: ¡°No ser¨¢ f¨¢cil, pero un d¨ªa puede haber un ej¨¦rcito europeo, como pas¨® con el euro. Es clave que se vaya formando entre los 27 una coalici¨®n de pa¨ªses que quieran ir m¨¢s lejos en defensa juntos, como pas¨® con la moneda europea. Y que ning¨²n pa¨ªs de la UE lo vete, como ning¨²n socio lo hizo con el euro, simplemente no cedieron esa soberan¨ªa. Y hoy es la moneda de 350 millones de personas. Puede haber dos velocidades¡±.
El final de esta historia tiene regusto a moraleja. El arma secreta de la UE a favor de Ucrania no es un misil, sino los 260.000 millones de euros en activos rusos (en valores y efectivo) inmovilizados en la UE, los pa¨ªses del G-7 y Australia desde el comienzo de la invasi¨®n, de los que el 70% est¨¢ retenido en la Uni¨®n. Seg¨²n explica un diplom¨¢tico: ¡°Putin pens¨® que la invasi¨®n era cosa de dos d¨ªas y no los retir¨® de nuestros bancos. La UE ya ha entregado a Ucrania 1.500 millones en intereses generados por ese capital. Y no se descarta que esos 260.000 millones se usen un d¨ªa para reconstruir Ucrania, sobre todo si EE UU la abandona. Es complejo jur¨ªdicamente, pero posible¡±.
Esta arma responde a una frase de Josep Borrell que ha hecho historia ¡ª¡±y que me ha copiado Macron¡±, a?ade¡ª: ¡°Europa no puede ser el ¨²nico herb¨ªvoro en un mundo de carn¨ªvoros¡±.
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