El comercio de barrio: el coraz¨®n que hace latir el centro de Madrid
La capital espa?ola pierde cada a?o m¨¢s negocios tradicionales ubicados en barrios tensionados por la especulaci¨®n inmobiliaria y el turismo. Recorremos el centro de Madrid para conocer el pasado y el presente de viejas tabernas, farmacias centenarias o cl¨¢sicas tiendas de lonas o abanicos
Cuando un coraz¨®n bombea, lo hace de forma constante. A veces hay alg¨²n descomp¨¢s. Otras, acelera el ritmo, va m¨¢s r¨¢pido. En ambos casos da vida. Y eso es lo que hacen los comercios de barrio: dotar a los vecinos de las ciudades de un alma que puedan sentir solo suya. En este caso, solo de Madrid. Y muchos de ellos son corazones a?ejos, con m¨¢s de 80 o 100 a?os. Algunos superan o rozan incluso los dos siglos. Han visto de todo. Y presumen de su edad en los carteles de sus fachadas. ¡°Son esenciales para los barrios. Especialmente para su gente. Son como los latidos de un coraz¨®n: hacen que el distrito siga vivo¡±, explica Alberto Crespo, investigador social de temas de urbanismo.
El madrile?o barrio de Tetu¨¢n ha cambiado su esencia. Donde antes hab¨ªa mercer¨ªas, tiendas de ultramarinos y baretos, ahora hay casas de apuestas, centros de crossfit y franquicias de smash burgers (como Bamg Burger y Marlons) que los han sustituido. Apenas queda ese recuerdo de la tradici¨®n del distrito, de esos locales que parecen ya museos de lo que fueron los barrios. Aunque algunos resisten. Como la Lencer¨ªa San Miguel, uno de esos comercios de toda la vida. Fundada en 1947 y capitaneada hoy por Sergio San Miguel, es un negocio cuyo futuro no es que sea incierto, sino que ya tiene un final seguro: su cierre est¨¢ previsto para el pr¨®ximo septiembre. ¡°Me quedan unos meses para jubilarme y nadie va a seguir¡±, sentencia. Ha batallado contra la llegada de las grandes marcas ¡ªque no quiere vender en su local¡ª, los centros comerciales e, incluso, la venta de lencer¨ªa online. Sus productos siguen siendo casi los mismos de mediados del siglo pasado: marcas y tallajes id¨¦nticos. San Miguel cuenta c¨®mo le choca cuando alg¨²n despistado acude a su establecimiento en busca de ropa interior moderna, con ¡°nombres tan ex¨®ticos que parecen sacados de una novela de ciencia ficci¨®n¡±. ¡°Hasta el momento lo que nos ha salvado han sido los colegios [est¨¢ rodeado de varios]. Como tambi¨¦n vendemos uniformes, podemos subsistir¡±. Ni se plantea legarle el negocio a un descendiente. ¡°Ser¨ªa como dejarles un lastre¡±, dice con desaz¨®n en la misma ma?ana de mayo en la que apenas entra un pu?ado de clientes. Todos, residentes de toda la vida del barrio. Casi de la misma edad que el establecimiento.
M¨¢s all¨¢ de la ¨¦pica literaria, lo cierto es que muchos de los locales del centro de las ciudades sufren cada d¨ªa por seguir adelante. No es f¨¢cil determinar cu¨¢ntos han desaparecido en los ¨²ltimos a?os. El problema, seg¨²n Armando Rodr¨ªguez, presidente de la Confederaci¨®n de Comercio de Madrid (Cocem), es que ¡°el INE incluye en sus estad¨ªsticas a los establecimientos de las grandes franquicias y a las gasolineras en la categor¨ªa de comercios¡±. Su organizaci¨®n trata de hacer una radiograf¨ªa m¨¢s precisa: en 2023 cerraron 35.024 comercios de proximidad en Espa?a, 6.000 en la Comunidad de Madrid.
¡°Los negocios no cierran porque dejen de ser rentables. Hay una falta de relevo generacional. Han cambiado los h¨¢bitos de consumo, s¨ª, pero es un problema enorme que va mucho m¨¢s all¨¢. Hay que afrontarlo desde las instituciones¡±, apunta Rafael Torres, presidente de la Confederaci¨®n Espa?ola de Comercio (CEC). Alejandro Tamayo, profesor de Urbanismo en la Escuela de Arquitectos de Madrid, subraya que este relevo generacional es uno de los grandes obst¨¢culos a los que se enfrentan estos comercios. ¡°No es que los j¨®venes no quieran trabajar. Al contrario. Lo que ocurre es que hay otros modelos de negocio que les atraen m¨¢s, y eso hace que el tejido comercial de las ciudades est¨¦ cambiando¡±.
Juan S¨¢nchez lleva las riendas de la esparter¨ªa que lleva su apellido y que fue fundada en 1927. ?l s¨ª ha conseguido seguir adelante. Recuerda que el negocio ha pasado por cuatro ubicaciones distintas desde que su abuelo lo abri¨®. Est¨¢ situado actualmente a unas manzanas del mercado de la Cebada, en La Latina. En uno de esos enclaves de referencia por los que cada d¨ªa pasan japoneses, coreanos, ingleses, pero tambi¨¦n vecinos y gente venida de otros distritos. S¨¢nchez cuenta c¨®mo ha logrado resistir: ¡°Fui uno de los primeros comerciantes de la ciudad en adquirir un dominio web¡±. Ha sentado las bases de un negocio que traspasa las fronteras de Madrid, y que, a la vez, sigue siendo de barrio. T¨ªpico de la era en que se fund¨®, pero tambi¨¦n del tiempo en que vivimos.
Entre los comercios longevos del centro, entendi¨¦ndolo ya como todo aquello dentro de la v¨ªa de circunvalaci¨®n M-30, uno de los sectores m¨¢s afectados es el de la venta de productos c¨¢rnicos. En los ¨²ltimos cinco a?os, en la capital se cerraron el 24% de estos locales. ¡°Hemos pasado de tener cerca de 2.590 puntos de venta en 2019 a cerrar 2023 con 1.600¡å, explica Mar¨ªa S¨¢nchez, directora de Carnimad, la organizaci¨®n que aglutina a empresas de este sector en Madrid. Cuenta que los h¨¢bitos de consumo han cambiado, especialmente entre los j¨®venes, de los que dice que apenas pisan las carnicer¨ªas, pero s¨ª son m¨¢s habituales en grandes franquicias o centros comerciales. ¡°Es una cuesti¨®n cultural. Tenemos que incentivarlos para que compren nuestros productos. A que se acerquen a las tiendas de barrio¡±. Un estudio de la Universidad Complutense de 2023 conclu¨ªa que un 22,4% de los j¨®venes come precocinado tres o m¨¢s veces por semana.
Carnicer¨ªas Gamo, dirigida por Coral Gamo como representante de la familia, abri¨® sus puertas en 1963 en el barrio de Embajadores. Su familia, originaria de ?vila, emigr¨® a Madrid a mediados del siglo pasado en busca de un futuro. As¨ª naci¨® este negocio. Pero Coral cuenta que, a pesar del centenar de fieles clientes que acuden a diario, no todo es tan rom¨¢ntico como parece. El local est¨¢ rodeado por esos bares cuquis a los que acuden a diario j¨®venes y turistas descolgados del cercano Lavapi¨¦s. Ahora en el barrio es posible encontrar ciertos tipos de dulces o comida con nombres glamurosos, algo que hasta hace dos d¨¦cadas era imposible. Adem¨¢s, Coral compite con los centros comerciales. A 500 metros de su tienda hay tres. A los 200, dos m¨¢s. Pero su mayor problema es otro: ¡°Ya no hay nadie que quiera trabajar en carnicer¨ªas [la edad media de su plantilla ronda los 60 a?os]. No hay pol¨ªticas para formar a la gente. Para incentivar a los j¨®venes¡±.
¡°Depende de lo que vendas, del tipo de comercio en el que est¨¦s. Unos tenemos m¨¢s suerte. Otros menos¡±, explica Enrique Garzo, que junto a Yolanda Elegido regenta la Farmacia Cervantes Le¨®n, en el barrio de las Letras. El primer contrato de alquiler data del siglo XVII. Desde entonces ha pasado por distintas generaciones: desde descendientes de los primeros due?os hasta otros farmac¨¦uticos. Garzo y Elegido se instalaron en este comercio en 2020. Desde entonces no han dejado de trabajar. ¡°?Qui¨¦n no necesita una farmacia?¡±, recuerda.
Lo mismo ocurre en la hosteler¨ªa. En la Bodega de La Ardosa, en la calle de Santa Engracia (tambi¨¦n est¨¢ la de Col¨®n, habitada casi en su totalidad por los turistas y j¨®venes de Malasa?a), Daniel Rojo atiende a sus clientes: ¡°No es lo mismo un negocio que otro. Algunos tenemos m¨¢s suerte por el modelo de ciudad¡±. Esta taberna, fundada en 1919, es uno de esos locales que aparecen en todas las gu¨ªas tur¨ªsticas. Y de eso vive: del turismo. Y un poco tambi¨¦n de esa facci¨®n de la poblaci¨®n que sigue enamorada de los bares de viejo. Tendencias recientes como la de recuperar el verm¨² han ayudado a muchos de estos locales a renovar su parroquia y a ver c¨®mo, por una vez, las modas juegan a su favor. ¡°La gente del barrio nos conoce. Sabe lo que tenemos y nuestros precios. Los de fuera siguen siendo quienes m¨¢s nos visitan¡±, cuenta Rojo, que empez¨® como encargado del negocio a principios de la d¨¦cada de 2010 y en 2021 los anteriores due?os le traspasaron el local. ¡°Somos los mismos, con nuestras ca?as y nuestras bravas, que ya son un icono¡±, comenta. El ¨¦xito de locales como La Ardosa ayuda a que espacios vecinos y similares tambi¨¦n hayan encontrado su clientela. La hosteler¨ªa sigue siendo uno de los sectores m¨¢s demandados. No tiene tantos problemas como una lencer¨ªa, una mercer¨ªa o un vendedor de lonas.
Javier Mart¨ªnez y su hermana Mar¨ªa del Carmen pertenecen a este ¨²ltimo sector: el de la venta de telas. Est¨¢n junto a la plaza Mayor, ya inundada de banderines que gu¨ªan a los turistas hacia los sitios m¨¢s emblem¨¢ticos de la calle de Toledo, viendo a su paso cientos de negocios reconvertidos en franquicias. A un paso, un antiguo cuartel de bomberos convertido en hotel de lujo, met¨¢fora de los nuevos usos y necesidades del barrio. Los Mart¨ªnez tienen una afluencia de clientes muy limitada. ¡°Somos muy buenos en hosteler¨ªa. Los mejores. Pero tambi¨¦n hay que valorar el peque?o comercio de toda la vida¡±. La conversi¨®n del centro de la ciudad en un espacio amable para turistas hace que el foco no ilumine por igual a todos los negocios de la zona. ¡°Lo que est¨¢ pasando en grandes urbes como Madrid es que las zonas m¨¢s tensionadas por el turismo se convierten en franquicias y eso hace que los h¨¢bitos de consumo cambien y el comercio sufra¡±, apunta Alejandro Tamayo. Y a?ade: ¡°Los bares, restaurantes y peluquer¨ªas son los que resisten en el distrito Centro. Los comercios se van segregando en funci¨®n de quien vive en ese barrio¡±.
Otras tiendas como La Moderna Apicultura siguen adelante. Este negocio fue creado en 1919 para, seg¨²n cuentan algunas lenguas ¡ªy respalda Aurora Jim¨¦nez, la actual due?a¡ª, complacer los deseos del rey Alfonso XIII y que Espa?a empezase a comerciar mieles. Localizado en el distrito de Salamanca, el establecimiento comenz¨® hace m¨¢s de 100 a?os, y el padre de Jim¨¦nez, ebanista de profesi¨®n, instal¨® a mediados del siglo pasado un taller en el s¨®tano del local para surtir con su mobiliario al comercio. A principios de los noventa, cuando los anteriores due?os dejaron el negocio, este artesano se hizo con ¨¦l, y puso a su hija Aurora a cargo. Su ic¨®nica fachada fue creada en 1919 por el arquitecto vasco Secundino de Zuazo (1887-1970), conocido por ser el alma tras la construcci¨®n de iconos urban¨ªsticos como la Casa de las Flores y los Nuevos Ministerios, entre otros.
¡°Ya no solo es Madrid. Tambi¨¦n est¨¢ sucediendo en las urbes m¨¢s peque?as. Todas se est¨¢n adaptando a las nuevas necesidades¡±, dice el investigador Alberto Crespo con relaci¨®n a c¨®mo el turismo est¨¢ cambiando el tejido comercial y social de las ciudades. Este fen¨®meno, a?ade, est¨¢ llegando igualmente a las primeras periferias urbanas: ¡°El centro ha cambiado en los ¨²ltimos 20 a?os, pero en las zonas m¨¢s alejadas, como Puerta del ?ngel [que no est¨¢ a las afueras de la ciudad, pero tampoco en la zona Centro], est¨¢ empezando ahora¡±.
El coraz¨®n de los barrios sigue bombeando cada d¨ªa. Unos lo hacen m¨¢s r¨¢pido: tienen m¨¢s clientes, m¨¢s posibilidades. Otros agonizan. Pero todos han formado parte de la vida de las ciudades, las han visto crecer, cambiar, y con ellas a sus residentes. Y ahora su batalla no es solo seguir insuflando vida a los barrios, sino poder seguir escribiendo su historia para que los centros de las ciudades no se queden hu¨¦rfanos de alma.
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