El ¡®proc¨¦s¡¯ de Sito
El narco gallego, condenado de nuevo a prisi¨®n, es un rom¨¢ntico: a estas alturas le gustaba todav¨ªa estar en primera l¨ªnea
A los capos de la droga del siglo XXI no se les pilla por narcotr¨¢fico, se les pilla por blanqueo. Impensable es ahora la escena de 1991, cuando los GEO asaltaron el chal¨¦ de seguridad de Sito Mi?anco y su banda en Pozuelo de Alarc¨®n (Madrid) y se encontraron al capo arousano con un tel¨¦fono sat¨¦lite en la oreja y unas cartas n¨¢uticas sobre la mesa. Estaba dirigiendo una descarga. ¡°Ahora s¨ª que me trincasteis¡±, les dijo a los agentes antes de ser esposado.
Los se?ores de la droga dirigen hoy las operaciones desde la lejan¨ªa, a trav¨¦s de tupidas organizaciones y empresas tapadera. Las fuerzas de seguridad pueden interceptar toneladas de coca¨ªna en la costa y detener a un pu?ado de narcos, pero dif¨ªcilmente llegar¨¢n a la cabeza pensante, quien probablemente no sepa ni qui¨¦n la dirig¨ªa ni c¨®mo estaba prevista la descarga que ocupa la correspondiente portada de los peri¨®dicos. Las estructuras financieras y los delitos que conllevan es el ¨²nico camino que permiten llegar a estos grandes capos. Tambi¨¦n a Sito.
Y eso que el jefe gallego es un rom¨¢ntico: a estas alturas le gustaba todav¨ªa estar en primera l¨ªnea. ¡°No puede dejarlo¡±, dice un agente de la polic¨ªa que lo conoce bien. Y en su ambici¨®n ha encontrado Sito siempre su perdici¨®n: de los ¨²ltimos 30 a?os, el gallego solo ha estado seis fuera de la c¨¢rcel. ¡°Se pod¨ªa haber retirado hace tiempo y dedicarse a vivir¡±, comentan habitualmente los agentes que lo investigan. Por dinero podr¨ªa haberlo hecho perfectamente: nadie sabe exactamente cu¨¢l es el patrimonio del narco; s¨ª se sabe que poco no es. Pero una cosa es tener dinero y otra poder usarlo. El mayor quebradero de cabeza de Sito desde hace a?os era no poder sacarle provecho a su enorme patrimonio. Los investigadores de delitos fiscales llevaban tiempo con una gigantesca lupa sobre cualquier movimiento econ¨®mico de la familia de Mi?anco. Un paso en falso pod¨ªa suponer la ca¨ªda que finalmente ha llegado. Es la jaula de oro, el agobio financiero del millonario. Sito pose¨ªa el beneficio de su actividad, pero no pod¨ªa disfrutarlo. Desde hoy, si cabe, mucho menos.
Existe una mitificaci¨®n de los grandes narcotraficantes. En Cambados, el pueblo natal de Sito, no es f¨¢cil encontrar a alguien que hable mal del capo. Los carteles colombianos siguen confiando de manera ciega en ¨¦l, en una alianza in¨¦dita que se ha prolongado durante d¨¦cadas y que sobrevive a las sucesivas ca¨ªdas del gallego. Los propios agentes encargados de vigilarlo y detenerlo no pueden reprimir cierta admiraci¨®n cuando hablan de ¨¦l. En su ¨²ltima detenci¨®n, en febrero de 2018 en Algeciras, lo hab¨ªan visto reunido con los mayores traficantes de Europa, integrantes de bandas holandesas, cuando apenas llevaba unos meses fuera de prisi¨®n. Las fuerzas de seguridad no sal¨ªan de su asombro. En realidad el capo nunca dej¨® de ser el capo: desde Alcal¨¢ Meco dirigi¨® en 1997, seg¨²n la Fiscal¨ªa, la Operaci¨®n Amanecer de 3.000 kilos de hach¨ªs.
La ¨²ltima vez que detuvieron a Sito, dos polic¨ªas iban en el coche con ¨¦l en su traslado a Madrid. Durante el trayecto estuvieron hablando de diversos temas, sobre todo de f¨²tbol ¡ªel gallego es fan¨¢tico del Real Madrid¡ª y pol¨ªtica. Sobre esto ¨²ltimo, y con el refer¨¦ndum del 1 de octubre de 2017 todav¨ªa reciente, dijo Sito que aquello era una verg¨¹enza y critic¨® ferozmente a Carles Puigdemont. Curiosamente Sito y Puigdemont comparten abogado, Gonzalo Boye, imputado ¡ªse cierra el c¨ªrculo¡ª en blanqueo de capitales proveniente de las actividades de Mi?anco. De esta historia no se han escrito a¨²n, ni mucho menos, todos los cap¨ªtulos.
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