La cooperante Juana Ruiz comparece con grilletes y sin int¨¦rprete de espa?ol ante la justicia militar israel¨ª
El juicio queda aplazado hasta el 1 de septiembre tras las alegaciones de la defensa, que solicitar¨¢ su inmediata excarcelaci¨®n despu¨¦s de cuatro meses de detenci¨®n
Juana Ruiz S¨¢nchez, de 62 a?os, lleg¨® arrastrando los pies en la ma?ana de este martes al tribunal militar de Ofer, un barrac¨®n anejo a la prisi¨®n israel¨ª del mismo nombre en Cisjordania. ¡°Estoy bien¡±, musit¨® de lejos en el pasillo enrejado por el que fue conducida ante el banquillo por dos agentes de seguridad, que impidieron que se acercara a los periodistas que cubr¨ªan la vista. La cooperante espa?ola, afincada en Palestina desde 1985 y detenida en su casa en la madrugada del 13 de abril por una veintena de soldados, est¨¢ acusada por la fiscal¨ªa castrense de pertenencia a una ¡°organizaci¨®n ilegal¡± que desvi¨® fondos de la cooperaci¨®n internacional a un grupo palestino calificado como terrorista. Juana Ruiz iba esposada, con grilletes encadenados en los pies y no dispuso de int¨¦rprete de espa?ol, como obliga la ley israel¨ª, durante los cerca de 30 minutos que dur¨® su comparecencia. La juez militar aplaz¨® de nuevo el juicio hasta el 1 de septiembre, despu¨¦s de que la defensa de la trabajadora humanitaria alegara en contra de los cargos y anunciara que va a reclamar su inmediata excarcelaci¨®n.
Tras casi cuatro meses entre rejas, la cooperante sanitaria parec¨ªa muy cansada, con el pelo m¨¢s largo del que muestra habitualmente en sus fotograf¨ªas familiares. Aturdida por su primera comparecencia presencial ante la justicia militar (las anteriores fueron por v¨ªa telem¨¢tica), observaba desde el banquillo el debate en jerga procesal en hebreo sin entender ni una palabra. La c¨¢rcel y el tribunal de Ofer se encuentran en una especie de fort¨ªn construido con las mismas torres y paredones de hormig¨®n gris que forman el muro erigido por Israel en torno a Cisjordania hace casi dos d¨¦cadas. Juana Ruiz, que trabajaba desde hace 28 a?os como coordinadora de proyectos internaciones en la ONG palestina Comit¨¦s de Trabajo para la Salud, nunca hab¨ªa sido detenida ni interrogada hasta ahora. Como a todos los residentes en Cisjordania no israel¨ªes se le ha aplicado la ley marcial que rige bajo la ocupaci¨®n.
Cuando su abogado defensor, el letrado israel¨ª Avigdor Feldman, inquiri¨® por qu¨¦ no hab¨ªa un int¨¦rprete de espa?ol en la sala, la juez le pregunt¨® a Ruiz qu¨¦ idiomas hablaba. ¡°Espa?ol y ¨¢rabe¡±, contest¨®. Un soldado lo tradujo del ¨¢rabe al hebreo, pero la acusada dijo que se ve¨ªa m¨¢s segura con el castellano para seguir la vista. ¡°Me he intentado comunicar con ella en ingl¨¦s, pero no es un idioma que domine¡±, precis¨® el letrado tras la vista. ¡°Me ha pedido que haga todo lo posible para sacarla de la c¨¢rcel, eso ha quedado claro. Ahora han asegurado (los jueces militares) que van a facilitar un int¨¦rprete de espa?ol. Tiene que haberlo¡±, advirti¨®. El soldado que aparentemente ejerc¨ªa como int¨¦rprete del hebreo al ¨¢rabe apenas intervino en la vista.
Cuando concluy¨® la sesi¨®n con un nuevo emplazamiento a la cooperante para el 1 de septiembre, previsiblemente por v¨ªa telem¨¢tica, el marido de Juana Ruiz, el palestino El¨ªas Rismawi, se aproxim¨® unos metros para hablar con ella. ¡°Suerte. S¨¦ fuerte. Todos estamos contigo¡±, le dijo mientras sus miradas se cruzaban, con las l¨¢grimas a punto de brotar. Un agente de seguridad se interpuso entre ellos y un funcionario de prisiones oblig¨® a la prensa a abandonar la sala.
El esposo explic¨® m¨¢s tarde por qu¨¦ la cooperante parec¨ªa tan cansada. ¡°La sacaron el lunes a las 10 de la ma?ana de la c¨¢rcel de Damon, en Haifa (norte), y dieron vueltas (en un furg¨®n del servicio penitenciario) hasta las 10 de la noche de prisi¨®n en prisi¨®n hasta que llegaron a HaSharon (penal situado al norte de Tel Aviv). Fue una tortura¡±. As¨ª relat¨® el periplo de su mujer, que hab¨ªa llegado a primera de la ma?ana al tribunal de Ofer. ¡°Est¨¢ tan cansada que no puede ni estar de pie. Mucho m¨¢s que cuando la visit¨¦ el d¨ªa 4 en la prisi¨®n. Casi no ha dormido¡±, agreg¨® Rismawi, quien asegur¨® que ambos se muestran confiados en una pronta excarcelaci¨®n. ¡°Se est¨¢ haciendo muy duro para una mujer de su edad y su situaci¨®n (con enfermedades cr¨®nicas)¡±, aleg¨® el esposo de la cooperante espa?ola.
El letrado de Juana Ruiz es un veterano defensor de los derechos civiles en Israel. Avigdor Fieldman sostiene que las acusaciones contra su cliente carecen de base. ¡°La investigaci¨®n del servicio secreto (Shin Bet) presentada ante el tribunal es muy insatisfactoria: acusaciones generales, sin pruebas ni declaraciones de testigos¡±, argument¨® tras la conclusi¨®n de la vista.
¡°Algunos de los hechos (que forman parte) de los cargos, se produjeron en Espa?a, donde este tribunal no tiene jurisdicci¨®n¡±, abund¨® Feldman en el resumen de sus alegaciones. ¡°Negamos tambi¨¦n que exista conexi¨®n entre nuestra cliente y el Frente Popular de Liberaci¨®n de Palestina (FPLP, grupo en cuya financiaci¨®n ilegal se involucra a la ciudadana espa?ola). Esta organizaci¨®n fue declarada ilegal en 2020, pero la decisi¨®n se hizo efectiva en 2021, todas las acusaciones son anteriores¡±, apostill¨®. Extraterritorialidad e irretroactividad son factores determinantes en la nulidad de la causa, seg¨²n la defensa. ¡°Vamos a pedir que sea excarcelada; no vemos ninguna raz¨®n para que siga entre rejas. Buscaremos un lugar fuera de la prisi¨®n donde ella pueda permanecer (en arresto domiciliario) mientras termina el proceso¡±.
En el patio del tribunal militar de Ofer, donde decenas de palestinos guardaban turno para asistir a los juicios de sus familiares, el marido de Juana Ruiz trataba de mostrar esperanza. ¡°Intento ser fuerte para poder ayudarla, pero las cosas no son f¨¢ciles¡±, confesaba. ¡°Hay esperanza de que obtenga la detenci¨®n domiciliaria. Vamos a intentar llevarla a un convento de religiosas en Jerusal¨¦n¡±, asegur¨® Rismawi. ¡°Estamos dispuestos a firmar lo que sea (fianzas, garant¨ªas...) con tal de que salga de la c¨¢rcel¡±.
Cargos de financiaci¨®n ilegal y fraude con fondos de cooperaci¨®n
El Shin Bet y la fiscal¨ªa militar han acusado a la ciudadana espa?ola, junto a otros miembros de su ONG, de participar en una red para ¡°introducir ilegalmente fondos en los territorios palestinos¡±, desviados hacia el Frente Popular de Liberaci¨®n de Palestina, grupo considerado terrorista por Israel y la Uni¨®n Europea, ¡°mediante fraude, falsificaci¨®n y enga?o¡± a los donantes de pa¨ªses europeos. ¡°Ella no manejaba fondos. El dinero de la cooperaci¨®n iba al banco, y nunca firm¨® un cheque¡±, ha asegurado su esposo. ¡°Ella se ha dedicado a gestionar proyectos durante 28 a?os¡±.
El pasado jueves, el Alto Representante de la Pol¨ªtica Exterior de la UE, Josep Borrell, defendi¨® que, ¡°hasta la fecha, (la UE) no ha encontrado pruebas fundamentadas de uso indebido o desviaci¨®n (de fondos) en Palestina¡±, informa la agencia Efe. ¡°La UE est¨¢ perfectamente al corriente del asunto de la ciudadana espa?ola¡±, asegur¨® el jefe de la diplomacia europea, en respuesta parlamentaria a una pregunta de la eurodiputada Soraya Rodr¨ªguez. ¡°Proporcionar (a la ciudadana espa?ola) unas condiciones de detenci¨®n adecuadas y garantizar que reciba asistencia consular y asesoramiento jur¨ªdico¡±, agreg¨®, ¡°sigue revistiendo extrema importancia¡±.
El Consulado General de Espa?a en Jerusal¨¦n ha visitado y asistido a la cooperante desde que se conoci¨® su detenci¨®n. El canciller del Consulado, Carlos Bengoechea, asisti¨® este martes a la vista celebrada en la prisi¨®n militar de Ofer. En su primer contacto con el jefe de la diplomacia israel¨ª, Yair Lapid, el nuevo ministro de Asuntos Exteriores espa?ol, Jos¨¦ Manuel Albares, se interes¨® el mes pasado por la situaci¨®n de la trabajadora humanitaria encarcelada. Albares precis¨® tambi¨¦n en una comparecencia parlamentaria que se iba a implicar personalmente en el caso de Juana Ruiz.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.