Tres terroristas del 11-M ¡®sin nombre¡¯ siguen huidos¡ ?y vivos?
18 a?os despu¨¦s, dos de los cinco rastros de ADN recogidos en los escenarios de los atentados han permitido poner cara a dos miembros m¨¢s del comando | A todos los dem¨¢s se les da por fallecidos perpetrando otros atentados
Seis terroristas sin rostro escaparon tras matar a 193 personas y herir a casi 1.900 en la cadena de atentados del 11 de marzo de 2004, pero dejaron tras de s¨ª su rastro gen¨¦tico. Parec¨ªa imposible que llegasen a ser identificados. Hoy, 18 a?os despu¨¦s del mayor ataque terrorista en Europa occidental, dos de esos ADN que eran desconocidos tienen nombre y apellido, otro se adjudica a un islamista que rechaza hacerse el cotejo y de los otros tres se sospecha de quienes son, pero sin certeza. Lo podr¨ªan confirmar Jamal Zougam, Othman El Gnaoui, y Abdelilah Hriz, los ¨²nicos autores materiales vivos y localizados. Los dem¨¢s han muerto matando.
Las investigaciones sobre el 11-M, pese a la sentencia de octubre de 2007, han seguido avanzando, siempre afianzando que fue perpetrado por un comando de entre 10 y 15 islamistas radicales mezclados con delincuentes comunes, que subieron a los convoyes en la estaci¨®n de Alcal¨¢ de Henares, colocaron 13 bombas, se bajaron en la de Vic¨¢lvaro y se escondieron en un piso franco de Legan¨¦s. Y se consolida que lo hicieron inspirados por Al Qaeda o a las ¨®rdenes de la propia organizaci¨®n terrorista, como defiende Fernando Reinares en su libro 11-M La venganza de Al Qaeda. Todo bajo el liderazgo de Amer Azizi, un marroqu¨ª que era la mano derecha de Hamza Rabia, jefe de operaciones externas de la red de Bin Laden hasta que un misil de la CIA lo mat¨® en Wazirist¨¢n del Norte (Pakist¨¢n).
Las pesquisas han permitido cerrar la identificaci¨®n de once participantes en los ataques a los trenes, el intento de volar un AVE Madrid-Sevilla el 2 de abril y en el asesinato, al d¨ªa siguiente, del geo Francisco Javier Torronteras cuando el n¨²cleo del comando islamista se vol¨® por los aires tras verse rodeado en el piso franco de la calle de Carmen Mart¨ªn Gaite de Legan¨¦s.
Los primeros identificados fueron estos siete suicidas: Serhane Ben Abdelmajid, el Tunecino; Asrih Rifaat Anuar; Rashid y Mohamed Oulad Akcha; el jefe militar, Jamal Ahmidan, el Chino; Abdennabi Kounjaa y Allekema Lamari, un veterano terrorista argelino. Para entonces ya se consideraba a Jamal Zougam una pieza clave del islamismo radical y autor material del ataque.
GR?FICOS | As¨ª fueron los atentados, seg¨²n la sentencia del 11-M
Dos de los seis ¨²ltimos presos del 11-M quedar¨¢n libres antes de que acabe el a?o
A estos hay que sumar a Mohamed Afallah, el primer huido conocido e identificado, y Othman El Gnaoui, condenado a 42.922 a?os de c¨¢rcel como autor material, por ayudar a traer la dinamita desde Asturias, pero que no fue reconocido en los trenes, al contrario que Zougam. Ninguno de los dos ha reconocido su autor¨ªa.
En los escenarios de los cr¨ªmenes se recogieron muestras de innumerables personas, de las que 20 fueron consideradas de inter¨¦s; 14 ten¨ªan nombre y apellidos cuando se lleg¨® a juicio. Pero seis quedaron sin rostro. Tambi¨¦n hab¨ªa 218 huellas de inter¨¦s (los libros de rezo del comando estaban llenos), pero solo 46 fueron adjudicadas. Todos hombres.
El primer vestigio ignoto que encaj¨® fue el del argelino Daoud Ouhnane. Su huella dactilar fue hallada en la Renault Kangoo que qued¨® aparcada el d¨ªa de los atentados ante la estaci¨®n de Alcal¨¢ de Henares, con restos de explosivo, detonadores y una cinta cor¨¢nica (la primera gran pista que apunt¨® al islamismo radical). La polic¨ªa y los servicios secretos tienen el convencimiento de que muri¨® luchando en Irak en 2007.
El gran avance fue la identificaci¨®n de Abdelilah Hirz, alias Aduljalil, de 44 a?os, como uno de los terroristas que supuestamente colocaron mochilas en los trenes. Su ADN fue extra¨ªdo de la sangre que manchaba un pantal¨®n en la casucha de Morata de Taju?a (Madrid) donde los asesinos montaron las bombas y de pelos de un peine en el piso de Legan¨¦s. Tras ser detenido en Marruecos en enero de 2008, se comprob¨® que el ADN era id¨¦ntico al hallado en ambos pisos. Hritz, electricista y natural de Kenitra, fue condenado por un tribunal antiterrorista de Sal¨¦ a 20 a?os por su participaci¨®n en el 11-M.
El juez Juan del Olmo, instructor del 11-M, crey¨® tener identificado entonces a otro autor material: Saad el Husseini, quien a sus 58 a?os cumple una condena de 15 en Marruecos por su implicaci¨®n en los atentados de Casablanca (17 de mayo de 2003; 43 asesinados). Los investigadores le adjudican el papel de ¡°inventor¡± de las mochilas de Madrid. Husseini se neg¨® a proporcionar una muestra de saliva para comparar su ADN con los perfiles gen¨¦ticos an¨®nimos que aparecieron en Legan¨¦s, Vic¨¢lvaro y Morata. La legislaci¨®n marroqu¨ª ampara que no se le extraiga en contra de su voluntad.
Los investigadores ya saben que no podr¨¢n probar jam¨¢s la autor¨ªa de Othman el Mouhib, amigo y compa?ero de piso en Madrid de Hirz, con quien estuvo en un hotel en Estambul antes de que los dos dieran el salto a Irak, donde acab¨® muriendo. Es uno de los huidos oficiales del 11-M.
El caso es que a¨²n hoy hay tres perfiles gen¨¦ticos de otros tantos hombres que siguen ignotos: uno fue recogido en restos de comida en Legan¨¦s y en una cuchilla de afeitar de Morata; otro dej¨® su impronta en ropa en esas casas y en un pa?uelo palestino hallado en la furgoneta Renault Kangoo que usaron los terroristas para moverse con las bombas; y un tercero dej¨® vestigios en Morata, la Kangoo y en la estaci¨®n de cercan¨ªas de Vic¨¢lvaro. No est¨¢n identificados, pero hay candidatos. Por ejemplo, seg¨²n la versi¨®n de los atentados del yihadista Kamal Ahbar, los autores materiales fueron los siete de Legan¨¦s, Afalah, Ouhnane (que en este relato coloc¨® dos bombas) y El¨ªa el Harouchi, del que no ha vuelto a haber noticias.
Este islamista, como casi todos los investigados e interrogados, nada quiso saber de Amer Azizi, considerado la clave para vincular a Al Qaeda de Pakist¨¢n con los ataques de Madrid. Si fuera verdad el papel de Azizi, apodado Otman Al Andalusi o Abu Jaafar al Magrebi, tambi¨¦n lo ser¨ªa el de Abdelkarim Mejjati, Abu El¨ªas, el presumible cerebro de los atentados de Casablanca (tan parecidos estructuralmente y en n¨²mero de terroristas al 11-M), pero su ADN no estaba en Madrid. Y est¨¢ muerto, como la mayor¨ªa de los terroristas de los trenes. Zougam, El Gnaoui o Hriz a¨²n pueden aclararlo todo. Los tres niegan cualquier participaci¨®n en los ataques y los muertos no hablan.
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