Un nuevo informe de la Guardia Civil apunta a cuatro exjefes de ETA como responsables ¨²ltimos del asesinato de Miguel ?ngel Blanco
El instituto armado identifica a dos dirigentes en prisi¨®n y otros dos en libertad que supuestamente participaron en la decisi¨®n de perpetrar el atentado del que este julio se cumplen 25 a?os
Miguel ?ngel Blanco ten¨ªa 29 a?os cuando, en la noche del 12 de julio de 1997, el comando Donosti lo llev¨® a las afueras de Lasarte (Gipuzkoa) y le descerraj¨® dos tiros en la cabeza. ETA cumpl¨ªa as¨ª con su amenaza y, tras mantener durante 48 horas secuestrado al edil del PP de Ermua (Bizkaia), acab¨® con su vida de una forma cruel: mientras Jos¨¦ Luis Geresta M¨²jica, Ttotto, lo sujetaba ¡ªle ataron las manos con un cable el¨¦ctrico¡ª; Francisco Javier Garc¨ªa Gaztelu, Txapote, le disparaba por la espalda. De nada vali¨® el clamor de las miles de personas que se lanzaron a la calle para pedir a la banda que parase un atentado que conmocion¨® al pa¨ªs y cuya investigaci¨®n sigue. Casi 25 a?os despu¨¦s.
A pocos d¨ªas del aniversario del crimen, la Guardia Civil acaba de finalizar un informe que se?ala a cuatro exjefes del grupo terrorista por controlar y no frenar el asesinato: Miguel Gracia Arregui, alias I?aki de Renter¨ªa; Mikel Albisu, Mikel Antza; Jos¨¦ Javier Arizcuren, Kantauri, procesado ya como inductor del crimen; y Mar¨ªa Soledad Iparraguirre, Anboto. Este nuevo documento policial, fechado el 20 de junio y que ya se encuentra sobre la mesa del juez Manuel Garc¨ªa-Castell¨®n, confirma las tesis del magistrado. El instructor, que dirigi¨® la investigaci¨®n del asesinato hace 25 a?os, decidi¨® reabrir el sumario el pasado marzo tras una denuncia de la asociaci¨®n Dignidad y Justicia para averiguar si nueve antiguos dirigentes de ETA participaron en la decisi¨®n de perpetrar el atentado, y tambi¨¦n si pudieron impedirlo. Es decir, si cometieron un delito por ¡°omisi¨®n¡±.
El instituto armado, al igual que el instructor y la asociaci¨®n denunciante, mantienen que la banda era una organizaci¨®n ¡°piramidal, jer¨¢rquica y militar¡±, regida por una c¨²pula que controlaba con mano de hierro a sus miembros y que cumpl¨ªa una funci¨®n ¡°decisiva y necesaria para materializar cualquier acci¨®n terrorista¡±. ¡°M¨¢xime una de la relevancia, impacto y repercusi¨®n como el secuestro de Blanco, bajo la amenaza de que, si no se respond¨ªa a las exigencias planteadas por ETA en un breve espacio de tiempo (48 horas), ser¨ªa asesinado¡±, remacha el informe, al que tuvo acceso EL PA?S. Un documento que, seg¨²n avanzan sus autores al principio, trata de demostrar que el ¡°comit¨¦ ejecutivo¡± necesariamente ¡°ide¨®, planific¨®, coordin¨®, facilit¨® los medios necesarios y dio la orden final¡± del asesinato.
La Guardia Civil recalca que ¡°el respeto y la obediencia que todo militante de ETA guardaba hacia el m¨¢ximo ¨®rgano de direcci¨®n, evitaba la comisi¨®n de determinados atentados, principalmente los que pod¨ªan suponer un gran impacto o repercusi¨®n pol¨ªtica y social, sin la orden o aprobaci¨®n expresa de los dirigentes de ETA¡±. Por ello, concluye que el comando que perpetr¨® el asesinato de Blanco solo lo pudo cometer ¡°en cumplimiento de una orden directa y expresa de la citada estructura dirigente¡±. ¡°Los autores [materiales] no actuaron por su cuenta y riesgo, sino que cumplieron de forma precisa la orden del comit¨¦ ejecutivo de ETA, primero de secuestrar al pol¨ªtico y despu¨¦s de asesinarle¡±, a?ade. En este sentido, el documento policial insiste en que ¡°se estima como altamente improbable, inimaginable y pr¨¢cticamente fuera de cualquier razonamiento l¨®gico¡± que aquella decisi¨®n fuera tomada por el comando por s¨ª solo.
Sobre la implicaci¨®n de todos los miembros de la c¨²pula, la Guardia Civil apunta que un atentado de estas caracter¨ªsticas ¡°no fue fruto de una decisi¨®n tomada por alg¨²n miembro concreto o aislado del comit¨¦ ejecutivo¡±: ¡°Requiri¨® del consenso, de la toma de una decisi¨®n, adoptada de forma colegiada, por todos los integrantes del zuba [una de las denominaciones utilizadas en el seno de ETA para referirse a su direcci¨®n de su m¨¢ximo ¨®rgano]. El alcance, la repercusi¨®n y las consecuencias de una acci¨®n terrorista como la cometida contra Blanco as¨ª lo requer¨ªa¡±.
¡°Pudieron evitarlo¡±
El informe de la Guardia Civil desprende una contundencia brutal. Seg¨²n los investigadores, durante el secuestro de Blanco se produjo tal ¡°clamor social¡±, que resulta ¡°imposible¡± que los jefes de ETA ¡°no tuviesen conocimiento del mismo¡± y no ¡°pudiesen cambiar su decisi¨®n primaria de asesinarle si no se cumpl¨ªan sus exigencias¡±. ¡°Por ello, se estima con claridad que el comit¨¦ ejecutivo no dio la orden de poner en libertad [al edil], habiendo podido hacerlo, ya que todos ellos ten¨ªan el pleno dominio sobre el modo de proceder de los integrantes del comando Donosti¡±, dice el documento, que prosigue: ¡°El asesinato pudo ser evitado simplemente con haber dado, directamente o indirectamente a trav¨¦s de un enlace, una orden clara y concreta a los integrantes del comando para poner en libertad al concejal¡±.
A lo largo de su informe, de m¨¢s de 200 p¨¢ginas, la Guardia Civil detalla la documentaci¨®n y t¨¦cnicas de ¡°inteligencia¡± usadas para sus pesquisas. Los investigadores explican las ¡°caracter¨ªsticas estructurales¡± y el modus operandi de la banda; especifican las ¡°distintas actividades necesarias para cometer un atentado¡± y el enorme poder del comit¨¦ ejecutivo dentro de ETA; enumeran papeles internos que ponen de manifiesto ¡°la existencia, a partir de 1993, de una nueva estrategia terrorista tendente a tratar de desestabilizar al Estado espa?ol con atentados de especial magnitud y relevancia¡±; y establecen paralelismos entre el asesinato de Blanco y otros cr¨ªmenes de la organizaci¨®n.
Los agentes analizan, por ejemplo, m¨¢s de 150 comunicaciones p¨²blicas de ETA guardadas en 14 discos compactos de almacenaje inform¨¢tico intervenidos en la vivienda donde fue detenido Mikel Albisu, difundidas por la organizaci¨®n entre enero de 1992 y diciembre de 2003. Seg¨²n los investigadores, 27 de esos documentos se encuentran fechados en el periodo en el que los terroristas mantuvieron secuestrado al funcionario de prisiones Jos¨¦ Antonio Ortega Lara, liberado por las fuerzas de seguridad el 1 de julio de 1997 ¡ªeste viernes se cumplen 25 a?os de esa fecha¡ª tras 532 d¨ªas de cautiverio. Una exitosa intervenci¨®n policial que el comit¨¦ ejecutivo decidi¨® ¡°contrarrestar¡± mediante el secuestro de Blanco, concluye el informe.
Cerco a las c¨²pulas de la banda
El juez ha retomado la causa de Miguel ?ngel Blanco tras una denuncia de Dignidad y Justicia, firmada por el abogado Miguel ?ngel Rodr¨ªguez y dirigida contra el comit¨¦ ejecutivo de la organizaci¨®n terrorista. El magistrado reabri¨® la causa contra los nueve terroristas que mencionaba la asociaci¨®n: I?aki de Renter¨ªa; Mikel Antza; Kantauri; Anboto; Juan Carlos Iglesias, Gadafi; Asier Oyarzabal, Baltza; Vicente Goicoetxea, Willy; Jokin Echevarria Lagisquet; y Carlos Ibarguren, Nervios.
Sin embargo, la Guardia Civil centra este nuevo informe en cuatro de ellos: Kantauri, quien presuntamente era entonces el m¨¢ximo responsable del aparato militar y de los llamados comandos ilegales o liberados (formados por etarras fichados por la Polic¨ªa); Mikel Antza, conocido tambi¨¦n por los alias de Kala y Chupach¨²s, al que se se?ala como jefe del aparato pol¨ªtico y, por tanto, ¨²ltimo responsable de la reivindicaci¨®n del atentado; I?aki de Renter¨ªa, al frente en aquel momento del aparato log¨ªstico; y Anboto, integrada tambi¨¦n en el aparato militar como responsable de los comandos legales (formados por terroristas no fichados). De todos ellos, solo Kantauri y Anboto siguen en prisi¨®n. Antza e I?aki de Renter¨ªa hace tiempo que est¨¢n libres.
En el caso de Kantauri, los agentes analizan 25 documentos ¡ªdeclaraciones de etarras detenidos, sentencias y documentos internos de la banda, entre otros¡ª para corroborar que en julio de 1997 formaba parte del comit¨¦ ejecutivo. En el caso de Antza, recuperan 16 que inciden en su integraci¨®n en la c¨²pula etarra, mientras que para apuntar a su pareja, Anboto, y a I?aki de Renter¨ªa, enumeran ocho y cinco, respectivamente.
La Audiencia ya conden¨® en su d¨ªa a tres personas por este crimen: a Francisco Javier Garc¨ªa Gaztelu, Txapote, que apret¨® el gatillo; a su pareja, Irantzu Gallastegi, Amaia, que tambi¨¦n particip¨® en la ejecuci¨®n del atentado; y a Ib¨®n Mu?oa, exedil de Herri Batasuna en Eibar (Gipuzkoa), que trabajaba cerca de donde lo hac¨ªa el concejal del PP y que facilit¨® la informaci¨®n a los anteriores. A Ttotto nunca se lo lleg¨® a juzgar: su cad¨¢ver se encontr¨® en 1999 con un tiro en la sien. Los forenses concluyeron que se suicid¨®.
En total, en los ¨²ltimos meses, la Audiencia Nacional ha reimpulsado seis sumarios que estrechan el cerco sobre 23 exdirigentes de ETA. Adem¨¢s de por el atentado contra el edil popular, se les investiga como autores mediatos (una especie de inductores que ten¨ªan el control absoluto) de los asesinatos del concejal popular Gregorio Ord¨®?ez; el atentado contra el magistrado Francisco Querol, donde perdi¨® la vida el juez y otras tres personas; el ataque contra la T-4 del aeropuerto de Barajas, con dos muertos; el coche bomba colocado en 2002 junto a la casa cuartel de la Guardia Civil de Santa Pola (Alicante), que dej¨® dos fallecidos ¡ªuna de los dos, una ni?a de seis a?os¡ª; y el asesinato de dos polic¨ªas en Sang¨¹esa (Navarra) en 2003.
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