El en¨¦simo tropiezo de El Tomate, el narco taca?o que llenaba de hach¨ªs el Guadalquivir
Cae una mafia de Sanl¨²car de Barrameda, integrada por 49 detenidos que eran capaces de introducir hasta 20 toneladas de hach¨ªs al mes
Hay ocasiones en las que, de tanta operaci¨®n, los narcos se convierten en conocidos de los agentes que los detienen. El caso de Antonio Romero, conocido en los submundos del hach¨ªs como El Tomate, es uno de ellos. Ahora que una nueva redada le ha vuelto a dar caza, uno de los investigadores que lo ha apresado recuerda c¨®mo, en un anterior operativo, los agentes entraron en una casa cercana al modesto adosado de Sanl¨²car de Barrameda (C¨¢diz) donde vive. El vecino, sospechoso de cultivar marihuana, estaba tan acostumbrado a que entrasen en casa del conocido traficante que les espet¨®: ¡°Aqu¨ª no es, es ah¨ª al lado¡±. En su en¨¦simo l¨ªo con la Justicia, los guardias civiles entraron en su morada. Le acusan, junto a un disc¨ªpulo suyo, Eloy El Candela, de liderar una banda que introduc¨ªa de forma compulsiva y peri¨®dica grandes cantidades de droga por el Guadalquivir.
De tanto l¨ªo con los agentes, de El Tomate ¡ªde unos 48 a?os¡ª ya se conocen hasta los rasgos de su personalidad: taca?o y discreto, hasta el extremo de vivir en un adosado corriente en la colonia Monte Algaida de Sanl¨²car ¡ªpunto caliente del narco de la zona¡ª y conducir un coche modesto. Pero ese car¨¢cter opacado, lejos de las excentricidades de los traficantes del Estrecho, solo es una coartada para encubrir su pulsi¨®n por introducir grandes cantidades de droga desde Marruecos. En la nueva operaci¨®n que le acorrala, conocida como Baree, los guardias civiles de OCON Sur ¡ªgrupo creado para luchar contra el narco en Andaluc¨ªa y reestructurado recientemente para dividirlo por comandancias¡ª le atribuyen la capacidad de transportar en alg¨²n mes hasta 20 toneladas de hach¨ªs de Marruecos a la pen¨ªnsula.
¡°Estaban supercrecidos¡±, apunta uno de los investigadores que ha participado en su ¨²ltima detenci¨®n. Junto a ¨¦l y su disc¨ªpulo ¡ªfamiliar pol¨ªtico lejano del primero y tambi¨¦n con amplios antecedentes por narcotr¨¢fico¡ª han acabado apresadas otras 47 personas en un operativo que OCON explot¨® a finales del pasado mes de junio, pero del que no se ha informado hasta este viernes, cuando el Juzgado de Primera Instancia e Instrucci¨®n n¨²mero 3 de Sanl¨²car ha levantado el secreto de sumario.
En la investigaci¨®n, iniciada en diciembre del a?o pasado, los agentes han realizado hasta 37 registros en las localidades gaditanas de Sanl¨²car, Chipiona, Trebujena y en la aldea de El Roc¨ªo (Almonte, Huelva). En todas esas entradas, la Guardia Civil ha conseguido recuperar 14.380 kilos de hach¨ªs, una embarcaci¨®n semirr¨ªgida trimotor, garrafas de combustible, documentaci¨®n y tel¨¦fonos m¨®viles.
La banda de El Tomate era capaz de usar la intrincada red de marismas del Guadalquivir a su antojo para introducir esas grandes cantidades de droga. Estaba totalmente estructurada, ten¨ªa un grupo encargado de la log¨ªstica que proporcionaba las embarcaciones y una persona que supervisaba la carga de los fardos, el combustible y los alimentos. Eran tan violentos en las formas que los guardias civiles tienen constancia de c¨®mo en uno de los alijos se llevaron por delante con un coche la puerta de entrada de una de sus guarder¨ªas, habitualmente ubicadas en invernaderos de la zona. Tampoco escatimaban en la autoprotecci¨®n. En los registros, los agentes han encontrado armas de fuego cortas y largas con su munici¨®n que empleaban para evitar que otras organizaciones les robaran la mercanc¨ªa, lo que se conoce en el argot delincuencial como vuelcos.
Este es el en¨¦simo problema de El Tomate con los agentes, acostumbrado ya a v¨¦rselas con los agentes en constantes operaciones que le llevan a prisi¨®n provisional durante un tiempo, a la espera de los juicios que se le acumulan. Los primeros problemas del narco con las fuerzas de seguridad se remontan a la d¨¦cada de los 2000. Desde entonces, un rosario de detenciones relacionadas con el tr¨¢fico de drogas pueblan su historial. Desde que el grupo OCON se cre¨® en 2018, ya es la segunda vez que los investigadores le atribuyen la direcci¨®n de mafias del hach¨ªs. De hecho, en septiembre 2019 acab¨® tambi¨¦n detenido, en esa ocasi¨®n, acusado de liderar una red de blanqueo de capitales obtenidos con los beneficios del hach¨ªs.
El problema es que El Tomate, al tiempo, acaba de nuevo en libertad bajo fianza (o sin ella) y a la espera de juicio, aunque en esta ¨²ltima detenci¨®n las fuentes consultadas no han precisado cu¨¢l es la situaci¨®n procesal actual del detenido. Fue lo que ocurri¨® en marzo de 2020, tras pagar una fianza de 15.000 euros. Despu¨¦s de pasar seis meses en la c¨¢rcel, acab¨® en libertad despu¨¦s de que la Audiencia Provincial aceptase el recurso de Romero, ante la ¡°demora¡± en la pr¨¢ctica de pruebas periciales y la dilaci¨®n que se pod¨ªa producir en la investigaci¨®n de esa detenci¨®n. Esta puerta giratoria entre la prisi¨®n y la calle no es algo que disfrute El Tomate, es una pauta relativamente habitual entre los capos del hach¨ªs, que se ven beneficiados por factores tan diversos como la habilidad de sus abogados para encontrar resquicios en el sistema, el colapso de las investigaciones judiciales y las propias garant¨ªas procesales.
El Tomate participa de un ecosistema narco distinto al que opera en la zona del Estrecho de Gibraltar. A la orilla de un Guadalquivir que lleva d¨¦cadas asentado como r¨ªo de entrada de droga, se han cultivado unos traficantes especializados en usar las marismas a su antojo, camuflando sus mercanc¨ªas en narcolanchas, embarcaciones recreativas o de pesca. A eso han sumado su deseo aspiracional de parecerse a los se?oritos de la zona, con sus aficiones a los caballos, los gallos y la Virgen del Roc¨ªo, los m¨¢ximos dispendios que el propio Antonio Romero se ha permitido en estos a?os.
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