Gri?¨¢n, el fin de la incertidumbre: el expresidente andaluz apura sus ¨²ltimos d¨ªas en libertad
El exdirigente afronta su ingreso en prisi¨®n, que llegar¨¢ tras a?os de aislamiento autoimpuesto
Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n (Madrid, 76 a?os) se recluy¨® en su domicilio en Mairena del Aljarafe (Sevilla) cuando el Tribunal Supremo ratific¨® el pasado julio la condena dictada tres a?os antes por la Audiencia Provincial de Sevilla en el caso de los ERE. El alto tribunal confirmaba una pena de seis a?os de c¨¢rcel para quien fue presidente de la Junta de Andaluc¨ªa, ministro de Sanidad y de Trabajo y presidente del PSOE. Ah¨ª se acab¨® su esperanza, aunque sigue confiando en que a medio plazo el Tribunal Constitucional atienda el recurso de amparo que presentar¨¢ su letrado, Jos¨¦ Mar¨ªa Calero, apoy¨¢ndose en el voto particular discrepante de dos magistradas del Supremo que rechazaron la condena por malversaci¨®n contra Gri?¨¢n al no ver ninguna ¡°prueba seria y s¨®lida¡± en su caso. Si ese recurso no prospera, su intenci¨®n es acudir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. ¡°Va a llegar hasta el final, porque cree profundamente en la justicia¡±, aseguran las personas de su entorno que han hablado con este peri¨®dico.
Los jueces le condenaron a seis a?os y dos d¨ªas de prisi¨®n, y a 15 de inhabilitaci¨®n para ocupar cargo p¨²blico, por sendos delitos de prevaricaci¨®n y malversaci¨®n. La sentencia ¡ªprimero de la Audiencia de Sevilla y luego del Supremo¡ª sostiene que, entre los a?os 2000 y 2009, la entonces c¨²pula de la Junta de Andaluc¨ªa, gobernada por el PSOE, dise?¨® un ¡°sistema fraudulento¡± e ¡°ilegal¡± que reparti¨® ¡°con un descontrol absoluto¡± un fondo de 680 millones de euros a trabajadores y a empresas en crisis. Otros siete ex altos cargos de la Junta, entre ellos cuatro exconsejeros socialistas, est¨¢n en la misma situaci¨®n que Gri?¨¢n, aunque no acaparan tanta atenci¨®n medi¨¢tica como el antiguo presidente.
Pendiente de un ¨²ltimo intento para lograr el aplazamiento de la ejecuci¨®n de la pena hasta que el Gobierno se pronuncie sobre la petici¨®n de indulto, Gri?¨¢n est¨¢ a punto de entrar en la c¨¢rcel. Lo sabe desde antes de las vacaciones de agosto, que suspendi¨®, y lo tiene asumido, seg¨²n algunas de las personas que mantienen contacto con ¨¦l. ¡°Sab¨ªa que iba a entrar en la c¨¢rcel desde el verano, cuando el Supremo dict¨® el fallo a¨²n sin el contenido de la sentencia¡±, dicen.
Por muy duro que resulte, estas fuentes muy cercanas al exmandatario sostienen que ¡°lo mejor para ¨¦l es que entre ya en prisi¨®n¡± para acabar con una ¡°incertidumbre¡± que le ha destrozado la vida a ¨¦l y a su familia. ¡°?l ya vive en el m¨¢s absoluto aislamiento¡±, se?alan. Gri?¨¢n comenz¨® a reducir dr¨¢sticamente sus relaciones personales y sus salidas fuera de casa antes de que comenzase el juicio en la Audiencia sevillana, en diciembre de 2017. ¡°Primero no sal¨ªa de Sevilla, luego decidi¨® no salir de Mairena, y ahora, de su casa¡±, afirman estas fuentes. Solo sus familiares y unos pocos amigos acuden a su domicilio. Entre ellos, Marcos Pe?a, que impuls¨® la recogida de firmas a favor del indulto presentada por la familia; Amparo Rubiales y su marido, V¨ªctor P¨¦rez Escolano; y el alcalde de Mairena, Antonio Conde, y su esposa, Marta Alonso. Habla con frecuencia con su amiga Mar¨ªa Jes¨²s Montero, actual ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, quien se resisti¨® a afiliarse al PSOE hasta que Gri?¨¢n se lo pidi¨®. Y contesta a las llamadas, pero ¨¦l no llama.
Desde la ratificaci¨®n de la sentencia por el Supremo, tras un proceso judicial del que Gri?¨¢n sigue sin entender por qu¨¦ se le imput¨® y luego conden¨®, el expresidente de la Junta decidi¨® suspender sus caminatas de hora y media diarias. Tambi¨¦n algunas comidas en uno de sus restaurantes favoritos de la zona, Nueva Azahara, donde hasta entonces eran habituales las sobremesas largas en las que, seg¨²n sus m¨¢s cercanos, Gri?¨¢n se mostraba como es: sabio ¡ªlo apodan ¡±el hombre que sabe de todo¡±¡ª, ir¨®nico, contradictorio y, especialmente, sentimental. Como se?al¨® su abogado en la petici¨®n de indulto parcial elevada al Gobierno por razones de ¡°humanidad y equidad¡±, el exdirigente socialista sufre ¡°una reclusi¨®n para protegerse de este penoso trance vital, con unas graves consecuencias y limitaciones cotidianas, especialmente dolorosas por su relevancia p¨²blica, que le dificultaron e impidieron disfrutar de un modo de vida ordinario¡±.
En su libro autobiogr¨¢fico Cuando ya nada se espera (Galaxia Gutenberg), publicado este a?o, Gri?¨¢n dedica el ep¨ªlogo a su hijo mayor y sostiene all¨ª que tanto ¨¦l como el expresidente Manuel Chaves pasaron a ser ¡°cad¨¢veres pol¨ªticos¡± cuando fueron imputados. Ambos vivieron y viven el proceso de manera muy diferente, entre otras cosas porque Chaves no estaba acusado de malversaci¨®n y no recibi¨®, por tanto, pena de c¨¢rcel sino solo de inhabilitaci¨®n. En ese libro, Gri?¨¢n recuerda las ¡°miradas insolentes, gestos de desprecio, frases en voz alta para hacerse intencionadamente audibles, insultos o burlas¡± que padeci¨® cuando a¨²n no se hab¨ªa pronunciado el Supremo. Una vez que la sentencia es firme, no quiere exponerse a revivir la misma situaci¨®n, ni que la sufra nadie que lo acompa?e.
Es por ese motivo por el que sus amigos opinan que la entrada en prisi¨®n, al menos, pondr¨¢ fin a la incertidumbre. ¡°Esto ya est¨¢. Es mejor que entre en la c¨¢rcel. Necesita reconstruirse¡±, aseveran varias fuentes, que se?alan que a Gri?¨¢n sobre todo le preocupa su familia. Conf¨ªan, adem¨¢s, en los beneficios que otorga la Ley Penitenciaria a las personas de su edad y sin condenas anteriores para que pase ¡°lo m¨¢s pronto posible¡± a un tercer grado que le permitir¨ªa cumplir la condena en su casa. Pero no ven en un horizonte pr¨®ximo el indulto.
Eso no quiere decir que el exministro (1992-1996), expresidente de la Junta (2009-2013) y expresidente del PSOE federal (2012-2014) acepte sin m¨¢s unas decisiones judiciales que le causan una profunda indignaci¨®n: su imputaci¨®n por malversaci¨®n a pesar de que el Supremo le hab¨ªa exculpado en 2105 de ese delito; la propia sentencia que, seg¨²n defienden sus pr¨®ximos, se basa en ¡°hechos probados falsos¡±; los dos meses que tard¨® la Sala Segunda de ese tribunal en comunicar la sentencia tras el fallo; o ¡°el furor¡± de la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n para oponerse a retrasar el ingreso en prisi¨®n. Adem¨¢s, le entristece la vinculaci¨®n que se ha trazado pol¨ªtica y medi¨¢ticamente entre su caso y el de los condenados del proc¨¦s ante la posibilidad de que el Gobierno reforme el delito de malversaci¨®n para rebajar las penas a los dirigentes independentistas. ¡°?l no se llama Oriol Junqueras ni Carles Puigdemont. ?l no ha ido contra ninguna instituci¨®n democr¨¢tica y tendr¨ªa narices que se beneficie de algo que est¨¢ negociando ERC para otros¡±, se?ala un cargo socialista.
Gri?¨¢n quiere evitar a toda costa la foto de su previsible entrada en prisi¨®n, por lo que nadie sabe ¡ªo nadie cuenta¡ª qu¨¦ instituci¨®n penitenciaria elegir¨¢. S¨ª tiene decidido escribir sobre estos a?os. Ya tiene el esquema del pr¨®ximo libro. ¡°Si lo tiene que escribir en la c¨¢rcel, lo har¨¢. Si no le dejan tener un port¨¢til, lo escribir¨¢ a mano¡±, asegura una persona cercana al expresidente.
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