El Gobierno acepta repatriar a las esposas e hijos espa?oles de los yihadistas del ISIS
La operaci¨®n afecta a cuatro mujeres y 16 ni?os detenidos desde hace tres a?os y medio en campos de prisioneros en Siria
El Gobierno ha decidido repatriar a las esposas y viudas de cuatro yihadistas del Estado Isl¨¢mico (ISIS) y a sus hijos espa?oles, internados en campos de prisioneros bajo control de las milicias kurdas en Siria desde que en marzo de 2019 fue liberada Baguz, ¨²ltimo reducto del Califato que Al Bagdadi proclam¨® en 2014 en Mosul (Irak), seg¨²n fuentes gubernamentales. Se trata de cuatro mujeres (Yolanda Mart¨ªnez, Luna Fern¨¢ndez, Lubna Miludi y Loubna Fares) y de 16 ni?os ¡ªel mayor, de 15 a?os; la menor, nacida ya en cautiverio, de solo tres¡ª, que sobreviven en condiciones precarias, insalubres y de gran inseguridad en el noreste de Siria.
Yolanda y Luna se encuentran en el campo de prisioneros de Al Roj, junto al l¨ªmite con Turqu¨ªa, y Lubna est¨¢ en el de Al Hol, pr¨®ximo a la frontera con Irak. Estos centros, donde mujeres y ni?os permanecen retenidos de manera indefinida sin control judicial, se han convertido en nuevos guant¨¢namos en medio del desierto sirio.
Esas tres mujeres, todas de nacionalidad espa?ola, han pedido regresar a Espa?a con 13 menores a su cargo que est¨¢n identificados y localizados. El mayor de ellos fue separado de su madre e internado hace 21 meses en un correccional para hijos de combatientes del ISIS. En cambio, la cuarta prisionera, Loubna Fares, de nacionalidad marroqu¨ª pero viuda de un ciudadano espa?ol, escap¨® en febrero de 2020 con sus tres hijos del campo de Al Hol y desde entonces se ignora su paradero.
El limbo de las espa?olas del ISIS
La repatriaci¨®n de las mujeres y los menores es una compleja operaci¨®n diplom¨¢tico-militar en la que est¨¢n implicados varios ministerios, incluido el de Defensa. Fuentes gubernamentales aseguran que el objetivo es que est¨¦n de vuelta en Espa?a antes de fin de a?o. Cuando lleguen, deber¨¢n comparecer ante la Audiencia Nacional, que las vincula a la c¨¦lula yihadista Brigada Al Andalus, a la que presuntamente pertenec¨ªan sus maridos. Podr¨ªan ser acusadas de haberse instalado en un territorio extranjero controlado por una organizaci¨®n terrorista para colaborar con ella, delito que el C¨®digo Penal castiga con hasta cinco a?os de c¨¢rcel. Las cuatro aseguran que viajaron en 2014 al Califato enga?adas por sus maridos y que no combatieron ni participaron en acciones yihadistas.
El juez deber¨¢ decidir si les retira la custodia de sus hijos, aunque los abuelos residentes en Espa?a ya se han adelantado a pedir hacerse cargo de ellos. Los servicios sociales deber¨¢n garantizar que los menores reciben atenci¨®n sanitaria, educativa y psicol¨®gica a su llegada a Espa?a y monitorizar a medio plazo su proceso de integraci¨®n para detectar si han sido objeto de adoctrinamiento.
Deseo de regresar
El Gobierno espa?ol se hab¨ªa negado hasta ahora a la repatriaci¨®n de sus nacionales, a pesar de que, en abril de 2019, Mart¨ªnez, Fern¨¢ndez y Miludi ya expresaron su deseo de regresar a Espa?a. ¡°Lo ¨²nico que deseamos es salir de aqu¨ª. No nos pueden condenar por cuidar de la casa y de nuestros hijos en el Estado Isl¨¢mico¡±, declararon a la periodista de EL PA?S Natalia Sancha, que consigui¨® localizarlas en el campo de Al Hol. ¡°No he hecho nada. Si realmente en Espa?a la ley juzga con claridad, ?por qu¨¦ van a mandar a prisi¨®n a una mujer que ha sufrido tanto y ha estado en casa con sus hijos?¡±, a?ad¨ªa la primera de las tres, todas cubiertas con un niqab (que solo descubre los ojos).
En este campo fueron internados tras la ca¨ªda del Califato unos 65.000 familiares de yihadistas, el 95% mujeres y ni?os: unos 30.000 eran iraqu¨ªes, 25.000 sirios y 10.000 de otro medio centenar de nacionalidades distintas. El temor a que estuvieran radicalizados y pudieran llevar el germen de la ideolog¨ªa yihadista de vuelta a sus pa¨ªses de origen hizo que muchos gobiernos se resistieran a repatriarlos. En Espa?a, el Ministerio del Interior impuso tambi¨¦n ese criterio sobre el del entonces ministro de Exteriores, Jos¨¦ Borrell, partidario de traerlos ya en octubre de 2019.
La milicia kurdo-¨¢rabe FDS (Fuerzas Democr¨¢ticas Sirias), a cargo de los campos, viene exigiendo desde hace a?os que los gobiernos occidentales se hagan cargo de sus ciudadanos, alertando de la imposibilidad de mantener estos centros indefinidamente y del riesgo de que el ISIS se haga con su control interno. Tambi¨¦n Estados Unidos, aliado de los kurdos, ha presionado a los gobiernos europeos para que asuman su responsabilidad.
La situaci¨®n ha evolucionado en los ¨²ltimos meses. Por una parte, Espa?a se hab¨ªa quedado sola en su negativa a repatriar a sus nacionales, ya que la gran mayor¨ªa de los pa¨ªses de la UE (Alemania, B¨¦lgica, Suecia, Holanda, Finlandia, Italia, Irlanda o Noruega) lo han hecho al menos parcialmente. En julio pasado se estimaba que quedaban en los campos del noreste de Siria 154 mujeres europeas, incluidas las espa?olas.
Por otro lado, el deterioro progresivo de las condiciones de vida en los campos ha hecho que la propia salud e integridad f¨ªsica de los menores se encuentre en grave riesgo, sin recibir educaci¨®n ni atenci¨®n m¨¦dica y en condiciones de insalubridad y hacinamiento.
El pasado 5 de julio, Francia, el pa¨ªs con m¨¢s ciudadanos internos en los campos bajo control kurdo, dio un giro a su pol¨ªtica al repatriar a 16 mujeres y 35 menores. Hasta entonces, las autoridades francesas se hab¨ªan negado a repatriar a mujeres adultas, con el argumento de que estas deb¨ªan ser juzgadas en Siria o Irak, donde seg¨²n los expertos no se dan las condiciones m¨ªnimas para ello, y solo aceptaba a menores hu¨¦rfanos o separados de sus madres.
Este cambio se anticip¨® en poco m¨¢s de dos meses a la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) que inst¨® a Francia a ¡°reexaminar sin demora¡± las demandas para repatriar desde Siria a las hijas y nietos de dos parejas francesas. Aunque el alto tribunal no consagr¨® un derecho general a la repatriaci¨®n, s¨ª subray¨® el deber de atender aquellos casos en los que exista riesgo para la integridad f¨ªsica, especialmente de menores. En febrero, el Comit¨¦ de los Derechos del Ni?o de la ONU ya hab¨ªa acusado a Par¨ªs de ¡°violar¡± los derechos de los menores franceses al no repatriarlos.
Los padres de tres de las espa?olas retenidas en los campos bajo control kurdo se dirigieron en diciembre pasado a la Comisi¨®n de Peticiones del Parlamento Europeo, a trav¨¦s del letrado Jos¨¦ Luis Laso, para reclamar la repatriaci¨®n de sus hijas y nietos. Seis meses despu¨¦s, la Comisi¨®n Europea les contest¨® que la Estrategia de la UE sobre los Derechos del Ni?o reconoce la ¡°especial vulnerabilidad¡± de los casi 30.000 menores internos en los campos del noroeste de Siria, ¡°que sufren el trauma del conflicto y unas condiciones de vida extremadamente duras¡±; y que ¡°el retorno de los combatientes terroristas extranjeros y sus familias a sus respectivos Estados miembros¡± es un ¨¢rea prioritaria de la Uni¨®n, que apoya los programas de retorno.
No obstante, pese a reconocer que ¡°los hijos e hijas de los combatientes terroristas extranjeros en Siria deben ser considerados principalmente como v¨ªctimas¡± y ¡°sus necesidades atendidas¡±, la Comisi¨®n Europea pas¨® la pelota a los respectivos gobiernos al se?alar que ¡°corresponde a los Estados miembros afectados decidir sobre la repatriaci¨®n de las personas que tienen su nacionalidad¡±.
Ya en marzo del a?o pasado, el Parlamento Europeo aprob¨® una resoluci¨®n en la que expresaba su ¡°profunda preocupaci¨®n por el deterioro de la situaci¨®n humanitaria, sanitaria y de seguridad en los campamentos del noreste de Siria, en particular Al Hol y Al Roj, que siguen siendo viveros para la radicalizaci¨®n¡±. Y pidi¨® a los Estados miembros de la UE ¡°que protejan a los menores que sean nacionales de la Uni¨®n¡± y ¡°repatr¨ªen a todos los ni?os europeos, teniendo en cuenta ante todo su situaci¨®n familiar y el mejor inter¨¦s del menor¡±.
Una esposa, tres viudas y 16 ni?os
Las esposas y viudas de yihadistas y sus hijos a los que España quiere repatriar son los siguientes:
Yolanda Martínez Cobos. Madrileña de 37 años. Su marido es Omar El Harshi, marroquí de Ceuta nacionalizado español y preso en una cárcel kurda. Ella está en Al Roj con sus cuatro hijos de 12, siete, cinco y tres años.
Luna Fernández Grande. Madrileña de 33 años. Viuda. Con cinco hijos. El mayor, de 15 años, está recluido desde febrero de 2021 en un correccional para hijos de combatientes del ISIS en Siria. Ella está en el centro de detención de Al Roj con sus otros cuatro hijos: uno de 10 años y tres menores de seis. El más pequeño, de tres años, nació en el campo de Al Hol, donde fue internada inicialmente. A cargo de Luna están otros tres menores huérfanos de Mohamed El Ouriachi, un ciudadano de origen marroquí y nacionalidad española. Tienen 10, nueve y siete años, respectivamente.
Lubna Mohamed Miludi, Ceutí de 28 años. Viuda. Está interna en Al Hol con su hijo de seis años.
Lubna Fares, 40 años, nacida en Casablanca (Marruecos). Viuda del ciudadano español de origen iraní Navid Sanati. Se escapó en febrero de 2020 de Al Hol con sus tres hijos de 10, ocho y seis años. Se desconoce su paradero.
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