El a?o en el que el Gobierno se convirti¨® en tripartito
El env¨ªo de armas a Ucrania hizo estallar la divisi¨®n entre Podemos y Yolanda D¨ªaz, que se suma a los episodios constantes de choque con el PSOE
El bautismo de fuego del primer Gobierno de coalici¨®n desde la restauraci¨®n de la democracia ha llevado a Pedro S¨¢nchez a tener que surfear en 2022 otra crisis sobrevenida, esta vez por la guerra de Ucrania, justo cuando la pandemia se estaba superando. El apocalipsis econ¨®mico que la derecha ha profetizado tantas veces no se ha producido por el momento, pero la incertidumbre sigue siendo la norma en un contexto internacional a expensas de Vlad¨ªmir Putin y donde se multiplican los frentes, como la posible nueva ola de covid procedente de China. Nada de eso, sin embargo, parece alterar a un Ejecutivo curtido sobre la marcha y que ha ahuyentado los vaticinios de recesi¨®n.
El ruido en la coalici¨®n, en todo caso, no ha cesado, para desesperaci¨®n de La Moncloa. El enfrentamiento, contenido pero permanente, entre el PSOE y Unidas Podemos ha dado paso al m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa: una especie de tripartito de socialistas, Podemos y el espacio que encarna Yolanda D¨ªaz. La unidad a la izquierda del PSOE se ha convertido en una de las grandes inc¨®gnitas de las que depender¨¢ la supervivencia del Gobierno. Y, por extensi¨®n, el futuro pol¨ªtico de S¨¢nchez tras su ¡°arriesgada¡± ¡ªen sus propias palabras¡ª reforma del C¨®digo Penal con la derogaci¨®n de la sedici¨®n y la rebaja de la malversaci¨®n para beneficiar a los l¨ªderes del proc¨¦s independentista y abrir, seg¨²n el pron¨®stico del presidente, una nueva etapa en Catalu?a. ¡°Yo me siento orgulloso y agradecido del trabajo de cada uno de los ministros, les dije desde el primer momento que son ministros del Gobierno de Espa?a, no de un partido pol¨ªtico. [...] Despu¨¦s de tres Presupuestos y m¨¢s de 190 proyectos legislativos, siendo un Gobierno de coalici¨®n en minor¨ªa parlamentaria, eso muestra un desempe?o notable de todos los departamentos¡±, destac¨® S¨¢nchez en su balance de fin de a?o, el 27 de diciembre. Unos d¨ªas antes hizo de anfitri¨®n de la copa de Navidad con los periodistas en La Moncloa: acudieron casi todos los ministros socialistas y ninguno de Unidas Podemos (tres de ellos se encontraban en el Congreso, donde se votaba a esa hora la ley trans y la de Universidades, y otro estaba enfermo).
La onda expansiva de la invasi¨®n rusa. El env¨ªo de armas a Ucrania provoc¨® una enorme brecha dentro del Ejecutivo, pero tambi¨¦n en Unidas Podemos. Despu¨¦s de meses de tensiones soterradas entre la formaci¨®n de Ione Belarra y Yolanda D¨ªaz, alejadas por los planes de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo para reorganizar el espacio a la izquierda de los socialistas, la respuesta del Gobierno a la invasi¨®n rusa provoc¨® una ruptura de facto entre Podemos, que rechaz¨® p¨²blicamente la entrega de material militar a Kiev, y el resto del grupo, cuyos ministros (Alberto Garz¨®n, Subirats y la propia D¨ªaz) respaldaron la decisi¨®n. Desde entonces, los choques entre la organizaci¨®n fundada por Pablo Iglesias ¡ªencargado tambi¨¦n de amplificar su posici¨®n desde los medios de comunicaci¨®n en los que participa¡ª y los otros actores del grupo confederal han sido una constante, a la vez que Podemos elevaba sus cr¨ªticas contra el PSOE. El resultado ha sido una suerte de tripartito o de un Gobierno con tres almas.
A expensas de Sumar. D¨ªaz lleg¨® a anunciar para la primera mitad de 2022 el lanzamiento de un proyecto pol¨ªtico nuevo y transversal. Sumar, la plataforma con la que lleva varios meses de gira por Espa?a para ¡°escuchar¡± a la ciudadan¨ªa, dio el pistoletazo de salida finalmente en julio, con un acto en Madrid al que asistieron 5.000 personas. Hasta ahora, el balance que hace el equipo organizador es positivo y, pese a los recelos expresados por la c¨²pula de Belarra, en los eventos hay presencia de las direcciones territoriales de Podemos. Sin embargo, quedan a¨²n muchos interrogantes: el papel de cada formaci¨®n en las listas electorales, la f¨®rmula final que adoptar¨¢ Sumar (partido o coalici¨®n)... Est¨¢ previsto que D¨ªaz confirme a comienzos de este a?o su voluntad de ser candidata.
D¨ªaz y Montero. Si 2021 acab¨® ya con un enfriamiento de las relaciones entre la vicepresidenta y la c¨²pula de Podemos, en 2022 la falla no ha hecho m¨¢s que ensancharse. Las tensiones han perfilado una ruptura entre la formaci¨®n de Belarra y el resto del espacio, que amenaza con materializarse en dos candidaturas electorales. La figura de Irene Montero como candidata alternativa a la vicepresidenta ha tomado vuelo, aunque fuentes oficiales de la formaci¨®n desmienten de momento que est¨¦n en eso.
La intensidad de la oposici¨®n de Podemos dentro del Gobierno ha sido interpretada por distintos dirigentes de Unidas Podemos como una estrategia para marcar perfil propio y minar el liderazgo de la titular de Trabajo. Sucedi¨®, por ejemplo, con el aumento de la inversi¨®n en Defensa contemplada en los Presupuestos ¡ªuna negociaci¨®n liderada por D¨ªaz que la direcci¨®n de Podemos critic¨® duramente¡ª o la estrategia para renovar el Consejo General del Poder Judicial ¡ªal descartar Podemos cualquier pacto que excluyera a Victoria Rosell, actual delegada para la violencia de g¨¦nero, frente a la apuesta de discreci¨®n del resto¡ª.
La crisis del ¡®solo s¨ª es s¨ª'. En el PP tiran de pragmatismo y reconocen en privado que la crudeza con la que se ha llegado a discutir determinadas leyes en el Gobierno de coalici¨®n ha resultado en muchas ocasiones m¨¢s eficaz que la estrategia de la propia oposici¨®n. La derecha ha explotado los distintos rifirrafes entre el PSOE y Unidas Podemos. Pero la crisis m¨¢s importante tiene un nombre: el de la ley del solo s¨ª es s¨ª, cuyas inesperadas e indeseadas consecuencias empa?aron la aprobaci¨®n en el Congreso de los terceros Presupuestos de la legislatura a finales de noviembre.
La entrada en vigor de la ley, destinada a ampliar la protecci¨®n a las v¨ªctimas de violencia machista, deriv¨® en un goteo de rebajas de penas a agresores sexuales (ya superan el centenar) que comenz¨® justo despu¨¦s de que la ministra de Igualdad, Irene Montero, asegurara en el Congreso que no se producir¨ªa rebaja alguna. Montero reaccion¨® a la evidencia culpando de la situaci¨®n al ¡°machismo¡± de los jueces. Y eso gener¨® una incomodidad palmaria en la parte socialista del Gobierno. El choque se reactivar¨ªa m¨¢s adelante a cuenta de la ley trans ¡ªen la que UP se termin¨® imponiendo al PSOE¡ª, cuando los socialistas marcaron distancias con Montero tras acusar esta al PP de ¡°promover la cultura de la violaci¨®n¡±. Y tambi¨¦n hubo alejamiento con la ley de bienestar animal ¡ªFerraz se revolvi¨® ante las palabras de Lilith Verstrynge, secretaria de Organizaci¨®n de Podemos, que acus¨® al PSOE de colocarse ¡°del lado de los maltratadores de perros, de las personas que cuelgan galgos y entierran a cachorros en cal viva¡±¡ª. Pero nada igual¨® a la crisis generada por la ley del s¨®lo s¨ª es s¨ª, probablemente la m¨¢s seria para el Ejecutivo este a?o y que no ha llegado a¨²n a su fin.
Alarma tras el fiasco en las andaluzas. La izquierda ya retrocedi¨® en las elecciones de febrero en Castilla y Le¨®n. Pero el batacazo cuatro meses despu¨¦s en las elecciones andaluzas, con una mayor¨ªa absoluta hist¨®rica del PP y el peor resultado del PSOE en su granero de votos, desat¨® las alarmas en La Moncloa y advirti¨® de las consecuencias de una izquierda a la gresca. El pulso para liderar la candidatura de la coalici¨®n Por Andaluc¨ªa, finalmente en manos de IU tras un acuerdo de todos menos Podemos, acab¨® con el partido de Belarra fuera del registro oficial. Un desastre que desemboc¨® en reproches cruzados y hasta acusaciones de Iglesias contra IU y la mism¨ªsima D¨ªaz que amenazaron la estabilidad del espacio. Fue uno de los momentos m¨¢s delicados del a?o para Unidas Podemos, todo un aviso a navegantes a menos de seis meses para las auton¨®micas y municipales. La reacci¨®n del PSOE a las andaluzas no se hizo esperar: S¨¢nchez anunci¨® en el debate del estado de la naci¨®n impuestos a el¨¦ctricas y bancos. Un giro a la izquierda que complet¨® con un nuevo paquete de medidas sociales.
Reanimaci¨®n tras el verano. El PP est¨¢ en cabeza en la mayor¨ªa de las encuestas, pero el PSOE ha recobrado el ¨¢nimo y cree que ha conseguido diluir el efecto Feij¨®o con los cuatro cara a cara que S¨¢nchez y el nuevo l¨ªder del PP han protagonizado en el Senado desde septiembre. La delicada crisis institucional derivada del rechazo de Feij¨®o a permitir la renovaci¨®n del Consejo General del Poder Judicial y sus efectos sobre el Tribunal Constitucional ha permitido a S¨¢nchez reforzar el discurso que ya emple¨® en las primarias de su partido hace a?os: que ¨¦l batalla contra los grandes poderes que sustentan al PP.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.