Feij¨®o huye hacia adelante y se encadena a Vox tras el 23-J
El PP ignora el mensaje de las generales y firma su cuarto Gobierno auton¨®mico con la extrema derecha. El partido de Abascal coloniza progresivamente el discurso de los populares
La extrema derecha gobierna ya sobre casi 10 millones de espa?oles: los habitantes de Castilla y Le¨®n, la Comunidad Valenciana, Extremadura y Arag¨®n. All¨ª, para asegurarse los gobiernos regionales, el PP les ha entregado tres vicepresidencias y siete consejer¨ªas (nueve si se incluyen las incorporadas a las vicepresidencias) con competencias en industria, empleo, interior, cultura, turismo, deporte, agricultura, ganader¨ªa, gesti¨®n forestal, desarrollo territorial y despoblaci¨®n. Gracias a los populares, Vox ostenta tambi¨¦n la presidencia de cuatro parlamentos auton¨®micos. El programa con el que el partido de Santiago Abascal se present¨® a las generales del 23 de julio dice: ¡°Promoveremos un Estado unitario administrativamente descentralizado; mientras logramos ese objetivo [es decir, mientras no se modifica lo que recoge desde 1978 la Constituci¨®n espa?ola sobre el modelo de pa¨ªs], proponemos la devoluci¨®n inmediata al Estado de las competencias en educaci¨®n, sanidad, seguridad y justicia¡±. Vox no cree en las autonom¨ªas ¡ªsu portavoz parlamentario, Iv¨¢n Espinosa de los Monteros, las describe como ¡°17 reinos de taifas¡±¡ª, pero cogobierna en cuatro y ha asumido algunas competencias que su propio programa quiere devolver. El PP ha defendido esos acuerdos asegurando que el de Abascal es un partido ¡°constitucionalista¡±.
Jorge Azc¨®n, el candidato popular en Arag¨®n, no acudi¨® a la firma del ¨²ltimo pacto entre el PP y Vox, el que lo har¨¢ presidente, firmado el viernes. Su sustituta, Ana Al¨®s, explic¨® primero que, ¡°como en otras comunidades aut¨®nomas¡±, se hab¨ªa decidido que fueran los portavoces parlamentarios quienes lo suscribieran. Cuando los periodistas replicaron que eso no hab¨ªa sido as¨ª en otros territorios, respondi¨® que en Baleares ¡ªdonde el acuerdo no es de coalici¨®n¡ª, s¨ª. Alfonso Fern¨¢ndez Ma?ueco y Juan Garc¨ªa-Gallardo comparecieron juntos para exponer su Gobierno bipartito en Castilla y Le¨®n en marzo de 2022.
Tambi¨¦n Mar¨ªa Guardiola y ?ngel Pelayo Gordillo, l¨ªderes, respectivamente, del PP y Vox en Extremadura, presentaron juntos su acuerdo de gobierno. En la Comunidad Valenciana, el popular Carlos Maz¨®n y el candidato de la extrema derecha, Carlos Flores (que se apart¨® del Gobierno auton¨®mico tras la pol¨¦mica por su condena previa por maltratar a su ex con violencia psicol¨®gica habitual), escenificaron el ¨¦xito de esa negociaci¨®n con una foto de familia. Los pactos en Extremadura y la Comunidad Valenciana son previos a las elecciones del 23 de julio. Es decir, la ausencia de Azc¨®n en la firma del suyo es posterior al an¨¢lisis de los resultados de las generales, donde, seg¨²n polit¨®logos y soci¨®logos consultados por EL PA?S, as¨ª como peri¨®dicos internacionales como Financial Times, los acuerdos del PP con la extrema derecha que niega de la violencia machista y el cambio clim¨¢tico fueron determinantes a la hora de frenar la fuga de votos del partido de Pedro S¨¢nchez al de Alberto N¨²?ez Feij¨®o y en la movilizaci¨®n de la izquierda. Jos¨¦ Pablo Ferr¨¢ndiz, director de Estudios Pol¨ªticos de Ipsos, recuerda que, durante la campa?a, ¡°el 70% de los indecisos¡±, los que aseguraban que iban a votar, pero no sab¨ªan a qui¨¦n, ¡°eran mujeres.¡±
El chasco del 23-J ¡ªel PP hab¨ªa dejado caer que podr¨ªan superar los 160 esca?os, pero se qued¨® en 137¡ª, sumi¨® a la sede de G¨¦nova y a sus antenas medi¨¢ticas en un mar de dudas. Algunos dirigentes y ex altos cargos creen que los pactos con Vox los han perjudicado y otros, que fue justo lo contrario ¨Dtratar de desmarcarse de esos acuerdos y buscar el apoyo de barones socialistas en la ¨²ltima semana de campa?a¨D lo que desbarat¨® su estrategia. ¡°Quien aspiraba a ser nuestro socio o condicionar el futuro Gobierno, que es Vox¡±, afirm¨® Borja S¨¦mper, ¡°se lo ha puesto muy f¨¢cil a Pedro S¨¢nchez con gestos estramb¨®ticos y frikis, y gente que ten¨ªa previsto confiar en el PP no lo ha hecho ante el riesgo de que Vox condicionara la pol¨ªtica espa?ola¡±. Esperanza Aguirre dijo: ¡°Lo que nos ha penalizado es que en vez de hacer todos los pactos como en Valencia, al d¨ªa siguiente, hemos participado de la idea de la izquierda de demonizar a Vox. Hemos dicho lo contrario, que nos gusta m¨¢s [Emiliano Garc¨ªa-] Page, [presidente de Castilla-La Mancha] que Abascal¡±. El l¨ªder, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, ha decidido tirar hacia delante y autorizar un nuevo pacto con la extrema derecha, ahora en Arag¨®n, pese a que esas alianzas han dinamitado sus posibilidades de negociar su investidura con otras formaciones pol¨ªticas.
Poli bueno/poli malo y escondite
Las declaraciones p¨²blicas del PP a la hora de referirse a su escisi¨®n han dado bastantes bandazos en campa?a, pero tambi¨¦n antes, en la etapa de Pablo Casado. Los populares juegan con Vox al poli bueno/poli malo y al escondite, como Azc¨®n el viernes o el propio Feij¨®o al rechazar participar en cualquier debate a cuatro durante la reciente campa?a.
El poli malo. Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente andaluz, abronc¨® a los aliados de su partido el 27 de julio, durante una sesi¨®n de control en el Parlamento regional. ¡°El mayor aliado de S¨¢nchez ha sido Vox. Cuando se dice que en Catalu?a se va a liar la mundial, ?qu¨¦ reacci¨®n cree que van a tener los ciudadanos? Pues, evidentemente, votar al PSC. Cuando se cuestionan las pol¨ªticas contra la violencia machista, ?creen que les puede favorecer o es que no saben que el 52% de la poblaci¨®n espa?ola son mujeres? Cuando se cuestionan los derechos de personas que son homosexuales y sufren homofobia, ?ustedes no creen que hay padres y madres conservadores y de derechas que sus hijos son homosexuales y se sienten violentados?¡±.
El poli bueno. Isabel D¨ªaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, se ha referido a las amenazas de ¡°que viene la extrema derecha¡± como ¡°patochadas¡±. ¡°Si hace falta pactar, se pacta. No solo no ha sido el fin del mundo cuando hemos gobernado en coaliciones, es que nos ha ido bien. Que yo sepa, las mujeres no vamos en burka¡±.
El escondite. En los ¨²ltimos d¨ªas, Feij¨®o, de vacaciones en Galicia, ha mostrado p¨²blicamente, en Twitter, su apoyo al presidente del PP de Ceuta, Juan Jes¨²s Vivas, despu¨¦s de que el PSOE rechazase pactar con ¨¦l en la ciudad aut¨®noma para evitar a Vox, pero no ha dicho ni p¨ªo sobre el acuerdo por el que gobernar¨¢n en Arag¨®n.
Por escrito est¨¢ todo m¨¢s claro. Los textos de los acuerdos del PP con Vox muestran, como explica el polit¨®logo Pablo Sim¨®n, que la extrema derecha ha ido conquistando no solo sillones en gobiernos auton¨®micos en los que no cree, sino tambi¨¦n el lenguaje y las pol¨ªticas del partido que ha gobernado el pa¨ªs 15 a?os. ¡°El objetivo de Vox es que los populares ya no se tengan que preocupar por pactar con ellos porque, en ¨²ltima instancia, ambos terminen defendiendo lo mismo¡±. Ana Al¨®s, portavoz parlamentaria del PP, prometi¨®, tras firmar el pacto con la extrema derecha en Arag¨®n, que ser¨¢n ¡°una sola voz para dejar atr¨¢s las pol¨ªticas err¨®neas de la izquierda¡±.
El discurso del PP desde la irrupci¨®n de Vox muestra esa contaminaci¨®n progresiva. La oposici¨®n a la Ley de Memoria Democr¨¢tica y a su predecesora, la de memoria hist¨®rica, era una de las banderas de la extrema derecha. Mariano Rajoy no la derog¨® cuando estuvo en el poder, aunque la dej¨® sin financiaci¨®n. Pablo Casado prometi¨® hacerlo. Feij¨®o ha asegurado que le interesan ¡°m¨¢s los vivos que los muertos¡± y su partido ha accedido a derogar las normas regionales en la materia en Arag¨®n, Extremadura y la Comunidad Valenciana.
En 2018, ya en plena competici¨®n del PP con Vox, Pablo Casado propuso devolver al Estado las competencias auton¨®micas en Educaci¨®n para evitar el ¡°adoctrinamiento¡± ¡ªt¨¦rmino instalado por la extrema derecha¡ª y barones populares se revolvieron contra el discurso recentralizador. El acuerdo de Arag¨®n firmado el viernes se compromete a ¡°identificar todas aquellas leyes auton¨®micas ineficaces que solo a?aden burocracia y gasto superfluo¡± para proceder a ¡°su inmediata derogaci¨®n¡± y repetir el proceso con los organismos ¡°que dependen de los fondos p¨²blicos y que realizan funciones duplicadas o in¨²tiles¡± para ¡°su inmediata disoluci¨®n¡±. De entrada, proponen la disoluci¨®n de los comisionados para la Agenda 2030, Infancia y Despoblaci¨®n. La Agenda 2030 es un plan de Naciones Unidas ¡ªsuscrito por 193 Estados miembros¡ª para lograr 17 objetivos, entre ellos, acabar con la pobreza, promover la igualdad de g¨¦nero y proteger los recursos naturales. El Rey, Felipe VI, suele llevar una insignia con su emblema, un c¨ªrculo de colorines, en la solapa del traje. Curiosamente, en ese af¨¢n recentralizador, PP y Vox no renuncian a las televisiones p¨²blicas auton¨®micas. En el acuerdo de Arag¨®n proponen, incluso, impulsar ¡°la producci¨®n propia de contenidos¡±.
Tambi¨¦n se ha acercado el discurso del PP al de Vox en el rechazo a los derechos del colectivo LGTBI, pese a que los populares apoyaron leyes similares cuando gobernaron. ¡°Es mucho m¨¢s f¨¢cil cambiarse legalmente de sexo que aprobar la selectividad o sacarse el carn¨¦ de conducir¡±, ha frivolizado Feij¨®o en campa?a electoral. En la Comunidad Valenciana y Castilla y Le¨®n, el PP acept¨® sustituir el concepto violencia machista por el de ¡°intrafamiliar¡±. En Extremadura, Mar¨ªa Guardiola admiti¨® que la violencia machista ¡°no aparece como tal¡± en el texto que firmaron.
Dirigentes del PP coinciden en que la clave, desde hace a?os, para volver a gobernar es acertar en su estrategia hacia Vox, pero difieren en cu¨¢l debe ser. De momento, evitan la foto conjunta y lanzan, ante los micr¨®fonos, mensajes contradictorios que se estrellan ante la evidencia de la palabra escrita, el texto de los acuerdos. Tampoco ha funcionado, como explica el soci¨®logo Narciso Michavila, quien ha colaborado asiduamente con el PP, la t¨¢ctica de contraponer esas alianzas a los pactos parlamentarios de Pedro S¨¢nchez con EH Bildu o ERC: ¡°Nadie se imaginaba a Otegi de vicepresidente. A Abascal, s¨ª¡±. El Gobierno tambi¨¦n ha aceptado exigencias del independentismo, como se apunt¨® Gabriel Rufi¨¢n, portavoz de Esquerra, durante el debate a siete en TVE: ¡°Hemos conseguido cosas que ustedes no quer¨ªan, que los obligamos a hacer, como sacar a la gente de la c¨¢rcel¡± [se refer¨ªa a los indultos del proc¨¦s]. Pero el PP eleva la apuesta y amenaza con que habr¨¢ referendos simult¨¢neos de independencia en Catalu?a y Pa¨ªs Vasco si S¨¢nchez revalida el Gobierno de coalici¨®n, aunque sabe que eso no es posible sin sus votos, ya que para autorizar esas consultas habr¨ªa que modificar la Constituci¨®n. El ¨²ltimo pacto, en Arag¨®n, consolida el ticket electoral de PP-Vox al que el independentismo ¡ªque perdi¨® siete esca?os el 23 de julio, los mismos que gan¨® el PSC¡ª acaba de rechazar en las urnas. Tambi¨¦n aumenta la presi¨®n sobre Junts y Carles Puigdemont para favorecer un Gobierno de izquierdas o apostar, como criticaba Juan Manuel Moreno Bonilla hace una semana en el Parlamento andaluz, por volver a ¡°liar la mundial en Catalu?a¡±.
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