Los ¨²ltimos pr¨®fugos de ETA se ocultan en ocho pa¨ªses de tres continentes
Las fuerzas de seguridad cifran entre 22 y 35 los etarras con ¨®rdenes de detenci¨®n en vigor
La misma fotograf¨ªa borrosa del etarra Jos¨¦ Luis Eciolaza Gal¨¢n, alias Dienteputo, aparece en la p¨¢gina web de la Polic¨ªa Nacional y en la de la Guardia Civil desde las que se pide la colaboraci¨®n ciudadana para localizar a pr¨®fugos. La imagen es antigua, pero es la mejor que los expertos de la lucha antiterrorista tienen del que fuera integrante del comando Goierri Kosta ¨Dresponsable de una veintena de atentados con v¨ªctimas mortales¨D y dirigente de la banda armada. Las pesquisas policiales lo han situado en los ¨²ltimos a?os oculto entre M¨¦xico y Venezuela, aunque recientemente han aparecido indicios de que vive en la provincia argentina de C¨®rdoba dedicado a la hosteler¨ªa.
Eciolaza ¨Dque fue condenado a comienzos de los a?os noventa a dos a?os de prisi¨®n en Francia y desde entonces nunca ha vuelto a ser detenido¨D es uno de los etarras que, m¨¢s de seis a?os despu¨¦s de la disoluci¨®n de la organizaci¨®n terrorista y casi 13 desde que esta anunci¨® el fin de los atentados, a¨²n tienen causas pendientes con la justicia espa?ola. Saber cu¨¢ntos son exactamente no es sencillo. ¡°No hay un listado oficial¡±, reconocen fuentes de la lucha antiterrorista. De hecho, la Polic¨ªa Nacional trabaja con una relaci¨®n de 22 antiguos terroristas de los que le consta que tienen requisitorias internacionales (¨®rdenes judiciales de localizaci¨®n) tanto de la justicia espa?ola como de la francesa. La Guardia Civil eleva los buscados a 35.
Tambi¨¦n tiene m¨¢s de 30 identidades el listado que maneja la red #StophuidosETA, del colectivo de v¨ªctimas Dignidad y Justicia, que recaba informaci¨®n para facilitar su localizaci¨®n. Las propias webs de la Polic¨ªa y la Guardia Civil en las que aparece la foto de Dienteputo son un reflejo de esta disparidad de cifras. La del primer cuerpo solo muestra en su lista de los m¨¢s buscados la imagen de este y de otros dos etarras, I?aki de Juana Chaos y Oier Eguidazu. El instituto armado a?ade otros 12 nombres en la suya.
Donde s¨ª hay coincidencia entre los expertos de la lucha antiterrorista es en situar a la mayor¨ªa de los pr¨®fugos en ocho pa¨ªses de tres continentes. Se trata de Argentina, Brasil, Venezuela, Cuba, Uruguay, M¨¦xico, Cabo Verde y Francia. Tambi¨¦n coinciden en admitir la dificultad de lograr la entrega a la justicia espa?ola de buena parte de ellos, a pesar de que sobre algunos se ha conseguido averiguar, no solo el pa¨ªs en el que residen, sino incluso la direcci¨®n exacta en la que viven o c¨®mo se ganan la vida. La falta de colaboraci¨®n de las autoridades de algunos de los Estados donde se refugian convierten su extradici¨®n en misi¨®n casi imposible, se?alan fuentes policiales.
El tiempo tambi¨¦n juega en contra de que finalmente se sienten en el banquillo de los acusados. La reforma del C¨®digo Penal de 2010 que declar¨® la imprescriptibilidad de los delitos de terrorismo que hubieren causado la muerte de una persona, no afecta a aquellos que cometieron sus delitos antes de esa fecha y, por tanto, estos prescriben a los 20 a?os. En los ¨²ltimos a?os varios etarras se han acogido a esta ¨²ltima circunstancia para retornar a Espa?a ya sin causas pendientes.
Entre los pa¨ªses que menos colaboran, las fuentes policiales se?alan a Venezuela, donde las fuerzas de seguridad sit¨²an a entre siete y nueve antiguos etarras con causas pendientes. Uno es De Juana Chaos, miembro hist¨®rico del comando Madrid de ETA, con ¨¦l cometi¨® una veintena de asesinatos en los a?os 80. Tras cumplir condena en Espa?a, De Juana se traslad¨® a Irlanda, de donde desapareci¨® en 2010 para evitar ser entregado tras ser acusado por un juez de la Audiencia Nacional de enaltecimiento del terrorismo. Las fuerzas de seguridad lo sit¨²an en el pa¨ªs sudamericano, al menos desde 2012, donde ha regentado una licorer¨ªa.
Tambi¨¦n en Venezuela est¨¢ Eguidazu ¨Duno de los tres etarras cuya imagen aparece en las webs de la Polic¨ªa Nacional y la Guardia Civil y al que se vincula con atentados cometidos por el comando Andaluc¨ªa a finales de los a?os noventa¨D y Asier Guridi Zalo?a, Gari, reclamado por la justicia francesa y al que en Espa?a se le vincula con Ekin, la extinguida estructura pol¨ªtica de ETA. Guridi fue arrestado por las autoridades venezolanas en 2013, aunque finalmente no fue extraditado. En diciembre de 2021, consigui¨® la condici¨®n de refugiado, seg¨²n anunci¨® ¨¦l mismo en las redes sociales. En los ¨²ltimos a?os, ha protagonizado diversas protestas ante la embajada de Espa?a.
Menos certezas hay sobre la presencia en Venezuela de Eusebio Arzallus Tapia, Paticorto. Antiguo jefe del aparato log¨ªstico de la banda, se sabe que estuvo a?os oculto en Nicaragua, pa¨ªs del que tuvo que huir en 1993 tras estallar un dep¨®sito de armas clandestino con el que estaba vinculado. Desde entonces, se le ha situado siempre en Latinoam¨¦rica, a veces vinculado a grupos de crimen organizado. Desde la detenci¨®n, en 2019, de Jos¨¦ Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, es considerado el etarra de m¨¢s peso en libertad. Paticorto lleg¨® a figurar en el fichero elaborado por el Gobierno de EE UU en 2002 de ¡°terroristas mundiales especialmente destacados¡±. En la banda, era el responsable de las purgas. ¡°Nos derrumba, nos tira por tierra, nos humilla, nos acusa y nos deja en la m¨¢s absoluta de las miserias mentales y f¨ªsicas¡±, recogi¨® en su diario una etarra que sufri¨® sus interrogatorios.
En Francia, la polic¨ªa sit¨²a a seis etarras pr¨®fugos y la Guardia Civil, a 13. Uno de ellos es Alberto Plazaola, quien en diciembre de 2014 fue puesto en libertad por la Audiencia Nacional tras permanecer 24 a?os en prisi¨®n, seis de ellos en Francia, por dos asesinatos frustrados. Aquella excarcelaci¨®n fue anulada por el Tribunal Supremo en marzo de 2015, que decret¨® su inmediato reingreso en prisi¨®n, pero para entonces Plazaola hab¨ªa abandonado su casa en Gipuzkoa. Seis meses despu¨¦s, la polic¨ªa gala lo detuvo a petici¨®n de Espa?a, pero un tribunal franc¨¦s paraliz¨® su entrega y orden¨® su puesta en libertad por un defecto de forma. Desde entonces, Polic¨ªa y Guardia Civil lo mantienen en la lista de pr¨®fugos.
Algo similar ocurri¨® en M¨¦xico, Brasil y Uruguay con otros tantos etarras. En el primer pa¨ªs, donde hay entre dos y cuatro miembros de la banda con ¨®rdenes de detenci¨®n, fue detenido, en mayo de 2015, Hilario Urbizu San Rom¨¢n, acusado de varios asesinatos. Sin embargo, los tribunales del pa¨ªs norteamericano rechazaron meses despu¨¦s la entrega del etarra, que ya ten¨ªa la nacionalidad mexicana. Parecidos procesos se vivieron con Joseba Gotzon Viz¨¢n Gonz¨¢lez, Potxol¨ªn, en Brasil, y Jes¨²s Mar¨ªa Lariz Iriondo, Maki, en Uruguay, acusados de participar en atentados con bombas que no causaron v¨ªctimas a finales de los a?os ochenta. Viz¨¢n y Lariz fueron detenidos y encarcelados mientras jueces de estos pa¨ªses estudiaban las solicitudes de Espa?a para su extradici¨®n, que finalmente rechazaron al considerar que sus delitos estaban prescritos. Con estas decisiones, se cerr¨® de manera casi definitiva la posibilidad de una futura entrega de todos ellos, admiten fuentes policiales.
Igualmente imposible parece la extradici¨®n por parte de Cuba de Jos¨¦ ?ngel Urtiaga Mart¨ªnez, Garrutxu, procesado por la Audiencia Nacional en el sumario abierto para investigar la colaboraci¨®n de ETA con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Las autoridades de La Habana desoyeron la orden internacional de detenci¨®n que en 2010 dict¨® un juez espa?ol. En la isla caribe?a tambi¨¦n est¨¢ supuestamente el exjefe etarra Miguel ?ngel Apalategi, Apala, se?alado por su presunta implicaci¨®n en la desaparici¨®n, en 1976, del tambi¨¦n dirigente de ETA Eduardo Moreno Bergareche, Pertur.
En Cabo Verde, por donde llegaron a pasar 19 miembros de ETA en los a?os ochenta, solo permanece uno en busca y captura, seg¨²n coinciden en recoger los listados manejados por Polic¨ªa Nacional y Guardia Civil. Se trata de Jos¨¦ Antonio Olaizola Atxukarro, acusado de ocho asesinatos. Hasta hace menos de un a?o, eran tres los etarras asentados en este archipi¨¦lago africano, pero dos de ellos ¨DEmilio Mart¨ªnez de Marigorta y F¨¦lix Manzanos¨D regresaron a Espa?a tras haber prescrito los delitos de los que estaban acusados.
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