El fiscal que acusa a los investigadores del ¡®caso Cursach¡¯: ¡°Se animaban unos a otros y ninguno se atrev¨ªa a contrariar a juez y fiscal¡±
El ministerio p¨²blico mantiene su petici¨®n de m¨¢s de 500 a?os de c¨¢rcel para los seis acusados de presuntas irregularidades durante la instrucci¨®n del caso contra el mayor empresario del ocio nocturno balear
¡°La psicolog¨ªa de grupo permiti¨® que actuaran todos como una unidad en la que se animaban unos a otros y ninguno de ellos se atrev¨ªa a contrariar a juez y fiscal a pesar de que ten¨ªan dudas¡±. Sobre esta idea ha pivotado el informe definitivo del fiscal Tom¨¢s Herranz, encargado de dirigir la acusaci¨®n que sienta en el banquillo al exjuez Manuel Penalva, el fiscal jubilado Miguel ?ngel Subir¨¢n y cuatro agentes del grupo de blanqueo de capitales de la Polic¨ªa Nacional de Baleares en el juicio que se sigue desde el pasado mes de junio contra los seis funcionarios por presuntas irregularidades en la instrucci¨®n de la causa contra Bartolom¨¦ Cursach, el mayor empresario de ocio nocturno de Mallorca. Este martes el fiscal ha elevado a definitivas sus conclusiones y mantiene su petici¨®n inicial de c¨¢rcel que suma m¨¢s de 500 a?os para los seis acusados.
La fiscal¨ªa ha mantenido el grueso de sus acusaciones y apenas ha retirado algunos de los episodios de obstrucci¨®n a la justicia que imputaba a algunos de los acusados. El exjuez Manuel Penalva se enfrenta a una pena de 118 a?os de c¨¢rcel por un delito de revelaci¨®n de secretos, 15 delitos de detenci¨®n ilegal, dos de obstrucci¨®n a la justicia y dos de prevaricaci¨®n judicial, mientras que la fiscal¨ªa reclama para el exfiscal Miguel ?ngel Subir¨¢n una condena de 121 a?os por los mismos delitos. Para los cuatro agentes de la Polic¨ªa Nacional las penas solicitadas van de los 83 a los 110 a?os de c¨¢rcel por un rosario de delitos similares. Herranz ha explicado que en su escrito definitivo no ha retirado las acusaciones por presunta revelaci¨®n de secretos, a pesar de que el tribunal anul¨® la inclusi¨®n de las conversaciones de WhatsApp en las que se basaban. ¡°Para el caso de que no estuvi¨¦ramos conformes con la sentencia que en su d¨ªa se dicte, que no se achaque al fiscal que hab¨ªa retirado los hechos¡± ha se?alado Herranz, quien ha insistido con su desacuerdo en la decisi¨®n.
Tras las conclusiones, el fiscal ha abierto el turno de exposici¨®n de informes finales, en el que ha acusado al juez Penalva de actuar ¡°con sesgos y prejuicios¡± y de no haber decidido con ¡°imparcialidad¡± en las decisiones que tom¨® a lo largo del proceso. ¡°Ten¨ªan la conciencia negra¡± ha dicho sobre los seis procesados, a quienes ha acusado de actuar de forma conjunta y de animarse unos a otros guiados por los prejuicios. ¡°Se atribuye a S¨®crates la afirmaci¨®n de las cuatro caracter¨ªsticas que corresponden al juez: escuchar cort¨¦smente, responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente. Miro a la sala y el tribunal est¨¢ dotado de estas virtudes. Cuando giro la vista y veo el banquillo de los acusados, con una persona que en su momento era juez, veo que cuanto menos le falla eso de ponderar prudentemente y decidir imparcialmente, porque no hac¨ªa ni lo uno ni lo otro¡±, ha arrancado Herranz en su discurso.
¡°Prejuicios y preferencias¡±
Durante m¨¢s tres horas y media ha ido desgranando una a una las acusaciones plasmadas en su escrito y poniendo en tela de juicio las actuaciones, sobre todo, del juez instructor. Para Herranz, el magistrado tomaba las decisiones antes de que se produjeran las declaraciones, incluso con ausencia de indicios de delito, y no tom¨® ninguna medida ¡°que impidiera que sus prejuicios y preferencias no tuvieran impacto en sus decisiones¡±. Herranz ha repasado las detenciones, a su juicio ilegales, que se practicaron durante la investigaci¨®n del llamado caso ORA, que indagaba el supuesto ama?o del concurso para la adjudicaci¨®n del servicio de estacionamiento limitado de Palma. Un concurso que, ha recordado Herranz, ¡°careci¨® de cualquier irregularidad¡± y en el que no hubo indicio alguno de delito y por eso el caso se archiv¨®.
Para el fiscal la investigaci¨®n del caso ORA fue ¡°prospectiva¡± y se inici¨® con la declaraci¨®n de un testigo que no aport¨® ¡°fuente de prueba¡±. Para el fiscal causa ¡°asombro¡± que se iniciara una causa con una declaraci¨®n en la que ¡°no hay nada, todo es especulaci¨®n, todo es se comenta se dice¡± porque considera que en ese momento el juez tendr¨ªa que haber dicho al declarante ¡°vete y cuanto tengas alguna prueba, vuelves¡±. El Ministerio p¨²blico cree que las detenciones practicadas a lo largo de la instrucci¨®n fueron delictivas porque ¡°fueron arbitrarias y no estaban justificadas¡± y ha se?alado que el objetivo de las detenciones de varios funcionarios era que ¨¦stos delataran a terceras personas, una actuaci¨®n que el fiscal ha confesado que le ¡°repugna¡±.
Han sido numerosos los momentos de su intervenci¨®n en los que ha le¨ªdo los mensajes que los acusados intercambiaron en un grupo de WhatsApp, cuya nulidad reclamaron los acusados al considerar que la informaci¨®n se hab¨ªa obtenido de forma il¨ªcita mediante la intervenci¨®n de los tel¨¦fonos m¨®viles de dos periodistas que fue considerada ilegal en dos sentencias. El fiscal ha le¨ªdo una serie de mensajes de Penalva en esos chats en los que dec¨ªa que era una ¡°putada¡± no poder ¡°enchironar¡± a uno de los empresarios investigados por una nueva causa. ¡°Es una putada, dice, vaya con la imparcialidad, vaya con la ponderaci¨®n¡± ha dicho el fiscal con cierta sorna. Durante el final de su exposici¨®n, Herranz ha querido resumir el porqu¨¦ de los hechos que cree que tienen una explicaci¨®n en la psicolog¨ªa de masas. ¡°Hay m¨²ltiples muestras de la alimentaci¨®n de la psicolog¨ªa de grupo que permiti¨® que actuaran todos como una unidad en la que se animaban unos a otros y ninguno de ellos se atrev¨ªa a contrariar al juez y el fiscal pese a tener dudas¡± ha subrayado Herranz, quien tambi¨¦n ha citado a Sigmund Freud y Ortega y Gasset para teorizar sobre el ¡°sesgo de grupo¡± que puede provocar en el juez una predeterminaci¨®n hacia la culpabilidad alejada de lo que debe ser una valoraci¨®n de los hechos al margen de la creencia de quien se somete a juicio.
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