La historia de c¨®mo termin¨® sin acusados el ¡®caso Cursach¡¯, la mayor causa judicial de Baleares
El juicio contra el c¨¦lebre empresario del ocio mallorqu¨ªn ha acabado con la absoluci¨®n de todos los procesados y con una petici¨®n del principal encausado: m¨¢s de 30 a?os de prisi¨®n para los investigadores del caso
La sombra de las irregularidades durante el proceso de investigaci¨®n del caso Cursach anula casi una d¨¦cada de pesquisas. La Fiscal¨ªa retir¨® todas las acusaciones que pesaban contra 17 investigados por favorecer los negocios del empresario del ocio mallorqu¨ªn. El juez instructor y el fiscal que dirigieron la investigaci¨®n est¨¢n al borde del banquillo acusados de presionar a testigos y filtrar informaci¨®n.
¡°Este procedimiento es un fracaso total de la administraci¨®n de justicia¡±. Estas palabras salieron, entre pausas y l¨¢grimas de emoci¨®n, de boca del fiscal anticorrupci¨®n Tom¨¢s Herranz durante la ¨²ltima sesi¨®n del juicio del caso Cursach, que desde junio juzgaba la mayor trama de corrupci¨®n policial y empresarial de Baleares y que se investigaba desde hace nueve a?os. La Fiscal¨ªa confirm¨® durante esa jornada, en el tr¨¢mite de informes, lo que hab¨ªa avanzado d¨ªas antes: que retiraba todas las acusaciones que pesaban contra las 17 personas que se sentaban en el banquillo acusadas de delitos como pertenencia a organizaci¨®n criminal, amenazas o prevaricaci¨®n. Hab¨ªan sido 24 procesados justo al comienzo de las sesiones. ¡°Este informe, m¨¢s que justificar la retirada de acusaci¨®n, tiene otro objetivo, que es reconocer ante los acusados que han sufrido una injusticia y que el cambio de la Fiscal¨ªa obedece a un intento m¨ªnimo de reparar el da?o¡±, dijo Herranz, casi sin poder hablar de la emoci¨®n. La sala estall¨® en aplausos, algunos abogados se enjugaron las l¨¢grimas, los acusados se pusieron en pie y la presidenta del tribunal interrumpi¨® la sesi¨®n para dar un respiro a los presentes. Pero para entender c¨®mo uno de los mayores procesos judiciales de Baleares, con decenas de detenidos con meses de prisi¨®n provisional a sus espaldas, ha terminado en absolutamente nada, hay que retroceder hasta muchos a?os atr¨¢s.
A principios de marzo de 2017, la imagen del todopoderoso empresario de la noche mallorquina Bartolom¨¦ Cursach vestido con un plumas de color azul claro, desali?ado, saliendo de un furg¨®n de la Polic¨ªa Nacional esposado para declarar en los juzgados, tras su detenci¨®n el 28 de febrero, llen¨® los informativos y peri¨®dicos de Baleares. Cursach siempre ha sido un personaje esquivo, abonado al silencio, cuidadoso de su imagen y envuelto en multitud de leyendas populares de las que nadie en Mallorca sabe lo que es verdad y lo que no. La rumorolog¨ªa ha perseguido siempre al hombre que erigi¨® un imperio de discotecas, restaurantes y pubs en las principales zonas tur¨ªsticas de Mallorca y al que durante d¨¦cadas nadie hizo sombra. Su imagen esposado sorprendi¨®, aunque en el ambiente judicial hac¨ªa semanas que se o¨ªa hablar de su posible detenci¨®n, considerada la traca principal del caso que desde 2013 investigaba en un juzgado de instrucci¨®n las presuntas pr¨¢cticas corruptas de un grupo de agentes de la Polic¨ªa Local de Palma a quienes se acusaba de beneficiar los negocios del empresario mediante el acoso y hundimiento de su competencia.
El ambiente judicial en Palma, donde todo el mundo se conoce, estaba ya muy caldeado cuando la investigaci¨®n alcanz¨® su c¨¦nit con el ingreso del magnate en prisi¨®n preventiva. Despu¨¦s de eso, el caso recorri¨® un camino cuesta abajo que deriv¨® en el fin de un juez y un fiscal, a punto de ser juzgados por irregularidades durante la investigaci¨®n, otro juez que ya fue procesado y una sala de vistas que comenz¨® con 24 personas acusadas y ha terminado con una absoluci¨®n masiva. Solo una de las acusaciones particulares mantiene la inculpaci¨®n contra dos agentes municipales por un presunto delito de coacciones continuadas y reclama dos a?os de c¨¢rcel para cada uno.
Los inicios
Rebobinando hasta el principio de esta historia regresamos a 2013, ¨¦poca de ebullici¨®n de las instrucciones judiciales derivadas de casos de corrupci¨®n pol¨ªtica, cuando la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n de las islas contaba con cuatro funcionarios para dar salida a los esc¨¢ndalos que hab¨ªan derivado del Gobierno del PP de Jaume Matas y de la Uni¨® Mallorquina de Maria Ant¨°nia Munar.
Ese verano, una operaci¨®n policial contra la banda de moteros Los ?ngeles del Infierno desvel¨® los lazos que algunos de ellos manten¨ªan con agentes de la Polic¨ªa Local palmesana, que ten¨ªa a algunos mandos bajo sospecha por el supuesto ama?o de un concurso de promoci¨®n interna. Los nombres de los agentes se entrelazaban en ambas investigaciones, dirigidas en aquel momento por la jueza Carmen Gonz¨¢lez con ayuda del entonces fiscal anticorrupci¨®n Miguel ?ngel Subir¨¢n, hombre de car¨¢cter explosivo que hab¨ªa participado en la acusaci¨®n de otros procesos por corrupci¨®n pol¨ªtica. En esa g¨¦nesis comenz¨® a cobrar cuerpo la tesis de que algunos agentes actuaban en colaboraci¨®n con empresarios locales para extorsionar y cobrar sobornos en establecimientos de ocio.
Gonz¨¢lez cambi¨® de destino y en 2015 la investigaci¨®n recay¨® en Manuel Penalva, al frente del Juzgado de Instrucci¨®n N¨²mero 12 de Palma, que desde ese momento se consagr¨® a esta investigaci¨®n. Cazador consumado, hombre de car¨¢cter y de ideas fijas, no se anduvo con pa?os calientes y comenz¨® a desarrollar m¨²ltiples ramificaciones en t¨¢ndem con el fiscal Subir¨¢n y cuatro agentes del grupo de Blanqueo de la Polic¨ªa Nacional de Baleares, con los que crearon una cuadrilla cerrada en la que iban todos a una. Su presencia en los alrededores de los juzgados de V¨ªa Alemania siempre en grupo, sus m¨¦todos de interrogatorio e investigaci¨®n y el trato personal con los detenidos suscitaba fuertes cr¨ªticas de los abogados defensores y de funcionarios de la Fiscal¨ªa, que no compart¨ªan las duras formas de los investigadores. Estas se materializaron tiempo despu¨¦s en una manifestaci¨®n en noviembre de 2017 impulsada por uno de los abogados defensores y a la que asistieron unas 200 personas.
Entre 2015 y 2017 la investigaci¨®n se centr¨® en un desfile de testigos por los juzgados de instrucci¨®n: empresarios con negocios que se dec¨ªan perjudicados por los agentes de la Polic¨ªa Local ¡ªque a menudo eran enviados a prisi¨®n preventiva tras declarar¡ª, trabajadores de la noche que acusaban a los polic¨ªas de pr¨¢cticas corruptas, funcionarios municipales y un nombre, el de Bartolom¨¦ Cursach, que comenzaba a sonar en las comparecencias como el instigador de las extorsiones que se practicaban sobre empresarios nocturnos de su competencia. En esta etapa m¨²ltiples confesiones fueron amparadas en la figura del testigo protegido, que dio rienda suelta a narraciones marcianas que posteriormente se han confirmado como meras elucubraciones. Algunas en boca del hijo de la matriarca de la droga del poblado de Son Banya, que asegur¨® que pagaba sobornos a polic¨ªas, otras de un extrabajador que dec¨ªa ser testigo de fiestas con drogas entre polic¨ªas y prostitutas y, con especial relevancia, las de la due?a de un burdel, que result¨® no serlo, que aseguraba que ten¨ªa una agenda con los nombres de pol¨ªticos del PP en el Ayuntamiento que supuestamente lo frecuentaban a gastos pagados por el empresario. ¡°Se ha producido un uso injustificado de testigos protegidos, deliberado sesgo contra reo y un seguimiento acr¨ªtico e irracional¡± denunci¨® sobre este extremo el fiscal en la ¨²ltima sesi¨®n del juicio.
El chat
Con estos mimbres, el juez y el fiscal armaron la acusaci¨®n contra el empresario, que fue finalmente detenido a finales de febrero de 2017 junto al director general de sus empresas e imputado por m¨¢s de 15 delitos, entre los que figuraban un homicidio y corrupci¨®n de menores. Con los ¨¢nimos a¨²n m¨¢s caldeados en los pasillos de la sede judicial y en la creencia de que los investigadores solo buscaban fama y notoriedad, una de las defensas hizo p¨²blicos los mensajes que el juez se hab¨ªa enviado con la testigo protegida n¨²mero 31, la due?a del burdel, en los que este insultaba a los abogados defensores y trataba de dirigir la declaraci¨®n de la mujer, que se desdijo de todo y acus¨® al juez y al fiscal de haber inventado todo el relato. El castillo de naipes comenz¨® a desmoronarse y justo un a?o despu¨¦s de la detenci¨®n de Cursach, que sali¨® de prisi¨®n tras pagar una fianza millonaria, el juez Penalva fue apartado del caso tras el dictamen de la Audiencia Provincial, que consider¨® que los mensajes intercambiados con esa testigo reflejaban que hab¨ªa perdido ¡°la apariencia de imparcialidad¡±.
Con Penalva fuera y una investigaci¨®n pr¨¢cticamente finalizada pero que empezaba a hacer agua, el asunto pas¨® entonces a manos de un tercer juez, Miquel Florit, que detuvo a dos de los polic¨ªas del grupo de Blanqueo ante las sospechas de que estaban filtrando informaci¨®n de un sumario declarado secreto. Requis¨® sus tel¨¦fonos m¨®viles y se descubri¨® la existencia de un chat de WhatsApp entre los investigadores en el que se destapaban multitud de pr¨¢cticas dudosas e ilegales aplicadas a los investigados, insultos, m¨¦todos cuestionables y fijaciones con algunos de ellos. ¡°Son unos hijos de puta, hay que machacarlos¡±. ¡°A este si tienen huevos de hacerle dimitir y dejar su acta de diputado hay que detenerlo con esposas, sin miramientos¡±. Frases como estas plagaron durante meses el chat privado de los investigadores, una conducta ratificada despu¨¦s por dos inspectores de la Polic¨ªa Nacional que elaboraron varios informes en los que se encargaron de documentar los procedimientos que se siguieron durante la instrucci¨®n y las mentiras de algunos de los testigos. En su intento de perseguir a los responsables de las filtraciones, el juez Florit tambi¨¦n orden¨® requisar los tel¨¦fonos m¨®viles y ordenadores de dos periodistas, una decisi¨®n que le llev¨® a juicio y que puso punto final a su trayectoria como juez.
D¨ªas antes de que todo estallara y se descubrieran estas conversaciones entre los investigadores, el fiscal Subir¨¢n y su compa?ero Juan Carrau presentaron un escrito de acusaci¨®n por la pieza principal del caso contra 24 personas a las que imputaban hasta 13 delitos relacionados con el trato de favor dispensado al empresario, para quien reclamaban ocho a?os y medio de c¨¢rcel. Poco despu¨¦s, el fiscal Subir¨¢n recibi¨® una baja m¨¦dica y un a?o m¨¢s tarde fue jubilado de forma anticipada despu¨¦s de que el Bolet¨ªn Oficial del Estado publicase su cese de actividad. El caso entr¨® en la Audiencia Provincial a la espera de se?alarse una fecha, pero no fue f¨¢cil hallar un tribunal enjuiciador. Seis magistrados se abstuvieron al considerar que tras resolver 158 autos de apelaci¨®n desde 2014 compromet¨ªan su apariencia de imparcialidad. No obtuvieron amparo y con la sala constituida y a 10 d¨ªas del inicio del juicio, que empez¨® en junio, el fiscal Tom¨¢s Herranz, designado por Madrid para continuar con el proceso tras la marcha de Subir¨¢n, procedente de la capital y totalmente ajeno a la fiscal¨ªa de Baleares, mostr¨® sus cartas de cara al juicio: present¨® un escrito de modificaci¨®n en el que retiraba la acusaci¨®n contra 7 de los 24 acusados y rebajaba considerablemente la petici¨®n de penas para el resto al esgrimir una ¡°falta de verosimilitud¡± de muchos de los hechos incluidos en el documento inicial.
Con ese movimiento tiraba por tierra la instrucci¨®n practicada por Subir¨¢n, que ser¨¢ juzgado en los pr¨®ximos meses junto a Penalva y los cuatro agentes de Blanqueo por los supuestos delitos cometidos durante la investigaci¨®n. Esa sombra de sospecha, la de pr¨¢cticas ilegales contra los acusados, ha sobrevolado todas las jornadas del juicio, donde se han podido escuchar testimonios dudosos, se han desgranado informes de la Polic¨ªa Nacional en los que se constata que muchas de las denuncias de los empresarios por un abuso de inspecciones en sus locales nunca fueron comprobadas y se han podido ver interrogatorios de las defensas que han situado a los testigos en la cuerda floja para desmontar el caso. Las acusaciones particulares, que representaban a empresarios del ocio competencia de Cursach, tampoco han podido probar los hechos y se han bajado del tren antes de finalizar el juicio, manteniendo ¨²nicamente la acusaci¨®n una de ellas contra dos agentes de la Polic¨ªa Local para quienes reclaman dos a?os de c¨¢rcel.
¡°Estuve a punto de suicidarme, ten¨ªa la mano en la barandilla de un puente¡± confes¨® en el turno de ¨²ltima palabra el director general del grupo Cursach, Bartolom¨¦ Sbert. ¡°Decid¨ª pasar por esto solo. Le dije a la que ahora es mi exmujer que quer¨ªa estar solo y que ella tuviese una vida normal, porque sab¨ªa por lo que iba a pasar¡±, asegur¨® Carlos Tom¨¢s, uno de los polic¨ªas locales que se vino abajo y solo pudo hablar entre sollozos. ¡°Vuelvo a creer en la justicia¡± dijo otro de los agentes, Gabriel Torres, despu¨¦s de explicar sus vivencias en los ¨²ltimos a?os. Los ahora absueltos sopesan reclamar una indemnizaci¨®n por el tiempo que pasaron en prisi¨®n preventiva, ya que ocho de ellos estuvieron varios meses en la c¨¢rcel. Casi una d¨¦cada de investigaciones han quedado aplastadas por quienes las dirigieron y que se enfrentar¨¢n a su propio juicio en los pr¨®ximos meses.
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