El submarino espa?ol ¡®Isaac Peral¡¯ empieza a navegar, pero a medio gas y con diez a?os de retraso
Navantia entrega a la Armada el sumergible S-81, a la espera de que llegue su sistema de propulsi¨®n definitivo y misiles de ataque a tierra que sustituyan a los previstos Harpoon
El 25 de marzo de 2004, tres semanas antes de que Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero se mudase a La Moncloa desalojando a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, el Ministerio de Defensa firm¨® la orden de ejecuci¨®n de los cuatro nuevos submarinos de la clase S-80; el primero de los cuales deb¨ªa ser entregado en 2013. Este jueves, diez a?os despu¨¦s de lo previsto, la Armada recibir¨¢ en Cartagena (Murcia) la primera unidad de la serie, el S-81 Isaac Peral.
Muchas cosas han cambiado en estas casi dos d¨¦cadas; entre otras, el precio. El coste del programa se cifraba inicialmente en 1.750 millones de euros, posteriormente se fij¨® en 2.135 y ha terminado en 3.907. Tambi¨¦n el tama?o: el S-81 mide 81 metros de eslora y pesa 2.965 toneladas; 10 metros y casi 800 toneladas m¨¢s que el proyecto inicial.
De las m¨²ltiples peripecias que ha debido superar el submarino, la que estuvo a punto de hundirlo se descubri¨® a finales de 2012: un sobrepeso de 125 toneladas que afectaba a su flotabilidad. Fue fruto de un error de c¨¢lculo, pero tambi¨¦n de un exceso de confianza. Dos a?os antes, el astillero p¨²blico espa?ol Navantia hab¨ªa roto con su socio franc¨¦s, DCNS, con el que constru¨ªa los submarinos Scorp¨¨ne, por diferencias en el reparto de la carga de trabajo, y se lanz¨® a hacer lo que nunca hab¨ªa hecho: dise?ar un submarino en solitario. Hubo que tragarse el orgullo y pedir ayuda a una firma americana, Electric Boat, que se embols¨® 14 millones tras aconsejar que, para equilibrar el peso, lo mejor era alargarlo.
Con todo (retraso, sobrepeso y sobrecoste), los expertos consideran que poner a navegar un submarino de dise?o espa?ol es un hito cuyo precedente hay que buscar en el Peral, el sumergible el¨¦ctrico botado en 1888 y conservado en el museo de Cartagena, cuyo inventor da nombre al S-81. ¡°La complejidad t¨¦cnica de un submarino solo es comparable a la de una nave espacial, por eso hay solo una decena de pa¨ªses que los dise?en y Espa?a entra en ese selecto club¡±, sostiene con orgullo un ingeniero naval.
? Espectacular imagen del submarino S-81 ¡°Isaac Peral¡± emergiendo en aguas cercanas a Cartagena. @Armada_esp @Defensagob #S81 #Navantia pic.twitter.com/ezhxNftTGg
— Navantia (@NavantiaOficial) July 6, 2023
El S-81 es un buque marca Espa?a y, por tanto, apto para la exportaci¨®n, salvo los equipos de fabricaci¨®n extranjera; como alg¨²n sonar y el sistema de combate, de la compa?¨ªa estadounidense Lockheed Martin, que se vende por separado. Aunque el sumergible ya se ha sometido a pruebas de esfuerzo ¡ªel pasado 17 de octubre naveg¨® a la m¨¢xima cota operativa¡ª fuentes industriales reconocen que la hora de la verdad llega ahora, cuando la Armada lo tome bajo su mando y lo pruebe en maniobras y ejercicios. ¡°T¨² puedes dise?arlo para reducir la firma magn¨¦tica y ac¨²stica, la del radar y la infrarroja, pero solo sabes si es realmente discreto cuando se sumerge e intentas localizarlo¡±, explica un veterano marino.
Para que sea totalmente discreto habr¨¢ que esperar al menos a 2026, cuando se entregue la tercera unidad, el Cosme Garc¨ªa. Ser¨¢ el primero que incorpore de serie el nuevo sistema anaer¨®bico AIP (propulsi¨®n independiente del aire), basado en pilas de combustible alimentadas con hidr¨®geno producido a bordo a partir de bioetanol. A los dos primeros submarinos se les incorporar¨¢ el AIP cuando entren en dique seco para su primera gran carena, una profunda revisi¨®n ya programada. El nuevo sistema permitir¨¢ cargar las bater¨ªas en inmersi¨®n y pasar tres semanas sin salir a la superficie, lo que le convertir¨¢ en un submarino a mitad de camino entre los convencionales y los nucleares. Otros sumergibles, como el U-212 alem¨¢n, tambi¨¦n emplean hidr¨®geno, pero lo llevan a bordo almacenado, lo que eleva el riesgo de accidente.
Todas las pruebas realizadas hasta ahora indican que el AIP BEST, como se denomina el sistema espa?ol, va a funcionar. Es imprescindible que lo haga, pues un submarino del tama?o del S-80 no resultar¨¢ competitivo si, como pasa con los de propulsi¨®n convencional e inicialmente con el S-81, tiene que salir peri¨®dicamente a la superficie (cota perisc¨®pica) para recargar bater¨ªas.
El AIP no es lo ¨²nico que le falta al Isaac Peral para desarrollar todas sus capacidades. Cuando la Armada plante¨® la necesidad de contar con un nuevo submarino, le encomend¨® las siguientes misiones: proyecci¨®n del poder naval sobre tierra, guerra naval especial, protecci¨®n de una fuerza naval, protecci¨®n de una fuerza desembarcada, vigilancia y disuasi¨®n. Sus sistemas de armas, incluidos los de guerra electr¨®nica, est¨¢n orientados a su cumplimiento. Para ello, el S-81 dispondr¨¢ de torpedos y minas. Lo que no tendr¨¢, al menos por ahora, ser¨¢n misiles de ataque a tierra, los que le capacitan para cumplir la primera de las misiones encomendadas.
Estaba previsto equiparlos con la versi¨®n para submarinos del misil Harpoon (UGM-84), con un alcance de 277 kil¨®metros, y la empresa Boeing gan¨® hace dos a?os un contrato de 4,5 millones para integrarlos en el S-81. Sin embargo, una vez que la Navy ha prescindido de ellos, la compa?¨ªa estadounidense ha decidido que ya no le es rentable producirlos y Espa?a, como otros pa¨ªses occidentales, se apresura a buscar una alternativa.
Defensa ha adquirido misiles NSM, de la empresa noruega Kongsberg, para sustituir a los Harpoon en las fragatas F-100 y F-110 y estudia la viabilidad de integrarlo en el S-80. El problema no es que su alcance sea algo menor (185 kil¨®metros), sino que se trata de un misil dise?ado para lanzarlo desde buques que no se ha usado hasta ahora desde submarinos, lo que requiere encapsularlos y adaptarlos. Los S-81 tambi¨¦n podr¨ªan lanzar misiles Tomahawk, pero eso son palabras mayores, tanto por su alcance (unos 1.600 kil¨®metros) como por su coste (unos 750.000 d¨®lares la unidad) y el Gobierno nunca ha dado el visto bueno.
Los marinos que ya han navegado en el Isaac Peral ¡ªsu dotaci¨®n la forman 32 tripulantes y ocho efectivos de operaciones especiales¡ª aseguran que es un buque ¡°noble y fiable, que se comporta muy bien¡±. Durante el periodo de garant¨ªa de un a?o, la Armada probar¨¢ el S-81 y advertir¨¢ de los fallos y deficiencias que detecte (habituales en un sistema de nuevo cu?o), solo al final del mismo lo dar¨¢ por operativo y lo ofrecer¨¢ a la OTAN. Mientras, la defensa submarina de Espa?a seguir¨¢ descansando en el veterano Galerna, una nave con 40 a?os de antig¨¹edad que ha sido remozada para que navegue otro lustro bajo las aguas.
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