Recogida de firmas en La Magdalena contra el cura del pueblo: ¡°Hace una iglesia del siglo XII¡±
Los vecinos de la localidad de La Magdalena, en Le¨®n, inician una campa?a pidiendo la destituci¨®n del p¨¢rroco por sus actitudes intolerantes
La Magdalena quiere expulsar a su cura. El desencadenante, una misa, agravado por frecuentes desaires. Este pueblo leon¨¦s tiene unos 500 habitantes y el pasado martes 7 de diciembre perdi¨® a uno de ellos, muy querido: ?ngel Gonz¨¢lez ten¨ªa 24 a?os y muri¨® en un accidente de tr¨¢fico. Al d¨ªa siguiente se celebr¨® la homil¨ªa en la iglesia local. Al frente, el p¨¢rroco, Jos¨¦ Manuel Riesco. En los bancos, familiares y amigos del chaval. La madre y la novia del chico quisieron hablar, tras el rito, para agradecer el cari?o y recordar a ?ngel. El sacerdote no se lo permiti¨®. ¡°Eso es de entierros protestantes¡±, argument¨®, para reivindicar su mando en plaza religiosa. La actitud indign¨® al pueblo, cansado de actitudes ¡°chulescas¡±, y se inici¨® una recogida de firmas con un af¨¢n: echarlo del templo. Llevan casi 3.000 firmas en unos d¨ªas.
La iniciativa, colgada en la plataforma Change.org, la inici¨® Luc¨ªa Guti¨¦rrez, amiga del fallecido. La chica, de 25 a?os, ha asumido esta tarea ¡°para quitarle peso a la familia¡±, explica, emocionada al hablar de los hechos. Todo comenz¨® el mi¨¦rcoles 8 en la iglesia del municipio. Guti¨¦rrez relata c¨®mo el p¨¢rroco celebr¨® una misa ¡°muy normal. Al terminar, la madre y la pareja de ?ngel pidieron la palabra para devolver parte del aprecio recibido, pero el eclesi¨¢stico se neg¨®. ¡°No tiene justificaci¨®n, tiene que ver con esa persona sin respeto, humanidad y empat¨ªa. No es la primera vez que sucede, rechaza todo lo que se escape de sus manos¡±, lamenta la leonesa. Entonces la novia igualmente alz¨® la voz, sin la ayuda del micr¨®fono y los altavoces, ley¨® una carta. ¡°Nos valieron m¨¢s 30 segundos de la carta de la novia que la misa, sin hacer referencia a la persona. Todos hemos perdido a familiares y en pueblos vecinos otros p¨¢rrocos s¨ª que han permitido lecturas¡±, a?ade Guti¨¦rrez, tan sorprendida como aquellos operarios de la funeraria que afirmaron no haber visto nunca nada as¨ª. Portavoces del Obispado leon¨¦s, tras hablar con el implicado, achacan los hechos a un ¡°malentendido¡±. Seg¨²n ellos, se malinterpret¨® cuando al principio del rito el cura dijo ¡°Esta es una de las ocasiones en las que uno no querr¨ªa tener que predicar¡± y, al levantarse varios allegados del difunto, aclar¨® que ¡°no era el momento¡±. ¡°Al final del funeral, la novia del difunto se acerc¨® a un micr¨®fono junto al altar y dirigi¨® las palabras que crey¨® oportunas durante el tiempo que quiso¡±, afirman, algo que desmiente Luc¨ªa Guti¨¦rrez: ¡°La novia no tuvo micr¨®fono, ley¨® en las escaleras porque no dejaba que leyese¡±.
Este peri¨®dico ha intentado ponerse en contacto con el religioso, pero el Obispado de Le¨®n ha rechazado el contacto directo con el implicado, alegando que quieren ¡°retomar la normalidad¡± y no el ¡°circo medi¨¢tico con las televisiones¡± a ra¨ªz del suceso y la campa?a de recogida de firmas. Portavoces de la entidad insisten en el ¡°malentendido¡± y a?aden que no habr¨¢ medidas disciplinarias o apartamientos sobre el acusado de malas formas en la iglesia.
La furia contra el cura la representa la alcaldesa de La Magdalena, Ana Arias (PSOE), quien clama contra las frecuentes actitudes del hombre: ¡°Es desagradable, soberbio, prepotente y cretino¡±. La regidora acudi¨® a la misa y presenci¨® la actuaci¨®n del religioso, de nombre Jos¨¦ Riesco, de unos 70 a?os. ¡°Cuando acab¨® la homil¨ªa la madre quer¨ªa decir unas palabras y tambi¨¦n la novia, pero resulta que ese se?or es as¨ª y dec¨ªa que all¨ª no hablaba nadie. Que la homil¨ªa era de ¨¦l¡±, explica Arias. ¡°Circos all¨ª no¡±, argumentaba el capell¨¢n, recuerda. ¡°Hab¨ªa mucho dolor y rabia contenida, me acerqu¨¦ a pedirle explicaciones porque otros sacerdotes dan la oportunidad a los familiares tras los entierros, pero ¨¦l dijo que eso era de entierros protestantes y que no lo permitir¨ªa¡±, agrega. La alcaldesa ped¨¢nea de Canales, Ver¨®nica ?lvarez, enumera pol¨¦micas: desde impedir que unos acordeonistas tocaran m¨²sica en el funeral de la mujer de uno de ellos a negar los coros ¡°porque solo canta ¨¦l¡±, no bautiza a los hijos de parejas que no est¨¢n casados por la iglesia ni da la comuni¨®n a los ni?os que no ve habitualmente en misa. Las ancianitas, comenta, han acatado esta forma de ser porque temen quedarse sin su cl¨¦rigo, pero entre las generaciones posteriores ha cundido el hartazgo: ¡°Despu¨¦s del funeral no acompa?¨® el f¨¦retro a la funeraria¡±.
Estas escenas se suman a las diversas controversias protagonizadas por el hombre, quien, seg¨²n Arias, ¡°se cree santo y buen¨ªsimo, pero hace una religi¨®n del siglo XII¡±, vestido con su sotana y ¡°chapado a la antigua¡±. Este tambi¨¦n fue apartado de otros municipios leoneses como Canales y Trobajo del Camino por sus desencuentros con los feligreses, motivo por el cual ¡°sus iglesias est¨¢n casi vac¨ªas¡±. Arias enumera an¨¦cdotas como cuando en la misa del Pilar, patrona de los guardias civiles instalados en el cuartel del pueblo, impidi¨® que ella recordara que en un cercano bar estaban todos invitados a un pincho y el verm¨². Asimismo, a?ade, ha obstaculizado las solicitudes para pedir al Obispado de Le¨®n fondos para reparar iglesias en mal estado: ¡°Ni come ni deja comer¡±.
El chico que falleci¨®, muy aficionado al motor, pero no responsable del accidente producido mientras trabajaba como repartidor, hab¨ªa resultado herido grave de un choque frontal el 1 de diciembre en la carretera nacional n-630, entre La Robla y la ciudad de Le¨®n, en la zona de El Rabizo. En el siniestro muri¨® el conductor de la furgoneta contra la que impact¨®, de 45 a?os. Los homenajes al difunto, adem¨¢s de la misa, consistieron en encuentros con cientos de asistentes, aficionados al motor. Las lunas y ventanales de las decenas de veh¨ªculos se decoraron con fotos de ?ngel. Luc¨ªa Guti¨¦rrez insiste en que esta campa?a, concluya o no con el desplazamiento del p¨¢rroco, sigue un objetivo: que la memoria de su amigo, silenciada en aquella misa, consiga el eco negado.
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