Los cuatro ¨²ltimos presos del 11-M
Zougam, El Gnaoui y Su¨¢rez Trashorras, encarcelados en Espa?a, extinguir¨¢n sus penas en 2044. Hriz, recluido en Marruecos, lo har¨¢ dentro de cuatro a?os. Los otros 18 condenados ya han quedado en libertad
Los atentados yihadistas del 11 de marzo de 2004 en Madrid, que causaron 192 muertos y cerca de 2.000 heridos, desembocaron en una macrocausa judicial en la que llegaron a estar imputadas 116 personas. Finalmente, solo 29 se sentaron en el banquillo de los acusados. Y de ellas, 21 fueron condenadas por la Audiencia Nacional, aunque el Tribunal Supremo redujo finalmente su n¨²mero a 18. Otras cuatro fueron enjuiciadas y condenadas por Marruecos. Hubo tambi¨¦n un menor implicado en los hechos que cumpli¨® su pena en un centro de internamiento. Hoy, 20 a?os despu¨¦s de la masacre y tras un goteo de excarcelaciones en los ¨²ltimos a?os por cumplimiento de las condenas, solo cuatro condenados siguen en prisi¨®n. Tres en Espa?a, y el cuarto en el pa¨ªs magreb¨ª. Son los ¨²ltimos presos del 11-M.
En c¨¢rceles espa?olas est¨¢n Jos¨¦ Emilio Su¨¢rez Trashorras ¡ªel minero asturiano que facilit¨® el explosivo a los miembros de la c¨¦lula terrorista¡ª y Jamal Zougam y Othman el Gnaoui, los ¨²nicos autores materiales de los atentados que fueron condenados, porque el resto se inmol¨® d¨ªas despu¨¦s de la masacre en un piso de Legan¨¦s (Madrid). Los tres fueron condenados a miles de a?os de prisi¨®n y a¨²n tienen por delante otros 20 a?os de c¨¢rcel ya que la legislaci¨®n espa?ola fija en 40 a?os el m¨¢ximo de estancia en prisi¨®n para delitos terroristas. No extinguir¨¢n sus penas hasta marzo de 2044. En Marruecos permanece Abdelilah Hriz, condenado en 2008 a 20 a?os de c¨¢rcel. No est¨¢ prevista su excarcelaci¨®n hasta dentro de cuatro a?os.
Aunque el horizonte temporal de los tres presos en Espa?a es id¨¦ntico ¨Del exminero asturiano y Zougam habr¨¢n extinguido la pena el 3 de marzo de 2044, y El Gnanoui, el 19 del mismo mes¨D, no lo es el r¨¦gimen penitenciario en el que se encuentran. S¨®lo coinciden es que ninguno ha disfrutado hasta ahora de beneficios penitenciarios, como permisos de salida.
Jamal Zougam
Zougam, condenado a 42.922 a?os como autor material de los atentados ¡ªdos v¨ªctimas lo identificaron como el terrorista que coloc¨® la mochila bomba que estall¨® en el tren de la estaci¨®n de Santa Eugenia y caus¨® 14 muertos¡ª, permanece recluido en la prisi¨®n de Teixeiro (A Coru?a) en primer grado penitenciario o r¨¦gimen cerrado, el m¨¢s duro. Esta clasificaci¨®n, que se aplic¨® a la mayor parte de los condenados por el 11-M, est¨¢ reservada a internos de ¡°peligrosidad extrema o de inadaptaci¨®n grave y manifiesta¡±. Entre otras limitaciones, impide solicitar permisos de salida, adem¨¢s de tener menos horas de salida al patio y un contacto con otros internos m¨¢s limitado.
Su abogado defensor, Manuel Ortega, se?ala que Zougam contin¨²a negando su participaci¨®n en los atentados o en su preparaci¨®n, como hizo en el juicio, y asegura que est¨¢n buscando una f¨®rmula legal para que se revise su caso. ¡°No tiene nada que ver ni con el radicalismo religioso ni con el yihadismo¡±, recalca Ortega, que a?ade que su comportamiento en prisi¨®n en estos 20 a?os ¡°ha sido ejemplar, sin sanciones ni conflictos¡±. El letrado ha pedido sin ¨¦xito en varias ocasiones que le flexibilicen el r¨¦gimen penitenciario.
En 2018, Zougam fue interrogado por la Guardia Civil por su presunta implicaci¨®n en la red yihadista de radicalizaci¨®n desmantelada en la Operaci¨®n Escribano. Era uno de la treintena de presos musulmanes, repartidos por m¨¢s de 20 c¨¢rceles, con los que los cabecillas de esta trama contactaron a trav¨¦s de cartas para que se unieran al grupo que pretend¨ªan crear. La investigaci¨®n revel¨® que el condenado del 11-M rechaz¨® el ofrecimiento, por lo que dej¨® de estar imputado. ¡°Le han intentado implicar en varias de estas¡±, se queja su defensa.
Othman El Gnaoui
Tambi¨¦n en primer grado penitenciario, el m¨¢s duro, est¨¢ Othman El Gnaoui, condenado a 42.922 a?os de c¨¢rcel como autor material al haber participado en las obras de la casa de Morata de Taju?a en la que se escondi¨® el explosivo y haber acompa?ado un tramo del camino a la caravana que traslad¨® desde Asturias la goma 2 que se utiliz¨® en los atentados. Recluido en la prisi¨®n de Mansilla (Le¨®n), su situaci¨®n es algo mejor que la de Zougam. Instituciones Penitenciarias le aplica, al menos desde 2019, el art¨ªculo 100.2 del reglamento por su buen comportamiento, lo que ha suavizado su r¨¦gimen de vida hasta hacerlo muy similar a un segundo grado: se le permite estar m¨¢s tiempo en el patio e, incluso, se le ha dado una celda en un m¨®dulo en el que est¨¢n recluidos presos en r¨¦gimen ordinario. Pero no se le ha concedido ning¨²n permiso de salida.
¡°Est¨¢ en un m¨®dulo de presos conflictivos¡±, destacan fuentes penitenciarias, que a?aden que se le ha permitido participar en actividades dentro del centro, como en un taller de marqueter¨ªa. Fuentes jur¨ªdicas aseguran que El Gnaoui se muestra ¡°completamente integrado en la vida de la prisi¨®n¡± y que ha aprovechado el tiempo ¡°para mejorar su espa?ol y su nivel cultural¡±. El Gnaoui, como Zougam, insiste en que es inocente y, aunque no niega su relaci¨®n con los integrantes de la c¨¦lula, alega que esta fue ¡°ocasional¡±.
Su¨¢rez Trashorras
M¨¢s complejo ha sido el periplo carcelario de Su¨¢rez Trashorras. Condenado a 34.715 a?os de c¨¢rcel, el exminero consigui¨® ser clasificado en segundo grado penitenciario, en el que est¨¢ m¨¢s del 73% de los condenados en Espa?a y que abre la puerta a disfrutar de permisos de salida cuando han cumplido un cuarto de la pena, aunque a ¨¦l no se le ha concedido ninguno pese a haber presentado decenas de instancias, seg¨²n confirman fuentes jur¨ªdicas. En todos los casos, Instituciones Penitenciarias ha argumentado para neg¨¢rselos la gravedad y repercusi¨®n de los hechos por los que fue condenado, y el impacto psicol¨®gico en las v¨ªctimas que puede tener su salida.
En estos a?os, Su¨¢rez Trashorras ha cambiado varias veces su relato de los hechos ¨Dincluso cuando ya estaba condenado¨D e, incluso, manifestado su arrepentimiento y participado en un taller de justicia restaurativa, en el transcurso del cual mantuvo un encuentro con un superviviente de los atentados. Sin embargo, a finales de 2018, cuando estaba en la prisi¨®n de La Moraleja, en Due?as (Palencia), presuntamente amenaz¨® a un funcionario de la c¨¢rcel, lo que supuso su traslado a otra prisi¨®n y su regresi¨®n al primer grado. En la actualidad est¨¢ en la c¨¢rcel asturiana de Villabona, la m¨¢s cercana a su domicilio familiar de Avil¨¦s, y de nuevo en segundo grado. En esta c¨¢rcel protagoniz¨® el pasado viernes un llamativo episodio: solicit¨® que se le aplicara la eutanasia al considerar que la enfermedad mental que tiene diagnosticada no recibe el tratamiento adecuado en prisi¨®n, seg¨²n public¨® El Comercio. La ley de eutanasia, en vigor desde junio de 2021, solo contempla la muerte asistida cuando el solicitante tiene ¡°un sufrimiento intolerable a causa de una enfermedad en fase terminal, o por una enfermedad irreversible con limitaciones en su autonom¨ªa f¨ªsica¡±.
Abdelilah Hriz
En Marruecos fueron condenadas cuatro personas por su implicaci¨®n en el 11-M, en lo que fue un caso in¨¦dito de colaboraci¨®n judicial entre ambos pa¨ªses ya que hasta entonces las autoridades de Rabat no hab¨ªan juzgado a ninguno de sus ciudadanos por actos de terrorismo cometidos en otro pa¨ªs. Tres de ellos ¨DHicham Ahmidan, Mohamed Belhadj y Abdelazziz el Merabet¨D ya est¨¢n en libertad tras cumplir las penas de entre ocho y 10 a?os de c¨¢rcel que se les impusieron. El cuarto, Abdelilah Hriz, a¨²n sigue en prisi¨®n, seg¨²n confirman fuentes de la lucha antiterrorista espa?ola.
Hriz fue condenado en diciembre de 2008 a 20 a?os de c¨¢rcel despu¨¦s de que el tribunal considerase v¨¢lidas las pruebas aportadas por la justicia espa?ola, que hab¨ªa encontrado su perfil gen¨¦tico en un peine hallado entre los escombros del piso de Legan¨¦s en el que se inmol¨® parte de la c¨¦lula yihadista y en un pantal¨®n localizado en la casa de Morata de Taju?a, as¨ª como sus v¨ªnculos con otros dos miembros del grupo. Hriz, que admiti¨® haber vivido en Madrid en 2004, siempre neg¨® su participaci¨®n en los hechos. En 2005 viaj¨® a Siria, donde fue detenido y, posteriormente, trasladado a Marruecos. En prisi¨®n en este pa¨ªs desde enero de 2008, a¨²n le quedan cuatro a?os para extinguir la pena por el 11-M.
Expulsi¨®n del pa¨ªs nada m¨¢s cumplir la pena
De los 15 condenados en España por el 11-M que ya han extinguido sus condenas, 12 eran extranjeros. De estos, 11 fueron expulsados a sus países de origen -todos a Marruecos, menos uno- nada más quedar en libertad. Así lo decidió el Gobierno en aplicación del artículo 57.2 de la ley de extranjería, que permite la expulsión de cualquier ciudadano extranjero que haya sido condenado a penas de cárcel superiores a un año. El último fue Abdelmajid Bouchar, excarcelado en agosto del año pasado tras cumplir una condena de 18 años. Antes fueron deportados Rachid Aglif y Mohamed Bouharrat en 2022; Hassan el Haski en 2019; Saed el Harrak, Hamid Ahmidan y Youssef Belhadj en 2017; Fouad el Morabit en 2016; Rafa Zouhier y Mohamed Larbi Ben Sellam en 2014, y Nasredine Bousbaa (expulsado a Argelia) en 2010.
El único que no fue expulsado fue Mahmoud Slimane, condenado a dos años de prisión por falsedad documental y que salió en prisión en 2007. Todos habían sido condenados por delitos como pertenencia a organización terrorista o falsificación de documentos. Ninguno fue considerado autor material del atentado, por eso sus condenas fueron más bajas.
Nueve cumplieron toda la pena en primer grado penitenciario, el más severo, y solo dos vieron flexibilizado su régimen de vida en prisión. Uno fue Hamid Ahmidan, condenado a 13 años por el Tribunal Supremo por haber ayudado a hacer los zulos de la casa de Morata de Tajuña donde la célula guardó el explosivo. Fue clasificado en segundo grado después de que enviara en 2016 una carta al juez de Vigilancia Penitenciaria en la que rechazaba “todo tipo de violencia, incluida la que por motivos religiosos realizan los islamistas”. El otro fue Mohamed Bouharrat, condenado a 12 años de cárcel tras encontrarse indicios de su estancia en el piso de Leganés (Madrid) donde se suicidó parte de la célula terrorista. Bouharrat pasó los últimos años de la pena en un módulo de la cárcel de Valladolid para internos con buen comportamiento y trabajó como ordenanza del polideportivo.
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