El Tins, primer r¨ªo de Espa?a con derechos: ¡°Cualquier da?o por acci¨®n u omisi¨®n humana debe repararse¡±
Investigadores universitarios, ecologistas, grupos pol¨ªticos y vecinos se unen en el peque?o ayuntamiento gallego de Outes para restaurar su castigado cauce y convertirlo en modelo a seguir
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El r¨ªo Tins, castigado como tantos otros por especies invasoras, contaminaci¨®n y desatinos urban¨ªsticos, se ha convertido en el primero de Espa?a al que se le reconocen oficialmente unos derechos. La corporaci¨®n municipal de Outes (A Coru?a) ha aprobado por unanimidad una declaraci¨®n institucional que consagra para este cauce 10 derechos y 14 compromisos de los vecinos para que sean respetados. Antes de ser bendecido en el sal¨®n de plenos, el documento fue consensuado a lo largo y ancho de Outes. Con 6.200 habitantes, se han implicado en el rescate del r¨ªo desde el club de jubilados hasta los ni?os del colegio. Todos a una han acordado una transformaci¨®n ambiental para el Tins con la vista puesta en los pr¨®ximos 20 a?os y los desaf¨ªos del cambio clim¨¢tico. Incluye su limpieza, una reordenaci¨®n urban¨ªstica, la eliminaci¨®n de especies invasoras, la plantaci¨®n de ¨¢rboles aut¨®ctonos y la b¨²squeda de soluciones a las inundaciones que sufre el pueblo.
Como sujeto de derechos, el Tins de Outes sigue la estela de otros r¨ªos del mundo como el Whanganui en Nueva Zelanda, el Ganges en la India, el Buriganga en Bangladesh o el Atrato en Colombia. Bebe tambi¨¦n del esp¨ªritu de la ley que en 2022 aprob¨® el Congreso de los Diputados para otorgarle personalidad jur¨ªdica a la laguna del Mar Menor de Murcia. En el caso gallego, explica Alba Quintela, concejala del gobierno local que encabeza el partido Compromiso por Outes, la declaraci¨®n de derechos es ¡°simb¨®lica¡± porque no va aparejada a una ordenanza que establezca sanciones si no se cumple. Pero ¡°la intenci¨®n¡±, recalca la edil, es que su contenido ¡°marque las pol¨ªticas medioambientales¡±. ¡°No es vinculante en el sentido legal pero s¨ª en t¨¦rminos pol¨ªticos¡±, incide Jo¨¢m Evans, portavoz de la Fundaci¨®n Montescola, una de las promotoras de la iniciativa.
La carta de derechos del Tins nace de un sue?o colectivo. En las ¨²ltimas tres d¨¦cadas, Outes le ha dado la espalda a su r¨ªo. El n¨²cleo urbano ha crecido ignorando el cauce que vertebr¨® durante siglos la vida diaria de los vecinos. Hace justo un a?o, medio centenar de representantes de asociaciones e instituciones del pueblo se reunieron en la Casa da Cultura para imaginar c¨®mo les gustar¨ªa ver el Tins dentro de una d¨¦cada. Fueron convocados por los responsables del proyecto Renatur Outes, un plan para ¡°renaturalizar¡± el r¨ªo que est¨¢ financiado con fondos europeos y en el que participan, adem¨¢s del Ayuntamiento y la Fundaci¨®n Montescola, las tres universidades gallegas, el Centro de Estudos Eurorrexionais Galicia-Norte de Portugal y la Fundaci¨®n Biodiversidad del Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica. En aquel foro, las aspiraciones de los presentes se convirtieron en prop¨®sitos y decidieron impulsar la declaraci¨®n de derechos.
El texto propugna que el Tins tiene derecho a estar limpio, a alimentarse de acu¨ªferos bien conservados, a recuperar sus capacidades biol¨®gicas y din¨¢micas naturales, a ¡°fluir de forma libre y sin impedimentos¡±, a que se restauren sus m¨¢rgenes y bosques de ribera, a que se transmita entre generaciones el patrimonio cultural y biocultural que alberga y a que se repare ¡°cualquier da?o, pasado, presente o futuro, que haya sido causado por la acci¨®n u omisi¨®n humana¡±. La concejala Alba Quintela cree que si los vecinos reactivan la conexi¨®n con el Tins de la que gozaban sus antepasados, las medidas que se tomen para cuidarlo ir¨¢n rodadas: ¡°Hay que vincular lo medioambiental con lo emocional, porque si la poblaci¨®n no tiene una conexi¨®n emocional, las pol¨ªticas de conservaci¨®n no funcionan¡±.
El plan de rescate del Tins est¨¢ dotado con 900.000 euros y se desarrollar¨¢ hasta finales de 2025. Un equipo de bi¨®logos de la Universidad de Santiago ser¨¢ el encargado de revivir su maltrecha biodiversidad. Gracias al trabajo de voluntarios, incluido el de los escolares de Outes, se est¨¢n erradicando ya especies invasoras como las acacias o el amor de hombre (Tradescantia fluminensis) y plantando ¨¢rboles y arbustos aut¨®ctonos. Miguel Serrano, del ?rea de Bot¨¢nica, explica que el proyecto tiene una faceta experimental. Crear¨¢n islas de biodiversidad, es decir, enclaves donde se plantar¨¢n especies que ayuden a restaurar ecol¨®gicamente el r¨ªo, sirviendo como refugio o alimento a la fauna. La idea es probar diferentes dise?os ¡°para ver qu¨¦ comunidades se adaptan mejor a los cambios clim¨¢ticos¡±. Y aprovechar¨¢n para reintroducir un ¡°peque?o tesoro de la biodiversidad¡±: el helecho Dryopteris guanchica, una ¡°reliquia¡± bot¨¢nica anterior a las glaciaciones que est¨¢ amenazada.
La piedra m¨¢gica que se perdi¨®
Otro objetivo es resolver el problema de las inundaciones, agudizado en los ¨²ltimos a?os por las intervenciones humanas en el cauce y el abandono de los oficios que anta?o estaban vinculados a sus aguas. Ge¨®grafos y arquitectos de las universidades de Santiago y A Coru?a est¨¢n estudiando el pasado y presente del Tins para desentra?ar el origen de estos desbordamientos, que afectan incluso a las instalaciones del colegio. ?scar Fuertes y su equipo del Departamento de Proxectos Arquitect¨®nicos, Urbanismo e Composici¨®n de la Escola de Arquitectura de A Coru?a buscan las soluciones estudiando la ¡°idiosincrasia¡± y la ¡°memoria¡± del Tins, un r¨ªo ¡°muy vivo¡± en el que llegaron a funcionar ocho molinos -ahora abandonados- dotados de cauces que contaban con compuertas para regular el caudal. Una mujer, relata Fuertes, les habl¨® de una piedra que ¡°cuando se empapaba por arriba¡± alertaba al vecindario de que hab¨ªa que abrir las compuertas. Desgraciadamente aquel sistema de alertas de la madre naturaleza se perdi¨® cuando se construy¨® un parque en la zona.
Los promotores de la recuperaci¨®n del Tins le est¨¢n dando vueltas a la creaci¨®n de un consejo ciudadano que vele por el cumplimiento de sus derechos. La falta de un ¨®rgano de este tipo no es la ¨²nica limitaci¨®n del proyecto. Este cauce de 15 kil¨®metros nace en el municipio lim¨ªtrofe de Mazaricos, que no participa en la iniciativa. La declaraci¨®n de derechos aprobada por el Ayuntamiento de Outes solo abarca, pues, la vertiente del Tins que recorre su t¨¦rmino municipal y las acciones del proyecto de renaturalizaci¨®n ¨²nicamente afectan al tramo urbano, de aproximadamente un kil¨®metro. En cualquier caso, sus promotores conf¨ªan en haber marcado ¡°un punto de partida¡±. Ya hay movimientos para armar un proyecto m¨¢s ambicioso que afectar¨ªa a toda la cuenca del Ulla, que desemboca en la r¨ªa de Arousa tras recorrer casi 140 kil¨®metros.
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