Carmen Mart¨ªnez Aguayo: ¡°Al final se est¨¢ viendo la magnitud de la mentira del PP sobre los ERE¡±
¡°No hubo un gran fraude. Aqu¨ª no se han defraudado 680 millones¡±, dice la exconsejera andaluza, amparada por el Constitucional tras pasar un a?o y medio en la c¨¢rcel
Carmen Mart¨ªnez Aguayo (Madrid, 71 a?os), exconsejera andaluza de Hacienda (PSOE) condenada por prevaricaci¨®n y malversaci¨®n en el caso de los ERE, pas¨® a?o y medio en prisi¨®n antes de obtener el tercer grado el pasado junio. Desde entonces dorm¨ªa en un centro de reinserci¨®n en Sevilla. La Audiencia Provincial, en 2019, y el Tribunal Supremo, en 2022, la hab¨ªan condenado a seis a?os de c¨¢rcel por considerar que los presupuestos que elabor¨® como viceconsejera ¡ªcargo que ocup¨® entre 2004 y 2009¡ª eran ilegales y sirvieron deliberadamente al fraude de ayudas sociolaborales de la Consejer¨ªa de Empleo. Ambas sentencias establec¨ªan que Aguayo, mano derecha de Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n, supo que hab¨ªa un menoscabo de fondos p¨²blicos, pudo actuar para frenarlo y no lo hizo.
El Tribunal Constitucional ha obligado ahora a revisar esas sentencias al considerar que fueron vulnerados los derechos de Aguayo a la legalidad penal y a la presunci¨®n de inocencia. El tribunal establece que las leyes de presupuestos no pueden ser ilegales, solo el reparto de los fondos, al que Aguayo fue ajena. Adem¨¢s, se?ala que su implicaci¨®n en la malversaci¨®n no est¨¢ argumentada. As¨ª que la noche del 2 de julio fue la ¨²ltima que Aguayo tuvo que dormir fuera de casa. El caso vuelve ahora a la Audiencia, que deber¨¢ dictar otro fallo. Aguayo es optimista y conf¨ªa en su completa absoluci¨®n. Mientras se recupera de un ¡°profund¨ªsimo cansancio¡±, la exconsejera se acaba de abrir una cuenta en X, una ¡°red del demonio¡± de la que ya est¨¢ pensando en quitarse. Planea volver a militar en el PSOE, del que se dio de baja ¡°para no da?ar a la organizaci¨®n¡± tras estallar el caso. En la sede andaluza del partido, en Sevilla, tiene lugar la entrevista.
Pregunta. Durante su estancia en prisi¨®n, ?se esforzaba en defender su inocencia ante sus compa?eras?
Respuesta. No. En la c¨¢rcel estamos todos por lo mismo, porque la justicia lo ha decidido. Aunque yo me sab¨ªa inocente, nunca he dejado de respetar a la justicia.
P. ?Qu¨¦ aprendi¨® de su paso por prisi¨®n?
R. Que no se puede juzgar tan f¨¢cilmente a la gente como solemos. Tambi¨¦n que existen ciertas maldades, pero sobre todo he aprendido lo dif¨ªcil que tienen la vida muchas personas de familias desestructuradas. Mujeres abusadas, maltratadas, que pese a todo salen adelante. Me han dado una lecci¨®n de vida.
P. ?Qu¨¦ maldades?
R. Hay personas a las que, cuando van a dar la libertad a alguien, les da un poco de rabia y chinchan para ver si la otra cae [en la provocaci¨®n] y as¨ª no recibe el alta... Alg¨²n comportamiento poco elogiable. Pero la mayor¨ªa han sido buenas personas con vidas dif¨ªciles y mucha superaci¨®n.
P. ?Le ha llegado tras la sentencia alg¨²n mensaje de alguien del PP? ?Alg¨²n ¡®me equivoqu¨¦ contigo¡¯?
R. Ninguno. En absoluto. Lo que he o¨ªdo son sus declaraciones: que esto es un indulto encubierto. A m¨ª no me han indultado. Me han dado la raz¨®n.
P. Su partido s¨ª la recibe con calidez. Juan Espadas la presenta como un ejemplo de ¡°rectitud¡±. ?Ha echado de menos un apoyo as¨ª antes?
R. Entiendo los contextos. Siempre he sentido el calor del PSOE hasta donde ha sido razonable en cada momento. Nunca me he sentido abandonada.
P. Usted carga contra el PP, pero no critica ni a la jueza Mercedes Alaya, que instruy¨® el caso, ni tampoco a la Audiencia o al Supremo, que la condenaron. ?Por qu¨¦?
R. Respeto a la justicia, me d¨¦ la raz¨®n o no. El PP tambi¨¦n tiene que ser respetuoso, y aqu¨ª m¨¢s porque es parte en el proceso: firm¨® la acusaci¨®n que me llev¨® a la c¨¢rcel. Yo soy v¨ªctima de la manipulaci¨®n del PP. La palabra ¡°v¨ªctima¡± no creo que sea correcta... Me siento atacada por el PP, que ha mentido para instrumentalizar a la prensa y la justicia. De una violaci¨®n de la ley que sin duda se ha producido en una parte de la tramitaci¨®n de las ayudas, porque ha habido personas que se han saltado la ley y se han extralimitado, el PP ha hecho una causa general contra todos los pol¨ªticos. Es un bulo. Todav¨ªa hoy siguen diciendo que hemos robado 680 millones y se quedan tan anchos. Hay una gran distancia entre lo que haya pasado en una unidad [Empleo] y el conjunto de servidores p¨²blicos, que actuamos con honradez.
P. ?A qui¨¦n se?ala del PP?
R. A nadie en particular. Firmaron la denuncia dos personas, Antonio Sanz y Juan Ignacio Zoido, pero en representaci¨®n del PP. Mi recriminaci¨®n es a todo el partido.
P. ?No se siente v¨ªctima de ning¨²n exceso judicial?
R. Yo s¨¦ lo que dice mi sentencia [la del Constitucional]. Y respeto siempre a la justicia. Es cierto que he sentido perplejidad. No puedo entender que por proponer una ley haya cometido un delito. Ni que una ley aprobada por un Parlamento pueda ser ilegal. Luego cada consejer¨ªa es competente para ejecutar los fondos. Pero en esa parte Hacienda no interviene. ?C¨®mo voy a ser culpable de una violaci¨®n de la ley en un punto de una consejer¨ªa que me pilla tan lejos? No he robado un euro ni se ha beneficiado el partido, eso lo dicen la Audiencia y el Supremo. Y si el dinero no lo ten¨ªa que gestionar yo, si no estaba bajo mi custodia, ?c¨®mo puede ser eso malversar? No soy experta en jurisprudencia y, si las cosas llegaron hasta aqu¨ª, alg¨²n argumento tienen. ?Que yo no lo he entendido? Claramente. ?Que el Constitucional me da la raz¨®n? Tambi¨¦n.
P. El Constitucional dice que ni la Audiencia ni el Supremo justificaron su participaci¨®n en los hechos por los que se la conden¨® por malversaci¨®n, en l¨ªnea con lo que se?alaron los votos particulares del Supremo. ?Fue condenada por suposiciones?
R. Como dice el Constitucional, se ha hecho una aplicaci¨®n imprevisible del Derecho, y en el caso de la malversaci¨®n, no hab¨ªa pruebas de cargo suficientemente...
P. Se la conden¨® ¡°sin que los ¨®rganos judiciales hayan argumentado que los hechos imputados fueran cometidos por la recurrente¡±, dice el tribunal.
R. Ah¨ª lo tienes. Me da la raz¨®n. Mi extra?eza ten¨ªa fundamento.
P. Entonces, seg¨²n usted, el sistema judicial funciona.
R. S¨ª, y la sentencia del Constitucional es la prueba.
P. ?C¨®mo una cuesti¨®n tan t¨¦cnica como la que se dirime en su caso puede luego decidirse con jueces progresistas y conservadores votando en bloque en el Constitucional [la sentencia sali¨® adelante por 7 a 4]?
R. El Supremo me conden¨® por tres a dos. No ha habido nunca unanimidad en esto. No es un tema di¨¢fano. Lo que hace el Constitucional es aclarar.
P. Ahora la Audiencia debe dictar otra sentencia. ?Da por hecha su absoluci¨®n?
R. La sentencia la est¨¢n estudiando mis abogados. En cuanto a la malversaci¨®n, el tribunal me ampara porque se ha vulnerado mi presunci¨®n de inocencia. En cuanto a la prevaricaci¨®n, me ampara porque se ha vulnerado la legalidad penal en todo salvo en una modificaci¨®n presupuestaria que ni recuerdo de 2004, que adem¨¢s estaba aprobada por la Direcci¨®n General de Presupuestos y por el interventor. A m¨ª me cuesta pensar que vayan a condenarme por una modificaci¨®n con todos los informes preceptivos y que tengo la obligaci¨®n de tramitar. Si el interventor que la aprob¨® fue absuelto, no entiendo por qu¨¦ no se me va a absolver a m¨ª. Igual de inocente que Manolo G¨®mez [ex interventor general de la Junta] soy yo.
P. Su condena se basaba en que usted era ¡°consciente¡± de la ¡°palmaria ilegalidad¡± de sus actos, y en que asum¨ªa que el dinero pod¨ªa acabar en manos indebidas. Usted ha negado haber sido consciente del fraude. Pero ?nada levant¨® su sospecha sobre lo que pasaba en Empleo?
R. La Intervenci¨®n General no habla de intrusos [falsos prejubilados metidos en los ERE], ni de ilegalidad ninguna. Se habla de que hay un procedimiento administrativo incompleto, porque al interventor le parec¨ªa que deb¨ªa haber un procedimiento subvencional [dar el dinero mediante subvenciones, no ayudas]. Y dice que para ¨¦l [el que se aprob¨®] es un procedimiento inadecuado. Pero el propio interventor dijo que hab¨ªa dicho ¡°inadecuado¡± porque sab¨ªa que era legal. Es una decisi¨®n de t¨¦cnica contable. No se dice que sea ilegal, ni que se est¨¦ llevando nadie dinero. Y digo yo: si ning¨²n interventor vio menoscabo de fondos, ?qu¨¦ mayor conocimiento voy a tener yo?, ?en qu¨¦ ciencia infusa me amparo para conocer que ah¨ª hay un intruso o un ladr¨®n?, ?por qu¨¦ voy a ver yo una ilegalidad si nadie la ha visto?
P. Si la Intervenci¨®n insist¨ªa en que el procedimiento era inadecuado, ?no le debi¨® prestar m¨¢s atenci¨®n?
R. Se le prest¨®. En 2004 hicimos una ley para dar m¨¢s medios a la Intervenci¨®n. Es m¨¢s, a lo largo de mi periodo como viceconsejera, las propuestas de los informes se incorporaban a las leyes de presupuestos.
P. Las sentencias condenatorias consideraban ¡°inveros¨ªmil¡± e ¡°impensable¡± que usted no supiera que hab¨ªa riesgo de que el dinero p¨²blico acabara en malas manos.
R. Lo que una viceconsejera tiene que hacer es aplicar las propuestas de mejora. Porque irregularidades, o d¨¦ficit de gesti¨®n, hay en todas las administraciones. Lo que se busca es la mejora. Pero ?la Intervenci¨®n detect¨® alguna ilegalidad? Ninguna. E insisto: el interventor est¨¢ absuelto, y bien absuelto en mi opini¨®n. Si ¨¦l lo hizo bien, ?c¨®mo lo voy a hacer yo mal si dependo de su informaci¨®n? La Intervenci¨®n nunca alert¨® de fraude. Nunca tuvimos conciencia de que pudiera haber una unidad que se saltaba la ley.
P. ?Qu¨¦ fall¨® en el Gobierno andaluz para que se produjera aquel fraude en Empleo?
R. Que en su momento no se vio. Y ahora se le quiere dar una dimensi¨®n [al caso] que no es cierta. Porque aqu¨ª se habla del gran fraude. No, no ha sido un gran fraude. Ha sido un problema, un incumplimiento de la ley, sin duda, pero aqu¨ª no se han defraudado 680 millones. Cuando la Intervenci¨®n mir¨®, simplemente no lo vio. Si lo hubiera visto, hubiera actuado, sin ning¨²n g¨¦nero de dudas.
P. Por volumen, por el nivel de impunidad con el que actuaba el que fue director general de Trabajo, Javier Guerrero, ?no considera que hubiera un gran fraude?
R. No, aqu¨ª no se han defraudado 680 millones de euros.
P. Est¨¢ por ver la cantidad final, pero ser¨¢ considerable [la Junta asegura que ha recuperado 27 de los 62 millones que deben ser devueltos a trav¨¦s de distintos procesos en la justicia y el Tribunal de Cuentas].
R. La cantidad no la s¨¦. Pero de 6.400 trabajadores, el informe de la C¨¢mara de Cuentas de 2012 hablaba de 70 intrusos. Hay una diferencia muy notable.
P. ?Qu¨¦ pens¨® cuando aflor¨® el caso, cuando Guerrero declar¨® a la Polic¨ªa Nacional que la Junta ten¨ªa un ¡°fondo de reptiles¡± para empresas en crisis?
R. Todos nos pusimos manos a la obra para ponerlo en conocimiento de la justicia.
P. ?Pens¨® que pod¨ªa afectarle?
R. Jam¨¢s. Nunca pude pensar que un problema en una unidad de la administraci¨®n pudiera convertirse en una causa pol¨ªtica de esta envergadura. Ha sido una exageraci¨®n, una mentira fabricada por el PP, que ha vencido con un relato que no es cierto. Tan bien lo han hecho, con tanto arte, que a m¨ª me han tenido un a?o y medio en la c¨¢rcel.
P. ?Los expresidentes Manuel Chaves y Gri?¨¢n han contactado con usted a ra¨ªz de su sentencia?
R. Nunca he perdido el contacto. Siempre me han apoyado. Me siento orgullosa de haber trabajado con ellos. Creo que merecen todo el respeto y agradecimiento de Andaluc¨ªa, porque han ayudado a levantar esta tierra.
P. El PP ha roto su consenso con el PSOE para evitar que Chaves y Gri?¨¢n puedan ser miembros del Consejo Consultivo como otros expresidentes. ?Qu¨¦ le parece?
R. Una bajeza m¨¢s de un pol¨ªtico [Juan Manuel Moreno] que no deber¨ªa estar gobernando. Andaluc¨ªa merece m¨¢s.
P. ?El caso ERE ech¨® al PSOE del poder en Andaluc¨ªa?
R. Sin duda, porque gener¨® una desconfianza tremenda sobre el PSOE y sobre unos l¨ªderes muy queridos. A lomos de esta mentira, de forma innoble, el PP se hizo con el poder. Pero las mentiras al final salen a la luz. En este caso se est¨¢ viendo la magnitud de la mentira de los ERE.
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