Espa?a multiplica los frentes para reactivar la oficialidad del catal¨¢n en la UE
Tras un a?o sin avances, el Gobierno espera que la presidencia polaca de turno de la UE y el Parlamento Europeo aceleren el reconocimiento de las lenguas cooficiales espa?olas ante la presi¨®n de un Junts
Espa?a busca una salida para reactivar la oficialidad del catal¨¢n, gallego y euskera en la UE tras un a?o pr¨¢cticamente sumido en un callej¨®n sin salida. El ministro de Exteriores, Jos¨¦ Manuel Albares, ha pisado el acelerador diplom¨¢tico este mes de diciembre que ahora se agota en los dos frentes en los que el Gobierno espa?ol busca impulsar una demanda clave de Junts, uno de sus socios m¨¢s inc¨®modos pero necesarios para seguir gobernando y sacar adelante proyectos clave como los Presupuestos Generales del Estado. Lo ha hecho tanto en el ¨¢mbito de los Estados miembros, donde necesita unanimidad, como en el Parlamento Europeo, que lleva dos d¨¦cadas rechazando un acuerdo administrativo bilateral para el uso de estas lenguas, pese a que otros funcionan sin estridencias en otras instituciones europeas.
Durante su ¨²ltima visita a Bruselas, el 16 de diciembre, para participar en el tambi¨¦n ¨²ltimo Consejo de Ministros de Exteriores del a?o, Albares aprovech¨® para abordar a su hom¨®logo polaco, Rados?aw Sikorski, cuyo pa¨ªs ¨Dpresidido por Donald Tusk, inscrito en la familia pol¨ªtica del Partido Popular Europeo¨D asume el 1 de enero la presidencia rotatoria del Consejo de la UE. Albares, que ya le hab¨ªa dirigido una carta unos d¨ªas antes pidi¨¦ndole que durante el semestre polaco se avance para alcanzar un acuerdo que permita incluir las tres lenguas en el reglamento que fija el r¨¦gimen ling¨¹¨ªstico de la Uni¨®n (para lo que se requiere la unanimidad de los Veintisiete), hizo esa petici¨®n una vez m¨¢s en persona. Aunque en Bruselas el radar polaco est¨¢ en otras cuestiones m¨¢s urgentes en medio de un contexto geopol¨ªtico internacional cada vez m¨¢s complicado, Sikorski le asegur¨® que estaba ¡°informado del tema¡± y acord¨® con el ministro espa?ol ¡°dar un paso m¨¢s a trav¨¦s de una reuni¨®n de sus respectivos secretarios de Estado de la UE¡±, seg¨²n fuentes de Exteriores. Un d¨ªa m¨¢s tarde, durante el ¨²ltimo Consejo de Asuntos Generales, se produjo la primera de esas reuniones bilaterales entre el secretario de Estado espa?ol, Fernando Sampedro, y el ministro polaco de Asuntos Europeos, Adam Szlapka.
Con todo, el camino es incierto en una UE con poco apetito para abrir nuevos frentes. Aunque Albares ha defendido por activa y por pasiva que no se trata de un ¡°asunto pol¨ªtico o politizado (¡) sino de identidad nacional, un asunto de Estado y constitucional espa?ol¡±, Sampedro reconoc¨ªa que se ¡°requiere tiempo¡± para explicar bien la posici¨®n espa?ola.
Espa?a aprovech¨® hace un a?o su presidencia semestral europea, que coincidi¨® con las negociaciones para formar gobierno de Pedro S¨¢nchez, para poner sobre la agenda de los ministros europeos la propuesta ¡ªreclamada por Junts¡ª de hacer del catal¨¢n, euskera y gallego idiomas oficiales de la Uni¨®n. No es algo ins¨®lito: ya se hizo con el irland¨¦s, que en 2005 recibi¨® el visto bueno para convertirse en el 24? idioma oficial comunitario. En esa misma ¨¦poca fracasaba el primer intento espa?ol, bajo el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, de hacer lo mismo con los idiomas cooficiales espa?oles. Pero s¨ª se logr¨® cerrar en los siguientes a?os sendos acuerdos administrativos con la mayor¨ªa de las instituciones comunitarias ¡ªdesde la Comisi¨®n al Tribunal de Justicia de la UE (TJUE)¡ª que permiten el uso de una de las lenguas cooficiales espa?olas, a cambio de que Espa?a asuma los costes que ello implica. La ¨²nica que sigue resisti¨¦ndose hasta hoy es el Parlamento Europeo, donde el Partido Popular ha frenado de forma continua todos los intentos.
Pese a las marcadas reticencias de varios Estados miembros, que recelan sobre todo de que el paso espa?ol abra una caja de Pandora para las lenguas minoritarias en sus pa¨ªses, Espa?a logr¨® que la cuesti¨®n formara parte de la agenda de los consejos de Asuntos Generales mientras dur¨® su mandato. Pero con la llegada de la presidencia de turno belga, el frenazo fue brusco: desde el pasado marzo, el asunto no est¨¢ en la agenda, oficialmente por la falta de avances y a la espera de informes con m¨¢s detalles sobre las implicaciones de este paso, pese a que Espa?a asegura que su propuesta es un traje tan a medida que no servir¨¢ para despertar impulsos nacionalistas o ling¨¹¨ªsticos en otros pa¨ªses comunitarios. El Gobierno espa?ol promete tambi¨¦n que se har¨¢ cargo de todos los gastos que implique el paso, que un informe preliminar de la Comisi¨®n Europea revelado hace justo un a?o cifra en 132 millones de euros anuales. El documento definitivo tambi¨¦n se est¨¢ haciendo esperar.
Inacci¨®n de B¨¦lgica y Hungr¨ªa
Mientras, tampoco Hungr¨ªa, que asumi¨® el testigo europeo belga en julio, ha hecho intento alguno por reavivar la demanda espa?ola estos ¨²ltimos seis meses en los que ning¨²n otro socio europeo ha mostrado un marcado inter¨¦s por el asunto. M¨¢s bien al contrario, la sensaci¨®n en c¨ªrculos diplom¨¢ticos era de alivio cuando B¨¦lgica soslay¨® un asunto que nadie quiso frenar, para no ponerle las cosas dif¨ªciles a Espa?a, pero que tampoco le quita el sue?o a nadie m¨¢s que al pa¨ªs interesado.
Ante la falta de resultados, Junts empieza a advertir de que pierde la paciencia. Hace un a?o su l¨ªder, Carles Puigdemont, ya calificaba los pasos dados hacia el reconocimiento del catal¨¢n ¡°positivos¡± pero ¡°insuficientes¡±, aunque quitaba presi¨®n al Gobierno al acusar al PP de los ¡°obst¨¢culos¡± para su culminaci¨®n. En su comparecencia del pasado 9 de diciembre, tambi¨¦n en Bruselas, el tono del expresident era radicalmente distinto: Puigdemont se?al¨® a S¨¢nchez y su ¡°absoluta falta de implicaci¨®n¡± en la materia como la causa principal de la falta de avances.
No ayuda que el tema est¨¦ tambi¨¦n atascado en la Euroc¨¢mara. Albares se volvi¨® a reunir con su presidenta, Roberta Metsola, a comienzos de mes en Bruselas, despu¨¦s de haberle enviado varias cartas pidi¨¦ndole avances en la materia, la ¨²ltima en septiembre, sin ¨¦xito. La maltesa, que viene de las filas del Partido Popular Europeo (PPE), al igual que el primer ministro polaco, Donald Tusk, no ha hecho hasta ahora grandes esfuerzos por que avance el asunto.
En octubre, Metsola solicit¨® al grupo de trabajo de la Mesa del Parlamento sobre Lenguaje de los Ciudadanos y Servicios Ling¨¹¨ªsticos que estudiara el asunto y le presentara un informe sobre implicaciones del uso de estas lenguas cooficiales en las sesiones plenarias. Dicho grupo se reuni¨® el pasado d¨ªa 10 y trat¨® las cuestiones jur¨ªdicas, seg¨²n fuentes conocedoras de la reuni¨®n. En un nuevo encuentro, a comienzos de febrero, analizar¨¢ las cuestiones log¨ªsticas t¨¦cnicas y los casos similares que potencialmente pudieran existir en Europa. Pero por el momento nadie aventura una fecha para tener listo el informe que reclama la presidenta de la Euroc¨¢mara para dar alg¨²n nuevo paso, que tampoco ser¨¢ definitivo. Quiz¨¢s haya que empezar a buscar c¨®mo se dice paciencia en polaco. O incluso en dan¨¦s, el idioma de la presidencia del Consejo de la UE en la segunda mitad de 2025.
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