La falta de presupuesto dificulta cumplir los compromisos de Espa?a con la OTAN
S¨¢nchez recibe al nuevo secretario general de la Alianza, que pide aumentar el gasto militar m¨¢s del 3% del PIB, frente al 5% de Trump
Pedro S¨¢nchez recibir¨¢ este lunes en La Moncloa al nuevo secretario general de la OTAN, Mark Rutte. El presidente espa?ol y el pol¨ªtico holand¨¦s son dos viejos conocidos ya que, hasta julio del a?o pasado, Rutte fue primer ministro de los Pa¨ªses Bajos. La novedad radica en que el verdadero protagonista de la reuni¨®n ser¨¢ un tercero ausente: el flamante inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump.
La semana pasada, en su intervenci¨®n por videoconferencia ante el Foro de Davos, Trump reiter¨® su exigencia de que los aliados europeos eleven su gasto militar hasta el 5% del PIB, muy por encima del 2% acordado en la cumbre de la OTAN de Gales, en 2014. Rutte ¨Dque vol¨® a Florida a finales de noviembre para reunirse con Trump antes de que tomara posesi¨®n del cargo¡ª no ha ido tan lejos como el flamante presidente estadounidense, pero ha advertido que los pa¨ªses europeos deben elevar su inversi¨®n en defensa por encima del 3% o empezar a ¡°aprender ruso¡±.
Ante la renovada presi¨®n de Trump para que los pa¨ªses europeos aumenten su gasto militar ¨Dya hizo de este asunto uno de los caballos de batalla de su primer mandato, entre 2017 y 2021¡ª todas las miradas se dirigen a Espa?a, farolillo rojo de la OTAN en este cap¨ªtulo. El pasado lunes, nada m¨¢s tomar posesi¨®n del Despacho Oval, a preguntas de un periodista, confundi¨® a Espa?a con uno de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sud¨¢frica), el club de las potencias emergentes. En lo que no se equivoc¨® fue al decir que el presupuesto espa?ol en Defensa es ¡°muy bajo¡±, proporcionalmente hablando.
Seg¨²n las estad¨ªsticas de la OTAN, Espa?a fue en 2024 el que menos porcentaje de su PIB dedic¨® al gasto militar (el 1,28%) entre los 31 pa¨ªses aliados. Y uno de los ocho que a¨²n no alcanzan el list¨®n del 2%, que deb¨ªa haberse cumplido el a?o pasado. El Gobierno espa?ol ha reiterado su compromiso de llegar al 2% y en la cumbre de la OTAN en Madrid, en junio de 2022, puso 2029 como horizonte. Pero fuentes gubernamentales admiten que es muy dif¨ªcil que se cumpla este objetivo, muy por debajo del 5% marcado por Trump (que ni siquiera cumple EE UU), e incluso del 3% de Rutte (que solo superan cinco aliados).
Con 19.723 millones de euros en 2024, Espa?a deber¨ªa aumentar su gasto en defensa en m¨¢s de 10.600 millones, a precios constantes del a?o pasado, para llegar al 2%. El problema, admiten fuentes gubernamentales, es que sin Presupuestos Generales del Estado (PGE) no es posible un aumento de esa envergadura y hay que contentarse con reba?ar los m¨¢rgenes que deja la pr¨®rroga presupuestaria que ya se produjo el a?o pasado y es muy probable que se repita este. A ello se suma, se?alan las mismas fuentes, el efecto adverso que, parad¨®jicamente, tiene la buena marcha de la econom¨ªa espa?ola. Mientras m¨¢s crezca el PIB, m¨¢s dinero supone cada punto del mismo; y el PIB espa?ol creci¨® por encima del 3% el a?o pasado, a la cabeza de los pa¨ªses desarrollados.
Frente al dedo acusador de Trump, con quien S¨¢nchez se ver¨¢ probablemente por primera vez en la cumbre de la Alianza Atl¨¢ntica en La Haya (Pa¨ªses Bajos), el pr¨®ximo 24 de junio, el Gobierno espa?ol aduce que Espa?a es el 10? pa¨ªs de la OTAN con mayor gasto militar en t¨¦rminos absolutos y que cumple con creces el otro par¨¢metro fijado en la cumbre de Gales, dedicar el 20% del presupuesto de defensa a equipamiento, ya que destina a ello m¨¢s del 30%. En euros constantes, el gasto militar espa?ol ha crecido un 67% en la ¨²ltima d¨¦cada.
Pero el argumento de m¨¢s peso es que Espa?a no es un consumidor de seguridad sino un contribuyente neto: alrededor del 70% de los m¨¢s de 3.500 soldados espa?oles desplegados en 17 misiones en el exterior est¨¢n bajo bandera de la OTAN. Aunque los pa¨ªses del Este de Europa pueden presumir de dedicar m¨¢s del 2% de su PIB a Defensa, es Espa?a la que les da seguridad, con casi 1.500 militares desplegados en las rep¨²blicas b¨¢lticas, Eslovaquia (donde un general espa?ol manda la brigada multinacional) o Rumania. Y no a la inversa. Algunos de los socios de la OTAN que m¨¢s gastan en defensa, como Grecia y Turqu¨ªa, lo hacen mirando sobre todo a su vecino, aliado en este caso, y participan en las misiones conjuntas mucho menos que Espa?a, que est¨¢ en casi todas. Una de las escasas excepciones es la Operaci¨®n Centinela, que la OTAN planea poner en marcha para disuadir los sabotajes a los cables submarinos que cruzan el B¨¢ltico, cuya autor¨ªa se atribuye a Rusia; en la que de momento Espa?a no se plantea participar.
A ello se suma el apoyo a Ucrania, con la que Espa?a firm¨® un acuerdo bilateral para suministrarle armamento por 1.000 millones de euros (una bater¨ªa antia¨¦rea Hawk, misiles Patriot, carros de combate Leopard, armamento ligero y abundante munici¨®n, entre otro material), adem¨¢s de instruir a unos 6.500 militares ucranios. La ministra de Defensa, Margarita Robles, abre incluso la puerta a desplegar soldados espa?oles en Ucrania, siempre que sea con el objetivo de vigilar el cumplimiento de un acuerdo que ponga fin a la guerra con Rusia.
A la contribuci¨®n de las Fuerzas Armadas espa?olas se suma el papel de Rota (C¨¢diz). La base aeronaval gaditana alberga cinco destructores estadounidenses de ¨²ltima generaci¨®n, a los que se sumar¨¢ un sexto el a?o pr¨®ximo. Aunque esa presencia tenga efectos disuasorios, su misi¨®n no es defender el territorio espa?ol, sino aportar el componente naval del escudo antimisiles de la OTAN, desplegado en el Este; as¨ª como servir a la estrategia de Washington en Oriente Pr¨®ximo, un papel que ya han jugado en las guerras de Siria y Gaza.
Lo cierto, seg¨²n la mayor¨ªa de los expertos, es que, al contrario de lo que sucede con otros pa¨ªses del centro de Europa, Trump no puede quejarse de que el contribuyente estadounidense est¨¦ financiando con sus impuestos la seguridad de Espa?a, salvo en la medida en que lo hace para el conjunto de la Alianza Atl¨¢ntica.
Tampoco Trump puede acusar a Espa?a de tratar ¡°muy injustamente¡± a los productos estadounidenses, como dijo de Europa en Davos. Mientras que la relaci¨®n comercial con la UE es deficitaria para Estados Unidos, no lo es con Espa?a, con quien tiene un super¨¢vit en la balanza comercial bilateral que puede acentuarse si aumentan a¨²n m¨¢s las importaciones de gas natural licuado (GNL).
Todo ello no impedir¨¢ que se multipliquen las presiones para que Espa?a gaste m¨¢s en defensa y que una parte de ese aumento se dedique a compras de material estadounidense. Sobre la mesa de Robles est¨¢ la adquisici¨®n de aviones de combate estadounidenses F-35 para sustituir a los Harrier de la Armada y los F-18 del Ej¨¦rcito del Aire que habr¨¢ que dar de baja a finales de esta d¨¦cada.
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