La Costa del Sol nunca cierra: del toples de Gala a los 14 millones de turistas
Torremolinos fue el epicentro del despertar tur¨ªstico en M¨¢laga y Espa?a, que luego se extendi¨® a otras localidades como Marbella, que se especializ¨® en el lujo
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Hoy resulta sorprendente, pero fue la literatura la que puso parte de los pilares del turismo en Espa?a. Lo hizo cuando parte de la Generaci¨®n del 27, la de Emilio Prados, Manuel Altolaguirre o Jos¨¦ Mar¨ªa Hinojosa recibieron en M¨¢laga a Salvador Dal¨ª y su pareja, Gala. Era 1930 y el encuentro pas¨® a la historia porque aquella singular mujer hizo el que se considera primer toples de la Costa del Sol. Una locura para la ¨¦poca que muchas d¨¦cadas despu¨¦s qued¨® inmortalizado en una escultura a los pies de lo que entonces era el primer hotel de la zona, la Residencia Santa Clara, en Torremolinos, puesto en marcha por el ingl¨¦s George Langworthy, ¡°un hombre de exquisitos modales, discreto y solidario¡±, seg¨²n relata Juan de Dios Mellado en su libro Historia de Costa del Sol. A¨²n nadie imaginaba que medio Hollywood, con Briggite Bardot a la cabeza, perder¨ªa la cabeza por esas mismas playas, que Marbella se convertir¨ªa en la meca del lujo y, ni mucho menos, que m¨¢s de 14,5 de millones de personas visitar¨ªan casi un siglo despu¨¦s un territorio totalmente transformado del que conocieron aquellos pioneros.
La Costa del Sol bati¨® todos sus r¨¦cords en 2024. Lo hizo tanto en n¨²mero de visitantes (esos 14,5 millones de personas) como de empleo, rentabilidad de los hoteles e ingresos, que superaron los 21.200 millones de euros. ¡°Ha sido el mejor de nuestra historia¡±, dec¨ªa el presidente de Turismo Costa del Sol, Francisco Salado, hace unas semanas. Hoy las cifras hist¨®ricas de 2019, que con la pandemia se lleg¨® a temer nunca se repitieran, se quedan peque?as. Y en pleno debate por la masificaci¨®n tur¨ªstica, el destino busca reinventarse en pos de la calidad, siempre con el objetivo de romper una estacionalidad que, aunque menos que en d¨¦cadas anteriores, sigue afectando a una zona que busca reencontrarse a s¨ª misma. ¡°Creo que ahora hay cierta sensibilidad por comprender lo que era y es la Costa del Sol, su idiosincrasia, su historia. Hubo un tiempo en el que la marca parec¨ªa avergonzar por lo que significaba, pero hoy se entiende que ha ejercido de laboratorio de lo que se debe y no hacer¡±, cuenta el historiador Jos¨¦ Luis Cabrera, promotor tambi¨¦n, junto a Lutz Petry, del proyecto Torremolinos Chic, espacio virtual que profundiza en la memoria local.
Cabrera subraya que, precisamente, esta localidad fue el epicentro inicial del turismo cuando era a¨²n una barriada de M¨¢laga, que tambi¨¦n hab¨ªa dado sus primeros pasos con la apertura de los Ba?os del Carmen, p¨²blicos. Torremolinos se conoc¨ªa no solo por aquella imagen de Gala, tambi¨¦n porque ya a principios de siglo hab¨ªa familias que se hab¨ªan construido all¨ª sus viviendas vacacionales. La Huerta del Rinc¨®n (1923) o la Casa de los Navajas (1925) son dos de los escasos ejemplos que permanecen de aquella arquitectura inicial. La Guerra Civil supuso un par¨®n para el desarrollo tur¨ªstico, pero en los a?os 40 volvi¨® sin timidez. Lo hizo gracias a personas como Carlota Alessandri ¡ªsuegra de Edgar Neville¡ª, que hab¨ªa comprado el cortijo de Cucazorra al torero F¨¦lix Asiego. Cuando ¨¦ste pregunt¨® qu¨¦ iba a plantar all¨ª, le contest¨®: ¡°Sembrar¨¦ turistas¡± y, despu¨¦s, cre¨® el Parador de Montemar, levantado en 1943. La Segunda Guerra Mundial volvi¨® a afectar, ¡°pero estaba escrito en el destino que el turismo era ya algo irreversible¡±, recuerda Mellado sobre aquel pueblo de pescadores que se desparramaba hacia el mar y que cautiv¨®, ya en los 50, a estrellas de Hollywood como Briggite Bardot cuando rod¨® Los joyeros del claro de luna. ¡°Viv¨ªa en una casita que se llamaba Las Algas, en una playa desierta. Un lugar que no dispon¨ªa de ning¨²n confort, pero que era un para¨ªso salvaje¡±, cont¨® la diva francesa a El Pa¨ªs Semanal.
Nace el turismo de masas

Las caras conocidas arrastraron al p¨²blico internacional. Y en los 60 el modelo tur¨ªstico cambi¨®: los viajes se democratizaron y arranc¨® el turismo de masas. Novelas como Hijos de Torremolinos, de James A. Michener, o Torremolinos Gran Hotel, de ?ngel Palomino, popularizaron a¨²n m¨¢s aquel destino. ¡°Era una inspiraci¨®n diaria¡±, recuerda Guillermo Busutil en uno de los art¨ªculos que conforman Torremolinos, de pueblo a mito, exquisito n¨²mero monogr¨¢fico al despertar tur¨ªstico local publicado en 2017 por la revista Litoral que dirige Lorenzo Saval. Llegaron entonces los primeros grandes hoteles ¡ªel m¨ªtico Pez Espada, uno de los mejores exponentes de la llamada arquitectura del relax, se inaugur¨® en 1959¡ª y, bajo su influencia, los municipios cercanos crecieron tur¨ªsticamente.
El r¨¦gimen franquista entendi¨® entonces que la entrada de divisas era buena, como la imagen aperturista que reflejaba la Costa del Sol. Son los a?os del destape, del landismo que reflej¨® el cine. ¡°Vinieron aventureros, gente muy peculiar, muy variada¡±, subraya Cabrera, autor junto a Carlos Pranger de Exc¨¦ntricos en la Costa del Sol, libro que recuerda el amplio n¨²mero de personajes que residieron en la zona. La literatura volv¨ªa a tener ah¨ª su peso con la presencia de Gerald Brenan y su mujer, Gamel Woosley, que reunieron a varias generaciones de literatos alrededor de su casa en Churriana, por la que pas¨® Ernest Hemingway.
¡°Los espa?oles entonces no hac¨ªamos turismo, no hab¨ªa para comer. Todo lo que se mov¨ªa era internacional¡±, recuerda Jos¨¦ Luis S¨¢nchez Ollero, catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada y buen conocedor de la historia local.
Aquella masificaci¨®n inicial dio pie a que nuevos emprendedores apostaran por otros puntos de la provincia. Lo hab¨ªa hecho el pr¨ªncipe Alfonso de Hohenlohe con el Marbella Club en los a?os 50, donde se concentr¨® la realeza y la jet set y las administraciones a¨²n no eran conscientes de la relevancia que tendr¨ªa el turismo para la econom¨ªa. ¡°Pero fue con la llegada de Jos¨¦ Ban¨²s y la apertura del puerto deportivo cuando Marbella despeg¨® definitivamente¡±, a?ade S¨¢nchez Ollero. Entonces llegaron los petrod¨®lares y, tras una breve ¨¦poca dorada, el desaforado desarrollo urban¨ªstico que aterr¨® a arquitectos pioneros, como el australiano Donald Gray. Aquel ascenso coincidi¨® con el baj¨®n tur¨ªstico de Torremolinos, hasta que la aparici¨®n de Jes¨²s Gil acab¨® tambi¨¦n con la id¨ªlica imagen marbell¨ª. La llegada de la democracia hab¨ªa quitado la exclusividad de la libertad a la Costa del Sol, la competencia crec¨ªa en todo el litoral Mediterr¨¢neo. Y a finales de los 90 la zona se sumi¨® una etapa de decadencia.
Justo de la que hoy ha conseguido recuperarse. Porque Torremolinos contin¨²a celebrando sus rarezas y homenajeando su propia leyenda. Y Marbella ejerce de referente mundial del turismo de lujo, con miles de grandes fortunas afincadas en la llamada Milla de Oro que acuden a eventos como Starlite, o residentes que se esconden en el entorno de Benahav¨ªs y urbanizaciones como La Zagaleta. Mientras, municipios como como Mijas, Fuengirola o Estepona se han convertido en alternativa porque, de otra manera, ser¨ªa imposible albergar a m¨¢s de 14 millones de turistas al a?o. Y los que llegar¨¢n.
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