Una ¡®Salom¨¦¡¯ en la que le cortan la cabeza a ¨¦l y las v¨ªctimas son ellas
La versi¨®n de Mag¨¹i Mira protagonizada por Bel¨¦n Rueda llena el Teatro Goya de Barcelona, donde puede verse hasta el domingo
Recala con gran ¨¦xito de p¨²blico en Barcelona (Teatro Goya, hasta el domingo) la Salom¨¦ escrita y dirigida por Mag¨¹i Mira y protagonizada en el r?le-titre por Bel¨¦n Rueda que se estren¨® en el pasado festival de teatro cl¨¢sico de M¨¦rida. La obra cuenta la conocida historia de la hijastra de Herodes Antipas, tetrarca de Galilea, que, incitada por su madre, Herod¨ªas, y baile sensual de por medio, convence al rey para que haga decapitar a Juan el Bautista y presentarle su cabeza emplatada, como dir¨ªan en Master Chef. Con la referencia de fondo de las diferentes fuentes sobre el personaje, tanto hist¨®ricas como literarias y art¨ªsticas ¡ªdesde el Nuevo Testamento (Marcos y Mateo, que no dan el nombre de Salom¨¦) y Flavio Josefo (el ¨²nico que s¨ª lo hace) hasta Oscar Wilde, Richard Strauss o Gustave Moreau¡ª, esta versi¨®n de Mira se caracteriza por mostrar como v¨ªctimas tanto a la propia Salom¨¦ como a su madre y en reivindicar la lucha de ambas por la libertad frente al mundo patriarcal. Ni a la directora, ni a Bel¨¦n Rueda, ni a Luisa Mart¨ªn, que encarna a Herod¨ªas, les parece contradictorio que la v¨ªctima m¨¢s evidente de la historia, a quien le cortan la cabeza, vamos, sea un hombre, el Bautista (Pablo Puyol).
Tampoco ven un problema que Herod¨ªas haya sido retratada hist¨®ricamente como una ambiciosa intrigante y manipuladora de a¨²pa y la causante no s¨®lo de la decapitaci¨®n de Juan sino en ¨²ltima instancia de la ca¨ªda en desgracia del propio Herodes ante Cal¨ªgula al incitarle ella a que reclamara al emperador el t¨ªtulo de rey de Judea en posesi¨®n de su sobrino, otro Herodes, Herodes Agripa (buen amigo de los Claudios, como recordar¨¢n los lectores de Robert Graves y seguidores de la serie Yo, Claudio). A Herod¨ªas, cuyo matrimonio considerado pecaminoso por los jud¨ªos ya le caus¨® bastantes dolores de cabeza (si se puede usar la expresi¨®n en este contexto) a Herodes Antipas (ella era la mujer del medio hermano del rey, un tercer Herodes, para acabar de liarla, Herodes Filipo), Mira la describe como ¡°una mujer usada y abusada por el poder¡±. Ambas, Herod¨ªas y su hija Salom¨¦, se?ala la autora y directora, persiguen la libertad femenina ¡°en una tierra de represiones que ignora y lapida a las mujeres si abandonan la estricta moral¡±.
En la versi¨®n de Mira, Herodes es un ¡°dictador salvaje¡± colocado por los romanos (la situaci¨®n era bastante m¨¢s compleja en realidad: de hecho los romanos nunca llegaron a entender cu¨¢nto). Y Salom¨¦ apoya en secreto a los rebeldes, contra Roma y el rey jud¨ªo, unos rebeldes que tienen por l¨ªder espiritual al Bautista. Su Salom¨¦, asegura Mira, ¡°es Historia, Historia brutal, que pueblan personas que han existido¡±.
En la presentaci¨®n del espect¨¢culo el martes la directora se?al¨® lo anclada que est¨¢ la historia de Salom¨¦ en la imaginaci¨®n colectiva y las muchas formas de leer el relato, todas leg¨ªtimas. Recalc¨® elementos que hacen actual la historia como ¡°el ansia de poder que cae en la pendiente de la corrupci¨®n¡±. E insisti¨®: ¡°Eso pas¨®, pasa y seguir¨¢ pasando¡±. Como tambi¨¦n, ¡°lo de los pueblos salvajemente invadidos por conquistadores que quieren despojarlos de sus tierras y sus almas¡±. Al respecto apunt¨® que ¡°los romanos invadieron Judea y ahora los israel¨ªes invaden a su vez, cerrando el c¨ªrculo¡±.
Nuestra Salom¨¦ es un grito de libertad y de paz¡±, afirma la directora
En cuanto a las mujeres, record¨® que ¡°somos habitualmente moneda de cambio en los conflictos b¨¦licos¡±, y defendi¨® que ¡°nuestra Salom¨¦ es un grito de libertad y de paz¡±. Tambi¨¦n de deseo, ¡°un deseo que se desborda en muerte¡± cuando Salom¨¦, rechazada por el Bautista, ¡°traspasa la l¨ªnea roja que la lleva al desvar¨ªo¡±. Mira reflexion¨® que ¡°el sexo que baila con la vida no tiene por qu¨¦ estar relacionado con la violencia¡±, y reivindic¨® ¡°el goce y el placer¡± como ant¨ªdotos para defendernos del horror actual. ¡°No queremos caer en el tanatos sino permanecer en el eros¡±, dijo sobre Salom¨¦, que ¡°pretende romper la jaula de oro en la que ha sido encerrada¡± y ¡°tiene pocas armas¡±, excepto su¡± capital er¨®tico¡±, para conseguir su libertad y su deseo. ¡°Un deseo que a veces entra en conflicto con la raz¨®n y la lleva al delirio y a la perdici¨®n¡±.
Bel¨¦n Rueda destac¨® la manera en que Mag¨¹i Mira resucita a estas mujeres tradicionalmente definidas como ¡°caprichosas¡± que piden (y obtienen) la cabeza del Bautista. ¡°?Caprichosas por qu¨¦?¡±, se pregunt¨®. ¡°No era capricho, era la ¨²nica forma de conseguir la libertad en aquel tiempo¡±. Y a?adi¨®: ¡°Me encanta que estos personajes, que eran personas, no lo olvidemos, se humanicen y se explique c¨®mo llegan a eso¡±. Recalc¨® que Salom¨¦ es una mujer joven influenciada por su madre que escapa de palacio para buscar otra realidad, escucha al Bautista y conecta con lo que predica, pero es rechazada por ¨¦l y ve que lo queda es la nada¡±. Record¨® que Salom¨¦ tarda poco en ser asesinada a su vez. En realidad, no se sabe qu¨¦ ocurri¨® con Salom¨¦. Seg¨²n Josefo vivi¨® bastante como para tener tres hijos. Una tradici¨®n la hace morir al caer en un r¨ªo helado, qued¨¢ndole la cabeza fuera del hielo de forma que parec¨ªa estar colocada muy significativamente en una bandeja, al acudir a reunirse con su madre y Herodes en el exilio. Para Rueda, Herod¨ªas ¡°tambi¨¦n tuvo una vida muy dif¨ªcil¡± y ¡°cuando decidi¨® embaucar con su hija a Herodes, fue en un contexto disculpable de fiesta en el que todo el mundo iba muy puesto¡±. En cuanto a la danza (que la posteridad ha convertido en la famosa de los siete velos pero Mira no enfoca as¨ª), la actriz record¨® que sale en la Biblia y que ¡°Mag¨¹i la ha convertido en una propuesta muy valiente de un despojamiento total, no solo f¨ªsico¡±.
Para Luisa Mart¨ªn, que luc¨ªa un jersey con la palabra ¡°Peace¡± poco a juego con su personaje, ¡°Herod¨ªas es una persona permanentemente en el filo de la navaja, a la que pueden cortar la cabeza en cualquier momento; sabe lo que es pasarlo mal, que la maltraten y la peguen¡±. Y resumi¨®: ¡°Es una superviviente¡±. Explic¨® que Herod¨ªas (al menos la suya) ¡°bebe como si no hubiera un ma?ana, y tiene relaciones sexuales con cualquiera que est¨¦ de buen ver¡±. Teme la violencia machista que acarrear¨ªa la revoluci¨®n del Bautista. A?adi¨® que ¡°sabe que su hija es inquieta y trata de protegerla¡±. Para Herod¨ªas, dijo, ¡°no hay hombre bueno, y, bien, s¨ª, es cierto, pide la cabeza del Bautista, qu¨¦ le vamos a hacer¡±..Con gran deportividad, Pablo Puyol se sum¨® a la conversaci¨®n, aunque en la inferioridad, apunt¨®, ¡°de que no tengo ni cabeza¡±. No obstante el dato, agradeci¨® a Mira que le haya alejado de la imagen de hosco y bruto del personaje. ¡°Era un hombre que llegaba a la gente con la palabra, era inteligente y sensible¡±. Incluso canta tres canciones en el espect¨¢culo.
En cuanto a la verosimilitud hist¨®rica de la versi¨®n, Bel¨¦n Rueda sostuvo que ¡°la libertad no exist¨ªa para las mujeres entonces, se?al¨® el drama de la lapidaci¨®n ¡ªque contin¨²a en varios pa¨ªses como Sud¨¢n, record¨® emocionada¡ª y el acoso constante. Ante la evidencia de que qui¨¦n pierde la cabeza en la historia de Salom¨¦ es el Bautista, apunt¨® que en todo caso la culpa es de Herodes, que es el que da la orden de que lo decapiten. ¡°Seguramente ya hab¨ªa hecho cortar muchas cabezas antes¡±, dijo. Luisa Mart¨ªn reflexion¨® que Herodes pod¨ªa haber dicho que no a la petici¨®n de Salom¨¦, lo que, consider¨®, hace recaer la responsabilidad en ¨¦l. Ante la insistencia de este diario de que vaya par Salom¨¦ y Herod¨ªas, Mart¨ªn, muy en el papel, exclam¨® mirando muy fijo: ¡°Luego hablamos t¨² y yo¡±.
Mag¨¹i Mira terci¨® que en la obra ¡°no se juzga a nadie¡±, y que sobre todo ¡°es ficci¨®n, aunque basada en hechos reales¡±. Dijo que ha escrito desde la humildad y la perspectiva de una mujer de 80 a?os y que ella tampoco est¨¢ de acuerdo con otras versiones. Al respecto, afirm¨® que la suya nada tiene que ver con la de Oscar Wilde, por ejemplo, en la que al final Salom¨¦ besa morbosamente la cabeza cortada del Bautista. Record¨® finalmente la tradici¨®n de que Herodes y Herod¨ªas, tras su exilio a la Galia, pudieran haber ido a parar a Hispania, incluso a M¨¦rida. Bel¨¦n Rueda a?adi¨® que ¡°no estamos en la verdad absoluta, sino ofreciendo una historia que espolee las conciencias y de la que la gente saque sus propias conclusiones¡±. Ambas subrayaron que el p¨²blico se lo pasa fenomenal, ¡°palpita y goza con nosotras¡±.
Mag¨¹i Mira destac¨® y agradeci¨® el trabajo ¡°muy f¨ªsico¡± de los 9 int¨¦rpretes, incluidos Juan Fern¨¢ndez, que hace de Herodes, y Sirio y la Guardia Real (con un toque de la Manada), interpretados por Sergio Mur, Antonio Sansano, Jorge Mayor, Jos¨¦ Fern¨¢ndez y Jos¨¦ de la Torre.
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