Catalu?a y Barcelona: dos gobiernos ¡®sin oposici¨®n¡¯
El PSC controla en minor¨ªa la Generalitat y el Ayuntamiento sin que el resto de partidos tengan protagonismo, salvo para aprobar las cuentas
El reparto de papeles de la pol¨ªtica reserva una actuaci¨®n relevante para la oposici¨®n, con capacidad para tornarse en protagonista si quien gobierna se halla solo ante el peligro. El guion no siempre se cumple. Ni la Generalitat de Catalu?a ni el Ayuntamiento de Barcelona hab¨ªan tenido hasta la fecha unos gobiernos tan d¨¦biles. El president Salvador Illa gobierna con 42 de los 135 diputados en el Parlament (lejos de la mayor¨ªa de 68). Y el alcalde Jaume Collboni solo tiene 10 de los 41 concejales del pleno (menos de la mitad de la mayor¨ªa, que est¨¢ en 21). Pero, en una situaci¨®n ins¨®lita, ambos mandatarios exhiben sinton¨ªa, ejercen sus puestos como si disfrutaran de un c¨®modo respaldo y, salvo en las negociaciones para aprobar los presupuestos, la oposici¨®n apenas logra hacer valer su trascendencia.
Salvador Illa ha arrancado su mandato en la Generalitat con la idea de generar poco ruido y dar apariencia de normalidad y estabilidad institucional. Incluso ha escenificado una suerte de rehabilitaci¨®n p¨²blica del expresidente Jordi Pujol, al que agasaj¨® el martes en el Palau de la Generalitat: ¡°Es una de las figuras m¨¢s relevantes de la historia pol¨ªtica de Catalu?a¡±, dijo Illa. La mano tendida al poderoso, y controvertido, legado de Converg¨¨ncia encaja con la voluntad socialista de anestesiar la confrontaci¨®n. Pero el plan no puede avanzar sin cierta colaboraci¨®n y, en este sentido, las miradas se fijan en Junts per Catalunya. Transcurrido un mes y medio desde la toma de posesi¨®n de Illa, Junts no ha concretado qui¨¦n asume la condici¨®n de jefe de la oposici¨®n. Carles Puigdemont sigue instalado en B¨¦lgica para evitar el riesgo de ser detenido si regresa a Catalu?a y, sin el l¨ªder plenamente habilitado, es Jordi Turull, secretario general del partido, quien pone la voz y la cara, a costa de minimizar las atribuciones del presidente del grupo parlamentario de JxCat, Albert Batet.
¡°El hecho de no asumir el papel de jefe de la oposici¨®n es simb¨®lico, pero tambi¨¦n conlleva renunciar a construir una oposici¨®n y ponerle una cara visible¡±, manifiesta una fuente de Junts en el Parlament. El grupo parlamentario de JxCat tiene previsto despejar inc¨®gnitas en un viaje a B¨¦lgica para reunirse con Puigdemont. La cita est¨¢ programada para la primera semana de octubre. Mientras, la indecisi¨®n allana el camino del Govern, que maniobra sin apenas topar con reproches. Tras pactar la investidura de Illa con ERC y los Comuns, el PSC se atreve incluso a promover iniciativas que escuecen a sus aliados, como es el caso de la ampliaci¨®n del aeropuerto de Barcelona o las atenciones con la escuela concertada.
La situaci¨®n en Catalu?a contrasta con el rol que ha asumido Junts en el Congreso. Su desaire a la iniciativa para poder regular los alquileres de temporada ha arrojado contra el partido un torbellino de cr¨ªticas por paralizar una propuesta que trata de poner coto aparte de los abusos que se producen en el mercado de la vivienda. Junts ha tratado de alegar que, pese a que facilit¨® la investidura de Pedro S¨¢nchez, no se le puede exigir fidelidad al Gobierno porque no forma parte de ¡°ning¨²n bloque¡± en el Congreso. Pero sus rivales, principalmente Esquerra Republicana, advierten de que JxCat cada vez est¨¢ m¨¢s cerca de alinearse, junto al PP y Vox, en el equipo que pelea por provocar un cambio de Gobierno. Mientras la portavoz de Junts en Madrid, M¨ªriam Nogueras, se siente c¨®moda en el papel de l¨¢tigo contra Pedro S¨¢nchez, la formaci¨®n mantiene en pausa sus funciones como principal partido de la oposici¨®n en el Parlament.
En el Ayuntamiento de Barcelona, Collboni ni siquiera gan¨® las elecciones. Qued¨® segundo, tras el exalcalde Xavier Trias, a quien Junts suplic¨® que fuera su cabeza de lista y logr¨® ganar tanto al socialista como a la exalcaldesa Ada Colau. Collboni, que ya gobern¨® como socio minoritario con Colau durante dos mandatos, fue investido con los votos de los comunes y los del PP. Despu¨¦s, alcanz¨® un acuerdo con el grupo municipal de ERC para incorporar a sus cinco concejales, pero no se ha materializado. Primero, el adelanto electoral de las ¨²ltimas auton¨®micas lo aplaz¨®. Y luego los concejales de ERC quisieron entrar a toda prisa y la militancia les dio la espalda. Ahora, cualquier decisi¨®n en el universo republicano est¨¢ congelada, a la espera de que en noviembre la formaci¨®n decida qui¨¦n ser¨¢ su l¨ªder.
Tras casi un a?o y medio en el cargo, Collboni se est¨¢ dando un paseo triunfal. Y sus dos grandes rivales a izquierda y derecha, Trias y Colau, no estar¨¢n en lo que queda de mandato: el primero se march¨® en julio y la segunda lo har¨¢ en octubre. En Junts, cuyo grupo municipal todav¨ªa mantiene el nombre de Trias per Barcelona, el presidente del grupo ser¨¢ Jordi Mart¨ª, y ha anunciado que centrar¨¢ su oposici¨®n en lo que m¨¢s preocupa a los barceloneses, seg¨²n las encuestas municipales: seguridad y vivienda. En Barcelona en com¨², el relevo lo tomar¨¢ Janet Sanz, que esta semana fij¨® tres prioridades: decrecimiento tur¨ªstico y vivienda, hacer m¨¢s calles peatonales como Consell de Cent y reducir el coste de la vida en Barcelona. En concreto, Sanz exigi¨® al alcalde para votar sus presupuestos la eliminaci¨®n de dos terminales de cruceros y regular los alquileres de temporada con la normativa urban¨ªstica municipal.
Mientras, el alcalde aprob¨® el actual presupuesto por cuesti¨®n de confianza: un recurso por el cual el alcalde presenta las cuentas y si en el plazo de un mes no hay una mayor¨ªa alternativa que le eche del puesto, quedan aprobadas. Ahora afronta la negociaci¨®n de los n¨²meros de 2025. Hasta ahora, su gesti¨®n se ha apoyado mucho en el Pla Endre?a (para poner orden en limpieza y seguridad), en un notable esfuerzo por estar presente en actos de barrios, entidades o colectivos. Y tambi¨¦n en anuncios de proyectos a medio plazo o que incluso trascienden a su mandato. Es el caso del cierre de 10.000 pisos tur¨ªsticos en 2028 (depende de un decreto auton¨®mico recurrido ante el Tribunal Constitucional) o presumir de las inversiones previstas por todas las administraciones en el horizonte de tres mandatos (10.600 millones de euros). Como ocurre con todos los alcaldes, Collboni hereda la ejecuci¨®n de planes del mandato anterior. El socialista, por el contrario, est¨¢ demorando votaciones para las que s¨ª necesita mayor¨ªa, como la flexibilizaci¨®n del plan de alojamientos tur¨ªsticos o la obligaci¨®n de que los promotores destinen un 30% de los nuevos pisos a vivienda social.
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