Los errores se pagan
El retorno de la mayor¨ªa absoluta del PP resulta temible, dada la experiencia en t¨¦rminos de corrupci¨®n y abuso policial partidista. Pero no hay mal que por bien no venga si con ello superamos la pol¨ªtica negativa de criminalizaci¨®n del adversario

Frankenstein acaba de morir, aunque sea un muerto todav¨ªa viviente. Cuatro a?os despu¨¦s del voto de censura a Mariano Rajoy, que alumbr¨® la mayor¨ªa de investidura a Pedro S¨¢nchez, los andaluces han propinado este domingo un formidable voto de castigo a su flamante coalici¨®n ¡°de progreso¡± con los radicales de izquierda, cuyos integrantes han sufrido al alim¨®n una severa derrota humillante. Tras la victoria por mayor¨ªa absoluta del presidente andaluz, que deja sin objeto al radicalismo ultra de Vox, el Gobierno central se queda sin discurso, sin marco interpretativo, sin agenda pol¨ªtica y sin estrategia electoral, hasta ahora basada en agitar el espantajo del miedo a Vox. Ahora ya nada ser¨¢ igual.
El 19-J andaluz ha supuesto un aut¨¦ntico cambio de ciclo electoral, lo que no sucedi¨® en Madrid el 4-M del a?o pasado ni el 13-F en Castilla y Le¨®n, pues en esas ocasiones el PP qued¨® reh¨¦n de Vox, que le sigui¨® marcando encuadres, marcos, agenda y estrategia. Pero ahora no es as¨ª, pues Vox ha quedado tocado tras iniciar su declive electoral, con lo que el PP recupera su car¨¢cter contenedor de todo el centro y la derecha, mientras la izquierda dividida queda recluida en su rinc¨®n marginal. ?A qu¨¦ se debe este cambio de ciclo? ?Es producto de un supuesto efecto Feij¨®o o de un derivado efecto Juanma? No lo parece. Juan Manuel Moreno Bonilla se ha limitado a gestionar sin ruido ni furia, lo que no es poco. Y Alberto N¨²?ez Feij¨®o hasta ahora no ha hecho nada m¨¢s que cometer errores de bulto (como confundirse palmariamente con la prima de riesgo, con los fijos discontinuos o con la violencia vicaria). Ni siquiera ha desbloqueado el Poder Judicial, pese a sus promesas de sensatez y moderaci¨®n.
No, el cambio de ciclo se debe al evidente voto de castigo contra los graves errores del Gobierno de coalici¨®n. Sencillamente, los andaluces, y tras ellos probablemente los espa?oles, se han cansado de soportar tanto la debilidad y los fracasos de S¨¢nchez como las delirantes guerras culturales de Podemos. ?Hace falta entrar en detalles? Debilidad ante ERC, ante Podemos, ante Marruecos. Fracasos como el di¨¢logo catal¨¢n, la atenci¨®n primaria, la vivienda en alquiler, el caso Pegasus, Argelia¡ Y guerras culturales tan est¨¦riles como la anticient¨ªfica autodeterminaci¨®n del sexo, la antiliberal abolici¨®n de la prostituci¨®n libre (mientras prosigue encubierta la esclavitud sexual), los bizantinos debates sobre la pureza ideol¨®gica de las sectas izquierdistas¡
Es verdad que el retorno de la mayor¨ªa absoluta del PP resulta temible, dada la experiencia previa en t¨¦rminos de corrupci¨®n y abuso policial partidista (como la polic¨ªa patri¨®tica y el caso Kitchen). Pero no hay mal que por bien no venga, si con ello superamos por fin la pol¨ªtica negativa de criminalizaci¨®n del adversario. Ya cayeron los tres tenores Albert Rivera, Pablo Iglesias y Pablo Casado que satanizaban al bipartidismo, al r¨¦gimen del 78 y al sanchismo (aunque todav¨ªa siga Santiago Abascal). Y ahora inicia su declive el cuarto tenor S¨¢nchez, campe¨®n nihilista del ¡°no es no¡±. Bienvenida sea esta desradicalizaci¨®n del electorado.
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