Los Baltar, el clan del PP que recaudaba votos hasta en los velatorios
Los periodistas Cristina Huete y Primitivo Carbajo diseccionan las pr¨¢cticas caciquiles de la familia que apuntal¨® a Fraga y Feij¨®o en la Xunta
¡°Contad conmigo para lo que sea. ?Que ten¨¦is un pariente en la lista de espera en el hospital? ?Venid a m¨ª! ?Alg¨²n tr¨¢mite que no avanza? ?Lo mismo! Y si no os abro la puerta, ?echadla abajo a patadas!¡±. Con esta desinhibida declaraci¨®n de principios se present¨® Jos¨¦ Luis Baltar Pumar a sus vecinos cuando en 1990 accedi¨® a la presidencia de la Diputaci¨®n de Ourense. El ofrecimiento le funcion¨®. Conserv¨® el cargo durante m¨¢s de dos d¨¦cadas y, al jubilarse, se lo leg¨® a su hijo Jos¨¦ Manuel, de apellidos Baltar Blanco. La arenga que cort¨® la cinta del baltarismo la rescatan los periodistas Cristina Huete y Primitivo Carbajo en Os Baltar, a senda do caciquismo na democracia plena (editorial Morgante), el primer libro que disecciona el m¨¦todo pol¨ªtico que, desde la ¨²nica provincia gallega sin mar, mantuvo a flote el dominio del PP en Galicia y que se presenta este jueves a las 20 horas en la librer¨ªa Tanco de Ourense.
Baltar abri¨® su reinado con un llamamiento al caciquismo del que nunca reneg¨® y que le sali¨® rentable. Su ¨²nica condena judicial le lleg¨® 24 a?os despu¨¦s por apenas un centenar de enchufes. Lo pillaron colocando en la Diputaci¨®n a una ristra de afiliados al PP justo cuando se iba a celebrar el congreso del partido en el que su hijo se disputaba el liderazgo a cara de perro con un disc¨ªpulo de Alberto N¨²?ez Feij¨®o. La pena de inhabilitaci¨®n por prevaricaci¨®n la recibi¨® el patriarca con su heredero ya acomodado en el despacho paterno. Aquella operaci¨®n con la que la familia fren¨® el desaf¨ªo de Feij¨®o a su poder fue apenas una gota en ese oc¨¦ano del baltarismo que documentan en su libro Huete y Carbajo, ambos experiodistas de EL PA?S. Ella fue corresponsal en Ourense de este peri¨®dico entre 2006 y 2022, al que se incorpor¨® ya con un m¨¢ster en el clan tras casi 20 a?os en La Voz de Galicia. Las p¨¢ginas del libro re¨²nen d¨¦cadas de su trabajo de investigaci¨®n sobre los desorbitantes sueldos del ej¨¦rcito de alcaldes del PP, los contratos a las constructoras afines, el reparto de empleo p¨²blico entre los militantes y sus familiares o la colecci¨®n de veh¨ªculos de ¨¦poca que Baltar atesoraba en una nave de pollos.
La Diputaci¨®n de Ourense lleg¨® a emplear al doble de trabajadores que la de A Coru?a, pese a atender a una tercera parte de poblaci¨®n. En 2011, sin contar familiares, ten¨ªa 113 concejales del PP en plantilla. Contrat¨® tantos agentes de desarrollo local que no hab¨ªa asientos suficientes ni desperdig¨¢ndolos por los ayuntamientos, as¨ª que tuvieron que repartirse la jornada para ocupar cada puesto solo durante un rato, mientras otros tomaban caf¨¦ o sal¨ªan a alg¨²n encargo. El 75% del presupuesto para obras se gastaba en n¨®minas y el regidor de un municipio de 1.000 habitantes pod¨ªa ponerse un sueldo de 75.000 euros. En el planeta Baltar hubo hasta un vecino que un d¨ªa descubri¨® con pasmo que en su casa se hab¨ªa empadronado un dirigente del PP y su familia. En aquella comarca, los populares se jugaban esca?os cruciales.
A la par que atend¨ªa la ventanilla de empleos, subvenciones y contratos, Baltar desplegaba por la provincia su don de gentes y simpat¨ªa. Maestro de formaci¨®n y animado trombonista, no se perd¨ªa ni una fiesta ni un velatorio. Siempre se asegur¨® de que nadie en Ourense olvidara lo que quiso dejar claro cuando lleg¨® a la cima de la Diputaci¨®n. En su coche oficial, guardaba un malet¨ªn con dinero por si hab¨ªa que contentar a alguien. Lleg¨® a entregar delante de todo el mundo 3.000 euros a un ped¨¢neo como adelanto de una subvenci¨®n.
?Qu¨¦ hubiera sido de Fraga o Feij¨®o sin este know how? ¡°Sin el apoyo de los baltaristas, ambos habr¨ªan perdido el Gobierno gallego¡±, responde Huete, aludiendo al episodio del pisito de 2004, cuando cinco diputados de esta facci¨®n, incluido Baltar hijo, se encerraron en una casa en Ourense y amenazaron con hacer saltar por los aires la mayor¨ªa absoluta de Fraga. Feij¨®o intent¨® arrebatar el poder a los Baltar para que no le pasara lo mismo que al fundador del PP, pero ¡°sali¨® tan escaldado que acab¨®, como antes aquel, pleg¨¢ndose siempre a los deseos de los Baltar¡±, a?ade la periodista.
Carbajo destaca el papel del patriarca en la llegada de Fraga a la Xunta en 1989, ¡°con un supuesto pucherazo que no se lleg¨® a investigar¡±. Se refiere al misterioso episodio de las sacas con votos de la emigraci¨®n halladas en una oficina de Correos de Ourense dos meses despu¨¦s de la jornada electoral, recuperado recientemente por el periodista ?scar Iglesias. ¡°El baltarismo es un bot¨®n de muestra de lo que es el PP y de c¨®mo se ha sustentado en Galicia¡±, afirma. ¡°Se ha asumido como una cosa pintoresca, pero ha tenido mucho calado¡±. Explica que el uso de la expresi¨®n ¡°democracia plena¡± en el t¨ªtulo del libro tiene ¡°un punto de retranca¡±: ¡°?C¨®mo puede una democracia plena permitir el baltarismo? Estuvo respaldado por las urnas, pero la democracia, para ser plena, tiene que ser algo m¨¢s que votar¡±.
Baltar hijo no es Baltar. Lo dice una canci¨®n-parodia muy popular en Ourense y Huete ve ah¨ª la raz¨®n del ocaso del clan. Baltar Blanco ¡°ni era simp¨¢tico, ni emp¨¢tico, ni hac¨ªa favores, aunque fuesen con dinero p¨²blico, ni cultiv¨® la amistad de la enorme tropa de alcaldes, el verdadero poder del baltarismo, que le leg¨® su padre¡±. ¡°Muchos acabaron hartos de ¨¦l. Adem¨¢s, cada vez era m¨¢s dif¨ªcil enchufar¡±, explica.
Pese a la condena por prevaricaci¨®n del patriarca y el reciente procesamiento del hijo por conducir a 215 kil¨®metros por hora, a la familia le ha ido bien en los tribunales. Se archivaron denuncias contra el padre de un agente electoral en Argentina que lo acus¨® de pagarle con dinero p¨²blico y tambi¨¦n investigaciones sobre su abultado patrimonio y una presunta caja B en el partido. El hijo fue absuelto de acoso sexual despu¨¦s de que una compa?era del PP lo acusara de ofrecerle un empleo a cambio de sexo. Por el contrario, uno de sus afines, un tr¨¢nsfuga del PSOE que se pas¨® a las filas populares con empleo en la Diputaci¨®n, s¨ª consigui¨® sentar en el banquillo por la v¨ªa penal a Huete por llamarle tr¨¢nsfuga en una informaci¨®n. Fue un juicio ins¨®lito del que sali¨® absuelta.
El libro de Huete y Carbajo llega en forma de autopsia. La supuesta muerte del baltarismo se certific¨® el 14 de junio de 2023, d¨ªa en que el heredero anunci¨® que dejaba la Diputaci¨®n. Baltar Blanco sigue en pol¨ªtica, refugiado en la discreta y bien pagada trastienda del Senado mientras se tramita lentamente la causa contra ¨¦l por conducir a 215 un coche oficial cuando era presidente de la instituci¨®n provincial y l¨ªder del PP de Ourense. Consigui¨® demorar lo que iba a ser un juicio r¨¢pido hasta pasadas las elecciones municipales de aquel a?o, pero el sucesor de Feij¨®o, Alfonso Rueda, lo dej¨® caer despu¨¦s para facilitar un pacto con Democracia Ourensana que le permitiese al PP conservar la Diputaci¨®n. Feij¨®o no pudo acabar con los Baltar, pero Rueda s¨ª. El despacho de la familia lo ocupa ahora un af¨ªn al presidente de la Xunta, Luis Menor. ¡°La estructura del baltarismo no se ha esfumado; mantiene muchos ayuntamientos¡±, advierte Huete. ¡°Pero la Diputaci¨®n ya no tiene aquella delirante capacidad para crear empleos, que era lo que generaba fidelidades que se convert¨ªan despu¨¦s en votos¡±. Carbajo tambi¨¦n cree que la maquinaria pol¨ªtica de esta familia pervive en Ourense y que Rueda ¡°trata de aprovecharla¡±: ¡°Habr¨¢ que esperar a las pr¨®ximas elecciones para comprobarlo, pero no veo ninguna acci¨®n del PP para desarticularla¡±.
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