El ¡®milagro Mara?¨®n¡¯ o la multiplicaci¨®n de las camas y las UCI
El hospital m¨¢s grande de Madrid se ha transformado por completo en los ¨²ltimos 40 d¨ªas para hacer frente a la covid-19. Este es un recorrido por las ¨¢reas m¨¢s afectadas por el virus
Dicen ¡°antes¡± como si hubiese pasado media vida, pero no hace ni un mes y medio que la plantilla del Gregorio Mara?¨®n comenz¨® la brutal transformaci¨®n de este hospital madrile?o, el m¨¢s grande de la Comunidad y el tercero de Espa?a con las cifras habituales: 7.537 profesionales y 1.349 camas. Ahora han llegado a gestionar 1.565 camas de hospitalizaci¨®n y, en su pico m¨¢ximo de ingresos por coronavirus, 1.171 pacientes. 1.367 personas m¨¢s recorren sus pasillos en el ¨²ltimo mes. Los datos son de este 16 de abril, pero se quedan obsoletos a diario. En 40 d¨ªas, ha dejado atr¨¢s su estructura y su rutina para convertirse en un engranaje donde han sido pocas las piezas que no se han movido con un ¨²nico objetivo: la lucha contra la covid-19. [Fotogaler¨ªa: una ciudad en lucha contra el coronavirus]
En sus estad¨ªsticas, la curva de altas hospitalarias ya supera a la de ingresos, las Urgencias empiezan poco a poco a recibir patolog¨ªas diferentes al coronavirus y se van reincorporando los profesionales de baja por positivo o sospecha. ?El dolor? Siempre est¨¢ en los exitus: 410 fallecimientos hasta este 14 de abril. Tambi¨¦n, y todav¨ªa, en las unidades de cr¨ªticos, que a¨²n operan cinco veces por encima de su tama?o normal y a las que quedan algunos meses por delante hasta recuperar su anterior cintura.
¡°Anticipaci¨®n¡±, dice Patricia Mu?oz, la jefa de servicio de Microbiolog¨ªa y Enfermedades Infecciosas del centro. Cuando empezaron a aparecer noticias en los medios de comunicaci¨®n sobre la covid-19, su ¨¢rea contact¨® con las del Ram¨®n y Cajal, el 12 de Octubre y La Paz para ponerse en marcha con las PCR, las pruebas para la detecci¨®n del coronavirus que en un principio, cuando hab¨ªa apenas un pu?ado de casos, fueron centralizadas en el Instituto de Salud Carlos III. ¡°Hubo resistencias, pero duraron poco¡±, sonr¨ªe ahora. Dos semanas despu¨¦s, en ese servicio ya no se dorm¨ªa, no hab¨ªa mi¨¦rcoles o domingos.
Hubo que manejar el caos: aprender r¨¢pido, conseguir lo que faltaba y prestar de lo que ten¨ªan acopio. ¡°No hay torundas, a La Princesa le falta no s¨¦ qu¨¦¡ Y Pilar cog¨ªa su coche y se paseaba para hacer trueque por los hospitales¡±, apunta el tambi¨¦n microbi¨®logo Roberto Alonso. La otra microbi¨®loga del equipo, Pilar Catal¨¢n, se encoge de hombros mientras se le aguan los ojos: ¡°Hab¨ªa que resolver, como fuera¡±. Ahora, con la experiencia adquirida a marchas forzadas y un leve descenso en el volumen, el ritmo es imparable pero no fren¨¦tico. Han hecho ya m¨¢s de 23.500 PCR. El resultado, dice Mu?oz, es la mejora en los datos. Ense?a feliz los de este mi¨¦rcoles: ¡°695 pruebas, un 20% positivas. Llegamos a tener un 85% de positivos en Urgencias¡±.
All¨ª, la saturaci¨®n que azot¨® a otros hospitales fue algo m¨¢s leve. Estos ¨²ltimos d¨ªas apenas se juntan una veintena de pacientes. ¡°El tama?o de este hospital permite margen de maniobra¡±, explica Juan Antonio Andueza, jefe de servicio de Urgencias, mientras camina por los pasillos de la planta semis¨®tano del centro. El olor a desinfectante y lej¨ªa se cuela a trav¨¦s de la mascarilla. Abre y cierra puertas ense?ando ¨¢reas ya limpias y cerradas: ¡°Aunque las mantenemos montadas, por lo que pueda pasar¡±. Incluso con ese ¡°margen¡± llegaron a tener m¨¢s de 500 personas ocupando salas y pasillos, febriles, tosiendo; nacieron 232 puestos m¨¢s. Ya empiezan a acudir otras patolog¨ªas. ¡°El objetivo es que cada vez sean menos los sospechosos de coronavirus, que no haya contagios y que los que haya no requieran hospitalizaci¨®n¡±, pide Andueza.
El objetivo es que cada vez sean menos los sospechosos de coronavirus, que no haya contagios y que los que haya no requieran hospitalizaci¨®nJuan Antonio Andueza, jefe de servicio de Urgencias
En las plantas, el cambio lo refleja el ruido. El que ya no hay. Antes, los pasillos eran un enjambre de familiares, amigos, acompa?antes¡ Ya no est¨¢n permitidos. Ahora, los sonidos son las toses que se cuelan a trav¨¦s de las habitaciones, duplicadas y hasta triplicadas para dar capacidad a los ingresos ¡ªtienen 500 camas m¨¢s que hace dos meses¡ª; los suspiros y las carreras de m¨¦dicos y enfermeras; los ¡°ay¨²dame con la bata¡± o ¡°me falta una mascarilla¡±. Jes¨²s Mill¨¢n es el jefe de ese equipo, el de Medicina Interna: ¡°Tenemos cinco o seis veces m¨¢s pacientes de lo normal [unos 120] con una patolog¨ªa explosiva¡±. Sus n¨²meros tambi¨¦n lo son.
El 9 de marzo ten¨ªan seis ingresados, el 21, m¨¢s de 400, y el 2 de abril llegaron al pico con casi 750. Desde el comienzo de la crisis han hospitalizado a 1.666 personas y 1.252 ya tienen el alta. De los cuatro controles que Mill¨¢n suele coordinar, ha llegado a tener 19, y su personal habitual de unos 80 profesionales se ha triplicado. ¡°Cardi¨®logos, cirujanos, pediatras, endocrinos, geriatras¡ Han formado parte de los equipos bajo la direcci¨®n del servicio y han sido capaces de llevarnos adelante, aqu¨ª, en el hotel medicalizado y en las unidades que asist¨ªan a domicilio¡±.
Jam¨¢s, repite, se hab¨ªa enfrentado a este estr¨¦s ni hab¨ªa tenido una experiencia tan impactante: ¡°El equipo est¨¢ haciendo todo lo cient¨ªfica, f¨ªsica y humanamente posible y eso siempre nos ha hecho creer que ¨ªbamos a ganar¡±. A veces pierden: 180 fallecimientos en planta desde el comienzo de la crisis. ¡°Ese es nuestro fracaso¡±, verbaliza. ¡°Uno de los peores d¨ªas fue cuando encontr¨¦ a una residente llorando porque no aguantaba el sufrimiento de los familiares. ¡®Mira¡¯, le dije, ¡®se nos van a morir muchos, pero vamos a curar a muchos m¨¢s. Esa es nuestra ¨²nica misi¨®n¡±.
La tasa de infecci¨®n entre el personal sanitario es del 11,93%. Este jueves ya hab¨ªa 1.237 profesionales reincorporados y siguen de baja 784
En ese objetivo, los servicios de Radiolog¨ªa y Enfermer¨ªa son vitales. El primero, porque en el centro de la avalancha y sin medios para hacer todas las PCR necesarias, diagnostica a los pacientes de coronavirus, que presentan una neumon¨ªa bilateral que se detecta a trav¨¦s de una placa, que se han disparado; en enero, se hicieron 4.053, en marzo, 10.496. El segundo, dice Amparo Garc¨ªa, jefa de Enfermer¨ªa del ¨¢rea del bloque quir¨²rgico, ¡°porque no hay nadie que pase m¨¢s tiempo a pie de cama que las enfermeras¡±. Su unidad tambi¨¦n se anticip¨® al aluvi¨®n de pacientes: ¡°Bajamos nuestra actividad y vaciamos para dejar espacio, nos convertimos en una UCI con 14 camas¡±.
Han pasado de una media de 1.611 batas y monos a 8.100; en mascarillas, el uso habitual era de 1.683 y en escenario pand¨¦mico es de una media de 20.144, seg¨²n datos del hospital
Enfermer¨ªa, que lleva m¨¢s de dos d¨¦cadas reclamando tener especialidades como los facultativos, se ha reconvertido para dar apoyo donde hiciese falta, incluso en los lugares m¨¢s cr¨ªticos, como esas unidades de cuidados intensivos, y a pesar de no tener experiencia. Tambi¨¦n a pesar de las largas jornadas; del miedo al contagio cuando en ocasiones y seg¨²n las ¨¢reas, ese material de protecci¨®n escasea; a pesar de las bajas. A pesar tambi¨¦n de la dureza de la situaci¨®n. ¡°Pacientes aislados, familiares preocupados, la tristeza. Todo compatibilizado con los cuidados. Enfermer¨ªa est¨¢ haciendo un trabajo para el que no encuentro las palabras, no las hay¡±, cuenta la enfermera, que pesta?ea cuando salen un par de l¨¢grimas.
Las mismas que, dice Javier Hortal, jefe de servicio de Anestesiolog¨ªa y Reanimaci¨®n, ¡°llevan saliendo a todos desde el comienzo de la pandemia¡±. El Gregorio Mara?¨®n pas¨® de 18 camas de UCI a 134, se estiraron como nunca imaginaron, llegaron a ocupar la biblioteca con 27 plazas, recopilaron respiradores de donde pudieron. El servicio de Hortal fue desde el minuto cero el refuerzo imprescindible para el de Intensivos, ¡°desbordado¡±. Lo dice Jos¨¦ Eugenio Guerrero, jefe de UCI: ¡°En 40 a?os no he visto nada tan dram¨¢tico como esto, ni el 11-M ni la gripe aviar ni la colza¡±. ?l, junto a Hortal y algunos facultativos de otras ¨¢reas que se unieron, formaron el equipo que planta cara a lo m¨¢s crudo de la covid-19 dentro de los hospitales, los grav¨ªsimos cuadros cl¨ªnicos que provoca este virus y que someten a los pacientes a la intubaci¨®n durante semanas porque no pueden respirar por s¨ª mismos. Tienen a¨²n 116 de estos cr¨ªticos.
En las UCI, la tasa de mortalidad del hospital, con los datos hasta este 16 de abril, est¨¢ en el 12%
Una decena de ellos est¨¢n en la unidad de coronaria del hospital, algunos pronados, bocabajo, con la cabeza ladeada y esparadrapo sobre el rostro y el cuerpo para sujetar los tubos y cables que necesitan para sobrevivir. Salen de su nariz, de su boca, de su espalda y llegan hasta un monitor que registra todas las constantes. El pitido permanente de ese registro se escucha fuera. Las profesionales de la limpieza se afanan en los cub¨ªculos. Enfermeras y m¨¦dicos entran y salen de las habitaciones con el buzo puesto y las gafas empa?adas para revisar las pantallas, extraer sangre, gases, cambiar los par¨¢metros para conseguir ¡°el destete¡±, la extubaci¨®n. Y la marcha.
En 40 a?os no he visto nada tan dram¨¢tico como esto, ni el 11-M ni la gripe aviar ni la colzaJos¨¦ Eugenio Guerrero, jefe de servicio de UCI
Verlos sobrevivir e irse es su m¨¢xima prioridad. Pero no ser¨¢ pronto, y esperan que no haya un rebrote. ¡°Madrid ha vivido una presi¨®n escalofriante con los pacientes en Medicina Interna y Urgencias, pero no son tan vitales como son los cuidados intensivos, aqu¨ª, en las UCI, la lista de espera se hace en el cementerio. Y no tenemos tantas como en el resto de Europa, en Alemania, por ejemplo, tienen cuatro veces m¨¢s camas¡±, se lamenta Guerrero. Desde Intensivos, Anestesia, Microbiolog¨ªa o Enfermer¨ªa esperan que esto sirva ¡°a futuro¡±: que sirva como reconocimiento de ciertas especialidades, que crezcan las plantillas, que se refuerce el sistema p¨²blico sanitario.
Mientras, el Mara?¨®n intenta un repliegue que ya se nota en Urgencias y empieza a hacerlo en las plantas de hospitalizaci¨®n. Un poco de luz que tiene que ver con una idea com¨²n que recorre el relato de la plantilla: la coreograf¨ªa de todas y cada una de las personas que trabajan all¨ª, sanitarias y no sanitarias, es lo ¨²nico que ha hecho posible sobrevivir al colapso absoluto. Tambi¨¦n lo cree Jes¨²s Mill¨¢n, el jefe de Interna, y sabe tambi¨¦n, como el resto, que nada volver¨¢ a ser igual: ¡°Nac¨ª en 1951, tengo 68 a?os y creo que toda mi carrera puede ser comparada con los dos ¨²ltimos meses. Lo que ha ocurrido ha sido de tal intensidad que doy por buena toda mi vida anterior¡±.
¡°En medio del tsunami no eres consciente de lo que est¨¢ ocurriendo¡±
A la subgerente del hospital Gregorio Mara?¨®n, Sonia Garc¨ªa, le da miedo que se le olvide alguien porque ¡°en medio del tsunami no eres consciente de lo que est¨¢ ocurriendo¡±. 500 camas m¨¢s de hospitalizaci¨®n y 116 de UCI, 232 puestos nuevos en Urgencias, alrededor de 1.000 personas m¨¢s en plantilla, la puesta en marcha de un hotel medicalizado, cambiar la atenci¨®n del Instituto Provincial de Rehabilitaci¨®n para atender covid-19, el servicio de Geriatr¨ªa coordinando la atenci¨®n en residencias, Administraci¨®n gestionando toda la atenci¨®n por tel¨¦fono¡
¡°Y cocina, trabajando a todo gas. El servicio de limpieza que cuida de todo el hospital, pacientes y sanitarios y no sanitarios. Los celadores, sin los que no habr¨ªamos podido mover lo que hemos movido. Farmacia, haciendo todo lo posible por tener todo lo necesario a cada segundo. Lencer¨ªa, compa?eros jubilados, el equipo de psiquiatr¨ªa dando apoyo a las familias de los pacientes y a los profesionales. Esto ha sido un todo¡±, relata Garc¨ªa. Sin esa coreograf¨ªa no habr¨ªa habido ¡°la flexibilidad¡± suficiente para hacer frente a lo que les lleg¨® y que han gestionado con un comit¨¦ de crisis que se re¨²ne a diario dos veces: a las 8.00 y a las 15.00.
Asegura que siente un ¡°orgullo infinito por lo que ha demostrado el hospital¡±, aunque tambi¨¦n le duelen algunos flecos: ¡°No haber podido tener m¨¢s capacidad en las camas de cr¨ªticos y el alto volumen de pacientes fallecidos¡±. Tambi¨¦n le hubiese gustado tener m¨¢s personal de Enfermer¨ªa, por ejemplo, sobre todo para las UCI. Ahora, tras la peor parte de la crisis, ya hay cosas aprendidas. ¡°Una es que la atenci¨®n telem¨¢tica es un modelo ¨²til, a pesar de que es algo que cuesta mucho implantar en los hospitales¡±. La otra tiene que ver con reforzar la estructura para el futuro: ¡°Ha sido una prueba de fuego para Microbiolog¨ªa, queremos crear una unidad s¨®lida para enfrentarnos a otros brotes de covid-19 o a cualquier otra enfermedad que pueda aparecer¡±.
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