¡°Cre¨ªa que no me pasaba nada, que era una chorrada, pero era coronavirus¡±
?lex Barreira, que tiene 22 a?os y lleva una semana ingresado en el Hospital Gregorio Mara?¨®n, es uno de los 86.786 j¨®venes entre los 15 y los 24 que se han contagiado en Madrid durante la pandemia
Pens¨® que era ¡°una chorrada¡±. Usa esa palabra sentado en una habitaci¨®n del Hospital Gregorio Mara?¨®n de Madrid. No era una chorrada, era covid. ?lex Barreira se contagi¨® a pesar de tener 22 a?os, de practicar nataci¨®n, de no fumar y de no beber. Pas¨® una semana ¡°hecho polvo¡± con s¨ªntomas, creyendo que pasar¨ªan solos. ¡°No me esperaba esto ni loco, cre¨ªa que no me pasaba nada, que era una gripe normal, una gastroenteritis, no esto. Esto no¡±, y levanta las cejas: ¡°Pero s¨ª, era coronavirus¡±. Ahora est¨¢ ¡°arrepentido¡± de haber aguantado tanto, pero como todos, dice, ¡°ninguno con 20 a?os piensa nunca que le vaya a pasar algo¡±.
No ha estado grave, s¨ª tuvo una fiebre que no se iba y que roz¨® los 40 grados. No ha necesitado ox¨ªgeno, aunque tiene diagnosticada una neumon¨ªa bilateral. ?l es uno de los 86.786 j¨®venes entre los 15 y los 24 a?os que se han contagiado en Madrid desde que comenz¨® la pandemia, el grupo de edad que registra la mayor incidencia acumulada, cada semana, desde el pasado verano. Esta, seg¨²n el ¨²ltimo bolet¨ªn epidemiol¨®gico de la Direcci¨®n General de Salud P¨²blica, es de 311 casos por cada 100.000 habitantes en los ¨²ltimos 14 d¨ªas.
No sabe con certeza d¨®nde o c¨®mo se contagi¨®, aunque le ha dado ¡°muchas vueltas¡±. En Madrid, seg¨²n los datos de la Comunidad, la mayor¨ªa de los brotes registrados se dan en el ¨¢mbito laboral, con 538 acumulados. Pero ?lex no trabaja, a¨²n. ¡°Voy a empezar en julio, mi primer trabajo¡±, apunta. S¨ª podr¨ªa ser en alguno de los lugares que la Comunidad recoge como el segundo ¨¢mbito con m¨¢s brotes, el social, con 501. O en el llamado mixto, con 264. Ambos son un caj¨®n donde entra desde una boda hasta bares o el transporte p¨²blico.
?lex cuenta que usa ¡°much¨ªsimo¡± el metro y el autob¨²s, ¡°todos los d¨ªas pr¨¢cticamente varias veces¡±. Tambi¨¦n que va a nataci¨®n, ¡°y all¨ª se nada sin mascarilla¡±. Est¨¢ con el carn¨¦ de conducir y su profesor tiene la ¡°costumbre¡± de beber agua a cada rato dentro del coche, baj¨¢ndose la mascarilla continuamente: ¡°Esto lo tengo en cuenta porque s¨¦ que est¨¢ contagiado y lo est¨¢ pasando en casa¡±. Cuando sale con sus amigos, no siempre encuentran terraza: ¡°Si est¨¢ todo hasta arriba fuera, pasamos dentro, aunque no suele estar lleno nunca en los sitios a los que vamos¡±. Ve a su novia un par de d¨ªas a la semana y vive con su familia en Vic¨¢lvaro.
Todo lo narra ahora con cierta tranquilidad, a veces con una sonrisa. Pero le cambia la cara si se le pregunta por el momento en el que le dijeron que estaba infectado, que ten¨ªa una neumon¨ªa y que deb¨ªa quedarse ingresado: ¡°Me derrumb¨¦, la verdad. Me llam¨® mi madre y mi abuela y me tuve que derrumbar. Fue el impacto, y tener que quedarme aqu¨ª¡±. La primera noche la pas¨® en observaci¨®n para ver c¨®mo evolucionaba y prefiere no repetir la experiencia: ¡°Como yo, hab¨ªa m¨¢s gente, m¨¢s enferma. No pod¨ªa dormir, era imposible y me puse los cascos para ver si con la m¨²sica consegu¨ªa evadirme¡±. Al d¨ªa siguiente lo pasaron a planta. Fue el pasado jueves. El Mara?¨®n tiene 79 pacientes de covid, ¡°nueve de ellos tienen entre 20 y poco m¨¢s de 30, al menos uno de ellos en la UCI¡±, cifra un portavoz del centro.
El hospital Gregorio Mara?¨®n tiene 79 pacientes ingresados por covid, nueve de ellos a¨²n no han cumplido los 35, uno est¨¢ en la UCI
¡°Yo sab¨ªa casi seguro que en una [unidad de cuidados intensivos] no iba a acabar, porque soy joven y hago deporte¡±, rememora. Pero tambi¨¦n recuerda que ¡°bien, no estaba¡±: ¡°No era normal que anduviera como si hubiese estado cavando zanjas 12 horas, cansad¨ªsimo y con mucha fiebre, encharcaba las s¨¢banas¡±. Y no se le olvida la tristeza: ¡°Sobre todo los primeros d¨ªas de estar aqu¨ª¡±. Algo que el pasado verano, con el mismo diagn¨®stico, no ocurri¨®. Lo explica la neum¨®loga que lo trata, Rosa G¨®mez: ¡°Tambi¨¦n se le diagnostic¨® una neumon¨ªa bilateral, pero al dar negativo en el test por covid, la pas¨® en casa. Ahora, en el primer test de ant¨ªgenos dio negativo, pero positivo en la PCR, y se le ingres¨® con un cuadro similar al de pacientes de covid, fatiga, astenia, fiebre¡ Tiene adem¨¢s problemas digestivos, que no podemos vincular al coronavirus¡±.
La evoluci¨®n de la enfermedad en ?lex Barreira ser¨¢ la misma que en cualquier otro paciente, dice la especialista. Pasar¨¢ los mismos d¨ªas de media en el centro que alguien con 20, 30 a?os o m¨¢s. ¡°S¨ª es cierto que la gente con m¨¢s edad experimenta un deterioro funcional, que hace que tengan que quedarse m¨¢s tiempo para la recuperaci¨®n¡±, apunta.
Despu¨¦s del virus
?Y despu¨¦s? Porque al despu¨¦s es a lo que m¨¢s miedo tuvo este paciente: ¡°Miedo a si iba a repercutir al resto de la vida, pero me dijeron que en principio volver¨¦ a la normalidad, yo estaba sufriendo por eso¡±. G¨®mez confirma que su evoluci¨®n es buena, que la afectaci¨®n no es muy grande, por lo que no cree que puedan quedar secuelas pulmonares o en el resto de ¨®rganos. En los j¨®venes, a?ade, ¡°hay ciertos aspectos de la recuperaci¨®n que son espectaculares, como el de la saturaci¨®n, pero como el resto, tambi¨¦n se altera el perfil hep¨¢tico [pueden da?arse c¨¦lulas del h¨ªgado], o las enzimas del p¨¢ncreas, a veces la coagulaci¨®n¡±.
Tambi¨¦n recuerda que, en cualquier caso, ¡°nunca se puede predecir a qui¨¦n le pueden quedar secuelas¡±. Y no solo son esos da?os. En Espa?a hay m¨¢s de 350.000 personas con covid persistente, un s¨ªndrome que se caracteriza por la persistencia de s¨ªntomas de covid-19 semanas o meses despu¨¦s de la infecci¨®n inicial, o por la aparici¨®n de los s¨ªntomas tras un tiempo sin ellos, seg¨²n lo define el Ministerio de Sanidad. En Madrid, hay al menos 70.000, y muchos de ellos no han cumplido los 35 a?os.
No podemos estar todo el d¨ªa, toda la vida, metidos en casa, pero cuando se sale no hay que olvidarse la cabeza
?lex, sentado al borde la cama, se inclina hacia adelante. Est¨¢ pensando en c¨®mo decir lo que va a decir: ¡°Me alegro de haberme contagiado yo; quiero decir yo y no a mi familia¡±. Su abuela vive ahora con ellos, en su casa no hay espacio para que cada uno tenga su cuarto, as¨ª que ¨¦l a veces duerme con su madre, asm¨¢tica. Le da vueltas a qu¨¦ habr¨ªa ocurrido si ¨¦l las hubiera contagiado. O a su hermano, o a su padre.
A lo que tambi¨¦n le ha dado alguna vuelta es a las fiestas que ha visto, sobre todo, por la tele y las redes sociales. ¡°No podemos estar todo el d¨ªa, toda la vida, metidos en casa, pero cuando se sale no hay que olvidarse la cabeza¡±. Dice que no puede comprender ¡°qu¨¦ tonto no entiende¡± que una juerga pueda ser la muerte de su abuela, o de la abuela de un amigo. ¡°Cuando esto acabe, en un a?o o en dos, porque no va a durar 20, podr¨¢s ir y bailar, y todos tan felices. Mientras, a m¨ª que no me vengan con chorradas de que lo que te toca es pas¨¢rtelo bien, hay cosas que por mucho que queramos, no son necesarias¡±.
?Qu¨¦ influye en que los j¨®venes cumplan las medidas?
A m¨¢s edad, m¨¢s cumplimiento de las medidas, es lo que dice la predicci¨®n lineal del primer informe Percepci¨®n social de aspectos cient¨ªficos de la covid-19, de la Fundaci¨®n Espa?ola para la Ciencia y la Tecnolog¨ªa, del pasado a?o. Uno de sus autores, el soci¨®logo Pep Lobera, publicaba el s¨¢bado un an¨¢lisis en Agenda P¨²blica sobre los j¨®venes y el cumplimiento de las medidas frente al virus, en el que indica que conviene ¡°no generalizar¡±, porque ni ¡°son todos los j¨®venes, ni solo los j¨®venes¡± quienes se relajan frente a los protocolos. Lobera identifica cinco cuestiones que pueden provocar esa falta de cuidado.
Percepci¨®n del riesgo. Es distinta entre los grupos de edad, escrib¨ªa el experto. ¡°Sabemos, por los estudios epidemiol¨®gicos, que la edad es el factor de riesgo fundamental. Los j¨®venes, por lo tanto, perciben en general que est¨¢n expuestos individualmente a un menor riesgo que sus mayores¡±. Y a?ad¨ªa la vacunaci¨®n como factor para ¡°la disminuci¨®n de la percepci¨®n de riesgo en general¡±, incluso para quienes a¨²n no han sido vacunados.
El coste a la hora de cumplir las medidas. Explica Lobera que no son los mismos para todos y que ¡°el cumplimiento permanente de todas las recomendaciones conlleva unos costes de socializaci¨®n muy elevados para algunos j¨®venes¡± que pueden afectar a su salud mental. Propone, para reducir esos costes, que se les ofrezcan alternativas de socializaci¨®n ¡°seguras, al aire libre¡±.
El comportamiento del entorno social inmediato. ¡°Los individuos est¨¢n fuertemente influidos por el comportamiento que se desarrolla a su alrededor¡± y es ¡°menos probable actuar preventivamente en contextos donde se percibe que esas precauciones se toman con menor frecuencia¡±, explicaba el soci¨®logo en el an¨¢lisis.
La confianza en las instituciones sanitarias y cient¨ªficas. La politizaci¨®n que se ha hecho desde las instituciones de la pandemia ¡°ha erosionado esa confianza de diferentes grupos sociales en los tomadores de decisiones y, como consecuencia de ello, en las recomendaciones sanitarias de prevenci¨®n¡±, afirmaba el soci¨®logo.
La mentalidad conspirativa. Recuerda Lobera que ¡°est¨¢ ganando en influencia a la hora de explicar el cumplimiento de las medidas de prevenci¨®n, as¨ª como beneficiando el rechazo vacunal¡±.
Rosa G¨®mez, neum¨®loga en el Gregorio Mara?¨®n, hace ¡°hincapi¨¦ en que el estado de alarma ha acabado, pero cada persona tiene que tomar el control¡±. Concuerda con el an¨¢lisis de Lobera en que individualmente la responsabilidad cuenta: ¡°No hay que encerrarse para hacer las cosas bien. Basta con saber d¨®nde se puede estar, cu¨¢nto tiempo y con qu¨¦ medidas. Creo que hay que dar m¨¢s informaci¨®n e insistir m¨¢s en los lugares donde uno tiene mayor probabilidad de contagio¡±. Ese d¨®nde son interiores, sobre todo, mal ventilados.
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