La lucha de Alicia para que construyan en su instituto el ascensor que Madrid prometi¨® hace tres a?os
Los alumnos con discapacidad motora del distrito de San Blas no tienen un centro adaptado y con personal de apoyo donde estudiar secundaria
Alicia se planta en la puerta de su instituto junto a su madre nada m¨¢s terminar un curso infernal con la mirada puesta ya en septiembre. Tiene 12 a?os y sufre desde que ten¨ªa dos una enfermedad rara llamada Charcot-Marie-Tooth o polineuropat¨ªa motriz sensitiva y hereditaria, un grupo de trastornos que causan una lesi¨®n en los nervios, sobre todo en los perif¨¦ricos (brazos y piernas). En aquel momento, cuando todav¨ªa era un beb¨¦, sus pies empezaron a torcerse y con ellos toda su vida y la de su familia. Tras un largo peregrinaje de m¨¦dicos y pruebas, por fin le pusieron nombre a una dolencia degenerativa que le ha quitado las fuerzas de los m¨²sculos, pero no le ha impedido avanzar en otros ¨¢mbitos, como el de los estudios. El problema que tiene, sin embargo, se topa con la burocracia de la Comunidad de Madrid.
Hace tres a?os, el Gobierno regional puso en marcha un proyecto para que se construyera un ascensor en el instituto Marqu¨¦s de Suanzes, en el distrito de San Blas, para hacer la vida infinitamente m¨¢s f¨¢cil a los menores como Alicia. El Ejecutivo cambi¨® entre medias y la Consejer¨ªa de Educaci¨®n actual dice que lo har¨¢ ¡°en la mayor brevedad posible¡±. La paciencia de Isabel A., la madre de Alicia, tiene un l¨ªmite. Llevan recibiendo esa respuesta desde hace m¨¢s de dos a?os.
En todo el distrito de San Blas, al este de Madrid, no hay un centro de secundaria preferente para menores con una discapacidad motora, lo que significa que ninguno est¨¢ adaptado para que ella o adolescentes con problemas similares puedan moverse sin problema. En la p¨¢gina web de la Comunidad de Madrid aparece que la preferencia la tiene el centro J. H. Newman, un colegio cat¨®lico y concertado. Pero no es as¨ª. Ni est¨¢ adaptado, ni tiene ruta (esencial), ni el personal necesario de los centros con la calificaci¨®n de preferente. Isabel A., que sab¨ªa de estas deficiencias del distrito en el que vive, decidi¨® emprender su lucha hace tres a?os, cuando Alicia todav¨ªa estudiaba en el colegio que est¨¢ pegado al instituto Marqu¨¦s de Suanzes y que lleva el mismo nombre.
Ese centro de primaria s¨ª tiene la calificaci¨®n de preferente para menores con discapacidad motora y por eso Alicia estudi¨® all¨ª la primera etapa educativa. Ir a un colegio con esa calificaci¨®n es clave, pues significa que cuenta con infraestructuras adaptadas y con personal que ayuda a los estudiantes, como un fisioterapeuta y un t¨¦cnico que se encarga de acompa?ar a los ni?os en algunos desplazamientos. Ya entonces, con la vista puesta en el futuro, vislumbraban un problema para cuando la menor tuviera que cambiar a un centro de secundaria.
Los amigos y compa?eros de Alicia solo tendr¨ªan que cambiar de puerta, y entrar justo al lado, ya que el colegio y el instituto est¨¢n separados tan solo por un muro. Y ella tendr¨ªa que cambiar de distrito para continuar sus estudios. ¡°Es completamente injusto. La separan de su entorno, de sus amigos, de sus profesores... Y si en San Blas hubiera otro centro preferente, pues vale, la llevar¨ªa all¨ª. Pero no lo hay, incumplen la ley¡±, se?ala Isabel.
En octubre de 2018, la madre de Alicia consigui¨® reunirse con el equipo del anterior consejero de Educaci¨®n, Rafael van Grieken. Se sent¨® con el entonces viceconsejero, Amador S¨¢nchez, y con la directora de infraestructuras educativas, Elena Marroig. Aquel encuentro no pudo salir mejor. Van Grieken entendi¨® la reivindicaci¨®n de los padres y orden¨® que el instituto Marqu¨¦s de Suanzes tuviera la calificaci¨®n de preferente tras la realizaci¨®n de obras de adaptaci¨®n. Hicieron un proyecto, lo presupuestaron y poco despu¨¦s llegaron las elecciones. Desde entonces, todo ha sido una pesadilla.
Arreglos ¡°por fases¡±
El actual equipo de Gobierno, sin presupuestos aprobados, le dijo a Isabel que no pod¨ªan llevar a cabo las obras prometidas por el anterior Ejecutivo, aunque pactaron hacer arreglos ¡°por fases¡±. Tras mucho insistir, correos, llamadas y muchos ¡°se har¨¢ en la mayor brevedad posible¡±, este curso, en noviembre pasado, le enviaron varias fotograf¨ªas con el siguiente mensaje: ¡°Ya han empezado las obras¡±. Iban a construir unas rampas para facilitar el acceso al centro y un ba?o adaptado. ¡°Alicia ha estado todo el curso sin poder entrar al servicio porque la silla no entraba por la puerta. Iba cuando no pod¨ªa m¨¢s, y acompa?ada de alguien. Intimidad, cero¡±, lamenta la madre. El problema con aquellas obras fue que se equivocaron de centro y empezaron a hacerlas en el colegio de al lado. ¡°No me lo pod¨ªa creer¡±, recuerda. El ba?o se adapt¨® por fin en el instituto el 9 de junio pasado. Una semana antes de que terminara el curso.
Un portavoz de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n, que recuerda que se han invertido 150.000 euros durante este curso, insiste: ¡°Queda pendiente incorporar elementos arquitect¨®nicos que permitan la plena accesibilidad del edificio, como la construcci¨®n de un ascensor, actuaci¨®n que se acometer¨¢ a la mayor brevedad posible¡±. Y a?ade: ¡°El ascensor estar¨¢ disponible tras los tr¨¢mites necesarios, que comprenden la redacci¨®n del proyecto, la licitaci¨®n de la obra por procedimiento abierto y finalmente, su ejecuci¨®n¡±. Y recuerda, adem¨¢s, que el instituto no re¨²ne los requisitos para ser centro preferente porque, adem¨¢s del ascensor, se necesita ¡°la dotaci¨®n de personal adecuado para atender a este tipo de alumnos, como es el caso de fisioterapeutas¡±.
La Consejer¨ªa de Educaci¨®n se olvida, sin embargo, de que ese personal ya trabaja en el centro desde principio del curso pasado, gracias a la presi¨®n de los padres, y de que los planos de la obra de accesibilidad est¨¢n hechos y presupuestados desde 2019. Sonia Brunicardi, la fisioterapeuta, cuenta: ¡°Estoy trabajando ah¨ª desde el 8 de septiembre¡±, y asegura que ella y su compa?ero Carlos, el t¨¦cnico, han atendido a Alicia y a otros compa?eros con la promesa de la Administraci¨®n de que les iban a llegar camillas y recursos materiales, que nunca llegaron.
Actualmente, en el instituto Marqu¨¦s de Suanzes est¨¢n escolarizados cuatro alumnos con discapacidad motora. Seg¨²n sus familias, la Consejer¨ªa de Educaci¨®n les matricula directamente en el centro de secundaria Salvador Dal¨ª, en el distrito de Ciudad Lineal. ¡°No es una soluci¨®n que debamos aceptar¡±, alegan. Han recibido el apoyo de la Federaci¨®n de asociaciones de padres y madres de alumnos Francisco Giner de los R¨ªos. Su presidenta, Carmen Morillas, lamenta: ¡°Es una discriminaci¨®n¡±, y reclama a la Administraci¨®n que aproveche el verano para construir el ascensor.
La madre de Alicia dice: ¡°El director del centro se ha portado fenomenal porque est¨¢ luchando para que esto se solucione. Y mi hija ha estado feliz en primero de la ESO con sus amigos. No quiero cambiarla, pero no puede estar otro a?o sin que pueda ir a la cafeter¨ªa, a las canchas o a determinadas aulas¡±. Ha pedido amparo hasta al Defensor del Pueblo, que le ha respondido en dos ocasiones, una el 15 de abril y otra el 14 de junio. ¡°Ante la tardanza en recibir la informaci¨®n que esta instituci¨®n solicit¨® a la Consejer¨ªa de Educaci¨®n, se ha requerido la remisi¨®n urgente¡±, le escribi¨® Concepci¨® Ferrer i Casals, adjunta segunda del Defensor del Pueblo. No hay m¨¢s informaci¨®n desde entonces.
La Asociaci¨®n de Padres de Alumnos del centro remiti¨® un escrito a la Direcci¨®n del ?rea Territorial de Educaci¨®n de la capital solicitando la calificaci¨®n de preferente para acabar de una vez con la anomal¨ªa. Tambi¨¦n CC OO y UGT han escrito a la Comunidad de Madrid. Dos diputadas, Sonia Conejero, del PSOE, y Mar¨ªa Pastor, de M¨¢s Madrid, han puesto el tema sobre la mesa en la Asamblea.
Quedan dos meses de verano antes de que empiece de nuevo el curso. Alicia, y otros tres menores con discapacidad, siguen esperando.
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