La historia de todos
Las continuas huellas de Lorca en Madrid recuerdan un pasado que tiene mucho de presente
¡°?Marchita!¡± Mar¨ªa Le¨®n se revuelve por el suelo, se desespera, grita, enloquece, se ahoga, se retuerce, se recrimina. Canta, barrunta, solloza, calla. De negro entre las lunas que no quieren alumbrarla. Y se emociona cuando las luces se encienden y el p¨²blico se pone en pie. No puede sujetarse las l¨¢grimas. Est¨¢ estos d¨ªas reviviendo a Yerma en los teatros del Canal, con una versi¨®n libre de Lola Blasco, junto a Jorge Monje y Luc¨ªa Esp¨ªn. Sacando lo que lleva dentro, sin artificios grabados y con lleno en las butacas.
Anda muy lorquiana Madrid este mes de julio. Este mismo domingo se despide del Teatro Espa?ol Una noche sin luna, de Juan Diego Botto. Un mon¨®logo que colg¨® el todo vendido desde su arranque y que ha hecho llorar en la oscuridad a media ciudad. Porque la historia de Federico Garc¨ªa Lorca es la de toda Espa?a. Por el patio andaban hace unos d¨ªas sentados viendo ese ayer tan de hoy la que era todav¨ªa vicepresidenta, Carmen Calvo, y el exministro Jos¨¦ Guirao. No sab¨ªan el terremoto a lo Bernarda Alba que se avecinaba en Moncloa. Para arriba ahora dos miembros del PSOE madrile?o: F¨¦lix Bola?os y Pilar Llop.
Los rastros de Lorca salpican toda la ciudad, desde su estatua en la plaza de Santa Ana hasta el n¨²mero 96 de la calle de Alcal¨¢
Los rastros de Lorca salpican toda la ciudad, desde su estatua en la plaza de Santa Ana hasta el n¨²mero 96 de la calle de Alcal¨¢, entre Narv¨¢ez y Felipe II, donde vivi¨® hasta el estallido de la Guerra Civil. De all¨ª saldr¨ªa hacia su Granada, para morir m¨¢s tarde escuchando ¡°maric¨®n¡±. Las historias m¨¢s tristes se siguen repitiendo. La Puerta del Sol durante esta semana ha clamado por Samuel y por ese asesinato al mismo grito que tuvo que escuchar el poeta. Un dolor y una realidad que la sociedad no quiere ver de lleno. Porque s¨ª importa lo que se dice cuando se mata a alguien.
Los libros de tapa negra de C¨¢tedra con las obras de Garc¨ªa Lorca marcar¨ªan tambi¨¦n para siempre a Elena Medel, escritora andaluza que tambi¨¦n ha acabado en Madrid. Tras las vicisitudes de la pandemia, ha podido recoger esta semana el premio Francisco Umbral por su novela Las maravillas. Ella misma confiesa que lo iba a llamar Ideolog¨ªa y recoge esas diferencias de clase que reinaron y siguen gobernando en Madrid. Ella siempre escribe con las persianas bien subidas para que se cuele lo que dicen los vecinos en su Carabanchel.
Y, de nuevo, a Sol. Como todos los jueves, extienden su tapiz de rostros perdidos bajo la estatua de Carlos III, con el objetivo de buscar ¡°verdad, justicia y reparaci¨®n¡±. Son los familiares de los desaparecidos y asesinados durante la Guerra Civil. ¡°Este pa¨ªs tiene la memoria del franquismo, la memoria democr¨¢tica no existe¡±, dice Ildefonso, nieto de fusilado e hijo de represaliado. Tomi est¨¢ muy cerca de ¨¦l y sigue esperando encontrar los restos de su abuelo Juan, de Valverde de Llerena (Badajoz). Su historia y la de Lorca es la de Espa?a, la de todos.
Suscr¨ªbete aqu¨ª a nuestra nueva newsletter sobre Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.