Miguel Gomes: ¡°Todo el cine es pol¨ªtico, aunque muchas pel¨ªculas no lo sepan¡±
El cineasta portugu¨¦s m¨¢s en forma recibe el homenaje del festival M¨¢rgenes, que proyecta su ¨²ltimo filme, ¡®Diarios de otsoga¡¯, y organiza un encuentro con p¨²blico
Cuando Miguel Gomes (Lisboa, 49 a?os) entra en la sala grande del cine Dor¨¦, vac¨ªa y por tanto m¨¢s dada a la solemnidad, la observa con su habitual mirada socarrona. El cineasta enumera su ruta de los ¨²ltimos siete d¨ªas: ¡°Del festival de Sevilla viaj¨¦ a una proyecci¨®n en Santiago de Compostela, y de ah¨ª a Alemania¡±, donde su Diarios de otsoga ha participado en el certamen de Mannheim-Heidelberg. Y en la madrugada del mi¨¦rcoles aterriz¨® en Madrid, donde recibe el homenaje del festival M¨¢rgenes, que no solo le concede su Premio Especial, sino que proyecta en l¨ªnea en su web sus seis cortometrajes y su primer largometraje, A cara que mereces (2004), y en sala su ¨²ltimo filme, el mencionado Diarios de otsoga. Hoy por la ma?ana, adem¨¢s, en la Cineteca, Gomes realizar¨¢ un encuentro abierto al p¨²blico. A Gomes todo esto no le altera mucho, y ayer a media ma?ana, con un caf¨¦ en el cuerpo y un agua con gas en la mano, contaba sobre esa master class: ¡°Ya veremos qu¨¦ hago¡±.
Gomes es actualmente el cineasta luso m¨¢s reputado y querido por los festivales, en dura e involuntaria liza con Pedro Costa. Se le escapa una risa cuando confiesa que su segundo v¨¢stago con Maureen Fazendeiro (el cineasta tiene una tercera hija de una pareja previa), la codirectora de la pel¨ªcula, se llamar¨¢ tambi¨¦n Pedro. ?Aguantar¨¢ Pedro Costa que alguien le haga sombra? ¡°Bueno, ser¨¢ Pedro Gomes, as¨ª que espero que d¨¦ sus propios pasos¡±, responde. A la primera hija de la pareja, Helena, est¨¢ dedicada Diarios de otsoga. En pantalla, Fazendeiro aparece prominentemente embarazada. La acci¨®n transcurre en agosto de 2020, en un verano, estaci¨®n que el cineasta portugu¨¦s m¨¢s ha retratado en su cine. Dos chicos y una chica bailan felices de noche en una quinta. Son d¨ªas de indolencia, de ba?os en una alberca y de construir un invernadero para mariposas. Pero en pantalla los 22 cap¨ªtulos van rotulados en cuenta atr¨¢s, y a mitad de esa numeraci¨®n Fazenderio y Gomes abren plano para que el p¨²blico vea que est¨¢n rodando una pel¨ªcula en mitad de la pandemia, rodeados de todo el equipo t¨¦cnico luchando por crear algo festivamente luminoso durante el confinamiento en su pa¨ªs. Y as¨ª avanzan hasta el inicio de esa filmaci¨®n (de ah¨ª el t¨ªtulo, otsoga es agosto al rev¨¦s).
En cada di¨¢logo, en cada charla de Diarios de otsoga hay una profunda reflexi¨®n ¨¦tica. ¡°Cuando empezamos a rodar, solo quer¨ªamos plasmar un beso. Empezamos a improvisar, a retratar a una comunidad que est¨¢ haciendo cine. Y ese concepto de estar juntos para algo naci¨® como reacci¨®n al confinamiento real; el nuestro era alternativo y grupal obligado por el filme. Es un tiempo de todos, el colectivo, en choque con el tiempo de cada uno, el individual. Por eso en medio de una discusi¨®n entre los actores y los directores, se cruza una cocinera y la c¨¢mara se va con ella: su labor es tan importante para esa comunidad como la del equipo art¨ªstico¡±, explica el director con su hipn¨®tico castellano.
Hay m¨¢s discusiones: un t¨¦cnico de sonido, por ejemplo, protesta por la planificaci¨®n del desayuno. ¡°Por eso es un diario. Porque levanta testimonio de la vida, que fuera de la quinta lucha contra el covid. Se superponen varios tiempos, incluido el del embarazo de Maureen... Si ya hab¨ªamos creado un ser humano, ?c¨®mo no ¨ªbamos a hacer juntos una pel¨ªcula?¡±, sonr¨ªe. ¡°Las mascarillas se quedan fuera, solo aparecen cuando entramos en contacto con el exterior. La percepci¨®n del tiempo se alter¨® para todo el mundo, y por ello hemos jugado con el orden de las jornadas en pantalla en el montaje¡±. Y el principio y el final son el mismo baile. ?Un gui?o optimista? ¡°No s¨¦, se llama vida¡±.
El cineasta no entiende su trabajo sin su mensaje pol¨ªtico y social. Si en Tab¨² (2012) hablaba de los ¨²ltimos d¨ªas de las colonias portuguesas en ?frica, en su trilog¨ªa Las mil y una noches (2015) levantaba testimonio de la crisis econ¨®mica en su pa¨ªs, que en ese momento batallaba contra las pol¨ªticas europeas de austeridad dictadas desde Alemania. ¡°Yo no soy un comentarista pol¨ªtico, pero como ciudadano hay que estar atento. Todo el cine es pol¨ªtico, aunque muchas pel¨ªculas no lo sepan. Si haces una pel¨ªcula sobre c¨®mo se relaciona la gente, como es en este caso, est¨¢s atestiguando una confrontaci¨®n con una probable base ideol¨®gica¡±, insiste Gomes.
Como advierte el realizador, en realidad Diarios de otsoga alberga dos pel¨ªculas: ¡°Una, la que se ve y construimos en montaje; otra, la que cada espectador puede recrear en su pel¨ªcula al realizar la cronolog¨ªa lineal. He rodado con un presupuesto ¨ªnfimo, y eso no impide que haya filmado, por ejemplo, mi secuencia m¨¢s c¨®smica. El cuarto d¨ªa empieza con los actores hablando de mamuts, de animales extintos, y la c¨¢mara se aleja de ellos, pasa por la piscina vac¨ªa, se mueve hacia el equipo t¨¦cnico que, de espalda a los actores, planifica el d¨ªa siguiente para acabar mostr¨¢ndoles peque?itos al lado de unos viejos membrillos y rematar en un cielo con estrellas fugaces¡±, describe muy feliz sobre c¨®mo plasmar el tiempo en pantalla. ¡°En fin, era verano, una estaci¨®n sensual, en la que me entraron ganas de filmar la naturaleza, la vida. Tras el primer confinamiento, lo necesitaba¡±. Y lo de los membrillos fue una feliz an¨¦cdota que regocija a Gomes: ¡°Me fascina la obra de V¨ªctor Erice, me encanta El sol del membrillo, obra maestra sobre el tiempo. Erice es fundamental para la historia del cine¡±.
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