La politizaci¨®n de la Polic¨ªa Municipal de Madrid
Sin seguridad ciudadana, no hay libertad. Sin la convivencia que exigen las Ordenanzas Municipales, tampoco
Igual que los Contratos Integrales de Limpieza son el elemento de gesti¨®n municipal clave de la limpieza de las calles, el Acuerdo Laboral de la Polic¨ªa Municipal de Madrid es la piedra angular de la gesti¨®n en materia de seguridad ciudadana. Y Mart¨ªnez-Almeida tiene su negociaci¨®n abierta en canal, produciendo un enorme da?o al Cuerpo y a la ciudad. Este debate debe ser cerrado, con consenso general, para dar paso a lo que de verdad importa a la ciudadan¨ªa: el papel y el servicio de Polic¨ªa Municipal. En M¨¢s Madrid tememos que esto no est¨¦ ocurriendo por intereses exclusivamente partidistas.
Al igual que pas¨® con la limpieza, la seguridad ciudadana fue otro de los debates de gran intensidad durante el mandato de Manuela Carmena. Sin embargo, con la llegada de Almeida Madrid sigue igual de sucia, y todo a pesar de haber sido ¨¦l el que ha renovado los Contratos Integrales de Limpieza metiendo 80 millones de euros m¨¢s al a?o para lograr un resultado parecido a los anteriores confeccionados por Ana Botella; y, de igual manera, los datos de seguridad ciudadana son b¨¢sicamente iguales. Misteriosamente, ambos debates se han diluido por arte de magia.
Mientras que Carmena no pod¨ªa renovar la gesti¨®n de la limpieza, pues los contratos venc¨ªan en 2021, el vigente Acuerdo de Polic¨ªa Municipal fue elaborado durante su mandato. Sin embargo, el debate no pudo ser cerrado nuevamente debido a la pol¨ªtica de tierra quemada practicada por Almeida en la oposici¨®n. De hecho, prometieron negociar uno nuevo y ah¨ª andan enredados. Porque hab¨ªa un problema, como ahora todos los actores reconocen, el Acuerdo pactado siendo Javier Barbero delegado de Seguridad era dif¨ªcilmente mejorable. Hoy vemos el resultado de tama?a irresponsabilidad: manifestaciones de Polic¨ªa Municipal contra Almeida porque lo propuesto por el PP empeora las condiciones previas, algo que mantendr¨¢ este debate abierto eternamente mientras contin¨²e el PP en el poder.
Para defenderse, el PP se ha sacado de la manga, c¨®mo no, un argumento con el que ocultar su incapacidad de gesti¨®n con su ya cl¨¢sico ventajismo partidista da?ino para la ciudadan¨ªa: las tasas de reposici¨®n. Esa norma del Estado que instal¨® el ministro del PP Crist¨®bal Montoro para impedir la incorporaci¨®n de personal a las administraciones p¨²blicas. Bajo esa misma situaci¨®n, en el mandato pasado, Almeida entonces en la oposici¨®n, se neg¨® a ayudar a Carmena a promover cualquier modificaci¨®n. Por supuesto que las tasas de reposici¨®n deben ser reevaluadas, y adem¨¢s debe hacerse cuanto antes, porque en Madrid faltan polic¨ªas (y m¨¦dicas, enfermeras, bomberos, psic¨®logas, profesores...) desde hace much¨ªsimos a?os.
Hay varias cuestiones en las que el actual Acuerdo puede ser, m¨¢s que mejorado, actualizado, tal como aprob¨® el Pleno del Ayuntamiento el pasado mes de diciembre, con los votos en contra del PP y de Cs. Establecer la jornada de 35 horas (cuando se firm¨® el actual no era la norma para todos los funcionarios, pero ahora lo es); mantener que la productividad se calcule trimestralmente (el PP pretender hacerlo anualmente); pagar el ejercicio de responsabilidades superiores no solamente a Comisarios de libre designaci¨®n, sino tambi¨¦n al resto del escalaf¨®n; o reconocer intereses de demora en el retraso del pago de horas extra (el PP lleva financiando al Ayuntamiento con el salario de Polic¨ªa Municipal desde que volvi¨® a Cibeles).
En cambio, lo que vemos a diario es una sucesi¨®n de episodios de clientelismo partidista que comprometen el buen funcionamiento de Polic¨ªa Municipal. Oposiciones plagadas de irregularidades para incorporar ¡°amiguetes¡± al Cuerpo, y que M¨¢s Madrid ha llevado al Contencioso Administrativo; una gesti¨®n de compras sospechosa, que M¨¢s Madrid denuncia en cada Comisi¨®n de Vigilancia de la Contrataci¨®n; la connivencia de Almeida con Ayuso ocultando 400 actas de Polic¨ªa Municipal que describ¨ªan punto por punto el abandono de la Comunidad de Madrid de las residencias durante los meses de marzo y abril de 2020; meter en un caj¨®n un informe interno de Polic¨ªa Municipal que pudo haber evitado que la extrema derecha desfilase por Chueca; hasta ignorar el Plan Director de Polic¨ªa Municipal de Madrid, que enfoca sus labores a las que le son propias: la prevenci¨®n y la polic¨ªa de cercan¨ªa.
Para perseguir el crimen o hacer de antidisturbios ya est¨¢ la Polic¨ªa Nacional, y duplicar las funciones solo tiene como objetivo seguir politizando a la Polic¨ªa Municipal, a costa de restarles capacidad en sus competencias exclusivas: hacer cumplir las Ordenanzas Municipales.
Es imprescindible que una ciudad como Madrid termine con el debate populista, m¨¢s propio de la Antigua Roma, de tener las condiciones de trabajo de la Polic¨ªa Municipal permanentemente encima de la mesa. Hay que cerrarlo y debatir sobre un modelo de seguridad consensuado, alineado con las funciones que le son propias y dedicado al reequilibrio territorial (la presencia policial en los barrios del Sur sigue siendo un mal end¨¦mico de la gesti¨®n de la seguridad del Ayuntamiento de Madrid).
Sin seguridad ciudadana, no hay libertad. Sin la convivencia que exigen las Ordenanzas Municipales, tampoco, y poner en el centro intereses partidistas que solo agitan el sectarismo, es exactamente lo contrario.
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