Gast¨®n Core: ¡°Me cuesta mantenerme solo en un ¨¢mbito¡±
El que fuera director de la extinta Sala Hiroshima, de Barcelona, llega a la Sala Cuarta Pared como creador con el solo de danza ¡®The Very Last Northern White Rhino¡¯
Ten¨ªa nombre explosivo la Sala Hiroshima. Quedaba en el 65 de la calle Vil¨¤ i Vil¨¤, cerca del Paral.lel, en Barcelona, en lo que otrora fuera una f¨¢brica de ascensores. Y justamente, como en ascensor, subi¨® r¨¢pido hasta la cima, despu¨¦s de inaugurada en 2015, convirti¨¦ndose para la ciudad en el espacio alternativo imprescindible de la danza m¨¢s alternativa, la de la investigaci¨®n y la experimentaci¨®n. Pero, de la misma forma, la pandemia lleg¨®, puls¨® el bot¨®n del s¨®tano y todo se precipit¨® bruscamente hacia abajo. Cerr¨® en noviembre del a?o pasado.
El cerebro promotor de esta arriesgada aventura, Gast¨®n Core (Buenos Aires, 1979) ¨Dque es actor, bailar¨ªn, core¨®grafo, programador, gestor e inventor de proyectos¨D decidi¨® que para el d¨ªa del cierre del que hab¨ªa sido su espacio de programaci¨®n y su casa, repondr¨ªa una creaci¨®n propia, que le hab¨ªa coproducido en verano el Festival Grec de la ciudad: el solo The Very Last Northern White Rhino, que mont¨® para el breaker Oulouy, de Costa de Marfil, y que ahora llega a Madrid, del 3 al 5 de febrero, dentro del Ciclo MoverMadrid, que adelanta la Sala Cuarta Pared.
¡°Un c¨²mulo de factores, con la pandemia de fondo, propici¨® el fin de la Sala Hiroshima¡±, suspira. ¡°B¨¢sicamente, era un proyecto singular que algunas veces tuvo un anclaje dif¨ªcil en el sistema de ayudas, si bien lo apoyaron y fue reconocido, pero queda mucho que pensar y hacer sobre la manera en que se pueden apoyar proyectos que se presentan diferentes y suponen otros desaf¨ªos. Consolidamos una l¨ªnea de trabajo singular dentro de la escena alternativa de Barcelona, pero la pandemia fue crucial y no aguant¨®¡±, recuerda el bailar¨ªn.
No obstante, fue la p¨¦rdida de una batalla pero no de la guerra para este polifac¨¦tico artista que se define en una parrafada. ¡°Soy un poco inquieto, me he formado en contempor¨¢neo y cl¨¢sico pero en realidad en el Institut del Teatre estudi¨¦ direcci¨®n y dramaturgia, tambi¨¦n hice filosof¨ªa y cine¡ es que me cuesta mantenerme solo en un ¨¢mbito¡±.
Y es algo que le ocurre no ¨²nicamente en el arte sino tambi¨¦n en la vida. ¡°Nac¨ª en Argentina, de padres uruguayos, y viv¨ª all¨ª hasta los 20¡å, prosigue. ¡°Di vueltas por Madrid, a la que siempre recuerdo con cari?o porque fue la primera ciudad europea en la que viv¨ª, luego estuve en Ibiza, me fui despu¨¦s a Utrech, hasta que me establec¨ª en Barcelona, fundamentalmente porque llegaron muchos amigos a vivir all¨ª, y se gest¨® una comunidad¡±.
El ¨²ltimo rinoceronte
Estar al frente de una sala es una vor¨¢gine que te exige la vida. Y ahora, de pronto, con m¨¢s tiempo libre, ha aflorado el creador que el gestor reten¨ªa. En marzo pr¨®ximo Gast¨®n Core estrenar¨¢ dentro del Festival Dansa Metropolitana, de Barcelona, Chorus, una versi¨®n personal de la tragedia griega Las suplicantes, de Esquilo, que ha creado con una docena de bailarinas de kathak ¡ªdanza tradicional de La India¨D, que viven en Catalu?a, al tiempo que sigue girando con la muy peculiar The Very Last Northern White Rhino.
Podr¨ªa parecer contradictorio que este solo ¨ªntimo, creado para un bailar¨ªn de hip hop, y la pieza grupal, m¨¢s ¨¦pica, para bailarinas indias, vengan de un creador que ni es breaker ni ha estudiado ni bailado danzas tradicionales. Pero Core ha venido trabajando e investigando sobre lo que pasar¨ªa a estas formas ya establecidas si son intervenidas desde fuera por una mirada m¨¢s abierta y amplia de danza contempor¨¢nea.
¡°Originalmente quer¨ªa trabajar el solo con una bailarina de dance hall, pero conoc¨ª a este breaker y de alguna manera encaj¨® todo muy bien. Oulouy, por ejemplo, es bueno en el finger tutting, una t¨¦cnica de hip hop que se basa en la velocidad con que mueven las manos frente a la cara pero yo le cambiaba el cometido, le ped¨ªa que con las manos pegadas a la frente hiciera lo mismo pero a una velocidad m¨¢s suave. Al cambiarle la din¨¢mica y los objetivos, fueron surgiendo im¨¢genes nuevas, muy interesantes¡±, explica.
Es su manera de intervenir formas preexistentes para hacerlas propias. Y aunque advierte que no se trata de una obra narrativa, el punto de partida ha sido muy concreto y algo catastrofista: pens¨® en la extinci¨®n, a ra¨ªz de una historia que le conmovi¨®: ¡°Escuch¨¦ un podcast de The New York Times que me inspir¨®. Hablaba de la extinci¨®n del rinoceronte blanco del norte de ?frica, del cual solo quedaban una madre y una hija, dos ¨²nicas hembras que ya no podr¨ªan reproducirse. La pieza ha sido construida desde esta investigaci¨®n formal, pero al no ser narrativa, genera im¨¢genes que no acaban de completarse y lo ha de hacer el p¨²blico, que es conducido de la oscuridad a la luz, desde lo m¨¢s dram¨¢tico hasta lo m¨¢s esperanzador¡±.
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