Dos a?os y medio de mentiras sobre los ¡°protocolos de la verg¨¹enza¡± de Ayuso
La presidenta madrile?a vuelve a afirmar, contra todas las evidencias, que los hospitales no aplicaron las reglas auton¨®micas que exclu¨ªan a los mayores de residencias
Dos a?os y medio despu¨¦s, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel D¨ªaz Ayuso, ha vuelto a negar que su Gobierno elabor¨® los protocolos que impidieron la hospitalizaci¨®n de miles de mayores que viv¨ªan en las residencias de la regi¨®n en la primavera de 2020, durante la primera ola de la pandemia. Esta vez lo ha hecho en la Asamblea durante una respuesta en la sesi¨®n de control de este jueves a la l¨ªder de la oposici¨®n. M¨®nica Garc¨ªa (M¨¢s Madrid) le dijo que se cumpl¨ªan 939 d¨ªas desde que el Ejecutivo regional firm¨® ¡°los protocolos de la verg¨¹enza¡± que supusieron la muerte de 7.291 mayores. Ayuso respondi¨®: ¡°No dejar¨¦ de recordar cada d¨ªa de mi vida mientras sea presidenta y la tenga a usted enfrente que miente de manera descarada con un informe que no es cierto y que no se aplic¨® de ninguna manera¡±. De esa forma, Ayuso se opon¨ªa descaradamente a una verdad probada por m¨²ltiples v¨ªas: investigaciones period¨ªsticas, declaraciones de m¨¦dicos de residencias y representantes de la patronal, el v¨ªdeo del jefe m¨¦dico de un hospital que instruye al personal o incluso la admisi¨®n del propio alto cargo madrile?o que firm¨® los protocolos en una comparecencia en la Asamblea.
Los ¡°protocolos de la verg¨¹enza¡± se han convertido en la expresi¨®n m¨¢s usada para nombrar el episodio probablemente m¨¢s oscuro de la presidencia de Ayuso, las miles de muertes en circunstancias indignas en las residencias. El tema hab¨ªa ca¨ªdo en el olvido tras la aplastante victoria electoral de la presidenta en mayo de 2021, cuando Vox secund¨® la petici¨®n del PP de poner fin a la comisi¨®n de investigaci¨®n parlamentaria. Pero este mes los protocolos han vuelto a la agenda p¨²blica, despu¨¦s de que Vox retomase la propuesta de examinar lo sucedido, una idea que coincidi¨® con la salida a la venta de un libro del exconsejero de Pol¨ªticas Sociales, Alberto Reyero (Ciudadanos), donde cuenta con detalle lo sucedido y desmonta falsedades que emplearon sus entonces compa?eros de Gobierno. Adem¨¢s, la semana pasada se conoci¨® otro giro importante, ya que la Fiscal¨ªa General del Estado ha pedido a los fiscales que pongan m¨¢s empe?o en las investigaciones judiciales pendientes y no archiven los casos sin entrevistar a las familias, como ha sucedido hasta ahora.
Mientras el asunto estuvo candente en 2020, la Comunidad de Madrid trat¨® de eludir responsabilidades con el argumento falso de que los protocolos eran borradores (Ayuso en mayo) o que se enviaron por error (el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, en junio). Era parte de una estrategia de ruido y confusi¨®n en la que tambi¨¦n se acus¨® al entonces vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, de haber asumido la competencia sobre las residencias de todo el pa¨ªs, otra falsedad que se basa en una rueda de prensa del 19 de marzo en la que Iglesias anunci¨® ayudas millonarias para el sector y el apoyo de los militares para fumigar centros. Pero no, la competencia de regulaci¨®n y vigilancia de las residencias nunca dej¨® de ser auton¨®mica, al estar transferida. La Comunidad tambi¨¦n ha tratado de rebajar la gravedad de la tragedia, al repetir una y otra vez que lo mismo sucedi¨® en todas partes. La realidad es que, aunque hospitales de otras regiones de Europa como Italia, el Reino Unido o B¨¦lgica rechazaron a mayores de residencias, el caso de Madrid sobresale junto a Catalu?a por haber puesto ese rechazo por escrito, seg¨²n Amnist¨ªa Internacional. En el caso de Madrid, los t¨¦rminos de los protocolos eran m¨¢s severos y el sistema de filtrado en la admisi¨®n hospitalaria m¨¢s elaborado.
El origen de los protocolos es una situaci¨®n de p¨¢nico. Como ha contado este peri¨®dico, la c¨²pula del Gobierno Ayuso trat¨® de reaccionar en la semana del lunes 9 de marzo de 2020 a un inminente colapso del sistema hospitalario por el avance de la covid-19. El fin de semana anterior se hab¨ªa producido un elevado n¨²mero de ingresos en varios hospitales, entre ellos el de Torrej¨®n de Ardoz. La presidenta convoc¨® a la sede de su Gobierno, la Real Casa de Correos, al m¨¦dico Antonio Burgue?o para que le asesorara en una respuesta y este elabor¨® un plan de 270 puntos que nunca ha sido publicado. El jueves 12, el consejero Escudero anunci¨®, entre otras medidas, la medicalizaci¨®n de las residencias, es decir, que los mayores de estos centros iban a ser atendidos en esos centros gracias a un supuesto refuerzo sanitario. No precis¨® m¨¢s sobre ese plan, en el que no particip¨® el consejero que ten¨ªa la supervisi¨®n de las residencias, Alberto Reyero, quien luego criticar¨ªa que esa medicalizaci¨®n no fue real.
Escudero evit¨® mencionar que un grupo de geriatras iba a elaborar un protocolo para restringir las hospitalizaciones. El viernes 13, diez geriatras se reunieron con el director general de coordinaci¨®n sociosanitaria, Carlos Mur, con el fin de poner por escrito un nuevo protocolo para la hospitalizaci¨®n de enfermos de residencias. El grupo fue ampliado a 22 geriatras el 16 de marzo. Trabajaron sobre un borrador online y elaboraron cuatro versiones que fueron distribuidas y firmadas por Mur con fecha de 18, 20, 24 y 25 de marzo.
Hasta la pandemia, las residencias que necesitaban hospitalizar a un enfermo simplemente llamaban al n¨²mero de urgencias y esperaban una ambulancia. Con el sistema creado por los protocolos, los geriatras iban a actuar de filtro, siguiendo unas reglas que desaconsejaban la hospitalizaci¨®n de personas con dependencias de acuerdo a un ¨ªndice conocido como Barthel, una escala que mide la autonom¨ªa de las personas del 0 al 100. En la ¨²ltima versi¨®n, la escala Barthel fue sustituida por una escala de fragilidad del 1 al 9, acompa?ada de dibujos, seg¨²n se ve en un documento que recibieron los geriatras de enlace y al que tuvo acceso EL PA?S. Eran descartados quienes tuvieran una fragilidad de 7 o mayor, es decir, que fueran dependientes para su cuidado personal. El dibujo que acompa?a a ese nivel es el de una persona mayor empujada en silla de ruedas. En los hogares de mayores, la mayor¨ªa de los residentes son personas con dependencias, de modo que en la pr¨¢ctica se hac¨ªa muy dif¨ªcil que un mayor pudiera ser admitido por un hospital.
Pinche aqu¨ª si no puede leer el documento sobre estas l¨ªneas: el protocolo de triaje del 25 de marzo.
Hay evidencias de que ya antes del primer protocolo del 18 de marzo se estaban denegando hospitalizaciones. El mejor ejemplo es Monte Hermoso, la residencia de la capital donde estall¨® la crisis al saberse el 17 de marzo que un foco de covid hab¨ªa supuesto la muerte de 19 personas en la semana anterior sin un traslado al hospital Cl¨ªnico, del que depend¨ªan. El abogado Carlos Sardinero, de la Asociaci¨®n Defensor del Paciente, ha defendido a los familiares de un enfermo al que el hospital deneg¨® el traslado tan pronto como el domingo 8 de marzo.
Tambi¨¦n hay pruebas de que a la hora de la verdad, cuando recib¨ªan una llamada de la residencia, los hospitales no siguieron los protocolos, sino que fueron a¨²n m¨¢s estrictos. Este peri¨®dico ha contado c¨®mo en algunos casos se us¨® un criterio de edad (75 a?os) y c¨®mo en una residencia de Alcorc¨®n se produjo un bloqueo total a las derivaciones durante 27 d¨ªas. En otro caso, Mar¨ªa Dolores Agenjo, de 87 a?os, fue rechazada por el hospital Rey Juan Carlos a pesar de ser plenamente aut¨®noma, seg¨²n denunci¨® su hija.
Los protocolos fueron enviados a las residencias y a los hospitales, de modo que no pas¨® mucho tiempo hasta que fueron filtrados a la prensa. Esto ocurri¨® por primera vez el 25 de marzo, cuando El Espa?ol revel¨® la existencia de una de las versiones, la segunda. Un d¨ªa despu¨¦s, EL PA?S public¨® la versi¨®n definitiva, en la que no se excluye a personas con discapacidad.
La alarma por la situaci¨®n de las residencias fue en aumento en los d¨ªas siguientes cuando la Consejer¨ªa de Pol¨ªticas Sociales de Reyero fue publicando los datos de mortalidad que recopilaban sus funcionarios en comunicaciones diarias con las residencias. Al final de la primavera, ese conteo lleg¨® a 5.954 muertes dentro de las residencias. Al principio de la crisis viv¨ªan unos 50.000 mayores en 474 residencias de la regi¨®n. M¨¢s tarde, la Consejer¨ªa de Sanidad dio una cifra algo menor a 5.000 muertos sobre la base de otro m¨¦todo de conteo: los certificados de defunci¨®n. Pero ese sistema infravaloraba las muertes, ya que muchas veces estos documentos calificaron como ¡°parada card¨ªaca¡± lo que en realidad era una muerte causada por la covid-19.
El dato de 7.921 muertos al que se refiri¨® M¨®nica Garc¨ªa este jueves procede del diario InfoLibre, que analiz¨® las muertes por cualquier causa dentro de residencias madrile?as en los meses de marzo y abril. Fue en esos meses cuando los protocolos hicieron mayores estragos. Este medio public¨® datos de derivaciones a hospitales de la Consejer¨ªa de Sanidad que muestran que las exclusiones fueron m¨¢s intensas entre el 9 de marzo y el 5 de abril. Y con especial intensidad entre el 16 y el 29 de marzo. Conforme los hospitales liberaron camas, los geriatras dejaron de actuar de filtro y los residentes enfermos volvieron a ser admitidos, aunque esa situaci¨®n vari¨® de un hospital a otro. Seg¨²n un an¨¢lisis que public¨® EL PA?S, en toda la primera ola (de marzo a junio de 2020) murieron 11.389 mayores que viv¨ªan en residencias, de los cuales 8.338 (el 73%) no fueron trasladados a un hospital.
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