El Gobierno de Almeida despliega menos polic¨ªas tutores por adolescente en los barrios m¨¢s conflictivos
En el distrito Carabanchel hay un agente para 1.500 j¨®venes; en Puente de Vallecas, uno por cada 1.200; y en Salamanca, Retiro o Centro, uno por cada 600, 500 o 189, respectivamente
A su comisar¨ªa llegan casos de chicas de 12 a?os embarazadas, que deben seguir tomando clases, pero no pueden ni moverse. Chavales de menos de 14 que se han convertido en carne de ca?¨®n para las bandas juveniles, que les sostienen a los jefes el machete empapado en sangre porque son inimputables. Peleas a muerte entre clanes familiares que se cuelan en las aulas, que prometen rajarse el cuello en la puerta del colegio mientras recogen a sus hijos. Chicas que se ofrecen como mercanc¨ªa a los l¨ªderes de las pandillas, ni?os con moratones de cintur¨®n, beb¨¦s con sarna, esos par¨¢sitos que para el resto de la capital recuerdan a la posguerra. Todo esto sucede cada semana en un barrio obrero de Madrid, a media hora en coche de Sol. Una realidad cercana, que parad¨®jicamente queda muy lejos del Palacio de la Cibeles.
Hay un puesto invisible dentro de la Polic¨ªa Municipal. Se llaman agentes tutores y se encargan desde hace 20 a?os de cuidar a los ni?os, especialmente a los adolescentes. De evitar el abandono escolar, el acoso, el maltrato infantil y recientemente, de que engrosen las filas del crimen organizado. El Gobierno de Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez Almeida prometi¨® impulsar esta figura en 2019, como una medida que buscaba luchar a pie de calle contra el auge de las bandas juveniles que a punta de navaja se hab¨ªan convertido en un problema social en algunos barrios. Y estos polic¨ªas locales vestidos de paisano, que conocen cada esquina y lo que pasa tras las persianas bajadas, iban a ser la primera l¨ªnea de batalla.
El titular del anuncio quedaba bien: el Ayuntamiento reforzar¨¢ el servicio con un centenar de nuevos efectivos, pasando de 174 a 270. Desde el ¨¢rea de Seguridad del Ayuntamiento explican que ¡°casi la mitad de los nuevos efectivos se ha destinado a los distritos del sur y del este, incrementando el n¨²mero de sus agentes un 76% en Vic¨¢lvaro, Usera, Moratalaz, Villa de Vallecas, Villaverde, San Blas-Canillejas, Puente de Vallecas, Latina y Carabanchel¡±.
La realidad era que donde hab¨ªa seis tutores (tres por la ma?ana y tres por la tarde), se agregaron en 2019 otros seis para quedar un total de 12 en cada distrito ¡ªexcepto en Centro, que hay dos comisar¨ªas y cuentan con 24, y en Puente de Vallecas, que pese al nivel de conflictividad, le otorgaron uno m¨¢s, 13¡ª. De manera que, el distrito de Salamanca o Retiro cuenta con el mismo n¨²mero de agentes que Carabanchel o Ciudad Lineal. Un despliegue sin fisuras.
Lo que sucede, solo con los datos estad¨ªsticos en la mano, es que en Carabanchel hay un agente para 1.500 adolescentes; en Puente de Vallecas, uno por cada 1.200. Estos dos distritos cuentan con las cifras m¨¢s altas de absentismo escolar, seg¨²n datos oficiales proporcionados al Grupo Municipal Socialista. Adem¨¢s de contar tambi¨¦n con niveles de pobreza, exclusi¨®n social y m¨¢s poblaci¨®n adolescente (de 12 a 18 a?os). En Salamanca, una de las zonas m¨¢s caras y con la renta per c¨¢pita m¨¢s alta de la capital, hay un agente tutor para 600 j¨®venes; en Retiro, con una situaci¨®n acomodada similar, uno para 500; o en el distrito Centro, el lugar donde menos ni?os hay, uno por cada 189. ¡°Se llev¨® a cabo un despliegue sin tener en cuenta las necesidades espec¨ªficas de cada zona, que el Gobierno las conoce de sobra¡±, critica el concejal del PSOE, Enrique Rico.
Y es que no es lo mismo 12 agentes tutores en Chamber¨ª que en Usera. Uno de ellos, que habla en nombre del sindicato de polic¨ªas municipales, Uni¨®n Polic¨ªa Municipal (UPM), cuenta que en muchas zonas est¨¢n ¡°desbordados¡±. Es su comisar¨ªa a la que llegan casos que en la zona del distrito de Salamanca ni imaginan. Donde el absentismo escolar es un problema, pero ni siquiera puede ser muchas veces la prioridad, porque hay cuestiones m¨¢s urgentes. ¡°Adem¨¢s de dar charlas en los colegios, trabajamos de la mano con servicios sociales, con educadores, damos seguimiento al caso del menor, a la familia, y nos llega de todo¡±, cuenta. Prefiere que no se sepa el destino de su comisar¨ªa, que se describe al inicio del art¨ªculo, para no ser se?alado por sus superiores, pero le consta por el sindicato que ¡°en las zonas m¨¢s pobres es donde se necesitan m¨¢s recursos¡±.
Un trabajo que no quiere nadie
El agente insiste que su labor es ¡°muy necesaria¡±, especialmente en zonas como Carabanchel, Puente de Vallecas, Ciudad Lineal o Vic¨¢lvaro. Que tienen un contacto cercano con los j¨®venes, la comisar¨ªa les queda cerca de sus casas y los saludan por la calle. No llevan uniforme para transmitir cercan¨ªa, para ganarse su confianza, ¡°observas muchas m¨¢s cosas as¨ª¡±, explica. Y recientemente han tenido que formarse en nuevas tecnolog¨ªas por la cantidad de denuncias de acoso por redes a menores que reciben. ¡°Los chavales llegan a contarnos su problema, c¨®mo los enganchan por las redes y luego los amenazan y les piden dinero. Nos conocen de las charlas en los institutos y vienen aqu¨ª antes de cont¨¢rselo a sus padres¡±, cuenta.
Otras muchas veces llegan los padres, con hijos que venden droga o la consumen. ¡°Ya he perdido a un hijo y no quiero perder al otro¡±, cuenta el polic¨ªa que les dicen algunas madres. La adicci¨®n en menores en barrios como el suyo, de renta baja, se traduce en que hay ni?os de 10 a?os enganchados a la coca¨ªna. ¡°Necesitamos m¨¢s gente¡±, resume el polic¨ªa.
El trabajo del agente tutor no lo quiere nadie, reconoce en nombre del sindicato. Y, en algunos casos, el refuerzo prometido por el Ayuntamiento no implic¨® contratar a m¨¢s agentes, sino nombrar como tutores a los que ya estaban. ¡°Muchos hacen esa tarea y muchas otras¡±, cuenta. ¡°Somos a los primeros a los que nos llaman para reforzar otras ¨¢reas, para cubrir patrullajes de fin de semana, para enviarnos a eventos que ocurren en el centro¡±, agrega. ¡°Si ese d¨ªa ten¨ªa pensado visitar a una familia y darle seguimiento al caso de un ni?o, se para; cuando nos movilizan, en la comisar¨ªa no queda nadie para ellos¡±, se?ala sobre su caso particular.
Desde el ¨¢rea de Seguridad del Ayuntamiento, dirigida por Inmaculada Sanz, una de las personas de m¨¢xima confianza del alcalde, responden que con ese n¨²mero ¡°se han visto cubiertas las necesidades¡± del servicio. Y sobre si se plantean en esta nueva legislatura ampliarlo en las zonas m¨¢s conflictivas, se?alan: ¡°Este equipo de gobierno ya ha demostrado su compromiso con este servicio y su intenci¨®n es seguir reforz¨¢ndolo seg¨²n vayan saliendo nuevas promociones, etc.¡±.
De momento, no hay ning¨²n plan para crear nuevos puestos donde m¨¢s se necesitan. La realidad, tambi¨¦n en materia de seguridad, sigue siendo desigual en unos distritos y otros. M¨¢s recursos por adolescente en los barrios ricos y menos para los pobres. ¡°De nada sirve que digan que quieren combatir a las bandas, si a los que estamos ah¨ª donde est¨¢n, no nos dan m¨¢s herramientas ni recursos¡±, resume el polic¨ªa.
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