La dura realidad de las parejas con jornadas laborales opuestas: ¡°Trabajar de noche aceler¨® el deterioro de mi relaci¨®n¡±
La falta de tiempo juntos y la gesti¨®n de las obligaciones son algunas de las dificultades a las que se enfrentan quienes tienen horarios casi incompatibles. Si no hay estrategia, estos obst¨¢culos pueden llevar a la ruptura
Las relaciones no son siempre ¡°y fueron felices y comieron perdices¡±. Cuestan trabajo y a¨²n m¨¢s cuando apenas ves a tu pareja porque entra a trabajar a las ocho de la tarde, la misma hora en la que llegas a casa. O cuando se acuesta en el momento en que t¨² te levantas. As¨ª es la realidad de las parejas que trabajan en horarios opuestos, algo que f¨¢cilmente puede tener un impacto negativo en la relaci¨®n. Seg¨²n los expertos, lo que resulta m¨¢s problem¨¢tico en estas situaciones es la falta de tiempo juntos, as¨ª como los niveles de energ¨ªa desemparejados o el desequilibrio en el reparto de tareas. Si no hay estrategia, estos obst¨¢culos pueden llevar a la ruptura.
Mar¨ªa Hurtado, psic¨®loga de AGS Psic¨®logos y especialista en terapia de pareja, afirma que el problema principal es pasar poco tiempo juntos: ¡°Esto supone un enfriamiento de la relaci¨®n en todos los sentidos. No pueden hacer planes juntos, disminuyen las relaciones sexuales y la comunicaci¨®n se vuelve pr¨¢cticamente nula.¡± Este es un problema muy com¨²n en todas las parejas, pero afecta especialmente a aquellas que nunca coinciden en el hogar. ¡°El hecho de no verse puede complicar las cosas, y hacer que sea m¨¢s f¨¢cil que las tensiones se acumulen. Si no hay una estrategia, un sentido de pareja u objetivos de vida comunes, es un problema¡±. Las circunstancias se exacerban cuando hay m¨¢s responsabilidades. ¡°El problema llega cuando se descarga absolutamente todo el peso en una parte y la otra asume que esta llevar¨¢ el cargo sin haberlo hablado¡±, a?ade Hurtado, quien afirma que es muy com¨²n que una parte acabe absorbiendo el cargo de las responsabilidades porque hay ciertas tareas que no se pueden realizar si se trabaja de noche.
Fran (46 a?os) y Cristina (41) nunca tuvieron problemas compaginando sus jornadas laborales opuestas durante seis a?os de matrimonio, hasta que tuvieron su primer hijo. Fran es empleado de un banco y cuando naci¨® su hijo trabajaba muchas veces hasta 12 horas al d¨ªa. Mientras su esposa, Cristina, que es enfermera, se encarg¨® de cuidar del ni?o durante el d¨ªa y aceptaba jornadas nocturnas y fines de semana, algo que, finalmente, le agot¨®. De ese modo, evitaban el coste del cuidado infantil, pero esto acab¨® pasando factura a su relaci¨®n. ¡°Todo esto hizo que nos vi¨¦semos poco¡±, recuerda ella. Pasaban poco tiempo juntos y esos peque?os ratos quedaban lejos de la intimidad y el amor. ¡°Los pocos momentos en los que nos ve¨ªamos eran de reproche, de tensi¨®n y de all¨ª empezamos a ir deterior¨¢ndonos poco a poco¡±. Fran recuerda que apenas vio a su hijo durante los primeros tres a?os de su vida: ¡°De lunes a viernes hab¨ªa pocos d¨ªas que le ve¨ªa despierto¡±.
No gestionar adecuadamente el tiempo de pareja es un problema especialmente com¨²n en estas relaciones. ¡°Si solo te centras en gestionar obligaciones y responsabilidades en el tiempo que est¨¢s con tu pareja, y no en los momentos de intimidad, sin quererlo vas descuidando tu conexi¨®n con esta persona¡±, explica Hurtado. Es exactamente lo que le sucedi¨® a Fran y Cristina y cuando tuvieron su segundo hijo, todo explot¨®. ¡°Fue el remate¡±, suspira ella. Ese fue el momento en el que decidieron acudir a terapia para intentar salvar la relaci¨®n.
Otro factor que complica las cosas es el hecho de tener diferentes relojes biol¨®gicos. Lo que son las ocho de la ma?ana para uno son las ocho de la tarde para el otro, y esto influye mucho en c¨®mo se relacionan en los momentos en los que coinciden. ¡°Al final, sus niveles de energ¨ªa son totalmente desiguales. La persona que trabaja de d¨ªa llega a casa tarde y agotado y no quiere hablar con nadie. Le apetece cenar tranquilamente, tumbarse frente a la televisi¨®n e irse a dormir. Mientras que el otro quiere lo contrario, se acaba de despertar, est¨¢ fresco y quiere hablar con su pareja, por ejemplo¡±, defiende Hurtado.
La relaci¨®n de Adriana (27 a?os) y su novio termin¨® precisamente por este motivo. Adriana empez¨® a trabajar de noche como periodista, lo que le oblig¨® a cambiar sus horarios por completo. De repente, dormir juntos, algo que era una costumbre para ella y su pareja, con quien llevaba cinco a?os, se hizo imposible: ¡°Cuando intent¨¢bamos dormir no ten¨ªa nada de sue?o. Empezaba a dar vueltas en la cama y mi novio no pod¨ªa dormir por mi culpa. Una vez estuvo a punto de coger un bus a las tres de la ma?ana e irse a su casa¡±. El cansancio a largo plazo acab¨® en irritabilidad, tensi¨®n y m¨¢s peleas, un fen¨®meno comprobado en una investigaci¨®n de la Universidad de Berkeley en 2013. ¡°Es un ciclo vicioso. T¨² est¨¢s cansada porque no has dormido bien y tu pareja tampoco. Muchas veces, hemos discutido simplemente porque est¨¢bamos agotados¡±, recuerda Adriana. Fue la gota que colm¨® el vaso para el fin de una relaci¨®n que llevaba tiempo deterior¨¢ndose: ¡°Ya ten¨ªamos problemas desde hac¨ªa tiempo y el sumar la dificultad de llevar horarios distintos se convirti¨® en una situaci¨®n insostenible¡±. ¡°Si antes discut¨ªamos una vez a la semana, de repente discut¨ªamos tres veces. Trabajar de noche aceler¨® el deterioro de nuestra relaci¨®n¡±.
La importancia de la planificaci¨®n
Pero estas relaciones no est¨¢n destinadas al fracaso. Con tener valores en com¨²n y un poco de estrategia pueden funcionar, como argumenta la psic¨®loga Mar¨ªa Hurtado: ¡°Si los dos se organizan bien y hacen un esfuerzo para dedicarse tiempo cuando est¨¢n juntos, minimizando el rato dedicado a las obligaciones, el hecho de tener menos tiempo juntos no tiene por qu¨¦ ser un problema¡±. Un salvavidas para Fran y Cristina ha sido apuntar todo en una agenda en com¨²n y encontrar maneras de estar m¨¢s en pareja, sin ni?os: por ejemplo, pidiendo que un amigo les cuide un par de horas para que ellos puedan salir a tomar algo. Tambi¨¦n, aprender a separar el trabajo de la vida personal, algo que aprendieron en terapia. ¡°Me ayud¨® compartimentar el espacio de trabajo con el espacio familiar. Darme cuenta de que lo que ten¨ªa que hacer era relajarme lo m¨¢ximo posible y durante este tiempo disfrutar de mi familia y de mi mujer¡±.
Lourdes (45 a?os) y ?ngel (56 a?os) han encontrado la f¨®rmula para compaginar sus jornadas laborales e insisten en que la clave est¨¢ en planificar con antelaci¨®n. Desde hace 22 a?os, ?ngel trabaja de d¨ªa y de noche como agente de seguridad en dos puestos diferentes: de 7.00 a 19.00 en el metro, y de 22.00 a 6.00 en un juzgado. Ante la pregunta de cu¨¢ndo duerme, suelta una carcajada: ¡°Despu¨¦s de tanto tiempo, he aprendido a gestionar el cansancio y aprovechar los ratos en medio para descansar¡±. Lourdes, por su parte, es administrativa y est¨¢ en la oficina de 7.00 a 14.30. ¡°Nosotros hacemos planes con dos meses de antelaci¨®n¡±, afirma ?ngel, y a?ade: ¡±Yo le paso a Lourdes un calendario con mis cuadrantes de trabajo para las empresas, junto con mis vacaciones y los d¨ªas que libro¡±. Los d¨ªas que coinciden en libranza son sagrados. ¡°Los aprovechamos para pasar tiempo juntos, ir al cine, al teatro o simplemente dar un paseo y tomar algo¡±.
Estas relaciones tienen tambi¨¦n aspectos positivos. ¡°Muchas veces las parejas que no se ven tanto tienen mejor calidad de relaci¨®n que los que se ven, porque el no verse hace que t¨² valores mucho m¨¢s el tiempo que est¨¢s con tu pareja. Hay que medir el tiempo desde la calidad y no la cantidad¡±, opina Hurtado. De hecho, durante el confinamiento, su consulta vivi¨® un aumento sin precedentes de las separaciones y de la demanda para terapia de pareja, evidencia de que demasiado tiempo juntos es igual de problem¨¢tico, o m¨¢s. Lourdes y ?ngel han aprendido a no dar por sentados los peque?os momentos. ¡°Puede ser algo tan sencillo como un abrazo, un beso o un caf¨¦ juntos, pero tener menos tiempo hace que ese rato sea m¨¢s bonito¡±.
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