La pasarela de Par¨ªs reivindica el valor de la autor¨ªa (y de los peri¨®dicos)
El virtuosismo de Nicolas Ghesqui¨¨re reflejado en su nueva colecci¨®n para Louis Vuitton, la modernidad radical que define el trabajo de Demna en Balenciaga o la perfecta propuesta de Chanel desarrollada por su equipo creativo definen los ¨²ltimos desfiles de la semana de la moda
?Est¨¢n los dise?adores por encima de la identidad de una marca? ?Puede un dise?ador llevarse su ADN de una firma a otra? ?Existe la fatiga de marca? ?Es necesaria la figura del dise?ador? Todas estas preguntas han sobrevolado esta semana de la moda de Par¨ªs desde su arranque y de forma recurrente. En primer lugar, por el regreso a las pasarelas de Alessandro Michele como director creativo de Valentino, acontecimiento muy esperado. Pero tambi¨¦n por los insistentes rumores de nuevos nombramientos de dise?adores en algunas de las grandes casas de la industria.
Comencemos por el final. Nicolas Ghesqui¨¨re firm¨® hace unos meses su continuaci¨®n durante cinco a?os al frente de Louis Vuitton, donde acaba de cumplir 10 a?os como director creativo. Este martes por la tarde, el dise?ador present¨® en el carrusel del Louvre, donde siempre desfila, una colecci¨®n sobre una pasarela compuesta por maletas de Louis Vuitton de distintas ¨¦pocas. All¨ª se pudieron ver el virtuosismo del franc¨¦s en el manejo de los tejidos y los cortes, su querencia por la ciencia ficci¨®n y el espacio representado en ilustraciones sobre los tejidos y en el uso de los colores metalizados o sus armaduras, esta vez m¨¢s enfocadas al volumen de los hombros. As¨ª lo resume ¨¦l mismo en sus notas del desfile: ¡°La intratable ligereza. Vibraciones que lo dominan todo. Profundidades ar¨¢cnidas. Opulencia et¨¦rea. Una aguda delicadeza. Una resuelta feminidad, la mec¨¢nica de la fluidez¡±. Todas estas obsesiones eran hasta hace 10 a?os Balenciaga, casa de la que ven¨ªa Ghesqui¨¨re, pero ya no lo es porque ahora Demna es quien define hoy la esencia de la marca.
La brutalidad, la exploraci¨®n de lo que es normal y la modernidad radical y conceptual que definen el trabajo de Demna hacen que cada temporada, desde 2015, algunas voces repitan: ¡°Si Crist¨®bal levantara la cabeza¡±. No sabemos lo que dir¨ªa Crist¨®bal Balenciaga de sus colecciones, aunque seguramente comprender¨ªa muchas de sus aportaciones, como el mimo por la t¨¦cnica y por la costura incluso antes de recuperarla para la casa, los juegos de vol¨²menes no convencionales para favorecer a mujeres de muy distintas tallas y siluetas y conocer a sus clientes a la perfecci¨®n. Pero, en definitiva, Balenciaga ahora es Demna, y Demna es Balenciaga (acaba de renovar su contrato), y eso es lo que volvimos a ver este lunes en una mesa largu¨ªsima, como si de un banquete se tratara, sobre la que desfilaron las modelos, muchas de su ya cl¨¢sico y particular casting.
Los primeros pases los dedic¨® a la lencer¨ªa, algo inusual en ¨¦l, que se fueron transformando en vestidos por delante que dejaban ver la ropa interior por detr¨¢s y estaban rematados con cintas de corseter¨ªa provocando un efecto algo turbio. Las bombers y los pantalones vaqueros empleados como tejido para construir otras prendas, con sus cl¨¢sicas zapatillas sobredimensionadas, dieron paso a otra de sus fijaciones: la acumulaci¨®n de prendas en una misma prenda, o en una misma persona, algo que remite, sin que sea necesario explicarlo ni recordar que Demna es un refugiado, a las dur¨ªsimas im¨¢genes que vemos estos d¨ªas en los peri¨®dicos e informativos. Para cerrar aparecieron los vestidos que aluden a la costura, pero siempre con los hombros desproporcionados, siluetas que no encajan con quien las porta, como si la prenda fuera prestada. Hab¨ªa pues novedades en esta colecci¨®n que, al mismo tiempo, sigue siendo muy Balenciaga, porque nadie esperar¨ªa otra cosa de Demna.
Tampoco de Miuccia Prada, que en la ense?a que responde a su propio nombre, Miu Miu, present¨® este martes en colaboraci¨®n con la artista Goshka Macuga un peri¨®dico impreso que esperaba a los asistentes que se sentaban en una instalaci¨®n que emulaba a una rotativa. La idea era ¡°descifrar el concepto de verdad y su representaci¨®n¡±, como explicaban las notas del desfile. No ser¨ªa el primer peri¨®dico de la semana en un show.
Subieron a la pasarela del Palais d¡¯I¨¦na de Par¨ªs Hilary Swank, Alexa Chung, Cara Delevingne, Eliot Sumner y cerr¨® el desfile Willem Dafoe, otro cl¨¢sico de Miu Miu, trabajar con personajes descontextualizados y sorprendentes. La colecci¨®n explot¨® al m¨¢ximo el estilo nerd de la firma. Prendas sobre prendas sobre prendas creando escotes formados por cuellos de camisa abiertos y tirantes ca¨ªdos; tops construidos con jers¨¦is anudados sobre s¨ª mismos; trajes de ba?o con cortes que desafiaban la definici¨®n de ba?ador, vestidos abiertos en la espalda como si a nadie importara. Estaban ah¨ª tambi¨¦n sus polos cl¨¢sicos, sus cinturas siempre desencajadas por las que asoman las prendas que no deber¨ªan. Varios cinturones juntos sobre faldas y gabardinas, gafas gigantescas y todas esas mezclas ins¨®litas y superposiciones que han logrado situar a la firma como objeto de deseo de j¨®venes y no tanto hasta crecer un 93% en el primer semestre de 2024 comparado con el a?o anterior. Magia made in Miuccia Prada.
Chanel volvi¨® al Grand Palais de la capital francesa despu¨¦s de seis a?os de mostrar sus colecciones en el gran palacio ef¨ªmero, un lugar oscuro donde le toc¨® siempre presentar a Virginie Viard, sucesora de Karl Lagerfeld, que abandon¨® la firma en primavera. Esta colecci¨®n, dise?ada por el equipo creativo sin ning¨²n nombre a la cabeza, fue una perfecta colecci¨®n de Chanel. El tweed ¡ªquiz¨¢s ahora algo m¨¢s ligero en su uso¡ª, apliques de plumas y flores, juegos de punto, por supuesto las rayas, el rosa, la camelia y unas sutiles capas que a?adidas a los looks de denim vest¨ªan las prendas sin aportar pesadez. Puro Chanel.
Se plantea entonces la pregunta: ?necesita una marca centenaria con un ADN reconocible como el gran s¨ªmbolo del lujo un gran nombre, o un nombre, al frente de la firma? Hay que recordar que los dise?adores no trabajan solos, sino con enormes equipos y divisiones que en muchas ocasiones llevan en la firma d¨¦cadas y su conocimiento de la marca es m¨¢ximo. Esos equipos son los guardianes de las esencias, los que pueden perpetuar los legados de las firmas y los que gu¨ªan a los nuevos dise?adores a integrarse en su nueva casa. El ejemplo de un gran nombre en una marca, y el instigador de estas preguntas durante esta semana de la moda, es el caso de Valentino y Alessandro Michele. Muchos fueron quienes apuntaron cuando vieron el primer desfile del italiano en Valentino a un Gucci reconvertido, pero lo cierto es que Michele solo fue director creativo de la firma italiana ocho a?os, y Gucci es una marca centenaria, as¨ª que las cuentas no salen. Lo que s¨ª es posible es que, como pocos dise?adores han conseguido, creara una est¨¦tica tan concreta y revolucionaria que se asimile a la marca donde la llevaba a cabo, pero ahora esa asociaci¨®n cambiar¨¢ r¨¢pidamente. En una de las pocas entrevistas que ha concedido Sally Rooney tras la publicaci¨®n de su ¨²ltima novela, Intermezzo, el periodista de The New York Times David Marchese le preguntaba si no le parec¨ªa que los personajes de sus novelas podr¨ªan entrar de pronto en cualquier otra de sus novelas y no llamar la atenci¨®n del lector. Ella le contest¨® que ocurr¨ªa lo mismo con Austen, Henry James o Dostoievski, pero a nadie parec¨ªa importunarle. Eso es el estilo, que un personaje pueda andar por todo un corpus literario sin que choque al lector, que un dise?ador pueda desarrollar una personalidad y no precise cambiarla a cada rato. Es extra?o que hayamos asimilado tanto las derivas extremadamente comerciales en las que se debe renovar para vender, en las que el crecimiento es imperativo, que ya ni siquiera en los desfiles, la parte m¨¢s art¨ªstica de la moda, veamos el hecho de mantenerse fiel a un discurso como un valor positivo.
Esto es algo que, afortunadamente, no afecta a Stella McCartney, que ha conseguido con inteligencia y tes¨®n mantener un marcado estilo, no renunciar a la moda, a vender producto y, al mismo tiempo, utilizar ese altavoz y herramienta para mostrar su compromiso y exigir acciones frente al cambio clim¨¢tico. Pidiendo que se viera el planeta a vista de p¨¢jaro desfilaron nubes, vestidos con vuelo, palomas de la paz bordadas en sujetadores y un accesorio, el peri¨®dico, reivindicando la responsabilidad de estar informado, s¨ª, pero tambi¨¦n la credibilidad frente al negacionismo clim¨¢tico alimentado en las redes. En este caso no hay dudas de que su personal apuesta est¨¢ irremediablemente ligada a su nombre y, como toda autor¨ªa, es irrenunciable.
Ahora queda por saber si los nombres que se barajan para alguna gran casa se materializan, si de verdad son necesarios o son solo habladur¨ªas. De momento, no los escribo aqu¨ª, porque en los peri¨®dicos no se publican rumores. Bien lo saben en la semana de la moda de Par¨ªs.
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