El biling¨¹ismo, la asignatura pendiente para todos
Con casi dos d¨¦cadas a sus espaldas, la ense?anza de materias en idiomas extranjeros adolece de falta de recursos y se nutre del voluntarismo de los profesores

Desde su implantaci¨®n, a primeros de siglo, la ense?anza biling¨¹e lleva protagonizando innumerables titulares sobre su eficacia, su pretendido af¨¢n de incrementar la equidad o su efecto en los sistemas educativos. Y como viene ocurriendo desde hace d¨¦cadas con casi todo lo que tiene que ver con la educaci¨®n en Espa?a, el consenso brilla por su ausencia, especialmente en lo que se refiere a las razones por las que se dan determinadas situaciones.
Esto se acrecienta por el hecho de que, hasta el momento y como reconocen todos los expertos consultados, no existen sistemas de evaluaci¨®n ni estudios comparativos e independientes que permitan conocer el impacto que est¨¢n teniendo los programas biling¨¹es de cada comunidad sobre el alumnado. La Asociaci¨®n Ense?anza Biling¨¹e (AEB) ha puesto en marcha el proyecto ENEBE. Evaluaci¨®n nacional de la ense?anza biling¨¹e en Espa?a, con la participaci¨®n de solo seis comunidades aut¨®nomas. ¡°Las comunidades son reacias a que se realicen investigaciones rigurosas sobre el rendimiento de sus programas. Es una pena porque este tipo de estudios permite obtener una serie de conclusiones muy ¨²tiles para poder abordar una mejora de los programas¡±, apunta V¨ªctor Pav¨®n, catedr¨¢tico de Filolog¨ªa Inglesa de la Universidad de C¨®rdoba, y uno de los responsables de dicho proyecto.
No se trata solo de evaluar si el programa est¨¢ funcionando, sino tambi¨¦n las repercusiones que puede estar teniendo, tras dos d¨¦cadas implantado en la educaci¨®n de los menores. ¡°Resulta inadmisible desde el plano de la b¨²squeda de la eficacia y de la mejora educativa, pero tambi¨¦n desde el de la transparencia a la que deben estar sujetas las pol¨ªticas p¨²blicas¡±, asegura Alberto ?lvarez de Sotomayor, doctor en Sociolog¨ªa y profesor en la Universidad de C¨®rdoba.
El objetivo de la equidad
?lvarez de Sotomayor es el investigador principal de EQUIBIL, un proyecto que busca analizar la igualdad de acceso y los efectos sobre el rendimiento de los programas biling¨¹es en Andaluc¨ªa. ¡°Los datos nos dicen que hay una fuerte desigualdad socioecon¨®mica y tambi¨¦n una importante brecha urbana-rural¡±, se?ala el soci¨®logo. En un estudio publicado en 2023 junto con los investigadores Juan Miguel G¨®mez-Espino y Ricardo Barbieri, ya apuntaban que los colegios biling¨¹es apenas exist¨ªan en los barrios m¨¢s deprimidos mientras se concentraban en los barrios con rentas m¨¢s altas al igual que se daban m¨¢s frecuentemente en los centros concertados (el 72%) que en los p¨²blicos (36%).
¡°La discriminaci¨®n en la implantaci¨®n del Programa Biling¨¹e de la Comunidad de Madrid (PBCM) entre zonas pobres y ricas de la regi¨®n se repite en la ciudad de Madrid, tanto en educaci¨®n primaria como en secundaria¡±, observa Miguel Mart¨ªnez, del grupo de trabajo sobre educaci¨®n biling¨¹e de la asociaci¨®n Acci¨®n Educativa. Para Mart¨ªnez, ¡°asistimos a una segregaci¨®n en cascada que estratifica al alumnado¡±, no solo por la desigual distribuci¨®n de los centros, sino tambi¨¦n por la divisi¨®n en la ense?anza secundaria madrile?a entre la llamada V¨ªa Secci¨®n Biling¨¹e, cuyos alumnos reciben al menos un 30% del curr¨ªculo en ingl¨¦s, y la V¨ªa Programa Biling¨¹e, que reciben las mismas cinco horas de ingl¨¦s que sus compa?eros pero solo una asignatura m¨¢s en esa lengua.
Y es que aunque este programa ¡°ha democratizado el aprendizaje de idiomas¡± como se?ala tajante Xavier Gisbert, presidente de la AEB e impulsor del biling¨¹ismo en Madrid, este se ha convertido en un nuevo elemento de distinci¨®n. ¡°Sigue habiendo un agravio comparativo. En Andaluc¨ªa los centros de secundaria casi todos son biling¨¹es al completo pero todav¨ªa quedan centros que tienen grupos biling¨¹es y no biling¨¹es. Y esto sigue creando guetos; el alumnado bueno es el que va biling¨¹e y el menos bueno, con condiciones m¨¢s vulnerables, que viene de un entorno socioecon¨®mico m¨¢s bajo, no son biling¨¹es¡±, reflexiona Ana Fern¨¢ndez, profesora de ingl¨¦s y coordinadora biling¨¹e en el IES Jacarand¨¢ en Brenes (Sevilla). En su centro, para intentar acabar con esa problem¨¢tica han hecho biling¨¹es todos los grupos y han huido a conciencia de desgloses por nivel. ¡°Tenemos siete primeros de la ESO, los siete hechos de forma espejo. En todos los grupos hay el mismo n¨²mero de repetidores, el mismo n¨²mero de alumnado, se van mezclando¡±, se?ala.
El debate de los contenidos
Otro de los grandes debates es sobre si se est¨¢ produciendo una bajada en la profundidad de los contenidos que se imparten en esta segunda lengua. Seg¨²n el estudio La opini¨®n del profesorado sobre el Programa Biling¨¹e de la Comunidad de Madrid, un 87,2% del profesorado cree que impartir las asignaturas en ingl¨¦s afecta negativamente al nivel de comprensi¨®n del alumnado, y un 80,7% considera que reduce la profundidad de los contenidos abordados. Unas conclusiones y un informe que, desde AEB, califican de ¡°un paso m¨¢s de la estrategia de ataque a la Comunidad de Madrid por razones ideol¨®gicas¡±.
¡°Muchas madres y padres se sienten preocupados y descontentos porque ven que sus hijos e hijas tienen dificultades con asignaturas clave debido al idioma¡±, se?ala Mar¨ªa Carmen Morillas, presidenta de la FAPA Francisco Giner de los R¨ªos, que apunta a que los programas biling¨¹es deben replantearse para garantizar que el aprendizaje de la segunda lengua no se haga a costa del resto de materias. ¡°Si un profesor no sabe c¨®mo adaptar... porque muchas veces no es simplificar los contenidos, es c¨®mo adapto, c¨®mo explico y c¨®mo hago que el alumno entienda¡±, argumenta Virginia Vinuesa, directora del m¨¢ster en Ense?anza Biling¨¹e de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y otra de las responsables del proyecto ENEBE.
La falta de formaci¨®n del profesorado es uno de los caballos de batalla de los defensores de estos programas. ¡°Un buen programa de ense?anza biling¨¹e no reduce la profundidad ni el aprendizaje de los contenidos, tal y como demuestra el informe de la Comunidad de Madrid de 2018. Sin embargo eso podr¨ªa ocurrir en un programa deficiente, con profesores poco formados y con un bajo nivel de competencia ling¨¹¨ªstica¡±, incide Gisbert.
¡°No est¨¢n suficientemente formados porque las formaciones no son suficientes y porque, adem¨¢s, no hay tiempo para formarse¡±, replica Fern¨¢ndez, se?alando al que probablemente sea, a su vez, el mayor caballo de batalla de los docentes: las ratios. ¡°Si tuvi¨¦ramos la ratio mucho m¨¢s baja, tendr¨ªamos much¨ªsimo m¨¢s tiempo para esa formaci¨®n, para preparar las clases y, sobre todo, para lo m¨¢s importante: atender al alumno de forma correcta¡±, sentencia la profesora. No se trata solo de un problema de competencia ling¨¹¨ªstica de los profesores que deben acreditar un nivel suficiente y que difiere seg¨²n la comunidad aut¨®noma. ¡°Tienen que planificar las clases de forma diferente porque tienes que trabajar vocabulario, trabajar con textos en ingl¨¦s, y a la hora no solo de estructurar la clase, sino de plantear la materia al alumnado, tienen que tener la formaci¨®n para saber hacerlo¡±, explica Fern¨¢ndez.
Aqu¨ª tambi¨¦n ayuda, como apunta esta coordinadora de biling¨¹e, la figura de los auxiliares de conversaci¨®n, extranjeros destinados a un centro educativo. ¡°Les motiva much¨ªsimo y por eso es necesario que tuvi¨¦ramos m¨¢s horas de ese personal. En un centro como el m¨ªo, con casi 60 horas biling¨¹es a la semana, hay un grupo que ve al auxiliar de conversaci¨®n una semana y a lo mejor no lo vuelve a ver hasta cinco semanas despu¨¦s ¡°, lamenta Fern¨¢ndez.
Necesidades especiales no atendidas
El aprendizaje en inglés puede suponer una dificultad añadida para los alumnos con necesidades educativas especiales (NEE) o con necesidades específicas de apoyo educativo (NEAE). En 2018 un informe de la ONCE apuntaba que estos alumnos estaban en desventaja educativa porque no solo no aprenden bien el idioma extranjero, sino que tampoco asimilan los contenidos de las materias impartidas en esa lengua. Señalaba igualmente la falta de pautas o protocolos, que se refieren a que hay que atender la diversidad igual que un aula regular.
“Si tengo alumnos con necesidades especiales pues tendré que saber cómo adaptar esas enseñanzas para que el alumno aprenda, tanto si está en un centro bilingüe como si no”, apunta Vinuesa. En la práctica supone que cada profesor debe hacer una doble adaptación, primero la del idioma, y luego la de los contenidos y las pruebas evaluables que deberá realizar tantas veces como niveles tenga en sus aulas. Es el llamado Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA) que contempla currículos flexibles que atiendan a las singularidades del alumnado con necesidades educativas especiales. “En ningún momento te ponen unas pautas de cómo hacerlo, yo me tengo que formar para atender a ese nivel de exigencia. Y los especialistas que están para acompañarnos y apoyarnos, nos los dan con cuentagotas y muchas veces compartidos. Es imposible darle respuesta al alumnado que más lo necesita”, sentencia Fernández.
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