El futuro de los aeropuertos
Inteligencia artificial para comprobar que no hay obst¨¢culos peligrosos en las pistas, drones que ayudan a examinar el estado de las infraestructuras, pruebas con aerotaxis, bots para proporcionar informaci¨®n al cliente y un sinf¨ªn de soluciones innovadoras que facilitan y aportan mayor seguridad a la experiencia de volar
Oliver Wainwgrith, cr¨ªtico de The Guardian, seleccion¨® en 2019 los mejores aeropuertos del siglo XXI. Entre los elegidos estaba la T4 del aeropuerto Adolfo Su¨¢rez Madrid-Barajas. La terminal de bamb¨² ¡ªdise?ada por el fallecido Richard Rogers y Estudio Lamela¡ª es un diamante en un p¨¢ramo seco. ¡°Rogers¡± consigui¨® en Madrid algo poco com¨²n: un aeropuerto del que no est¨¢s desesperado por escapar¡±, escribi¨® el periodista brit¨¢nico. Desde su techo de madera, suavemente ondulado, hasta su bosque de columnas ramificadas con los colores del arco iris y las grandes aberturas de cristal que precipitan la luz del d¨ªa hasta los niveles m¨¢s bajos del edificio, proporcionando un b¨¢lsamo contra el estr¨¦s a los viajeros internacionales. Y todo, afortunadamente, sin artificial luz fluorescente.
El gestor aeroportuario espa?ol, Aena, es uno de los beneficiarios de este bell¨ªsimo dise?o. El pasado mes de septiembre gestion¨® 29,6 millones de pasajeros. De los 46 aer¨®dromos que est¨¢n a su cargo ¡ªm¨¢s dos helipuertos¡ª en Espa?a, el Adolfo Su¨¢rez Madrid-Barajas embarc¨® en dicho periodo (¨²ltimos datos disponibles) 5.851.274 pasajeros. Y en cuanto a carga, movi¨® 65.082 toneladas, un 19,4% m¨¢s que en el mismo mes del a?o pasado. Fue el septiembre con m¨¢s tr¨¢fico comercial de la historia. As¨ª se reconoce en el foro Innovaci¨®n y futuro en los aeropuertos, organizado por la revista Retina para Aena.
Detr¨¢s de estos n¨²meros, de los que solo se ha avanzado ¡ªcomo en la cocina¡ª una pizca de sal, prevalece todo un empe?o por la innovaci¨®n. Algunos son t¨ªtulos de una historia que se est¨¢ escribiendo. Inteligencia artificial para comprobar que no existe ning¨²n objeto peligroso en las pistas; drones con la misi¨®n de facilitar la comprobaci¨®n del estado de las infraestructuras; pruebas con aerotaxis, eVTOL (aeronave el¨¦ctrica que despega y aterriza de forma vertical), bots (que suministran informaci¨®n al cliente) o vertiports (peque?os aeropuertos desde los que se desarrollar¨¢ este nuevo mundo de desplazamientos a¨¦reos).
Desde luego, una mezcla memoria y deseo, de presente y ma?ana. Pero llegar¨¢. De momento, las aplicaciones son cada d¨ªa m¨¢s precisas y de mayor ayuda al cliente. ¡°Somos un referente a nivel mundial en cuanto a gesti¨®n aeroportuaria, con el mayor n¨²mero de pasajeros y tambi¨¦n en la forma de introducir las nuevas tecnolog¨ªas con el fin de mejorar las operaciones, porque los recursos son costosos y cualquier minuto al que le puedas sacar eficiencia tiene una repercusi¨®n en los precios asociados¡±, advierte Luis Jos¨¦ Ca?¨®n Ord¨®?ez, director de Innovaci¨®n y Experiencia de cliente de Aena. Hay que entender este mundo de despegues y aterrizajes. Un avi¨®n en tierra es un gasto, debe estar a 10.000 pies de altura para generar dinero. Claro que es un sector tremendamente regulado y la seguridad ni siquiera se presupone. Nadie duda de que viven en un ambiente regulatorio hostil. ¡°Pero la seguridad habita en nuestro ADN. Seguridad para que los clientes [dejamos de llamarlos pasajeros] tengan buenos servicios a la hora de volar y que las operaciones sean totalmente seguras y sin ning¨²n tipo de riesgo¡±, indica Ca?¨®n Ord¨®?ez.
Nuevas plataformas
Sin embargo, la innovaci¨®n nunca se detiene. Las plataformas ofrecen infinidad de maneras de llegar a cualquier punto y el aeropuerto tiene que ser ¡ªal igual que escrib¨ªa el cr¨ªtico¡ª un espacio de calma. En vez de poseer un coche, ahora existen muchas maneras (plataformas) de desplazarse. Y tienen que tomar tierra. ¡°La innovaci¨®n desplegada en un despacho no sirve de nada. Esto va de tener un impacto real en el cambio de nuestros pasajeros-clientes como es el caso de las aerol¨ªneas¡±, describe Luis Jos¨¦ Ca?¨®n Ord¨®?ez. Todo el mundo quiere mejorar la experiencia del usuario, pero para eso hacen falta datos. Y ha habido presi¨®n por ellos. La respuesta es crear plataformas colaborativas en Espa?a y en el extranjero. Opciones diferentes. Porque la nueva movilidad urbana terminar¨¢ por llegar.
Antes de acudir a la pista de rodadura ¡ªaerotaxis, bots, inteligencia artificial, vertipuertos¡ª, que es la que trae mayores vientos de cola de futuro e inter¨¦s del lector, hay que pilotar por otras realidades m¨¢s cercanas. En este entorno duro, Aena ha trazado colaboraciones con diferentes empresas para, entre otros temas, analizar c¨®mo ser¨¢, o es, ese cliente del presente o futuro. Una responsabilidad compartida con las aerol¨ªneas. Una receta es la escucha activa, y esto incluye a los tecn¨®logos pero tambi¨¦n a sus 40.000 empleados. Saber qu¨¦ hace falta o los proyectos manejados por el departamento de innovaci¨®n. Y viajar por el aire conmovido. ¡°En el futuro tendremos llaves de acceso al aeropuerto en nuestro m¨®vil¡±, prev¨¦ Ca?¨®n Ord¨®?ez.
Por ahora, todos los d¨ªas pasan 200.000 personas por las terminales del Adolfo Su¨¢rez Madrid-Barajas, con perfiles (nacionalidad, lengua, edad) muy distintos, y un 30% de estos pasajeros lo hacen en tr¨¢nsito. ¡°Se necesitan cosas diferentes frente a las personas que viajen punto a punto, la ling¨¹¨ªstica es otro de los retos y luego un tema important¨ªsimo: es la primera y la ¨²ltima imagen que tienen de nuestro pa¨ªs. Se trata de una responsabilidad especialmente importante dado que Espa?a es la primera potencia tur¨ªstica mundial¡±, relata Ana Paniagua, directora de Experiencia de cliente del aeropuerto madrile?o. Entiende al viajero como ese invitado que llega a quedarse en su casa. ¡°Hay que pensar en ellos no solo en su paso por el aer¨®dromo, sino en el antes y el despu¨¦s. Existen muchas preguntas que surgen cuando se comienza el desplazamiento y tambi¨¦n m¨¢s tarde. Debemos crear sensaciones muy diferentes¡±, explica Paniagua.
Esas cuestiones. ?C¨®mo llegar al aeropuerto? ?Cu¨¢l es la cinta de equipaje? Es un espacio para un chatbot. Tras varias pruebas. En diciembre de 2022 ya estaba creado el primer prototipo y en 2023 unieron esta tecnolog¨ªa a los asistentes virtuales. El proyecto gan¨® en usuarios ¡°y los resultados¡±, sostiene Ana Paniagua, ¡°fueron muy buenos¡±. El nivel de satisfacci¨®n lleg¨® al 4,3 (sobre 5) y las conversaciones de los clientes se multiplicaron por diez. Mientras, el contacto telem¨¢tico ca¨ªa un 27%. Es un proyecto que se puede replicar. Todo encaja en este particular hangar: tiene una estrategia de personalizaci¨®n, innovaci¨®n y sostenibilidad. Sin duda, la ventaja de Aena es que son 49 aeropuertos. Si el departamento de innovaci¨®n produce una mejora se puede instalar en otros centros, con los ajustes precisos. El trabajo en red permite conocer todas las novedades.
Ayuda digital
A velocidad de crucero resulta imposible rehuir la inteligencia artificial (IA). ¡°Creemos que es bueno que haya unas reglas de juego y se protejan los derechos digitales de los pasajeros¡±, comenta Luis Jos¨¦ Ca?¨®n Ord¨®?ez. La mayor fuente de datos es la anal¨ªtica avanzada. Y aclara. ¡°La IA surge como una ayuda, no viene a sustituir a nadie; no es generativa, sino que trata de aprender del comportamiento para la que est¨¢ entrenada y exige la supervisi¨®n humana si quiere hacer su trabajo¡±. La justificaci¨®n se adelanta al caso real. La tecnolog¨ªa siempre va por delante de las palabras y de las normas.
En la jerga de la aviaci¨®n se distingue la zona aire (aquella que se ve a trav¨¦s de los ventanales: pistas, aeronaves) de la zona tierra (las infraestructuras interiores, pavimentos). Aena ha creado un piloto que aplica la inteligencia artificial cuando revisa el estado de las pistas. Madrid-Barajas cuenta con cuatro para el aterrizaje y despegue de las aeronaves. Tienen una longitud de cuatro kil¨®metros cada una y una anchura de 60 metros. ¡°Es una de las zonas m¨¢s cr¨ªticas del aeropuerto porque es ah¨ª donde se producen las fases m¨¢s sensibles del vuelo: despegar y aterrizar¡±, subraya Carolina Igal, directora de Operaciones del aeropuerto madrile?o. Todos los d¨ªas se revisan las pistas cuatro veces para asegurar que est¨¢n en perfecto estado; que no haya objetos o peligros potenciales. Antes de la IA era un proceso manual. Ahora han colocado en los veh¨ªculos una serie de equipos que graban im¨¢genes de la operaci¨®n y a trav¨¦s de esta tecnolog¨ªa digital complementan el trabajo de los se?aleros.
¡°Ven la situaci¨®n en tiempo real y comunican cualquier fallo. Con esto se consigue un mayor nivel de seguridad¡±, narra Igal. Est¨¢n ya trabajando en una nueva generaci¨®n que detecta objetos de dos cent¨ªmetros. Ahora las pistas se filtran dos veces al d¨ªa y se ahorran 120 minutos que estaban sin operar.
Muchas de estas ideas llegan, de la persona, quiz¨¢, m¨¢s t¨ªmida del foro. Pablo L¨®pez es responsable de Ideaci¨®n y Emprendimiento de Aena. El relato resulta tan sencillo como compleja debe ser su ejecuci¨®n. El equipo de Vigilancia Tecnol¨®gica est¨¢ comprometido con analizar las necesidades de los aeropuertos, trabajadores y ellos se encargan de encontrar las mejores soluciones en el mercado, o bien de crearlas, como la IA aplicada a los se?aleros. ¡°El proyecto lo probamos en San Sebasti¨¢n porque el tr¨¢fico es poco intenso y nos ofrece la oportunidad de trabajar sin interferir en las operaciones¡±, explica L¨®pez. As¨ª, ¡°cuando llegas a Barajas ya tienes testada la soluci¨®n¡±, a?ade.
Falta un vuelo distinto, el del dron. Los utilizan en zona tierra de la T4 y la TS para revisar si hay grietas o humedad en las lamas de bamb¨², que abarcan una superficie similar a 20 campos de f¨²tbol y est¨¢n a 21 metros de altura. Sin esta tecnolog¨ªa habr¨ªa que dejar zonas inoperativas y cualquier fallo ser¨ªa m¨¢s dif¨ªcil de detectar. El cr¨ªtico Deyan Sudojic escrib¨ªa con acierto en sus Nuevas direcciones de la arquitectura brit¨¢nica (Editorial, Thames and Hudson, 1986) que ¡°[Richard] Rogers y Foster [entonces socios] destacan por su fe casi inocente en las virtudes de hacer cosas, su aceptaci¨®n del cambio en lugar de temerlo; y su entusiasmo por el poder creativo de la tecnolog¨ªa¡±. Al igual que Aena.
Aerotaxis en vez de un Uber
El futuro quiere echarse a volar. “Los aerotaxis son una de las iniciativas estrellas de Aena. Es un cambio de concepto de lo que es un aeropuerto, es una transformación de la infraestructura y un intercambio modal de tierra al mundo aéreo”, detalla Luis José Cañón Ordóñez, director de Innovación y Experiencia de cliente de la compañía. “El concepto de movilidad implica que vas a usar aeronaves de pequeño tamaño, que sean automáticas, eléctricas, que puedan transportar tanto pasajeros y carga, que se muevan en un ambiente urbano e interurbano; esa es la idea de movilidad en la que trabajamos”. Al final es como un helicóptero pero hace falta analizar de qué forma, dónde y quién lo opera. Pero habrá que redactar una legislación especial. Hace falta un servicio de carga eléctrica en los aeropuertos y también antiincendios para las baterías eléctricas. Son necesidades distintas al clásico helicóptero. En Europa hay unas 30 empresas que funcionan a modo de clusters para dar respuesta a las exigencias de este medio disruptivo. Cada región se ocupa de una solución global. España busca contestaciones a cuáles son los cambios de procedimiento que hacen falta para que esté integrado en el helipuerto. Por ahora hay dos proyectos nacionales de estos aerotaxis. Eureka. El objetivo, explica Cañón Ordóñez, es efectuar un vuelo demostrativo de carga descentralizado entre el aeropuerto de Mallorca y Menorca en 2025. La otra opción, ahí arriba, en el aire, es la iniciativa OperA; en este caso transportará (a principios de 2026) pasajeros entre Granada y Málaga. Aunque, ambas operaciones, estarán supervisadas por un ser humano.
Claro que estos aerotaxis deben despegar, ya no solo desde los aeropuertos convencionales, sino que los vertipuertos (operan en vertical), podrán dar servicio, entre otros vehículos voladores, a los eVTOL (aerotaxis eléctricos de despegue y aterrizaje vertical), que pueden estar distribuidos a lo largo de la ciudad. La empresa emergente Lillium es uno de los fabricantes que quizá vayan por delante en esta competición aérea. Pero también Volocopter busca su lugar en el mercado. Con todos ellos están en contacto en Aena. “A corto plazo habrá vuelos de prueba, el problema es la legislación: como ocurre casi siempre la tecnología la supera”, reflexiona Cañón Ordóñez. De todas formas, la curiosidad humana continúa siendo la lógica de su existencia: imaginar qué supondría aterrizar en una isla hasta ahora sin aeropuerto o enviar mercancía a un barco en un puerto. “De momento, la Asociación Europea de Aeropuertos ya está trabajando en una serie de papers (ensayos científicos) de alto nivel para entender todos los requisitos de esta movilidad integrada en un aeródromo. No es únicamente el handling (asistencia en tierra), son todas las operaciones que tiene que hacer este vehículo, que es muy distinto al de una aeronave tradicional”, advierte el experto. Taxi aéreo hacia el futuro.
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