C¨®mo acabar con la mu?eca rusa de la oferta acad¨¦mica
Carreras similares que se repiten en campus pr¨®ximos, profusi¨®n de grados especializados y micro-estudios con 25 alumnos, o menos, en su primer curso pueblan una confusa selva de propuestas
Bolonia implant¨® el registro ¡ªlas universidades dise?an sus titulaciones, auditadas por el Gobierno central y auton¨®mico¡ª en lugar del cat¨¢logo cerrado, liberando as¨ª al Sistema Universitario Espa?ol (SUE) del cors¨¦ que lo constre?¨ªa a 140 diplomaturas y licenciaturas. De manera que, desde 2011, han aparecido 1.760 nuevos grados, seg¨²n contabiliz¨® el U-Ranking de 2022 (informe de la Fundaci¨®n BBVA y el Ivie), de los cuales 190, un 13%, han sido innovadores (no estaban antes). Este ritmo de creaci¨®n casi tres veces mayor al de extinci¨®n ha convertido la oferta en una selva confusa y llena de ¨¢rboles raqu¨ªticos: los estudios de muy baja demanda, con 25 alumnos o menos en su primer curso, ya representan uno de cada cuatro, lo que supone un ¡°minifundismo formativo¡± que Joaqu¨ªn Ald¨¢s, coautor del U-Ranking e investigador del Ivie, considera necesario cribar. ¡°La renovaci¨®n no puede proceder solo de nuevos t¨ªtulos, exige revisar todos los actuales, someterlos al filtro de su empleabilidad, como criterio no ¨²nico pero s¨ª importante, y depurar¡±, defiende.
Los grados son como una mu?eca rusa, compara Juan Hern¨¢ndez Armenteros, coordinador de los informes La Universidad espa?ola en cifras y docente jubilado de la Universidad de Ja¨¦n. Perfiles casi id¨¦nticos en todos los campus, ¡°redundantes¡±, ¡°mim¨¦ticos¡±, con la ¨²nica diferencia del tama?o. A su juicio, tanto las instituciones p¨²blicas como las privadas han confluido en el mismo desorden, por caminos diferentes: las primeras, buscando financiaci¨®n y salida a su personal docente; las segundas, siguiendo su estrategia de satisfacer la demanda no atendida en la p¨²blica. Todas primando la competencia por encima de la planificaci¨®n y la cooperaci¨®n, y esperando que sea el mercado el que regule. ¡°La p¨²blica ha de tener oferta de todas las ramas del saber, pero debemos procurar que no se repita la misma titulaci¨®n en cuatro universidades a 40 kil¨®metros de distancia, y conectadas por Cercan¨ªas¡±, acota Albert Corominas, catedr¨¢tico em¨¦rito de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a y cofundador del Observatorio del Sistema Universitario (OSU).
Los expertos consideran que un tama?o medio del t¨ªtulo (TMT) de 40 alumnos por curso acad¨¦mico marca el umbral de la sostenibilidad; con menos de 160 matr¨ªculas (en cuatro a?os) el incremento de coste unitario por estudiante tiene una tendencia exponencial, seg¨²n advierte la ¨²ltima edici¨®n de La Universidad espa?ola en cifras, que analiza el total de las titulaciones que se imparten en Espa?a y constata que se han incrementado por encima de las variaciones de la demanda; la consecuencia l¨®gica es la reducci¨®n de su tama?o. En el caso de las universidades p¨²blicas, la bajada ha sido del 14,7%, aunque el tama?o medio se mantiene en los 354 alumnos. Notablemente mayor (de un 34,2%) ha sido el retroceso en la privada, que se sit¨²a en un valor medio de142 alumnos por titulaci¨®n: est¨¢ ¡°algo por debajo del umbral m¨ªnimo de tama?o de garant¨ªa de sostenibilidad¡±, sin embargo, unos ingresos mayores por estudiante y su estructura de costes de producci¨®n permiten un mayor grado de flexibilidad para adaptarse¡±, seg¨²n destaca la publicaci¨®n.
¡°Muchos de los males son de origen interno de la propia Universidad, pero las comunidades aut¨®nomas, lejos de ordenar y evitarlos, los propician y favorecen¡±, incide Hern¨¢ndez Armenteros, que cree que la flamante Ley Org¨¢nica del Sistema Universitario (LOSU) ofrece a unas y otras herramientas para solucionar los desajustes de oferta y demanda. ¡°Otra cosa es que no las utilicen¡±, precisa. Se refiere a que la LOSU establece, en su art¨ªculo 64.4, que todo el profesorado debe adscribirse a ¨¢mbitos de conocimiento menos numerosos que las ¨¢reas de conocimiento a las que se circunscrib¨ªan hasta ahora. Que haya 40 ¨¢mbitos en lugar de 190 ¨¢reas implica que los docentes dejar¨¢n de estar tan ¡°s¨²per especializados¡± y podr¨¢n impartir m¨¢s asignaturas. Algo que en la pr¨¢ctica llevar¨¢ a una simplificaci¨®n de la estructura y a una mayor transversalidad, seg¨²n argumenta.
En ¡°un intento de recoger lo que se hab¨ªa desparramado¡±, en palabras de Corominas, el Decreto de Ordenaci¨®n de las Ense?anzas Oficiales en el Sistema Universitario Espa?ol de 2021 incluy¨® una lista de ¨¢mbitos a los que, en el plazo de cuatro a?os, las universidades deb¨ªan adscribir sus t¨ªtulos oficiales de grado y m¨¢ster. En la LOSU, como ya se ha dicho, el concepto de ¨¢mbito de conocimiento queda circunscrito a la adscripci¨®n de los puestos de trabajo del profesorado universitario, por lo cual, el Ministerio, en su proyecto de real decreto sobre los nuevos ¨¢mbitos, rebautiza los antiguos como ¡°campos de estudio¡±, saca una lista muy parecida, pero no id¨¦ntica, a la de los ¨¢mbitos del decreto de 2021, y concede a su vez un plazo de cuatro a?os para que las universidades adscriban los grados y m¨¢steres oficiales a los campos de estudio... Es decir, vuelve a poner el cron¨®metro a cero, lo que hace temer al profesor que el proceso de reagrupar los t¨ªtulos en campos de estudio pueda entrar en una especie de bucle sin fin.
Un objetivo concreto
Los art¨ªculos 9.2 y 9.3 de la LOSU remachan la obligaci¨®n de que el grado debe ofrecer una formaci¨®n b¨¢sica y generalista, y el m¨¢ster una avanzada de car¨¢cter especializado. Ahora mismo esto no se cumple. ¡°Donde hace 20 a?os exist¨ªa una licenciatura en Administraci¨®n y Direcci¨®n de Empresas (ADE), hoy contamos con grados en ADE, finanzas y contabilidad, marketing, anal¨ªtica de negocios, negocios internacionales... Algunos responden a nuevas demandas [es el caso de anal¨ªtica de negocios], y pueden tener sentido, pero la mayor¨ªa son desdoblamientos de t¨ªtulos que nacen de una falta de entendimiento de lo que suponen los m¨¢steres tras la reforma de Bolonia¡±, tercia Ald¨¢s. Con el paso de las licenciaturas de cinco a?os a los grados de cuatro, algunas universidades (¡°especialmente algunos centros¡±, apostilla el investigador del Ivie) temieron una falta de aceptaci¨®n de los m¨¢steres, con la consiguiente ca¨ªda en las matr¨ªculas. Para remediarlo, ¡°optaron por especializar tambi¨¦n los grados, asegurando as¨ª unos determinados niveles de demanda¡±, explica.
Ald¨¢s relaciona directamente la profusi¨®n de grados especializados, que, con la Ley en la mano son un ox¨ªmoron en toda regla, con el ¡°crecimiento exacerbado¡± de los dobles grados (ya no hay triples desde que el decreto de 2021 los prohibi¨®). ¡°Parece que un grado ¨²nico puede no ser suficiente diferenciaci¨®n para un egresado que sale al mercado de trabajo¡±, reflexiona. Tanto unos como otros meten m¨¢s ruido al sistema. Para afinar un poco la cacofon¨ªa reinante, Corominas solo ve dos salidas posibles: dejar el registro y volver al cat¨¢logo, o profundizar en los ¨¢mbitos ¡°para ir colocando las titulaciones en casillas que los alumnos, sus familias, las empresas, la sociedad en general puedan comprender¡±. Ahondar en esta segunda v¨ªa deber¨ªa ser funci¨®n de la LOSU, subraya.
A Ald¨¢s no le parece que la nueva ley vaya a cambiar mucho las cosas, y le tiene m¨¢s fe al decreto de 2021, que conmina a ¡°una concordancia entre el car¨¢cter generalista o especializado seg¨²n el ciclo (grado-master)¡±. Tambi¨¦n exige que se justifique ¡°el inter¨¦s acad¨¦mico, cient¨ªfico, profesional y social del t¨ªtulo, y c¨®mo se incardina en la planificaci¨®n estrat¨¦gica de la Universidad o del sistema universitario de la comunidad aut¨®noma¡±. En su cap¨ªtulo IV incorpora aspectos que considera novedosos e interesantes, como las menciones duales o las ense?anzas de grado con itinerario acad¨¦mico abierto. ¡±Creo que el decreto puede hacer que la nueva oferta se dise?e mejor, aunque dudo que a corto plazo remueva t¨ªtulos existentes¡±, a?ade. Adem¨¢s, ¡°est¨¢ por ver el uso que las universidades hacen de esas opciones¡±, coincide con Hern¨¢ndez Armenteros. ¡°Si esos principios se vigilan y las agencias responsables de la verificaci¨®n y acreditaci¨®n los exigen, el mapa deber¨ªa ir convergiendo con las necesidades del sistema econ¨®mico y social. Pero lo f¨ªo a largo plazo¡±, concluye.
Itinerarios abiertos
Dice Albert Corominas, y el resto de expertos consultados coincide, que las enseñanzas de grado con itinerario académico abierto, inspiradas en los sistemas universitarios de Estados Unidos, Reino Unido o Alemania, permitirían reducir costes, que es un problema enorme de los títulos con baja demanda, o microtítulos. Estos programas posibilitan al alumno cursar un tronco común de asignaturas de distintos planes de estudios afines. En 2018, la entonces vicerrectora para la Dirección de Proyectos para la Docencia de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), Cristina Gelpí, contaba a El PAÍS que se trata de un “acceso a la Universidad en el que el alumno puede elegir durante su primer año asignaturas de varias carreras antes de decidirse, en el segundo año, por alguna de ellas”. Por aterrizar con un ejemplo, el Grado Abierto USC Ingenierías, de la Universidad de Santiago de Compostela, permite matricularse en materias de cuatro grados diferentes del ámbito de las ingenierías durante el primer año, para después decantarse por una titulación concreta (Ingeniería Agrícola y Agroalimentaria, Civil, de los Procesos Químicos Industriales, Forestal y del Medio Natural). Tras la UPF, que ha sido la pionera en grados abiertos en España (los tiene en marcha desde el curso 2015-2016), otras universidades, muchas de ellas privadas, están explorando la fórmula. La Universidad Carlos III de Madrid los tuvo pero ya no los imparte.
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