Hacia un pacto mundial para conservar la biodiversidad

La selva amaz¨®nica es el gran pulm¨®n verde del planeta, pero parte de sus bosques est¨¢n en riesgo de sufrir embolias y mortalidad por la sequ¨ªa. El cambio en el r¨¦gimen de lluvias y el aumento de la temperatura global ha llevado a los ¨¢rboles al l¨ªmite y los ha hecho m¨¢s vulnerables. Si se tiene en cuenta que esta selva tropical contiene entre el 10% y el 15% del total de carbono almacenado por la vegetaci¨®n en todo el mundo, su mortalidad y buen estado de salud es vital en la lucha contra el cambio clim¨¢tico.

Un reciente estudio publicado por la revista Nature demuestra que la deforestaci¨®n, el calentamiento del planeta y la agricultura y ganader¨ªa extensivas est¨¢n detr¨¢s de esta alteraci¨®n de la pluviosidad en el territorio repartido entre Brasil, Per¨² y Bolivia. Si no hay suficiente agua en el suelo, se taponan los conductos que tienen los ¨¢rboles para transportar la savia desde las ra¨ªces a las hojas, y el tejido muere. Pero hay m¨¢s. La investigaci¨®n, que ha liderado la Universidad de Leeds (Reino Unido), revela que la deforestaci¨®n est¨¢ interrumpiendo el proceso de evapotranspiraci¨®n, esencial para la formaci¨®n de las nubes de lluvia. Y el gran peligro es que no solo afecta a la Amazon¨ªa. ¡°Si este ciclo se corta, el patr¨®n de precipitaciones a escala mundial est¨¢ en riesgo¡±, concluyen sus autores.

El binomio cambio clim¨¢tico-deforestaci¨®n es casi indivisible, admiten los expertos. Y repercute de pleno en la p¨¦rdida de biodiversidad. Naciones Unidas advierte de que el planeta est¨¢ sufriendo la mayor p¨¦rdida de flora y fauna desde la ¨¦poca de los dinosaurios: m¨¢s de un mill¨®n de animales y plantas estar¨¢ en peligro de extinci¨®n durante las pr¨®ximas d¨¦cadas. En la actualidad, ya hay m¨¢s de 42.100 especies en la Lista Roja de Especies Amenazadas que elabora la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza (UICN).

Cumbre para la esperanza

La situaci¨®n es cr¨ªtica, porque la p¨¦rdida masiva de especies y de biodiversidad ata?e directamente a la supervivencia humana. La buena noticia es que cient¨ªficos e instituciones de todo el mundo, gobiernos incluidos, ya han adoptado medidas concretas para combatir el problema. El mejor ejemplo es el gran pacto conseguido en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biol¨®gica (COP15), celebrada a finales de 2022 en Montreal (Canad¨¢). En la cumbre, 190 gobiernos han alcanzado un acuerdo hist¨®rico para poner en marcha distintas iniciativas dirigidas a promover la biodiversidad del planeta. Este pacto mundial, conocido con el nombre de 30¡Á30, se concreta en un paquete de 23 medidas que deben ejecutarse antes de 2030. El objetivo es que, para ese a?o, el 30% de las ¡°zonas terrestres, aguas continentales, costeras y marinas¡± se ¡°conserven y gestionen eficazmente mediante sistemas de ¨¢reas protegidas¡±. Este Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal tambi¨¦n prev¨¦ que, al final de esta d¨¦cada, queden restauradas o est¨¦n en v¨ªas de hacerlo ¡°al menos el 30% de las ¨¢reas de ecosistemas terrestres, de aguas continentales y costeras y marinas degradadas¡±. Para conseguirlo, los pa¨ªses firmantes se comprometen a movilizar, al menos, 185.400 millones de euros anuales procedentes de fondos p¨²blicos y privados que ejecuten planes y estrategias vinculados con la biodiversidad.

Transformaciones profundas

¡°Fijar estos objetivos para dentro de siete a?os es tan capital para el futuro del planeta como lograr frenar la subida de la temperatura media en 1,5 ?C¡±, admite el coordinador de Conservaci¨®n de WWF Espa?a, Luis Su¨¢rez. Pero aplicar simples medidas tradicionales de conservaci¨®n de especies o de protecci¨®n de espacios no ser¨¢ suficiente. En su opini¨®n, es necesario ¡°cambiar el actual modelo de producci¨®n y consumo que est¨¢ detr¨¢s de esta crisis ambiental¡±. Eso incluye la reducci¨®n de residuos o la adopci¨®n de dietas m¨¢s ricas en productos vegetales, que permitan limitar la expansi¨®n del uso del suelo y facilitar la restauraci¨®n de los ecosistemas.

Comparte esta idea Santiago Sabat¨¦, investigador en el Centro de Investigaci¨®n Ecol¨®gica y Aplicaciones Forestales (Creaf) y profesor de la Universidad de Barcelona. M¨¢s all¨¢ de las acciones que impulsen las autoridades y gobiernos, argumenta Sabat¨¦, los ciudadanos deben mentalizarse de que deben cambiar de h¨¢bitos porque, si la gente act¨²a, esa implicaci¨®n personal permitir¨¢ que se avance en la direcci¨®n correcta. ¡°Aunque hemos de ser conscientes de que el planeta lo estamos cambiando y que ser¨¢ distinto el que ver¨¢n nuestros hijos y nuestros nietos; no ser¨¢ exactamente a como era hace 100 o 200 a?os¡±, reconoce.

Su compa?era en el Creaf, Alicia P¨¦rez-Porro, es coordinadora cient¨ªfica en este centro de investigaci¨®n y estuvo presente en la COP15 de Montreal. Para hacernos una idea de la capacidad de regeneraci¨®n que tiene la biodiversidad, esta bi¨®loga de formaci¨®n recuerda el accidente nuclear de Chern¨®bil en 1986. Despu¨¦s de aquel desastre, la flora y la fauna han colonizado una zona arrasada por la radiaci¨®n. Lo m¨¢s importante, asegura la investigadora, es entender que la vida en la Tierra va a continuar sin la especie humana. ¡°La biodiversidad es lo que comemos, lo que bebemos, lo que respiramos. Y sin ella, no podemos vivir. Pero cuando nosotros no estemos, la biodiversidad seguir¨¢ su curso y se recuperar¨¢ como pueda, porque la vida siempre se abre camino¡±, vaticina.