Prohibido mariscar
Una jornada en Vilanova de Arousa acompa?ando a las mariscadoras que extraen bivalvos, del mar a la lonja en una Navidad at¨ªpica
Bajo el puente que comunica A Illa de Arousa con el continente se puede leer en una letra color rojo intenso: ¡°Prohibido mariscar¡±. Es una advertencia para los turistas que cada verano ocupan los arenales de Arousa y que busca proteger uno de los tesoros de la zona. Bajo la arena se esconden los preciados bivalvos que llegan a nuestras mesas durante todo el a?o, pero que cobran una especial importancia en fechas previas a la Navidad.
La cofrad¨ªa de A Pastoriza agrupa desde 1978 a las sequeiras ¡ªnombre que reciben las mariscadoras que realizan a pie la extracci¨®n de bivalvos¡ª quienes durante meses siembran y cuidan los arenales para su particular agosto: las fiestas navide?as. Pero este a?o, tras una inversi¨®n de 40.000 euros en la siembra de almeja, la campa?a navide?a amenaza con ser la peor de las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Son las ocho de la ma?ana y el mariscador Fran L¨®pez consulta en su tel¨¦fono m¨®vil la aplicaci¨®n que usan en la cofrad¨ªa. La app ha sustituido al inc¨®modo papel en el que anotaban las capturas, y que no se llevaba bien con las manos mojadas. Con esta tecnolog¨ªa, adem¨¢s, pueden comprobar el calendario de trabajo, d¨®nde mariscar y d¨®nde se van a ubicar los puntos de control y pesaje del marisco. Esta semana hay ¡°seca¡± en la r¨ªa de Arousa (Pontevedra), una bajamar especialmente acusada y que permite acceder a zonas que la mayor parte de los d¨ªas permanecen inundadas. El punto de encuentro es en Ari?o, frente al paseo mar¨ªtimo de Vilanova de Arousa, la mejor zona del ¨¢mbito territorial de la cofrad¨ªa, reservada para estas fechas.
A las nueve de la ma?ana, el color de los trajes y capachos comienzan a inundar el aparcamiento del campo municipal que se eleva al pie de la r¨ªa. Por unas peque?as escaleras de piedra las mariscadoras acceden a la cita fijada por la cofrad¨ªa. Esta gran ensenada consta de tres ¨¢reas diferenciadas por la calidad y el nivel de producci¨®n de marisco: Ari?o, De la fuente y Esteiro. La zona de Esteiro est¨¢ m¨¢s expuesta al agua dulce que llega de los r¨ªos y, aunque es una zona amplia en la que se trabaja todo el a?o, la explotaci¨®n deja ejemplares de poca talla. ¡°Pero este a?o es peor, no se puede trabajar. En esta zona est¨¢ todo muerto¡±, comentan desde la cofrad¨ªa.
En la r¨ªa, pr¨¢cticamente est¨¢ toda la almeja muerta debido a las bajadas bruscas de salinidad del agua y a factores contaminantes. ¡°Pero no vamos a mentir, en Ari?o hay almeja porque llevamos seis meses cuid¨¢ndola para esta campa?a¡±, comenta L¨®pez. De hecho, hoy en esta zona podr¨¢n llegar a cubrir la cuota por primera vez en semanas, de cuatro kilos por sequeiro. ¡°Es la mejor zona y se ha dejado en barbecho para esta campa?a¡±, prosigue L¨®pez. La protecci¨®n que aporta estar sumergidas bajo una mayor cantidad de agua a¨ªsla a estos bivalvos de los contaminantes y la lejan¨ªa de la desembocadura de los r¨ªos las protege de la fluctuaci¨®n de salinidad. ¡°La almeja jap¨®nica que ves en Ari?o es la que hay para estas Navidades¡±, indica el mariscador.
La almeja jap¨®nica lleg¨® a Galicia a trav¨¦s de los parquistas de Carril (Vilagarc¨ªa de Arousa), cuando decidieron iniciar su explotaci¨®n en los parques de cultivo que son de su propiedad y que siembran a su inter¨¦s. Pese a que, en un primer momento, en los a?os ochenta, se vio como una especie invasora, hoy es la ¨²nica que resiste, pero su calidad y precio es menor, a 16 euros el kilo. La almeja fina, valorada en unos 30 euros el kilo, o la babosa, a unos 22 euros el kilo en los d¨ªas previos a la Navidad, ¡°ya no se encuentra viva ni en esta zona¡±, advierte L¨®pez. En la r¨ªa ya no sobrevive ninguna almeja aut¨®ctona, y eso repercute directamente en sus bolsillos.
Dula Pi?eiro, miembro de la directiva de la cofrad¨ªa y mariscadora, piensa que no solo la cadena de borrascas que han azotado Galicia este oto?o ¡ªy que han aportado una gran cantidad de agua dulce a la r¨ªa¡ª est¨¢ detr¨¢s del problema de la mortandad del marisco. No es el primer invierno lluvioso en Arousa, y aunque es cierto que ha llovido m¨¢s del doble que la media este ¨²ltimo mes, esta mariscadora centra sus sospechas en los pesticidas y el cambio clim¨¢tico. ¡°Vivimos en el mejor lugar del mundo y nos lo estamos cargando poco a poco¡±, lamenta. ¡°Da pena ver tanto marisco muerto en la arena.¡±
Un grupo de tres mariscadoras carga el preciado marisco en los capachos y se dirige hacia el punto de pesaje y control que supervisa ?scar Fern¨¢ndez, el presidente de la junta directiva de la cofrad¨ªa. Todos regresar¨¢n al albor del d¨ªa siguiente, pero no saben si ser¨¢n capaces de volver a recoger los cuatro kilos por persona que tienen impuesto como tope por la administraci¨®n, y que aporta viabilidad a largo plazo del banco marisquero.
Todo el molusco que no ha sido seleccionado por falta de talla queda posado sobre la arena, despu¨¦s de remover el fondo durante el trabajo, pero ahora m¨¢s expuesto a los contaminantes y cambios de salinidad. ¡°Yo intento dejarlo en el mismo lugar para que no sufra¡±, comenta una mujer con un ganchelo ¡ªrasqueta que se utiliza para el marisqueo¡ª en su mano derecha. Pero son conscientes de que si siguen trabajando en la zona, destruir¨¢n lo poco que hay. Por eso no dudan en pedir un paro biol¨®gico a las puertas de la Navidad. Ser¨ªa la primera vez que se cierra la campa?a en la mejor ¨¦poca del a?o. ¡°Es como cerrar un chiringuito de playa en un domingo soleado de agosto, pero nos jugamos el futuro del arenal¡±, se lamenta Fern¨¢ndez.
En la lonja, durante la ma?ana, es continuo el ir y venir de las mariscadoras. Cargan con la recompensa de una de las pocas jornadas soleadas. Las conversaciones que se escuchan entre ellas asemejan a las de cualquier local de ocio. Cada bivalvo extra¨ªdo pasa por la clasificadora de tama?os y, poco a poco, se van llenando las cajas azules de marisco. La almeja jap¨®nica reina en esta jornada, es mayor¨ªa, y solo al final de la sala se pueden ver una decena de peque?as cestas amarillas con almeja babosa. Solo un recipiente medio vac¨ªo da fe de que la almeja fina, la m¨¢s cara de todas y delicada, todav¨ªa existe en esta r¨ªa. Es todo lo que han podido extraer de la mejor zona en esta jornada.
A las tres de la tarde comienza la subasta con la presencia de una decena de compradores que pujan por el marisco que llegar¨¢ a la depuradora. ¡°A m¨ª me gustaba ir a verlo, pero ya no tengo ¨¢nimo, espero a ver el precio en la app¡±, explica Pi?eiro. La situaci¨®n es compleja tambi¨¦n en esta parte de la jornada porque la poca oferta y la gran demanda no consiguen elevar los precios en lonja. Adem¨¢s, en las depuradoras que compran el marisco, y que libran de toxinas a los bivalvos antes de su comercializaci¨®n, saben que entrar¨¢ mucho marisco de Portugal en el mercado nacional, y tienen que ser competitivos en precio. Lejos del arenal es donde se juega la campa?a de Navidad para los mariscadores. Y seg¨²n lleguen los precios al consumidor en el mercado, las familias elegir¨¢n o no la almeja gallega, distinguida por su calidad, para llenar sus mesas en estas fechas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.